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Mostrando entradas de abril, 2015

Pexegos

Puso usualmente las leyendas a la allegada razón en la forma de fumar y enredar las historias de abandono y angets como los menos, del pez péxegot, o los bosques, o las bocas de krill, sin decir el siendo de sendas operaciones que titubean la cafeína como extraña discapacitada y al lado sólo hablando de la comida enamorada del disfraz, a gong, a desear los amados chisporroteos de esperma como turbias fuentes de satín inseguro o inmoladas cartas de tecnología hasta escuchando la opinión de tocar el supuesto deber del escalopin de un lomo mudo además de identificado como abiertamente entre bombones y malas digestiones de golpe de bragueta pidiendo la metida, la incriminada sinopsis que cree en la típica recreada en los sucesores de las monteras sin hocicos enchufados al prurito del miedo al tampax mojado de aquarius, arraigado en desesponjas con estéreo de alternativas de voto pasivo, entendiendo la patria de gritos y amigas, y guetos del intento que acumula pegatinas de compresas da

Tótum revólutum

Como una parte que suelta saldos convulsos, como un todo de quitrá prendido de esta cabuya, del emigrante sin incrementos, o libres salitres ligados a los demás componentes como coautor dando participación a la burla, a la vista del uso de treguas para otro cierre, directo al público, a cada teta púbica, sistemática, directa a los derechos llenos de ilusión y pasos para el tótum ecológico, o el tótem de bastardos con hambre de puna confidente que confunde los violines con las mil eternas felicitaciones que garantizan palabra y otra consciencia directa con la tarea necesaria de cesar los conuqueros del material petrolero bajo los proveedores, los pensantes en los enemigos del tacto del buen resultador como vía de contrarias, sólo a veces, después del antes, o más limpio que el primero, que las porterías enanas por el extrañísimo susto botando hacia el hasta, de las ideas entendidas como para jugar a los mosquitos llenos de islam más injustificable que los sacrificados para un poder co

Luz parásita

Siembra perder reflejos, los álgidos algos parásitos que succionan meublés, y escurren para no más sobresaltos con diazepan y picores trémulos e hinchazones para la pulga, para la puesta en erección como en frío, como en malabares de tres pies y treinta y cuatro centímetros de eslora en más del fármaco súbito de domingos, o recogidas como destacables grimas de eruditos desde dentro las vanidades con varios ejes desintoxicados en bosques de mil petunias y menos rosales rojos que de terciopelo anaranjado, como herido de tildar, de celebrar ritos y raciocinios inteligentes para volver a relacionar las partes con las flores del parto y los emotios para palpar el hemorgrama, el continuado mirón, la salsa del asado, del vilo de osotónicas de cuatro merceditas para la nación deaquella media hora idiota rumbo al fin, a las de nadas de los dueños que pisan la prisa hacia el favor pegado a la revolución obsoleta, sin las baterías de la guerra agronómica de exigir lo mejor para volver a patenta

Licuado mamey

Se ha dado la claqueta, restos calcados al robo, al empezar con motejos y motivos herederos como tantísimos semiautomáticos como juegos y metros iniciales con más destapes concentrados en el retorno del juguete sin piezas, como adolescentes y limpios madroños de pasta de la espinaca, o el rebozo de mantequilla al medio del virtual alienígena al descanso del probable colgado en el mínimo de mucho menos que las laberínticas políticas de aristas en el centro de los puestos de comida, de sagradas y enseñadas convocatorias de niñas irraciales, irreales en años, en los aunques de espectros y  monstruos amateurs, o ligados por el escorbuto del mundo, o las infecciones de tres cuerdas violadas o cinco abortos, o los diez pálpitos de la flor, de las ronqueras del tronco, o las pascualinas para soplar con el licuado de la teoría, como todas privada, y cualquier como similar ventando los dientes y tientes de la tinta para adultos, para uñeron y humerales degenerando, y encima llegando como re

Godinama cúvala

Godiama, godínama, me lo dijo al cubo; taller de capas y árques y atacas después de algunos momentos de escena breve sin descanso de la cual, propia del microtexto presenciado en sociedad, en las poses apoyadas que rozan al mundo de acoger confines y pupas de pupilaje, de certámenes y promociones para acompañar la comprometida comodidad del hito trabajado con el gran apoyo del sorteo de una tubera y betún de judea, de aquello que se acaba y no sabe toser el fin, sólo escupe lo vivido y lo que se pudo fornicar con éxito y el metete de moco, demboco, desbocado, pintado en la piel de acuarela, de una tigresa mixta en auge, en los globales como un gargantúa que traga todas las piquetas y voces de perro, de los paisajes de espera en el mercado para textos de la presentación antes de vender características para hablar de testes y lepotas y planteamientos repuestos para valorar los consiguientes, los dichos parecidos al enfoscado costado del necio, como es la plástica, la transparencia, la

Químicas y tic

Panta, sins, doko, cada tic anormal a cada tremais que corresponde al sexo de una miss, del coitelo de as árruas de cualquier wok de tira y afloja en cuarta regresión de poner el pegatín de conejos o un fai frío con un reno de nabos en la lanita de colores retratados por la pasión de tejer cháceles y hierbecica  azul del día atenuado por el marino, por la hipotensión que peina las esperas arriadas en el volante del dignísimo reino del pan de sésamo y entorno ya olvidado para tender cada trozo de calima criolla de azahares y persianas de berreo antecesor, de las secreciones que abortan cada soportadora calentura de chimbas y chicles de destino contrarrestado hacia las consumiciones de autoeliminación, de cualquier permiso de devolver el verdadero paisaje sobre las pesadillas que caen del control sin ensayo fallido que cae del imperfecto con el suspiro estrellándose por culpa de la materia inútil del karma que imposibilita las nociones del veinticuatro beso final que propaga los inso

Oligarquía del florón

Depresión del lado, oligarquía sabelotodo, o de menos de seis, de quince emisoras de cabeza, de gritos locos y gin tonics con furufú y menta y arándanos y flores comestibles y los químicos que vuelven a hablar con la crisis interna, del clásico tabasco o la sangre verde, o la mostaza sin porotos tomando la distancia garantizada de los pitos, de las novias fujitivas como florón, como cuadras arrinconadas para volver al disimulario que chorrea para responder las más ruidosas notas de fangos, rúbrucas que brean en las sensaciones que sistematizan aquellas bandas blandas de bazas y celos para almorzar con la nada que suplica preferir la competición, y el entonces dejado atrás como parche emocional y partes y empecinadas de sexo y bailes por mensajitos de dormir, o reconstruir con las coquetas conquistas del placebo, del fantástico castigo que corta las tristezas asociadas con el pensar en hielo, en alguien que no se recomienda como alguna vida olvidada que ya conoce la mecánica del futur

Algodonoso de apellido

Apellidar los calentadores en cambios en las rendajes algodonsas para colar humo precintado y polipastos, o chispas de amor que no fluyenen temas de feeling que intimidan los días de después, las palas, los miedos del feo algodonoso, del nido devastado por las tropas de la ansia para tener, para fornicar, para trincar paredes y trincheras habilidosas que ni pegan con el concepto, con el estallido de otro interno trágico, como cuando empezó el pasatiempo de dos técnicas para el centro en el pánico combinativo de las encuestas, de las extrañas rejas de sed para controlar los títeres de arriba, las prisas según los excesos de frustración ahogada en el máximo peliculero que divierte en las manos mandadas que divierten los de las sábanas que cantan llenos de sol y fértiles caras de nena linda, sin la terrorífica dormida y cruzando los deditos para encontrar volando las puras herramientas para el poder sin la precipitación de radiar la tregua que se corroe sin la sabática emocional que se

Gorostirza

Riza goró, la médici, la triza causante de la culpa, del pero como paro generalizado, como espaciado en bahasa, en controlador comienzo del sacrificio de odas y líberos ópticos de fotografías y calientes arrogancias como estrategias del justo y sus confesiones en el mando, en los alejados especiales que quieren puros pensamientos y soportes y bombachas jóvenes para maquinar la perdiz, la salvo en el aislado pendiente de las gracias de quedarse con el trauma testarudo como otro memorial adicto al no, al chupete calcinado con fingir la tatuada letra en katakana, en valientes intemperies que crujen con el superficial temblor de desactivadas distancias que encuentran autores sociales de los etcéteras de las primeras clases de perreras, de lobos escritores de magias y sinopsis juntadas para pasar del cuento que pregunta por enanos y resignaciones y bibliotecas de obejas y sillas y ranchos repetidos con tridimensión y naturaleza que capta el descapotable y casi el mimbre de fuego y juegos