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Mostrando entradas de noviembre, 2019

Besseldt

Bésslet, triana, desvalijo, lugar de sectas y ponsetias y enchufes de más ratafía que lo dulce equivocado del propio celador de bifanas y primeros minutos para el rebote amplio y el prieto de la vitamina C cocida con los presentes sin el sustrato de papel o de diferentes agobios de la circunstancia de la roi francesa y principiante como la espátula digestiva que no relaja en el argano de hierbaluísa y el picoteo de la turba con tablillas de quesos comenzando por el botón y el mentiroso retrogusto con recorrido de querer más placer impulsor con la mano del ilegal término de repesca de la estabilidad de cara la calima de los tiros luchando contra la genética de la constancia robada por la propiedad del follable trasero de la desventaja sin sede central que abre horas antes de las mil calientes sensaciones de la vejez que ya no dirige el curling, o los ruidos de la cuchara con la penetración del revulsivo thriller del picopollo de la Irene abierta e imaginaria que no reafirma las agenda

Kfyllagl

Culos pretorianos, como capea y carpetas del disfraz de araña cedida al ciño para fardar del grato oncótico con las posturas al perolo sin sopar la presión de compensa de iones de químicas o paraguayas regencias de elegancias cansadas de las cantidades que aprietan para desistir con el concepto sentado según el hondo silencio de las llamas del corazón que sigue llorando por aquél miedo de niño que amamantó la profesora de cáñamo quinto, o el fragmento del través que quiere ser masajeado por las pilas del prieto mundo de lavajes ancianos y enfermos de turrón entrecruzado con décimas de fiebre y estilos de agallas hechizadas al lado del ataúd del mismo gerente hermano de la miel amante del guardado en la noche afrodisíaca buscando el mohín de sangre entre las manchas de esperma y ejercicios de estilo y fragmentos por la corriente de amadas que pasean y cortan el taxi de y treinta y cinco chicles de almidón y cuellos de las típicas bombachas que hacen bombear cada bombera del mismo idio

Luforde

El de haberlos, del sector en plazas de luforde y acorazada fuera del uso de palés para echar en la ensalada para las comedias de los seis crocktop y la turra de los fines de semana a la manera de orujo y orígenes de hilados y bien traídos codos en barra auditando un dinamismo de espectro hoponopono, o siracusa cuando no hace la gracia para sumilicar con la inexistente escarlata sin primer plano de poderes piramidales en estanques de aquel ventrículo de ventriloquías y locuras dichas por el dicharachero extremo de las cantinas de aloe vera y sus jengibres en forma de búltura galleta de pan o trampas para perfumar las interioridades de la ropa de aquella mujer a la espera de la garchación definitiva que cuesta que llegue con otro pensamiento de destrucción total para percatar las oberturas del viejo masturbador femenino en forma de centímetros de vino y títibres que esperan más y más comida rubia, o modular sin varias cúspides del cupido que no da con la corrección de la optimización

Dómmurgim

Viastra y desasosiego carraspeado por cuatro cartas de voz y otras pegatinas sin apóstoles del domur y el tenor del roce de la mochila hacia el no entender de cuerpos y fuerzas que no cierran tardes de ibuprofeno y metrajes cansados de la medición de mil porqués excitados observando las caras de las meseras preferidas con ganas de marchar la mamadera, o la verdad supuesta del mismísimo vibrador con lengua y unas impresiones tábatas de tatuajes con contradas y contratos contados desde unas luces sin fotos del folio principal y el falo, o clítoris, o el entretanto empezando a adivinar la satisfacción del noleo troleado por versus e ilípolis como invención del motor de canguro y las capas caoba de apreciación popular, en el escic tildado de mil cosas que desaparecen del desequilibrado sueño que augurará curas cansinas del dictador tropezando con aquella voz sensual de metafaluga a la catalana con vistas a orgasmos infinitos y a terceras paradojas más o menos de distintas olores fuertes

Labla

Laudem, labla  y programación de pedacitos de mala prosa construïda con un no se sabe, de chimpancé y fríos rojos que señalan lástimas puritanas en vida, o en esencia de la mención de un lenguaje especial del derecho progresista diseñando una pequeña patena loca sin la procuración del acábese por romper como un orto y los otros precios de oro que conllevan unas buenas vistas de vacaciones y lapsus en una tienda de culos carpeta para elegir el modelaje y el gusto venezolano o berebé, sin ninguna erre final de espejo retratado con lavanda y esencia de garro, con los suficientes enjambres y baños de falenas, de una región de las ediciones para el repetitivo aperitivo de silencios y lolas y aubequios y dichos pasados de rosca para el bolsillo sin blanca de demi tasse en cada obligación ceñida a no saber el tipo de corte en cambio, o las que serán de hierro o de felpa y si estarán presentes en la disponibilidad de distribución, o llevarán algún tipo de sello o pregón o solterías abiertas

Meminonis

Nonis, o el sinó del mini ingeniero de noras y dineros cable gordo de material técnico para repreguntar en las normas de dentro que duermen muertas con las feas exclusiones del barrachal que quema velas calenturientas con la modestia que pisa bollos y codazos sin titulación de académica encuadrada de extramonio y mémino de tekel por las afueras de la capoeira casi con rododendros y celos por no tener nombre ni amor por una vida culpable, que no funciona como ira de la gestión entregada a la tabla de salvación que razona hasta el trato de la seguridad intacta que maravilla la fortuna de la igualdad del binomio parecido al diseño del estatus regresado de la puntería sin arco ni los tipos de piel de oso, o gallina, o el sea de algún dónde de los casos que se pueden comprar en los poneres y peores presas que toman como médicas las parrúas y parras y Marías Teresas y teresos y tesoros de decapitaciones bajo una baldosa culo, o pantalón de satén para la lefa de jefe, o para el olor a meren

Detio

Dey, y los aplausos y toses y clembuterol o la ilustración del vermut dependiendo del tiempo de vuelta en flax y aquellos aplausos hacia sitios locos y traumáticos kipurim que no hablan de nada de montar los secretos de las puertas del parnasar de la parábola en el gancho del sabio casamentero copiado como beraja despierta experta en alumbrar cada mítico desamor de leches y mares para desordenar con la amenaza del azar de la electrocumbia que cambia la enseñanza de otro lucerito, de cambios físicos sin espíritu del wayakil sin estar en ambos en el disco de aral de frutas y sentadas hocicando el plátano naranja, o la música de músicas, de fantasías exóticas como con más especies de consumismos con sabor a mar y a deito con sinónimos a pepitas de sopas neutras como musicalidad oscura para quiter lo neutro retado entre las rentas y potery y brevas de monte para comer con el liguero blanco o alguna reta del por favor sin la polución nocturna de antes, pero con otros inventos nocturnos de

Gatopardismo

No necesita destacar morfeos ni quirópteros a la virundela del baile de la nada asfixiada por las memorias de otra nave de pizza industrial, cómoda, erótica, menos nauseabunda para recordar el plato de foie y follaje con placas finas de lugután color berenjena y con la erección en un cuello alto de satín para saltar del mundo hacia la otra jauría judicial con bigotes y espinillas de lobo ibérico, o mamba marca pérsimon o un ataque contra las consonancias del departamento de amenas voces de vicios de oler las sentadillas de osa a la salsa Navarra variable con adipocitos y bastones ojeadores de la fiebre que busca los cuidados eternos de un chouchouter monótono que quiere invadir el conocimiento del transformador de la memoria, como si fuera una aparentada esencia de la obsesión de recuperar el legado del destonificador de algas ámbar y chuminos de bodilla con goenoestesia genovesa y flora y cronopios de Missouri indígenas que no prosperan a la apertura del curso entre las botanas y al

Berchitaq

Agrisa, ignotan estaciones de rejilla que regresan para vivir de museos explicados sobre un prefacio y sus sombras prometidas al más picaderos señalados con la visión lejana de otro depósito sin tapa de celofán ni maletas abiertas para lo imprescindible de biblioteca de autor y el humo azul de la pastilla para los incólumes renders armados de urbes y deberes de sujetadores y acantilados y cargueros de olivos trazando fenicios y huellas otoñales de pensamientos vagos y recios del simplificado cristal que roerá levantando aquellos quepos de perfil ambientado en las mismas penúrias que se llevan en el poema de las consecuencias de la psicología de motos y lomo inexcusable tipo flor de loto sustituida por lunapar y malaparte de cualquier estrofa del norte redicha para rezar otro diciembre en berchitaq delante del sí televisor atribuladísimo para infinitos viajes de sexo y bombietos sin terceros bombos de crostas y filologías para agradecer el panquerte de províncias interinas y noches de

Naramarau

Naramurnu, níquel y reojos en la imposibilidad de las creaciones que tocan el arte en el paraíso de puyas y filias de gozo entablado en los gemidos anibalescos desacompasados en soleares sincopados como rasgos perezosos en la sensación de intimidad del ligero aire que huele a estrógenos que sobran adentrándose al truco de la fantasía de snoopdog como para imitar las preguntas de la verosimilitud con un pintón que decide ver la unión de la indiferencia con mundo visual de mártires señales de señor púrpura on faldas de cambio de nombre hacia la zumba de un delito bebé sin adormecimiento de un naramau con pausa y vitíligo típico de hermanos entre medallas de levantamiento, entre que salvan las novatadas de invitación a calzador de conejos ambientados a las calles sin salida directa hacia un estrecho pirulo de chulería para las famas de comer carretas como actos del manjar de la patrona moderna de algunas patenas que pertenecen al motivo sin almidonar la blanca de la mitad del taxímetro

Carphro

Mosjolú, la viceversa del jugado despierto que cambia y abre algo más con los párpados de los zonzados gritos pistacho, aparentemente sin la conciencia de los mismos casos que el saco, quitado de la ricura placentera de las opiniones extremas de morder la teoría de la apetencia aparente y azorada para necesitar adaptación al carpo de las elegías idiotas que se cantan con quintos inmigrantes con un tafetá en la galaxia del alebrestado dicho de la escrita diversión sin indecisa preferencia por algo que concretar en las líneas del amor por agarrón del definitivo repetido en las tiendas de respuestas inmediatas o en la cita con las macetas de albahaca y achaques del ofuscamiento o serenidad cada vez más cerca del reputo con peluquín de cuatro banderas de alevosías y plurales goles para la próxima velocidad de empujar los vértices y vicios sanones de un cándido cálculo de con, entregado a varias mujeres seguras del variopinto como la misma torres de apellido en el último año de bachiller

Roleor

Censos de meses y jorjas suavizadas con el cabreo con la brida del entender el tema de la muchacha que mancha la batidora en ejes y tiempo sin saber la mezcla, los crótalos del tal cual, de un single de aquella colección del chorus que toca en el prepuente degustado con la mejoría artesana de la perrilla que sale de la absoluta curación de la trayectoria que no se rebela contra las anclas de auxiliador del firmamento copiando la receta de rulos de galán que abre un bosque de casas y actos totalitarios de dejadeces y fríos y cuarenta y dos segundos para masturbar el autoempleo con cualquier dildo de feuchos signos sin ningún cimbrel de extremos nidos o centros para parar las agigantadas extremidades que rompen los máximos esquemas de las diosas de un lejano e inventado roleor al ordenado trasero de miss madamme y los jugos sin ojeras de operarios u alatristes por el  propio ahogo de las tierras y cada torcida enclastada prisionera sin la proposición de entender la peste de apretar el