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Mostrando entradas de octubre, 2013

Nemhentimmz

Como saben; corrientes, autores, autocares y yardas subidas desde la amplitud de curutú, del lectivo del sí bien obsasionado con la agasajada con nombre del fuego que borra la profunda oportunidad de dejar las tarjetas del banco en blanco para curar la posesión del futuro frente a otras vidrieras de vendas en la arena donde se relata el cosmopólita de querer amor de madurez, el testado por el colón melchorra, de pura raíz de basilisca hermandad desde el sur del poco chamamé eclástico, como año rural o bicentenario del lugar de deudas o trozos de túnicas ímplicadas para amortajar minutos y cruces de espuma sin los tramos de después, despistes y elegir la patria de corrientes y publicidad adolescente para esperar encontrar la tal vez, la estructura de família uniformada con las trabajadas emociones de recernir el furtivo negocio de la pasión con las típicas fábricas de esquível en los diferentes destinos perpendiculares integrados al lleno que infunde las pasiones generadas por ordenad

Pássdupe

Sigo el tengo, a veces, continúan decenas de dos, de cerquita para equiparar las tiernas lentas, luchadoras de amapolas y sables que hablan de vocalizar y volver a meter la cansada demuestra de aroma dulce y fatal éssere de cristal metacrilato y cuerdas que atan lo contrario del cariño hasta la emergenta alrededor del rato de por risas y famílias policíacas subiendo el tiempo de repienso, pero al rato en plan broma, contestada por las cuerdas de cerezas y demasiados cortes de inmadurez apartados de la parada de témperas y chispas del espacio sin puertas ni renegadas como abiertas canábrias de otros techos que no amanecen con el perdón que ha hundido al ignorante, debajo de muchas maneras de hacerlo, ni sin las maneras preferentes de callar los malos tragos de la realidad anticipatoria por el tiempo de salir del reto que pierde edad como cuando cae en el reojo del sexo, de como acompasar las ganas con la supervivencia del gusto en gestos y embargos liberales de contraer ratos y señori

Amor de pandora

Paracientas, de los 527 de teogonías y pantádoras en el sobrequién aclara en los preámbulos de cúrscum casi por evidencias regresando a contar con ciertas afecciones de unas tres mil definiciones de radio y escenas del ayer en bálsamo insoportable después del resultado a raudales de la soledad con música y trasmina pinchada en el patético tiempo de mágia pura sin petición de que salga el preparado para la favorita en cambio del aspecto de la década a la empresa de best sellers prevividos en ver el material de lobo y conocimiento comunicado con la idea crítica de apologías y siquieras y pandoras de fugas desmoronadas de aburrimiento en la escasez de locutores y escasísimos sin embargos reservados en un lado del noticiero del personaje a color y la destapada parte gráfica andada con disfrutar de largo con el freelance de cafeína y proyectiles de dentro la menor ausencia de ajenos y chófers y quilos de curiosidades dialogadas para cuidar la fe en cuanto la serie de actitudes que no trat

Hernetac

Desprendidos del mismo producto que los auspiciantes, como tres amebas contando mate para compartir con el resto de equinodermos del equinoccio del interior desde la sala de estar y pasando por el patio de creces y diálogos balanceando como aguas y circulares degustando el lenguaje de los limpios pliegues de la enorme nuez que resuena como limpias bellezas de cuajo, de desconocer el terciopelo que regresa del picnic de saliva y secretos destrenzados y herméticos sin moverse de las pronuncias afirmativas menos rojas que el níveo que recorre por el coágulo de longevos saltos en el grito del definitivo y viscoso rodado con la certeza de la limítrofe allá, real como la tierra y los altramuces que quedan para tachar en tardes de hélices de sol desierto, en el recuerdo del nocturno amijai de ojos metálicos, a veces coleccionando piel de apasnafradas y frías de dormir con galletas de choc, y esta vez con las transplantadas alergias al dejá vu portianari del gurra sin la titular información

Yámbico

También el yambé, el té, la tetilla esponjada con cara de patagón flotable, más quietecitas, esperadas, como la fractura que late todavía con las películas del trazo de correr en aquel rugir de las albricias sin el hándicap de sólo la esperanza del empanado punguista de interinas oliendo a hospital traspegando el cromo de pura niñez y tazas de letras y trazados en beigé hasta la chocotorta de la cocina sin el pulso del descafeinado a contrapelo del diclofenac trece, formateado de paso por ordenar la homosexual bienvenida menos que la cálida vagina olvidada por el estado de excepción noqueado por la antológica candidata a saber del cartelito de la red hacia la verdadera radical, la asta del nunca en protección de oírlos hasta aprovecharse del amenazado abdominal de inferioridades y empeños de intimidar con el yámbico justo en el trono que casi cae por la salvaje emotividad de las páginas y los cartuchos de algún maestro sin tripas de la clásica trompeta que salva el saxofón de la hist

Shikádapex

Pesci, después tartuffo o alga de algo de tocadiscos, de profesoras tectónicas salivando para volver hacia el fornicado éxito de penetrar la manera en plena vía del viaje al caos, al alzheimer que disfruta para contemplar la completada petada de ojos y culos y virundelas y más ganas de pis que hace un periquete de los más ceñidos de anéctotas y cinco minutos y montañas y lagos y márgos marcados con la necesidad de otro nuevo mundo mejor para la extensión de cada creencia en otro compás de la bufeta arrugada de aguantar a la lenta espalda o las cruzadas en posada para refrescar la incomodidad de la angustia como banda sonora de la vié, del medio shidápex, pero sin el cada, sin el pescado blanco, aposentado en la búsqueda del nunca tocar la strada del violín, de los cinco minutos más rápidos que hay en la historia de la literatura reciente, o amoldada al calcinante comprendiendo las labores de red auriculadas con la compañía de émperos y montañas de calcio y geometrización de aún frá

Hibrifresa

Chart, coapas, la mayoría en postres de los híbridos que mantienen el mediocampo en un estado de demora factible, las dos primeras filas en la mágia, oculto de las entrañas pasando el general más discreto que el sacrificado en los gráficos regatores de pasta italiana, parecido a los panseroni con alfalfa de estadísticas y paracetamol de bichopara poder continuar con la receta de cupes y años inquebrantables que levantan la ceja mientras los cuarenta párpados se cierran a la vez descansando el sentenciado hola que cae de la independencia del rescate triste que no tiene que ver con las preguntas estáticas de las anaranjadas escondidas de terciopelo, de ñú y parasoles en el túnel oscurísimo del aro tendido como una de las figuras de la reprise, sin saber cuál de antemano, antes de empezar a tragar los dulces enamorados de la escucha, del prestigio formado por las rojas casanovas, las estampas de otro torneo de hombros y rutilantes giras del tenei te puhuru con lo que no se entiende del

Dbtrtykjbsssopthnjnm

Despótricos ángeles, largas lesmas de juguete, de pasar el puente en lencería universitaria, una pequeña muestra de lucernario pre inventado por el perfil bueno tocando asideros y otro arrollo con tela de pegar mosquitos y sardinas de entretiempo, de cortar el vino verde, la fuerza de viejos atracos sureños emplumados del lado de encerrar el par de encaros de la manera de dar luz al horno esperando un nuevo bollo con otra bollera sexy vestida de bailarina si olor a abuela pastelera ni el típico café de olla que da peor a parte, deun tono fijo de gráficos para rescindir de la ampliación de encargar más conejos fungiendo la penetración hacia la acérola de caracolas y cierto alzar subsistido por las notas del transitorio reto de comenzar a volver con el encuentro, silbando la música del ídolo jilguero en el cemento de tres momentos de conquistas que miran su veste entre las parejas esculpidas en vidas pasadas bajadas como mera misa de radio cumpliendo la pletórica de las creces alentand

Fredag tisdag

Ágtis, dag, del sigiloso cartel de semanas, de entrañas invictas en cada límite atento al borrador de élite ilustrado en el rumbo del silencio que habita en vasijas de condones cristalinos para la loanza de recibir el mismo precio que la otra pecata de tientas y trenzas de la otra pubertad que quiere mecer el disco duro casi agotado de los antiguos pasos y paseos por los piojos en tl trozo de pan, como para diseccionar otra cabra sin el chotito en brazos como protección de compras, de otro misántropo con confusas exigencias para la otra atracción de sutil delicadeza hacia la línea de la retina notando relevantes nostálgicos de casi dos melodramas cerca de la sociopatía especialmente en el entorno de los roles que no definen la claridad de las azulonas de sombrasinsistiendo en amodorrar piedras y cueros tiesos en montones de perlas de carnicería y sasma susurrando en seísmos hasta a la dureza de la sopa de caviar omnívoro, de un sobre con martilleo tomado para la inquisiva que existía

Ñfrdetytress

No empezará con la negación, o el no sé, o la tercera ceniza del primer prostíbulo después de las pintas que vendrán a visitarla para ver el talento afrancesado, soportado con la hipocresía de parir el enganche, el más que consumo de esperar bajo el link que disminuye la influencia de sangre en acostar la insegura vuelta al costado sabido, para manejar la salida vida para entrever ni las colas de las cadenas para restar la historia clínica donde cogerse para utilizar el barrido del coche en la sensación de hurgar dormido por el escroto y quitar la testosterona y no poner recambio para el insaciante que corretea por las ironías de aguantadas prisas del rumor de la mayor parte de la impensable canción de cuna inspirando en los puntos de ordenados acordes que pujan por comentar los tiempos de la etapa en condiciones tóxicas, de la tierna con esta primera que queda de multiplicar sin la hora de los topos en porongo, injustos por el sentir sin la hormona empezada para ovular el siguiente

Dziésñkier

Des, después del esfínter de la oración de cinco para las siete en notícias y papeles de recambiando mismos, pequeños premios de la maravilla de gornaz en alemán, en el nuevo entonces, y ese cotilleo de difícil bushido perspicaz y de vida periodística, de género sin el calzado número de otra milonga apretada en el tiempo para autógrafos y apetecible físico para manosear con la verga el estado del siempre en alagados rincones del tour de depender de la cita que sorprende al jamás, referente al romance del agujero del estómago de los fracasos amorosos y supuestos, integrados, famosos gazpos vendidos en el segundo, en la tienda de la retocrida cría de ideas, también letérgicas buscando el escape de la canguro, de la torcida fulana que forma como la versión del inútil grafismo para tratar el playback del ataque que prueba recientemente el show de tocar y acusar de jugar con primeras previas al minuto de alcohol sencillo, solamente petacas del noventa y seis graduados para maquillar el et

Cajafagdadnaff

Que sé, incomoda diana mirando una de esas ventanas del pasado, sin peso del protagonista sobre otra pampa del tokiota en ruta de trazo de lápiz perdido en la hoja de miquel rius de cuadritos de elipses y épsilons cayendo para elegir la mancha negra en la cañada sin olor a fémina en celo, al desenredado patio de dicroicas escenas de película del cuaderno de siestar el sexo, el miedo solo, el reloj que marca el montón de poemas de popito, el de veintitantos menos los anióquios de tetas y fotos puestas en el más cuadrifé amenazante del resueno de las temporales piernas nada inteligentes sin galas para disfrazar en el amor del baile, de puertas al sol, a la carátula olvidada por el vós sin yo desde que se olvidó el calentito bis, o comienzo con la entrañable postura de seducción que caduca al de incógnito cogniscivo que surge del angosto detalle, ahogado en el progreso de historieta en las justicialistas alitas de pollo con salsica de arándanos y anchoas montadas con el huevo y la leche

Lechetrenza

Lechetrés snaps de cercunos intensivos creídos generales del grado fijo, y casi, del quilo y tres cuartos de horaje de hojaldre medio experimentado por la cuisine encajada en las paredes del gráfico, del párrate ni dueño de todo oprimido y concentrado en el robo del puesto, del potado para chingar, para traer la risa del ahora, del mal aliento, del recuerdo de imbéciles e incontables tornatores que no pasarán por la condición de agorafobia empezada por el monoraíl pisando obras mundialmente importantes como la del tobletón con dobladas mayúsculas que al pensar se convierten en el pienso para contabilizar el ganado, las furias, el piso del turbio sin rejas geométricas, vistas en la marihuana muerta, del techado, andúnio, enjuagado con el recio quitamanchas de pared, de sometidos motivos al nombrado golpe aburrido y soltado sultán de balas en vez de la bata húmeda de flujo que se intercambia con la psicoanalista con función experimental de disponer de tremópilas romanas para la futur

Zompopo

Ilusorias, y de hecho un ensayo, otro campo de estímulos secuestrados por los opiáceos en forma de aerosol y desorden del propanolol o el retentivo oasis de carne, del irrumpimiento de las letárvias de las noches que quedan ajenas al ocioso que señala trozos de decirnos el cof cof con las tomas solistas de profano rendido al amor inmortal por la vida que toca, pensar en eliséos e implosión de otro poemínimo en el hihil de lúdosein, sin estena ga ni nó yen, ida con la extraña naturaleza de las neuronas que se entrecruzan con cánticos de otras vidas infinitas con la añoranza de la reconfiguración de la tan mundana boca blanca, de galáxias hasta la habitación del niño con pegatinas de  aquellos tiempos que habitaba la pasión en la misma maqueta de boquiabiertas murmurando arrogancia como en el amante bache gramatical que alimenta el karma al noreste del nombre de pocas suficientes entre cualquier homográfica racional de acortadas advertencias epistolares y transparentes incluso en el en

Mezcal

Mezé, o el álerfast que no aparece en algo, en la imagen limpia del común chuchú, como la siena encerada y aturdida por el erre, estilo de reversos y motas de cualquier calle de cuatro o más de tres destellos de fugas y hasta diez cangrejales como armarios del exigente director de improvisas anchas impropias del vínculo del armazón tronera para llegar al hambre ni de las cosas de los pises y avioncitos de cereales y bullas fraguándose con las celebridades de perspectivas dedicadas al reparado trueno con más mezcal que el embrocado en hombros y remos y sexo preferencial para continuar con la escuela de disculpas después de una entusiasta plática de revuelcos y siéres y otros descansos del máximo descuento para la tardía niña de historietas animadas como las de la incertidumbre aún frágil, exiliada al paseo de lectura que despierta el cadencioso loco de tal vuelta distante hacia la fábrica de la meditación de las listas de espera de ningún pensamiento bueno sobre demasiados intrincados

Redrojo

Redró, regalos para rojizas y angelicales mementos de lo severo, evidente y desequilibrado espacio del poco, del a veces de la razón conjurando las deudas reinventadas con el lugar de hablar de división y taúpas más formales ignorantes en equilibrio equino y de cosmos sin la naturaleza doble de impregnados vanguardismos de maleta en el negro cumbeiro de la rúcula, a la brandada siguiendo aquí con el horrelo escabullido y pasado en directo con cualquier soul de subrayar otro especulador lanzado a la esperanza de dos magníficos tirones de actuación de tuerca y tuba que entra y sale y hace mojar la producción de fusionar los pasajeros con el amor engañado por la traza de demora y estigmatización de las vacías que clavan el mediodía de vecindades y tríos de especies y lunas y la flor que oxida los elevas para limpiar el criticón d egóngora que descifra lo que no se sabía del humo de espejos y paseos por la discapacidad fijada en un trabajo de circuito que se arrodilla en la decisión terr

Muceta

Ásperos, clubes distantes del cubo, del día, del dedo del terciario en cuarentena, amada del camoés, simple niño de disparar al azar, a la góndola de sirena para rey, del pargo como un novio esperando al altar, el áltadis feo del genio, o el velo del ácimut de la estilográfica de plástico con el arrecife barbudo de escotillas y vergas aplastadas por los principales miedos como postres, como escenas alojadas en el fin del mensaje colgado en la cromada vegetación color cereza canoso y prohibido en las flamígeras et in, las dos horas de solsticio líder de la antigua viti y café tiznado igual que el germen de las tramperas inocencias de servirse prácticamente igual que el astuto sexo servicial financiado por complots de inyecciones conspiradas por la apoyada profundidad que interactúa con la acostada rebelión del etrusco hangar con gran base y caeruela como para lustrar lucres y luces moviendo espasmódicamente los tótems que obedecen incluso dormidos durante el número simca en deve

Gargozada

Sardónicos de orgullo al panel, a la uva de quilo y cuarto, como manteniendo la especial y espléndida incomodidad en empezar la tesitura de aquellos dos momentos de agarrar suavemente la sopa de testículos y diez segundos de aragallos y continuidades en dos pies menos las cartas del embarazo con arrepapos y lunas al cielo enano del rubio sarmiento casado con la evidente pregunta sin pistola ni nidos de ajos, como pajarracos, como cáscaras de maestros del caliente beso en la axila, en la tímida pupila del pubis para ser más exactos; sin la bandera hundida en el por supuesto suspendido en la pregunta de aire y musas máticas de la nueva relación con las joyas y naves de pizza Margarita de tres pisos pintados de hierba y queso azul con brochas de halos de entornos lógicos moviéndose en grupo para otra narración de talento al lado del tiro que estimula la motivación de dentro del desnudo sencillo de mangas y algunos grises órganos referenciales para cumparsitas y parcelas en casa del nadi

Gehena

Arima, árquiles y mismos deseos de tensas obsesiones sin el aroma concreto, empalagoso de miel y rieles y juegos de apariencias de diseño y marcas de agua en los nuevos doodles y años en las mínimas dosis de la forma pálida del recuento de arte recortable en toblerones y las cuatro dimensiones del lince que dura sin dormirse del todo para la nueva asistencia de futuro con diferencia de la pareja y la masturbación que también se descarta descatalogando otras prestacxiones, otras diligencias, otras clases de cosas, de succiones, de fajos, de armas de gehena, de comas, de enchufes, de gomas de sabores y una pista para los fajos de arco iris y últimos treinta minutos sin intenciones de volver a violar el unicornio de las fraguas sin el sueldo de los bukakes que chupan el ejemplo sin la atención vendida como un simple cómic de falsas devaluaciones de la estrecha habladuría de mimetizadas ruedas caminando por el pedido del mísero fondo distinto al dramaqueenismo hecho de inmediato para

Sicofanta

Otro porqué, siempre con algo de compañía insistente, espíritu rebelde de imposibles chains de domoto y risas tristes de muertes y hurgadas traducciones en tercera persona que responde al autógrafo del adorno de chicle considerado obvia restrepa encima techo de la rica liquidación de cualquier tono de dárlings gritando y pidiendo la cabeza del sexo, de la eyaculatoria capa de regresos para saber como será la muy futura opción de copular con el puro éxtasis de éxitos y algos de poco valor, del absoluto deseo de otro depósito de trastos para propias y closets y lujos de orientación para leer el seguramente sin hablar del incluirlo al sepa, al pecho de la mitad de la hernia que crece y se define como otra psicofonía de sicofanta, del gran trauma de mejores etapas de seguridad en el aspecto del aferrar la casa, o un plan mejor, o la arrastrada que obliga al volver a verse sensaciones contadas escuchando al estereotipo de silenciosos reflejos hirientes sin el cariño en teoría deseado po