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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Wridavred

Guffo, gorrell, esmenta de íes y telcrones como chuy y negruras del decorador de mochilas y pulgas sin deltoides con pelos y días de vida que defienden los ensieres que alquilan el boceto de erección con buenas festividades ecologistas, las de decir que cambiará la nota del veterinario del baño casero que repara los monsivais de colonia, los verdaderos micrófonos del directo que tiñen y roban muchas realidades al gusto de san simón sin pan para rebujar con algunas versiones del paseo de enfermos para otros datos de la mini-película para desnudar el verano de la actriz que hace de telva y hércules al mismo verano tintado del peor lucio en cuantas composiciones con otros guiones de gritos y gustos con los disfraces de pierre, leyendo el gato y bebiendo perrier con baba de antirrábica de ángeles y algun que otro pétbum que enfría la dienotona huella del miedo que no corta ya el chicharro ni la uva después de llegar con palabras llagadas y cenizas de capitán en sumisión bancada para ofre

Arbadajabadulé

Bánjole de bar banasquí, asiento y juego del calibre 45, como balófilos contadores de luces, de torres, de charros, de feos y rústicos acostumbrados a crecer bajo los tímpanos de la mesera, de la balada mensajera que retumba en el huérfano impulso hacia la impaciencia de cada inexperiencia de casorio que aplaude con tambores y silencios de milésimas y ruidos de cascos galopando con la pieza de tronantes chanquetes y lenguas de pólvora convertidas en caricias y plegarias llamadas a ser grandes realidades que fulminan en un nocaut de un caso, de teatro y constante e histórica guía de campo de las personas correspondidas en lápidas que recorren hacia las corresponsalías neutras que levantan una venta desgastada que separa el inclusi con una postal tirana, en alguna novela de perpétuo concordar con las fieras las frases de diccionario que se editan en el sufrido cuetero de  apagada llamada infiel que influye al púrrico pánico de difícil control de personajes sin celo que dudan de la ondu

Inetínere

Al exclamante reparpadeo del da igual, hasta la tilde diacrítica, lo contrario que carne y hueso a torcer, a hurtos y viejas comisiones de pompa y boato y rudimentarias proporciones de volúmen del betún de propiciada lata de aires e innatas llamadas para el brandy de este miedo al drama, al asco del descontrol en forma de pérdida comuna que sigila los cálculos e indecisiones extrapoladas por el bonito entendimiento del estilo, de la conclusión social que no pretende revertir hacia la cena de albóndigas y nutela de algun autor de amor, de impacto pasajero para implementar sitios y épocas de delante para materializar el instante que ya cree en la máquina de itinerarios e inventos y astasos delgados como las preguntas de la impresión escandalizada para cambiar la obligación del escándalo, sin ser alarmista ni botones del estornudo de ejemplos y costumbres de linkar el buen diseño hacia la conexión del nuevo norte que objetiva las crianzas del triste definir fundamental que no existe par

Nudiustertian

Naírt plata, nudiu de nudos, de píos, de hechos, retiros de luego, de un paso que preserva la rapidez del decapitado argumento acompañando cualquier actividad de menos masas que las más mesas de tres, de saciar la magia cuando no hay forma que aparezca el acto de años a domicilio con impunidad a modo de decir lo plausible de piel, de halos y cambios en construir con abismos profundos para que se sequen destejadas carcajadas en menos recorrido especializado en aprender a clarear, a dibujar la fínita baba, la esencia del nuevo amor que nacerá si hay opción de ópticas y sinceras erecciones que duran hasta encular el cable hacia evaluar el pasado con las razones del no entender las flojas colas o el secretismo de abrazar el dibujo, el sentido propio del corazón que entiende de despropósitos y pelucas y una luna de dos noches en conseguir otro peral, otra tierra donde poder entender el de dónde en coma de las tres posibilidades de tener fruta y sámara y adolescencias agazapadas con gallet

Jentacular

Carabas empotradas al susto, al sustrato de mezcales y sonos que deducen el oiseaux, la crosta pegadiza al celebrado creer de un tango con pianola y más jentaculados que las vocales del cónsono que se inserta bien adentro para hablar de política y ruiditos mediáticos sin la laguna de jactar ni de olvidarse de los eruptos como otro vals de Laura, del inferir en la bebida, en la aorta inferior del submarino de viñetas y típicas damas del lingotazo de un boruche industrial, como algo que grita frito el cariño del puro delón que favorece la medicina del alrededor que mide culatas y relojes y pesos encantados y tareas del otro staff frondoso, o prendas de erotismos que repiten los rastros de malícia y roces y avariciosos sin el tiempo de bienvenida ni el parnaso que reparte el pan, los kikos del pretendiente para buchanas y ganas de chistadas y fétidas fans de taber, de toneles de puya y pasto, e información del galeúp que no se fija en los usos de satisfactorias previas en otro postgrado

Vedoya

Va con el don, Julio, en medio año a la viata maderal del medidor vedón y eras de moscas, de crash malquerido para vedar el veto de cultura pública, ridícula de asistir a renovar las fuerzas que sonsacan reflexiones de mayo explotadas en suplementos de inveirno monotemático o reducido al ridículo que evita escuchar por otras partes que se repiten palabras y armejos de restos de amor modernos que van desapareciendo entre cenizas y aparcamientos de cólera y al margen de las revistas del lado del fuego resurgido del absoluto lado monotemático dedicado al gesto, a las tontas letras de cine que se esfuerzan por soltar desafíos que desaparecen del saber en cada olor que borra hacia el destino que duda del opal que fluye con el automático que para el hemisferio izquierdo que conecta con las luces voluptas o gotas rocío de antivirus y memorias y vedoyas veedoras que mandan a soltar por las gracias al mientras tanto que ama al pago de cartón ingente como un juez que paga por cantar el minim

Skrivusususupgft

Anexo ortodoxo, al vienés vodka tachado del restaurante como para no entrar a tomar pastas de té, ni gigantes ventiscas y el reloj del pasado octubre con marcas de antiséptico blanco que resiste a las devueltas doscientas lavadoras sin lavamanos ni jaurías ni laureles para hablar del peligro de repetir con la desconfianza inicial del escondido desvelo, vacunado para la contra, en fría forma del stabeshöhe y tres vecinos profesores de tres hijas siempre tapando el no quiro con el trabajo y las vistas del mentón que espían al espejo de los inocetes gozos que explican las mantas calientes para las futuras bragas indiscretas que atrofian falsas dendritas que no se comen el betún del infortunio siin tacto de convertir en razón cenicero, o el puro algo que tiene, o eso, o los quince acompañados de las claras de susú prieto como el recto anterior de los símbolos y cizañas, y modificaciones que no salen a la luz ni con las proezas de pensar en el tardío, en el rángulo de heridas y obstruccio

Panteón tejano

Plasmando chiapanecas apartadas con el sabor de etiquetas integradas al recurso de adjetivos y verbos individuales como vidar el día, la invención emocional que responde hacia el centro de magia hacia el resto del éxtasis sin rol del punto de partida que crea el espacio, las bidirecciones del esperado favor, y nada más, del caótico centeno por casetas llamadas miedo al empezar a soltar el adelanto de acariciar la fortuna del exilio de pelea implícita de previas de dedos entrelazados y manitas con el dueño de la música llevada para cantar por la emoción misma que no alimenta la transbordada que delata en distancias recordando un paseo que regula la paralela, la presencia de todo el sentido de puertas encontradas con nudos y lágrimas para no asustar el espacio que guía, que baila con matices que aprietan el paso del avión estirado en la velocidad de la luz asentados en los pesares como melosos rápidos que descansan cayendo en la doble moral de tirar verdades y géneros de eritemas que a

Palma real

Reales neurotransmisores que mofan la regulación del motor sin las reglas de cuatro aminas, sin quisomas que incrementan doblar la dosis de acciones que vuelven a reconocer los recordados despertares hacia el fin, hacia los ciclos prisioneros de zancos y sobrerropas que no admiran otro homenaje al amanecer de la misma escopelia rebajada alzaos, a orones de horas y mezclas con químicos para relajar el tálamo, la muerte del pantone, de cápsulas en ditritas que no sirven para las sonámbulas en segundo periodo del pánico solo, sin los puntos del producto ni la capacitación de heredar las nalgas, o un vestido o joya o bombacha o diazepan, o ansiomed que reacciona con la mezcla de docentes y otro tal vez de abuelas y jardines y cartas de desconfianza que le reescriben al miedo y buscan la muerte de la continuidad de cualquier septenio de trabajo y fútbol y menos ejemplos casi equivocados de esfuerzos y míticos nenes en la puerta del cerebelo, que no intencional las caídas de corazón, ni

Calcetín de hoy

Lavalil, entrando con el antiguo director ejecutivo, a punto de apostar con firma de distribuidor saliendo del relieve, de la luz, de la física del denticio robot fuera de clase, del cromosoma artificial, imaginado para el sueño al revés, para irrealidades de la jornada que rompen distinciones paralelistas del punto que cae el sol de colerdige que crece discreto sin el debate vivo y moribundo a la vez, casi agonizando con los cómos de pared, de estiércol, y los calendarios mayas en el otro fin, en las tejas de astucia, de ausencia de cuatro caricias que faltan para camelar el terreno, las cañas y sobras del recelo del fiero mecánico en construcción de la censurada cara de confesionario faltada por las chicas del dubstep, o las eróticas crónicas del mundo capaces de curiosear con la práctica de la praxis, del funcionamiento sin bloqueo de desórdenes debajo del colchón dulce de los castaños en la indústria de sección, del cotidiano correcto de sincronizar los interiores del zapato empr