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Mostrando entradas de enero, 2023

Nalacmí

Malaceas, en sí movidas, esmegmas y magneto esferas de prospección fundidas en el negro tectónico, un negro azul de dísimulo confundido con el despertar de la audiencia conocida por los estudios de campo, de cualquier dirección que empieza a combatir y a comportarse como extraña, como incubando la exquisitez de los nervios en el afloramiento de otro todo con calcita y esquislas saltando con la ciencia y aquellas geodas del ahora con el debate entre doctor y doctora recristalizada y más paralizada que el antes de hablar con los futuros fluídos de la parte del squirt de la taiga y los bosques de preguntas pasadas de largo por aquellas vistas de oxigenar acebarra de perclorato y demás formación para la planícia del idioma para dar color al collar del amour aupado por las mayúsculas y matraces que dan igual sacando la cobertura del cobete como bechanés y concejalías para seguir pilotando la vida de la imbatibilidad de las escenas costumbristas que no saben si quieren seguir enloqueciendo c

Dompeme

Domepé, con algo perenne, de plástico inocuo, conllevado para tratar los tártaros, las encimas rebajadas para peregrinar los chantajes con alguacil y berros y cerros para girar con cada invención del cerebro, del piropo de eme y algo extra de bucle y dopamina, y quicios intranquilos como rotundidad intacta y expresa, combinada con cada sachio, cada nombre portugués, o cada obsesión por las cabezas de burbujas de semen, y dibujos del futuro en la bombacha, y olor a cálido, a caliz, a expresión de bereber, de inseguridad matemática, como leonas y amasadoras  del tiempo oscuro que besa al frasco del momento más dulce y frío, sin el cupido mayúsculo que se repite a cada trencho de las cuatro etiquetas de dopé de siempre; entre algo ñoño y frondoso para confiar, para retar otra pausa más larga que la anterior, que el ciclo de palabras y válvulas de escape que ya no sirven como vulvas dilatadas y úteros y otro nacimiento como de falso demonio que quiere lo que quiere y se pajea con soda, con

Yprerne

Ypré, yepre, yeyé de tiempo, de lado, de sexo, de olor a ella, a chiva portuguesa con chanco y tacones con el aire de las pintas al empate de algo que sale para llevar el royal real, o las matanzas del sandwich de moaré que viste un algo viendo para la orden de pescar carreras paralelas al contorno del contable cuajando el famoso refrán inspirado en la mejoría que besará el pan con canciones de diazepan y biografías como el perdón de la actitud del bebé bicho de afuera, que en realidad es el dentro dentado con cuchillas y síes de los huéspedes en forma de cacahuete y monstruos que han llegado para desaparecer en el tris, en el excequio de cuando llegue la primavera, con las moléculas y máculas de más admiración que antes, más resistencia, menos pánico al todo del este del dios, como reconocido para estampaciones nubladas de una calma quemada que lo reconfigurará todo, dentro del no sé cuando; ni cuando la veré besarme los labios enharinados, entercortados por la emoción de la vuelta a

Irride

Dridé, o la consecuencia de narivá, o la deriva, o el punto para sanar las desgracias de la vié, del tom tom automático, como el pelo polar del ñigo verde, celebrando la suficiencia de creer la creación de la sinopsis del ambiente del bollo, y del sufrimiento adelantando la consulta en el cecho de meter el cameo a Bleu para positivar otro ocho a cero de orgasmos vistos como público y pájaros para el show de presencias físicas en el primer paso de la esquina en cada calle puesta al cuello del destino como en la histeria con cositas alrededor del dinamismo a pan y agua como el sexo con a seducción mental enfriada, sin ver la mirada que pilla el tema de la otra monaguilla de Daniela y dridé de corpus cristi con la lecherada en las alfombras de serrín y crispies con recreaciones de aburrir las locuras en la cama de albi y la bufandita básica en las tetas de irride, en un tercero dridé dicho con creces y emblocollos y rarezas del embudo del sueño, o del automático lloro por el customizado a

Ultice

Purga por esporas y esposas de mezcal mezclando el dentro de la alergia de empujar y gritar por la utilidad de ultice del velcro paranormal que abre con la misma mecánica que las tendencias rompedoras de la viralidad de repatriar un conjunto de sensaciones nacionalizadas con la cojera del quinto hincapié de la historia de sopas, gomas, lavajes y bambú como el fa bemol que se hace para condenar los espacios robados que dicen lo que no son y pegan los trámites de concentración con otra super diva estancada en el momentáneo silencio del encallado continuar con el todo del puro poder, ahora sin controlar las horas de entrada y salida del zizanoides en cuatro vueltas de boletus y sombras enredadas en cualquier punto de despegue espiritual, como vórtice del futuro vuelo de lo incondicional hacia el poder de tibio tarisca ayudado por las condiciones favorables que renacerán antes de registrar la vuelta de las cajas de papeles y obsesiones como un maitrí de mañana que separa glándulas y más ga