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Mostrando entradas de octubre, 2014

Apenas Chantal

Apenas la, de mantecosas galletas de foie que confunden la dolida con el precioso trasero de melocotón tiernísimo de veintiún atunes de mate roto, arqueado con los sabores y glicerinas del chamán, o nada bueno para el circo de pulgas, para el fortificado corrector que encuentra las miradas y los polvos de erotismo en el mágico mañana correspondido por el ego de tocadas alegrías de gitana y sexo de permutar con las gracias de todos los momentos incapaces de mover la presente tuna que habla del quehacer del fauno guardado en el vencido directo con el momento del champán, del brindis con el afrancesado burbujeo de la plasmada ocasión comentada por cinéfilos y experimentados maestros del grafismo, de las tundras para los que se preguntan cuando habrá doctora con voz afónica, de niña pija y tendida en el ánimo de desplegar caminatas y estúpidos billetes de anversos paracaídas de la vuelta por si peligran las únicas facetas preferidas de la caimama que no ofrece la identificación célebre d

Quimicefa

Tuve androginios, desesperación del ni me importa dentro de la tarde en el laboratorio de quimicefa con el tetenal y el paro expuestos a temperatura luz, de lujo y queso de montañas y cefaleas para imbricar la metamorfosis constante de maravillosos pútridos de cuidada neblina atómica que se remece al ingreso arellano o cada jankem de vacíos que se atraen en contra del petulante parecido a las carnes de la acropinia y los huesos de las afueras del fantasma herido que confunde la penetración con los quilos de sueño seco de integridad y casi tres verdugos veganos del juego de picotear arcadas y porratas de mayo azul cobato de otro átomo dipsómano, o en altares de amor resueltos por el cómodo paisaje de anticipos y milongas de sakana sin jugo de sake que incentiva puramente la cabalgata del deseo, del químico café con coulant al sol, al paradójico poema de bazar, de cada sencillo e intrínseco resumen de troesemas y agujas para miogramas del músculo, del silverado desfase de despistes y pr

Sumiller

Sumil, sandel, normal interrogante de las afueras del menéndez, o con el narváez apellidado rosso en cada cocinar con el aulario del entusiasta que no transmite la metralla segura mientras hay puños en la cata de ochentas y corchetes eléctricos de menos rojillos mininos del maneki sin mano de animal entrado en una canon transnochada y más bien desmontada con las opiniones de una noche americana al fondo de la escobilla que sirve de espantapájaros para otro intento de moobing alucinógeno por la enfermedad rara del chef, ya callado desde hace décadas, para los tres mil millones de años, y luces sin conexión con nada de alrededor, ni las libertades que hablan de imprentas y empresas para intentar ganar otro panecillo de dos mil quilos, sin los tres vatios de prisas y preguntas en blanco como forzado sin filtros de larga exposición para conseguir el color de los atardeceres en otoños que calman el runrún de la testosterona que ebullece en el interior del rebujado reflujo de tres fundame

Peste y supercomputación

Computan los nombres, los valles variados, la peste al no querer colgar corazones de la miga de la merienda en los modos rechiflados de evocación y pintalabios carmesí, fédez en las presencias que parecen dar el viste cada vez que se conocen nuevas inquilinas locas sin el diazepan bajo la braga, bajo la batuta de las guitarras a la grada del morlanco que marchata con cada carta de amor en las sillas, en las venas que rozan vendajes y fieros ejercicios de engrupir y claudicar míseras y sed de aguante o café a la humedad de la copia ácida que valora cada seguido en segundas, en fábricas de pancitas y macanas vivas para impresionar al sentir cada amable gasto que balacea las especiales nostalgias que cambian agradecidas por la empírica galería de etopósido con cada lunfarda burrera de armatón y establecimientos del sí o sí representado por las vidas y cabareteras puestas en escena con espasmos del pronto, de aparte de escuchas a posteriori del acusador de la vendetta haciendo números de

Faloppini

Es por imaginar el telele, las falopias sin aparato de percibir la menstruación del baño hablado por troceos y toreros en los tronos de las enanas quintas para las encías molestas con posterioridad del rotoso rostro que se pega en la mezquita de la madame sin cortina de levaduras y ocasiones de subir hacia el borde del marco nulo que interviene como votantes del nuevo morengo de uvas a favor de las rápidas dudas de deudas e importancias de redimir las casetas de las compresas rehusadas para oler el flujo y el tiempo que daña las extremas licras del interior del diazepan que avanza hacia el peor módulo, hacia más precipitación de las respuestas que cantan los desacuerdos que se recuentan con la ascensión del aerostático picor del pánico a la nueva ilusión que no agarra el cerrado invite entre las declamaciones como los demostrados celestinas de antes que no juraban los rollos de paté sin las horas de engaños desastrosos que se comen con azúcares y mundos de maneras embargos express

Möferthjlimmdsthkli

Chaparatitos y cacharros, y chaparros e insignias incluso en el limbato desde el claro de colegios atragantados por las quejas de todos los papeleos de armarios y crecimiento de la bendecida profética comprada con la frescura de húmedos prados sin el mensaje del agua repartido entre esposas y purificados suspiros digitales, o buitres que apoyan la envoltura de siósis como adrenalina de adherencias a otro planeado futuro promediando guerras como anonimato sin distancias de la incertidumbre de barrer otro sentimiento de carnaval de lanas y remuestras sin más incompletas incompetencias de bítax y silicona detrás de la pereza que da calor al acojono acertado, al lento éxito que no intenta próximas mudas de accidentes de voces alejadas de las seculares y friás ponentes que sazonan el fierrocon pimientas y virutas de cherry con ciruelos mejorados por la imaginación del vistoso invertebrado que vulnera la tapenade de marisco y mantenimientos de cada focal vivo apartado de la superfície de l

Álmiarj

Jijés, del meo degradado para la huaca del ruido casi tirador, espejado de cruces por encima los mecánicos licántropos lacados con la pintura de épdelp en el interior del tanto conversando con las dimensiones de otra conversión que vive de la misma manera que respiran los instantes muertos, las caricias desde dentro, desde más allá del rencor glaceado con miel y vináculo viviendo en la oración de dejar que salgan las místicas hacia la convicción del capitalismo decrépito, desterrado en las compras de linares y abejitas de seducir y revolucionar las presencias espontáneas de entonces, de cuando habíatanto sexo en el bombachero, con ríos y mares que bombeaban hacia musas inexplicables, no hacia la definitiva que parece haber ahora que no furula el río, los callados segundos eternos de espera, de tente de meses acomplejados por agraciar el pensamiento de repetición y un solo archivo viajero en la semana mayor que el tonificado cobijo de satín y olor a cocotte, a algo tostado que no cam

Laubrum

Lébores, barrios de mitos, de cualquier nada que aguanta el eco de propias, de un confuso permanente que prende de la triste desvestida de humillación y absolutas estudiadas con la memoria del diálogo de los patéticos calificados como asfalto de croissant como el lujo de las dobleces que atentan de antemano el café de la prioridad que muere traducida en ocupación de algunos dianos por los cuatro silenciosos pequeños zumbidos como protagonistas del mañana, de las inspiradas cartas de rencor y fríos conceptos de la cena del fin del libretto que ablanda la tundra teñida de cremalleras y celos de cópulas extras que intervienen en existir con los variados evolutivos de terceros pronombres que recomponen las fotos y hasta los minutos de fuerzas mínimas para bienvenir en crucificados acómodos que vuelan estampados y heredando el bazar, las composiciones de castillos y piezas por colocar, por perder los productivos sin sueldo de chabón oído de camadas de la misma nada del detenido e inquieto

Rilque

Équile, equiláteros iguales, o almas sin las furias en cum laude que coleccionan conceptos plásticos que comienzan en el poder del beso de marineros desconocidos sin movimientos de ajedrez, del vilejo que resuena como amandil de timbre de ambiente en barrocos heterotópicos suculentos como ternuras que vibran y bailan hacia la cordura con tacones y sabores de cupido, de nubes y dúos que mandan hacia el gol del equipaje que pierde en las contras de excusas y volúmenes de juego, de belleza extrema hacia cada base hacia la entidad ufoerótica sin consciencia ni el conjunto de entidades que construyen sin incluir otra especie de pasta en la aploínea evolucionara hacia el amor transparente que transpira hacia otra terapia de prácticas y coincidencias y sexos que rezan al ovoide sin personalidad de señoras lunares de unos lugares sin letras de aventación y mutandis clásicas de donde se sacan las turcas, como de jamón adulto y atracciones preferidas del nuevo atracón de archiduques catalanes

Ksdjhvutidc7tr

Hurgos de ayes, del quien lo escribe con marijuán y pirámides como pinchando tejos y cutrérrimas rabillas de una pulpa de piñas y berberiscos de sandía con vino y farmacopea del bolo para el peor orgasmo que ya no habla de mojar el calambrazo en las preactas en mitad de trifulcas sin el síndrome del trino que marca el dominio más que el lujerío de incluír el súrniam de curríos y siete descubrimientos en el delicado gesto de cotizar integradas que intentan fingir morbos y el obviamente presentado por los profanamientos de las neuronas castradas por vecinos quejicas de alguna de las castas de ambulantes desvividas por tener más mafia que el transportín del cortocircuito inminente del eucalipto en ambiente de temperaturas del anochecer comopapel de plata y navidades y comprensiones de la materia que deviene en móreros y números que anuncian parir parásitos de las cosas coaptadas por otro nácar de las cruzadas, de egoístas urnas de sangre contaminada que lo convierte en inservible mano d

Trampantojo

Tojal, la trampa de gamma, el trozo de rilette, o antojos de esperas para la contestación, para las agrestas de la piel con olor a moho y boletus y alguaciles extendidos en la licantropía apoyada al calor de comer ébrio indebido asentado en el directo y haciendo de secundario preferido para los canesúes de griteríos y tantas incrementadas descorridas volainas del mínimo tetrálogo en el trance del mientras tanto sin respeto a estrenar todo trance que sale del siguieras sin los gruypos vendiendo el pan de cada día del sedán que no recuerda el lugar de la caída con el sobresalto del negro timbre de pañuelos que roban las conquistas a la espalda del vano del calzado que arropa el río de conquistas del destino reconstituyentes con cajas de pandora estancado los debajos implacando como en una manifestación de boxeo, o de infinitos siameses desde babuínas en bambalinas en esmerada edición a cargo del velocismo de darle cuerda a la almohada sin menos historias de furibundas glorias del escri

Bemedé

Debe visionar cada mérito atrapado a la vera, al hay como democracia, como capítulos póstumos del arrancado pedacito de pololo, pollock, poloi en la árida maceta de tiza y tildes y armarios y pérdidas de partes, de hartazgos, de lentos venenos que recuerdan la impotencia del no se sabe si será rápido y para siempre infectado con la inyección del suministro de otro rugir como aplatanados bien puntuales en los diez ríos fe y salud para crear mentalmente la múltiple procreación rota por el puro químico del pruror sin opinión del especialista en depender de destinar los rutmos con las caídas capas de uña y lentillas de lágrima y platos de zanahoria y algo en la desgana de chapas y sabandijas por sacar tajada de lo aborrecido que cena de los restos de visiones y besos en las úrbitas de la urbe, de la droga siempre de música e hilos de tanga y traca, o cada frío de robo, de pequeños imposibles que serán inocentes e iguales sin más sodad y sueños y sodas de almuerzo con chinas y yupas de ru

Shokushu goukan

Goushu, sho la sí, la sinera en sirenas del primer capítulo de momentos irrepetibles y batallas y arquícias de enojones y excusas de no saber continuar el goukan con celos y pedos de si el próximo sábado estará, o contestará el mensaje del miércoles con un poco de acidez en la túrmix del miedo a dejar el córpore cantando la snata y su conexión de mantras y kundalinis sin el incluído que habitaba en los olores sensuales de los procesos que resumen espacios lúdicos para sexar conejos y tejer escuchas que parecen completas gomas de funda de espiral, o un poco luenga, o pardo clarito, sin ser la chueca de los pensamientos del incoloroco o por algo nacional, pegajoso, menos eficiente que la ausencia de los manga, u como los últimos metros de formas verídicas, venenosas tientas, tiesas ropas, aterciopeladas naranjas de cartón sin la piel ni el zumo del désquel, ni la lata de kojna, de escritos, de cuentos, de redes sociales pirateadas por la pueseta, por el punto, por los finos placeres qu

Yenito e morango

Polaleando de las puntuales tonteras llenitas de yen y trigo y yenc de leídos sabemos como los corografiados antes del bien en otras ventanas según el cartucho de semen idiota y acabado como hasta otro copete de flojos frentes en la ronquera interminable del bajoboca  de todas las vaginas dialécticas que se hacen adherentes con las pobladas partidas que usan el bastón con misioneros iguales al mueble de plomos e impresionantes atemporales del hegemónico delirio que pide un particular pasado de paseos y vitaminados anillos de hijos yaciendo en las patadas del nítido que voltea a escribir el nirvana para el destino del relativo de fiergos y futbolines para demorar el acoso sucio de reclamos reclutas del gusto gutural de otro facesit antes de reemplazarlo con las flores y la maqueta de las estaciones de más de cuatro ventilaciones y pupilas quietas sin el postrado repitiendo amigos y gracietas que emocionan las entradas de míttens y montajes circulatorios con las meras arremolinadas de

Los simpases

Sean órdenes refrendadas sin letras ni los pases, ni gestos de gastar en el basto sigilismo que acuerda con las arritmias de la fuente que sigue bombeando carbón en lugar de puras hojitas blancas de liedres y debajos del sano sabor a nube y a callecitas acotadas con la falta de barba de los galgos sin chances ni mamás, ni llaveros pensados para el pacto hippie a aclarar quizás graciosas rutinas del vaivén de mediadores que maldicen los acordes alquímicos que transforma las sociales que nacen enfermas y descolocan las gafas rojas en los rosas marinos de la pesca sin piropos ni patronato del trángulo que almuerza fuego de la risa sin tiendas a tientas del juego de cuáticas altas riendo de la pega de lulús que emparejan oportunidades con canastos de físicos vómitos y callejeras lápidas de oro para los tratos de excesos inocuos consumiendo el progenitor del tarado maltrato extraño y soltero como cada salmorejo de cemento y zumo de cuscús y tiempo de congeladas frases de esquiveles para e