Dixit dum, dígame, espérame en lo cierto y sum fortis en el pedestal, de lo que vendrá cuando termine de delirar desde los adentros quebrados, válatil surround, indemente corto que hurte, que surge de lo intocable, de lo incontestable, eterno a un adjunto en contratórica se darla, o recién riendo ultimatums para motivar las espinas que antes veía venir en la condena de la caja de cenizas y ocasos en este punto atrofiado que mima la paranoia y sigue alimentando su trasfondo abusivo con tres mendracas y títeres con corbata apuntalando al destino y retocando lo que queda para el tempolo del estímulo levadizo contra todos los dedos o el finciprio frungido para el papel de comensal licenciado un poco distante para creer que se pueden saltar los protocolos del autoconvencimiento como una buena cinta de acción y manufactura irónica para que no acabe mi año dulce a lo maripepis descerebrando el no sé y las dudas que me critican y me follan por la carne débil, algo excepcional o por la ligera analítica momentanea y prisa majestuosa como para discutir títulos que no se evanezcan a la primera envidia de los rincones conquistados por etnes imaginarios y verdugos de amores y excesos intoxicados de previsiones y balbuceos ajenos al pasaje de cada explicacion forzada en medio de lo contrario, del capricho del final bien adictivo que no cede al todavía de saltarse limites y necesidades de la mano de otros carpaccios de fresa.
Dixit dum, dígame, espérame en lo cierto y sum fortis en el pedestal, de lo que vendrá cuando termine de delirar desde los adentros quebrados, válatil surround, indemente corto que hurte, que surge de lo intocable, de lo incontestable, eterno a un adjunto en contratórica se darla, o recién riendo ultimatums para motivar las espinas que antes veía venir en la condena de la caja de cenizas y ocasos en este punto atrofiado que mima la paranoia y sigue alimentando su trasfondo abusivo con tres mendracas y títeres con corbata apuntalando al destino y retocando lo que queda para el tempolo del estímulo levadizo contra todos los dedos o el finciprio frungido para el papel de comensal licenciado un poco distante para creer que se pueden saltar los protocolos del autoconvencimiento como una buena cinta de acción y manufactura irónica para que no acabe mi año dulce a lo maripepis descerebrando el no sé y las dudas que me critican y me follan por la carne débil, algo excepcional o por la ligera analítica momentanea y prisa majestuosa como para discutir títulos que no se evanezcan a la primera envidia de los rincones conquistados por etnes imaginarios y verdugos de amores y excesos intoxicados de previsiones y balbuceos ajenos al pasaje de cada explicacion forzada en medio de lo contrario, del capricho del final bien adictivo que no cede al todavía de saltarse limites y necesidades de la mano de otros carpaccios de fresa.
Comentarios