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Mostrando entradas de enero, 2022

Mejárdiko

Reiseplan, cosquitas de coscucha en consecuencia con la trinidad y menos espacios para las cosquillas y llantos por no intentar recordar el retaplén de fetén, o las chapas despintadas de querer volver a la magia que habitaba en las entrañas del soleado retotén, en cuanto tres o cuatro plásticos estáticos y extraños, sin la voz para continuar o realzar el plan de alcanzar el limbo instalado en la proa sur del apartamento que corona el magnífico tazo a las seis y veintidós, con tres golfos que todavía no han terminado de enterrar la semana de primos y prójimos y ruidos de orgasmos y veletetas y quejas que no tendrían que arraigar en el propio cerebelo de verduras y acompañamientos fieles como de mirtos dormidos y menajillos y ausencias faltadas por cada hambruna de traseros y algas nori y olores a los tiempos de vígines y hamburguesas y miedos a reparar en lo peor, en las fuerzas ingestas de titubación y estalactitas al frío para subir a supinación sin contar el tiempo de sedesterio, o a

Viveriaro

Cormoranes en maridage, cronos siguientes, relojes, armarios de lasaña de boletus vívidos y aquella tralla delicada a mas baubinas que mujeres y sísifles por secretarias modernas que petan a la antigua los naiser daiser y las letras nostálgicas de la vida haciendo la fuerza con el optimismo que iba por el otro lado del contenido del cáustico que no cae en la acidez de la sosez en el acceso de aburrimiento que conlleva en el conreo de la pura explosión encallada y sin dirección de los gases hacia el supletoriosin actuar con las habladurías de noñato, o del anticipo lleno de gente y leche americana para succionar y golosonear como mil caramelos de niños y bandolinas y condones para el polvo de dentro de dos días como acordes de la dignidad y el prodigio de las campanas de fiesta, siempre hacia la erección del miagro vestidito de luca, o conejita para penetrar en el vesvinito, o en el ateo de enamorar el invento entregado en la correcta salina de más ramos caprichosos y de buen partido pa

Garándala

Eigubar, de bolsón cerrado por esporas y espátulas con mezcal y cocleares para ver cada rincón de las dos caras de granádala, un salvaje deseo entre arder con faunos y tabiques sin estrellas ni colas que subestiman el recargar las miradas entre espejos y habaneras para recordar la caricia de la brisa del desembrujo plácido que rearma las retóricas, en mártires espejismos sin par, ni aquellas elevadas glándulas de frutilla y tres garlandas y algo de galones sin el señal oscuro de los galgos y las hipotecas sin plazos para promocionar la exportación de aceites y cajas que no vienen de la recogida de los conjuntos de chocolate blanco, de almirante perlilla para adelantar el mugaday sin el perdón de hacer programas y resistencias para aguantar la otra vez moviendo las oblicuas que no suceden con el fin de los sauces cercanos y que no haya túnel de luzen el todavía natural, o la ruta, o las envidias de agujerear los años con la mirada, con las opciones neutras de no recordar el no saber and

Jaaizejas

Jaaijé en cada pequeñez casada con el cansancio del pacharán de oro, que no conecta con el pase hacia un éxito de la pura vida, la que corta las múltiples experiencias de negocio, a saliendas, como tientas de exámen de geografía y ventas de algo hacia treinta y nueve corchetas y latigazos en las lamas de la canción ques e excita con el canónigo, y cuatro apios de vísperas al quejo del quecado que tartamudea y corre y se vuelve a llevar el olor rubio, perfecto que no confía en sobrellevar cada asilo en los cinco, o diez minutos de nanas y marketing y aquella repetición de feria y barro y burro para hablar de la mantequilla sólida, conectando con la negación que queda en los horizontes embrujando cenizas del dios superior, o de los recuerdos de cada verano que no razona el fin del gozo engafado por el ritmo de las hermanas del cuento, las principales estrellas salvajes despertando un snorlak como partner de la radio hacia la época del pedazote del contacto para códigos y el mundo de los

Pārcātrē

Pacatr por las palabras esotéricas y los pequeños palmeos justamente desagradables, o clochas lejos de la caraba, de entrar en el planteamiento de carambolas con suertes y algo de vidas y predecesores de circunstancias para el prarcatré como montañas y fusiles sin el contexto de preguntas extravagantes como para domesticar la parte externa de las damas que corrigen la fugacidad del permiso para echar en cara la dependencia del proceso de rotura de cadera, como en aquella intensidad de elevar la antemano genética y aquellas elocuciones de fraternidad y empatía, y buenas noches en cinco minutos y tres recuerdos del gusano que no se acopla en el preservativo del clericot, o en el después de tierra ñora, sin la pitufada ni los nerditos de ajuar y medallones para el orín no vaciado en los petates sin diatomeas ni erejes ni enjambres del concierto que sigue para el logo del vicio, y de los cálculos de meros dígitos del puto jefe analógico, quemante para erradicar los daños sin justa condena

Igua

Igual de igua, de bondón pronunciando la fuente como iglú con un total de fondonismo y una recortada de calasticó y fortonón de quilos y frontones cuando el aneto más hablado, y los invitados de chucrut, de la rapidez relámpago que no revive en el acerca de todo lo que no llega a la competencia directa, y si al venir sucede lo descubierto, o faltan los alados relieves de ecos y mutaciones de igua, hacia las películas blancas y rosas con reverencias y pequeños montajes de segundos y casettes gimnastas sin rebobinar el testiguaje en pesquises o pequíes de piano y cheques para comprar tomates y petting y las ganas de volver a los sueños eróticos y de cuerpo firme como los dieciocho, diecisiete, dieciséis tipos de edad empitonadas por el grafismo de la vida actual, o de las horas que no pasan para seguir metiendo rollo descarchado, y típicas descargas sin la buena pose del olor del más allá, como los trucos de películas de noche que no entran en igua, con igualdad en el próximo palco de ab

Cañacote

Tacaña directa al dolor sin olor de la preocupación estable, entre comillas insípidas y desvirgadas con la mirada de lobita, y las áureas del fetanilo en dependencias y críticas hacia aquella montaña de nombres que no aparecen en rincones del grill grill como reclamo del buen día con la braga levantando el wacom pen y hablando de tilos y trileros que observan atrocidades de varios tiempos del engaño gimiendo y dibujando la gema rubia y su trasero de cañacote como palo tacañodieterado entre piedras y búsquedas otra vez de estabilidad en el verano, como se hizo en los tres anteriores periodos de periódicos y fallos y párrafos para explicar lo que era un cañacó, un tiempo, unas expresiones de lombardas cocottes, entrenadas sólo para dejarse hacer en las más profundas y obsoletas canichuelas de las inmundas piedras, desgastadas de los torreznos con zarzaparrilla y edamames con chochines de gusto entre dulce y salado, o enchocolatado para determinar la ternura, o si serán de difícil acceso,

Exprara

Exprar, o expiración retorcida entre aspirar celos y entretiendas de periódicos y mocos y felaciones con tijeras sin los nidos de pagar por tocar, por oler los tercetos del verbo que construye lo que es la curiosidad de otra escuela sin los libros que acompañan la mente racional, inquisitoria, sin intransitar hacia el paradigma que manejan enseñanzas y copias para no ofender a los pilotos del mecanismo motor y las ciencias exactas sin suposición de cartera de servicios que no atienden a la máquina que compone el proceso del problema de la ciencia con el material de la inteligencia artificial que no juega con el sentido de la convicción firme, como en el algo democrático y loco, y el firme materialismo que acompaña el movimiento hacia un preámbulo del caos invocado como la erudición sugerida por el aroma de la serenidad coronada por las tonterías importantes de la ilusión compartida al lado del proceso de la verdad en cada atmósfera de observaciones privilegiadas con la intuición y sali

Ducuris

Calibrando sin freno, sin ducrú hacia el allá, hacia la disponibilidad interior que repercute el dejamiento ornudilado que caerá en el futuro exámen de ciencias y sánsaras con más datos de egoquetes reconocibles en cada tinglado sublime y caterba en aleceya después del límite de la plenitud del instante mastodonte  quitando el lash de la linterna, del maleducado pedo de sucusú comoseis, como unas jaurías de letras y ducruá en el atrevimiento de no meter cabeza en cama queriendo masturbar e imitar el primer facesit de la pardo, del recuerdo del olor a romanticismo escéptico como mezcla de futura masturbación y saneamiento de coplas y anoxias y mitos para lo que no existe de las habladurías de la glía y el cansancio de la intensidad del frío y las estructuras que se derrumban sin el porqué de la ánfora traducida al nivel lúdico para remirar el pago de la nostalgia con el billete del último verano con cuenta perfecta acontentada al encuentro del filántropo y la andarina que masca otra mas

Bingo wings

Alitas de bingo, sharma, jarana, acumulada en la mácula, o en el revés del adiós, entre el cuando y las lavanderías con provectos de secado y un montón de distopías para llenar la nuez del pollo en responder a los adentros con fibrosis o mitosis macrobiótica o olor a tabasco de ducados, del templo del sexo incondicional con el único guante y las mantas, y el cedido alquiler del simple juicio como inmensidad sin aquellos orgasmos que cierran a las cinco con horas extras y cafés, diseños de visiones necesarias para cada vuelta en madre, en un legado de dos mil volúmenes que avanzan las hormas de otra vié, como la rúa de ratas y presentaciones del combustible en compostaje y algunos tipos de sustituciones de la obsesión por las mismas visicitudes del kurakampakoa más erótico que el ridículo de los años de miedo al lado de las alocadas vaginas que entretienen la llama y cosquilleo, o fin de alas y recelos, y repollos para alimentar pingüinos siendo el último esfuerzo, o el vicio, o las sec

Sialorrea

Sialorré, repaso biográfico del penúltimo biopic del dibujo de poner el equipo de la sierra de segura, y las cosquillas hacia Laura, hacia el olor moviendo las combinaciones hasta tocar el cielo y oler las preguntas de nicette para las pajas e hidratación con los caprichos de la evaluación del fantasio como hongos y lefanés, y aquelllas recreaciones hacia ellos mismos, como para la candidatura de encargos que aparece en cada baño turco en selimim y los comunán que no hacen sonar las partes correderas y en luces de cocina largas que no anteponen las hebras de hierbecillas y troqueos de los trajes de cuneta y tipos de vísceras en lata y patata, y contracturas de mono, del espacio temporal contra aquellas piezas de jaspe abierto, sin saltar con las alarmas al final de la luz blanca del túnel, o de cualquier pared serpenteada con salpicones de esperma y analíticas de márketing en escafoides, menos con las vísceras tranquilas, que rodean cada pensamiento y cada aniquilación de las diosas de