Slk, lilít de hadas y rutinas a oscuras pero nadie exagerado con adelantos y reclamos del anterior deck chiquillo para ocho dedos trenzados y los mínimos mudos, rincones primeros, pedazos, canciones y dildos de cuatro remeras de mil colores fascinantes y batallas con la tristeza y el solo se trata de enamorar reinas criollas y vergüenzas y el runrún de los noqueos como en el cuento del da igual jugando a que se yo con el fin de todo lo predeterminado que fantasea, pero a descubierto escapa cada tarde para recomenzar exactamente y renacer tibiamente en el cíclope de la entrega, la voilà que coincide con lo poco auténtico de ignorar tu distancia amante, celosa, sensual, sin dar a luz la idea vivácea y saciar el halo de las confusiones imposibles, entre dos extraños imbéciles, juristas argucias de ilusión latente, de novio con la vida, con silenciar el recuestarte al muslo inflable que de certeza se propone el algo verdadero en vérteros y verbos habiendo hallado correlativamente la forma de angel para proteger un tal vez, una irrealidad incontrolada que viste lo imaginario con satín y bombachas para sentirte en la consonancia, en el deck del dildo que me masturba tomándome apasionadamente enterrado bajo nalgas desconocidas y únicos gustos de pamaza y camomila cuarentona cansada de apagar en vano el celo agazpado y correr a por otro y otro pélvico nardo.
Slk, lilít de hadas y rutinas a oscuras pero nadie exagerado con adelantos y reclamos del anterior deck chiquillo para ocho dedos trenzados y los mínimos mudos, rincones primeros, pedazos, canciones y dildos de cuatro remeras de mil colores fascinantes y batallas con la tristeza y el solo se trata de enamorar reinas criollas y vergüenzas y el runrún de los noqueos como en el cuento del da igual jugando a que se yo con el fin de todo lo predeterminado que fantasea, pero a descubierto escapa cada tarde para recomenzar exactamente y renacer tibiamente en el cíclope de la entrega, la voilà que coincide con lo poco auténtico de ignorar tu distancia amante, celosa, sensual, sin dar a luz la idea vivácea y saciar el halo de las confusiones imposibles, entre dos extraños imbéciles, juristas argucias de ilusión latente, de novio con la vida, con silenciar el recuestarte al muslo inflable que de certeza se propone el algo verdadero en vérteros y verbos habiendo hallado correlativamente la forma de angel para proteger un tal vez, una irrealidad incontrolada que viste lo imaginario con satín y bombachas para sentirte en la consonancia, en el deck del dildo que me masturba tomándome apasionadamente enterrado bajo nalgas desconocidas y únicos gustos de pamaza y camomila cuarentona cansada de apagar en vano el celo agazpado y correr a por otro y otro pélvico nardo.
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