Tréchupe epopeyo, sólo el cerrar de sensaciones tardías para alcanzar biós y el cómo consolarme para merendar el último muesli en barrita de diez, no quisiera saber tanto lapso, o como compaginar los pero buenos con la mayoría dalilás distónicas calatos, incierto espacio de locos y cíclopes y vulgares ya sé todo artista de sueños y cultos húmedos y tréchupes aparentes del cuándo tan cercano, repetitivo, epopeyo papuso o ligues de la misma cuadrilla colista, del mismo místico de embaucar la muerte que topa frecuentemente con este eso y así continúa, en su manera de escapar de la soledad que huele el celo de la yegua embarazada de pulpas vivas y pólipos, fugaces capricornios, cada fumo de fierro al lado del dimé y al final insistes en lástimas y mencionas el nombre que desbordá el fué poco tiempo que no era el niño, y en aquél extrañamente bocetos y caricias, que a veces instantes y pláticas a la verga pendeja, en conversas alejadás antes véndere la camarera corriendo como siempre van los delirios y tréchupe dibujitos con este eso de la soledad que directamente no responde al después del temblor ansioso y que un ahorita terminá lo que hice sintiendo no se qué amortajando la vie, sólo al final de no sapére a escondidas, escrito en la parte del jamás una tipa, me les veo de por mezzo a mejor vida u olienté primerizas que se espera por mil veces y papusas y aplausós tu pinche caído y que cambie mi precipicio hacia tí.
Tréchupe epopeyo, sólo el cerrar de sensaciones tardías para alcanzar biós y el cómo consolarme para merendar el último muesli en barrita de diez, no quisiera saber tanto lapso, o como compaginar los pero buenos con la mayoría dalilás distónicas calatos, incierto espacio de locos y cíclopes y vulgares ya sé todo artista de sueños y cultos húmedos y tréchupes aparentes del cuándo tan cercano, repetitivo, epopeyo papuso o ligues de la misma cuadrilla colista, del mismo místico de embaucar la muerte que topa frecuentemente con este eso y así continúa, en su manera de escapar de la soledad que huele el celo de la yegua embarazada de pulpas vivas y pólipos, fugaces capricornios, cada fumo de fierro al lado del dimé y al final insistes en lástimas y mencionas el nombre que desbordá el fué poco tiempo que no era el niño, y en aquél extrañamente bocetos y caricias, que a veces instantes y pláticas a la verga pendeja, en conversas alejadás antes véndere la camarera corriendo como siempre van los delirios y tréchupe dibujitos con este eso de la soledad que directamente no responde al después del temblor ansioso y que un ahorita terminá lo que hice sintiendo no se qué amortajando la vie, sólo al final de no sapére a escondidas, escrito en la parte del jamás una tipa, me les veo de por mezzo a mejor vida u olienté primerizas que se espera por mil veces y papusas y aplausós tu pinche caído y que cambie mi precipicio hacia tí.
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