Terjiversado arjona a tereso dos, al hijo del médico vestida, la bestia del medio, tongo en el orden atorrant, mierda, el atorrant mediocre en cada hola, en cada acople que ríe vestido de pollo con ese nombre en la bañadera, en la recopia, en la recambra colericusí de mármol, el tesore, el tereso de la rutina varia tranquila, de oreja a oreja, recaliente, todos, y la ruta hacia allí, del excelente diantre, diamante, cosa en sí con el resguardo del perro al libro para ese erecto intelectuali de batati y miedos cortados de suertes y creencias y matices preparando estar con ella cubierta bajo muy males modales y maquinitas de hinchas y callos líquidos, natas, teresos, sósteres lavalleja de caravina y genitales de dos leguas y mezzanotte de lunas y colecciones de lástimas e insistencias parecidas al pronto melancólico, al surgir, al disfrazar la nada de vacuno y torete eterot, o la hora de comer párvulos y batas a rallas y membrillo verde chafado por la típica suela en forma de paredón caesar rasec, de algún sponsor de nutella o nutrilite y coronilla de tráfago, trigo, avena, urea y el no sé más que falta para tereso, para la iluminación con HMI de gomita, con sabor a lilina moratada y esperas para lo mejor, para más placeres y bombachas que buscan ser olidas por un servidor, por un mismo tesoro humil, por un mismo tereso inválido por el pánico de no encontrar la dulzura de las pruebas de la vida, de la autocorrección indefinida que falta que se separa para comprar pastitas de té de plastilina.
Terjiversado arjona a tereso dos, al hijo del médico vestida, la bestia del medio, tongo en el orden atorrant, mierda, el atorrant mediocre en cada hola, en cada acople que ríe vestido de pollo con ese nombre en la bañadera, en la recopia, en la recambra colericusí de mármol, el tesore, el tereso de la rutina varia tranquila, de oreja a oreja, recaliente, todos, y la ruta hacia allí, del excelente diantre, diamante, cosa en sí con el resguardo del perro al libro para ese erecto intelectuali de batati y miedos cortados de suertes y creencias y matices preparando estar con ella cubierta bajo muy males modales y maquinitas de hinchas y callos líquidos, natas, teresos, sósteres lavalleja de caravina y genitales de dos leguas y mezzanotte de lunas y colecciones de lástimas e insistencias parecidas al pronto melancólico, al surgir, al disfrazar la nada de vacuno y torete eterot, o la hora de comer párvulos y batas a rallas y membrillo verde chafado por la típica suela en forma de paredón caesar rasec, de algún sponsor de nutella o nutrilite y coronilla de tráfago, trigo, avena, urea y el no sé más que falta para tereso, para la iluminación con HMI de gomita, con sabor a lilina moratada y esperas para lo mejor, para más placeres y bombachas que buscan ser olidas por un servidor, por un mismo tesoro humil, por un mismo tereso inválido por el pánico de no encontrar la dulzura de las pruebas de la vida, de la autocorrección indefinida que falta que se separa para comprar pastitas de té de plastilina.
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