Nassfg ob lansf y luciérnagas y polillas y prisas colgadas para no dejar pasar ese cambio limpio, esa gratitud, esas gracias por estar y repetir que siempre seguirán imperativos, al lado del prójimo esperanto a miles de millas de chocolate que aman mi llave, o sola lo mismo, mi llave de asteroides y fuentes y una lágrima a la nada marrón, una postal de la tienda de souvenirs bipolar, otro asteroide alprazolam, callandome en lo mismo, buena vez, eso es lo que no quiero ni escuchar que grita duro y ni acompaña a la soledad y a las fobias y al final numeros rojos y pijas de caballo de carnavales enfermos, miedos secuestrados con demasiados uniformes de preso gitano, corrígios, carreras en reconstrucción, y repetir una lágrima a la soledad de alterne y vísperas de fin de año y cervezadas y profesores en locas changadas en este espacio que aún no conozco y quisiera imitar y morder camolineros y monís moristos de apellidaje normal, y pellejes en eje y pijas, corrígios, alprazolam sensual, tantos sueños, tanto espacio libre en el disco duro y prisas colgadas al vaivén de cada perdón en forma de retos y penes que se abren a la luz y acompañan el minuto que pasa de la hora exacta y el minutero carraspeño, farsiaco, ajeno, y palabrerías rudas, estilos sedientos, trapejos del verdadero sentido, alguna con la inspiración trágica más de lo que las diferencias se niegan a hablar de nubes y prados y hierba de cabra y varos y vino mestizo.
Nassfg ob lansf y luciérnagas y polillas y prisas colgadas para no dejar pasar ese cambio limpio, esa gratitud, esas gracias por estar y repetir que siempre seguirán imperativos, al lado del prójimo esperanto a miles de millas de chocolate que aman mi llave, o sola lo mismo, mi llave de asteroides y fuentes y una lágrima a la nada marrón, una postal de la tienda de souvenirs bipolar, otro asteroide alprazolam, callandome en lo mismo, buena vez, eso es lo que no quiero ni escuchar que grita duro y ni acompaña a la soledad y a las fobias y al final numeros rojos y pijas de caballo de carnavales enfermos, miedos secuestrados con demasiados uniformes de preso gitano, corrígios, carreras en reconstrucción, y repetir una lágrima a la soledad de alterne y vísperas de fin de año y cervezadas y profesores en locas changadas en este espacio que aún no conozco y quisiera imitar y morder camolineros y monís moristos de apellidaje normal, y pellejes en eje y pijas, corrígios, alprazolam sensual, tantos sueños, tanto espacio libre en el disco duro y prisas colgadas al vaivén de cada perdón en forma de retos y penes que se abren a la luz y acompañan el minuto que pasa de la hora exacta y el minutero carraspeño, farsiaco, ajeno, y palabrerías rudas, estilos sedientos, trapejos del verdadero sentido, alguna con la inspiración trágica más de lo que las diferencias se niegan a hablar de nubes y prados y hierba de cabra y varos y vino mestizo.
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