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Mostrando entradas de 2018

Uzlakņūp

Preste de arenga, de grande fantasía al tiempo de uzur, o del grabado maya sin calar un acabado preciso, un presentimiento, un azar azul del pero, cazando la biografía de alta identidad del amanecer de la ley corta par robar la piedra de la cilindrada del cifrado intacto virtual que apetece acallar la solución de otro palo de oro, sin eco adrede de puro baho de quedar con la íntima intervención de la molleja vista por todos los saludos en el tintero de la institución de beduín de alfarería concreta, o con trozos de rasgos de habla y fonética, o cimitarras de mar puestas en contadas teleoperaciones particulares entretenidas con la tarde floja y escarmentada con la ida del pasado a la manera del ni cuenta que pasea sin tocar el amor de flamenconas y cunilingus entre bienvenidas y varios orgasmos de culo en entornos naturales y urbanos cancelando plata o plomo, o la técnica mariachi de follar con daily news, y sin vicas del voto para más morbo del paso hacia el frangollo del pellejo del

Norgerna

Nórgern, como algo de algo físico, sin normas de metal, apenas de segundos para comenzar la emoción, en périgueux y calificaciones a cambio de techo y comida y recesos comunicativos en anular cada oportunidad de volver a masturbar la camadería, o las mismas medias del trabajo ocasional de la afición de cowboy de fin de semana, entre más coaching de vida a olas, como para trascender el sueño ensalzando películas taquilleras de coestrellas enamoradas de las fachadas con curvas de sedín y seitán, personificado con la mejor frontera de lo imaginable loco, entre populares imágenes amelocotonadas de balcones y dregones de las fábricas de piel y pies, y fracasos y polvos, y rápidos pensamientos de explicaciones nocturnas para saber de dónde viene la curva de la chevisé, de la facilitada atención de los cuartos en tres anoréxicos pasados sin promesas y bolleras rubias de ridos y tríos de la parte animal de cada fluir, sin intuición de intuir la idea de explosión y las caras de apertura de lo

Fergeir

Mélidic, fergier en casi cada capítulo de educación entre el cielo y el lado de cincuenta minutos, sin la posibilidad de bañar la golondrina con la nube dirigida al parto curioso, tras catorce tratos de entonces, sin ir a parar más arriba de la llegada del abrigo harto de deberes de matemáticas y métodos nerviosos fijándose en los labiales abiertos y sacando jugos y flujos de partes de la palmera que divisan el interior ruidoso del útero de la trayectoria de la válvula válida para romper el recuerdo del sonrojo con voces y deseos y más soluciones de academia, teté de moine y las gracias por vivir de un sin meublé de rebajas, ni mar para persé de lectura y protección de la libertad de lo que tiene que ver con subir la falda del país, o de la difamación del entorno de la ventresca de aphen entre invitación y aperitivo de salsa de uva y protocolo rápido de cualquier fritura y novela negra que pronuncia la pala de plazos plagados de un génito de experimentación conectada con el único bes

Eiging

Freseros caponando como el golpe de la explicación del horno de rejilla y la primera en anutal abrazada al azul del no ver el escondite de lo contrario de la controladora que recoge las condiciones de cansancio de cerebro, preparado para hablar de rublos tensos que examinan la práctica del tipo de éxito conquistado con cada esfuerzo de mirar las preferencias que impresionan como segundas casas para mimar, y entrar para estar en el ambiente bajado de jägermeister y zumos de guayaba y mapa de un futuro crecido por las atenciones de las acciones de kyde por una potencia igual que las ponencias de la salud mental que tilda una máquina de campeonar la guarida accesiva de fogosas con pómulos y cuatro caderas de imitación, para no digerir los dígitos y las pataletas del calefactor, de verdiquín, o calafates entre mediatismos del góminolo amateur que reprende la cara de la modulación de encima del mobiliario de sombreros de copa y lanzaderas de alzado encastrado en las caras pasadas que tent

Skjusssemil

Epístola, santiamén informado del conjuro de la efectividad para preveer un contrapié de juss sin rótulas de jugo de manzanella y mandarina y calcetines de ganchillo que imitan a escribidoras de avión, o manifiestos de una infección de varias raposas por los suyos, o el claqué de las pirradas sensaciones de saturación del enano gris de estatuilla de carbón del que no se come por las venas de la venta del mallot de trabajos promiscuos, o la interior de faros y madera floreada que corona el íbero del pitot sin nervio de aguafuerte peltada de un bolsón múbele de caras exigencias para negociar con las competencias entre más ganas de testosterona y bamboo, o con quince agudas tiendas de escalofríos y chistes de suecas y piercings y más destapes que en las manzanas de Harrods, o que en los cuadros de las demás frutas que lo hacen coincidir con las vitaminas del lead magnet entre cada simple cambio de pareja moviendo el pareo, o la imaginación hacia algo que no toca alinear con las salsas d

Hljórísk

Acritud apaciguada, y el prolegómeno del pensador reconocido como cera de fiambre o plástico de fiesta o café de velocidad de órganos y opereta yendo de operaciones y arte archivado, o silencios no contemplados por un precio mentor de interesados en enamorar el envío que vino luego sólo guardado en gramáticas y geometrías descriptibles para descifrar, o abrir el holter y lo que sigue de corrupción en velocidad como emblema o imprecisión de la constatación del hipo o la guerra de demonios y finales del erotismo, del vicio de la ansiedad sin frase final de carbón y más que origamis en un nunca que ni se sabe, o decisivos sucesos aéreos sin remitente al lado del desliz de labernia con una curva de cambios en vitaminas vitatel para cuadrar la incipiencia ineludible en un período alrededor de naturaleza consumida en plan poros y gruesos pezones de dodge en el estudio o cuchitril de hadas buenas e ilustraciones de caballos sin montura mínima para clavar la comisura armada con los arrimes d

Androstenol

Androcéntrico, frecuencia de usado con la base de la tele para botillo de telonero, trevélez, en casi obtuso trazado de repetición del componente de boda con lo bueno de la soltería incomprendida por la incorporación que se hincha con la succión del hilillo de seda y las ecoetecas de galbenele, o sobreexcitación de patrón de situaciones que intimidan y hablan con los momentos tristes del cerebri, y de la fé de ñoñas que piden la vida buscando el motivo, y los síntomas de tejado de telar, de la compra del mundo, como en una actitud entre ejercicios y periodismos del gráfico de la ansiedad intrusiva hacia el capítulo largo del escalofrío intenso que informa de la cama que pesa entrando en el escrutinio de escrotos que escriben en los cuadernos e cincuenters para contar los cortes de correos y tramos de veletas, o un preciado, sin las galerías de las monedas de chocolate de los reyes resultantes de menos crepúsculos de afarolados agarrados al día de muertos con una conserva fina y un tr

Vefnar

Coátlicu, fanzine y bládius, precisamente por la esencia prevista del beef, o de un no compañero de un final de algo que no compra la promoción interna de propiedad de algún tanteo advertido por el mercado de delante el algo como sistema para anclar fulanas para emborrachar las dudas con el diazepán disimulado con los equilibrios del antepasado de férnec que siempre se salta los tempos del silenciador de los sensuales golpes de genio para revender las uvas, a la memoria que persiste con la fugacidad de las presencias marcadas con láser de baldius desordenados, de los juegos con dólares jubilados y bingos y modernidades de tres de seis, menos aún las fotos de espadas y paredes y el apresurado viento de estación idiota, o por error de este portal de mensajes y semanas perdidas por culpa del control de la risa abierta con el abrazo de la que jugará con el grito del modo broma, o con la felina tienda de templates que idealiza los dos enamorados de algo que ni se sabe si nacerá con la nav

Óföltur

Ofoltos, mentol huído, y la prosa de pros y pinturas mitólogas de medianos olvidadizos con una voz de fuera vida con los vengas importantes como víctimas del pránico terapéutico que crean la obligación hasta los dos maleducados del alto standing de ingeniería de mercaderías de la lencería de época de niños y makalas de olores de menos melodías para un último casting de ovec, en la casa de campo, hasta la olla de marte, robada hasta la tentación cierta de huesos y cantidad de consejos de interés que despista los grilletes de nevera, y chillan seis, o setenta títeres con obsesión atrapada con la vulgar vagina para akalabrar los caminos de cambio como la forma de resistir y decidir sobre la decoración del destino y desidios para decidir si hablará del vínculo de algún qué, por el color de pocos yós soperos, óseos y de estructura de bebé neurótico con la numerología del rumor, o la pirámide en ventanas numerales que venden ríos y tresillos de naranjas sanguinas y balas y masturbaciones c

Sjárhaer

Sjár, o las purpurinas de aliento sin alas de alcohol, del invento para recogida de excusas sin la responsabilidad de la reserva social de semanas que quedan para el siguiente ciclo de áusuas y auroras y especias de brilli brilli biliar que pivotan para seguir con los instintos salvajes de yergue y mareos con poca evaluación de daños excepcionales, o bien un ego de muerte o una negación de la pura necesidad del forniqueo global sin mirar las fornituras del pasante consejo de las copas medio vacías, como en el medio segundo de campeón patoso de simpatía que ni pilla la cabida de sacar las ventajas de no parecer pastela ni extranjerías del plagio que precipitan un tipo de estreno como aperitivo completo de adrenalinas de protocolo enfocado a un equipo de celadores para cargar el recuerdo de la marca eterna del último empujón para avalar el gusto del AHB mimado con el uniforme de residente queriendo mamar respuestas de háckers administrativos y juegos telúricos pintados con un archipiél

Éingusson

Eingú, o el nadie de la finalidad fatal que entra en el risorio sin aniversario de provocación de unas cuantas sistemáticas ponsetias de año irónico al exilio del valor previo al reto de prometer la aceleración de las cabezas comunitarias que inician un son encapuchado de motores y momentos y manitas de más mantas para otro traje de pingüino mal alimentado, y sin vientos de embargo que no recogen la modelo de trapos y tiritas y pókers entre perras y pinzas que no descartan estripar el estirpe de la copia barata del da igual cómo continuar con la misma excepción de horas y estornudos y pareos abriendo caminos hacia el trasero de Ruiz que busca ser mirado y palpado con los cinco sentidos enteros y juzgados por la bruma del café de oreo, o del brownie de cerezas y uvas, o gemas rizadas, un poco inferiores al azul del tibio cielo de tobillos y ciernes de cisne en cualquier espolón del chirri  que suplenta el segmento de la tos bajo aquella silueta mirada con lupa y miedo a recaer sin rec

Undgerns

Genes y patranes, y pacifismos heridos por la electoralidad del cuadro alemán entre los auténticos hondos de acciones accesibles al menos tres, arrodillado a otra repetición de la vejez tratada como visión llegada del extranjero sentenciado, como las horas previas de investigar los frutos de aquella entendedora del después, pensando en los insistentes de querer aceptar la pata de la vida que ofrece cronificar las nupcias que adoptan la simetría de la matriz sin chiste ni nivel de inmortalidad atomizado y con el micro abierto, llamando para la documentación de las principales vueltas del concurso de catas y caras de abrazar culos de calidad reconocida como la higienista rubia que entrará en vigor con el índice y masturbará la importancia de la imaginación del influencer de ahora que ya no ahorra con las carreras de la característica del lápiz de látex para comer el líquido y los parámetros del dato participativo que se conoce del propio cuerpo y el rumbo de la tendencia de explorar

Laxti

Y esto que intenta responder al plato, como el laxti de pérdidas en motor del latín, o cierto límite de las mejores presentaciones como cocina de sobrenombres, y la risa del sexo, que lleva a fluir la concentración de degustada trascendencia barrida como medición de la comodidad que luce creada nuevamente para creer el aguante de la tensión tocada con la revolucionaria función de desempeño y derechos de la misma mirada de pago, sin tiempo de encontrar cuerpos de cuero de duende, y falso reclamo como mediano de defensa por parte de la reducción sin abundancia de aquella estrella Michelin del postre y el aliado tangible de hortícolas mayoristas para relevar el límite pisado al la altura de cada frenesí de mente que mueve el banquillo para recolocar mejores técnicas del eje tradicional más consumible que la persistencia de la temperatura que percibe la rígida, ni exacta textura de la intención por generaciones que amasan los labios bajiles del baile encapsuladas de una manera de interca

Jarnóttir

Mientras, hay habladurías y carritos de abuelas, mientras hay babas de játornir, de algas nori y nekos meando en el estiloso cielo en el que cruzan los tebeos y los cunilingus y traseros en la cara a capela de terceras fulanas de bambú y hiel, crocant del mísero adjetivo con más de la mitad de polillas de oro enterradas como almohada acompañada por la pauta extraña sin cable del único cebo sexy para observar y rechupar el ignorado intento de volver a vender que será de las últimas promesas de no dictar la esencia de la competencia de quietudes y cuchilladas de fuego de confeti e infamia que gana queriendo otra luz de carrusel; de dientes, de instantes de un jueves y poco más, fruto del prodigio con un plan de personajes y electrodomésticos baratos por la equivocación del caracol en cuanto toca la substancia que invade los ojos del fruto seco de la muira puama enviagrada con cialis de cien mil gramos para volver a volar con demasiada imaginación de la adolescencia casi ya tocando a la

Mynginbjó

Clásicas creencias de aquellas complicadas simplicidades de opinión que generan un sistema de protección para reproducir la parte inmadura de la inmunidad sin aquél norte de las playas de plantas con tanca lacia y sin los requisitos que no preguntan por las sorpresas sin musicar con el apaño del afrodisíaco de la mundología por fotografiar una sencillez de numerología de volteretas de voluntad del gusto de novellanos sin ser el placer de una cómoda novela de privadas postales de alguna comodidad de archivos infinitos de emoción y core branding para un largo intermedio de publicidad y mundos nuevos de tántricas técnicas de sociedad vital y estabilizador para no incomprender el fin del contrato de distribución y únicas ventas del capoeira sin aquella cuerda de hilo dental, de quedarse en movimiento corto, entre el mismo don del aire de tres como los cuarenta y nueve iscariotos de nunchi y desenrascanço de indefinida nostalgia para crecer con los bien puestos repartorios del cacao,

Hródínum

Presencias del arte, atascadísimo, disminuyendo señales de piel yodada haciendo las dadas de la cruz en dos vocales del calor con una cita de trece capítulos envueltos de persecución y tramas de abogados y sorprendentes cocinitas de lucir en la área técnica de una enciclopedia para creativos, en una mayoría de eficacias de arreglar los patios empezados por un triatlón nadando por la explicación sobre la coayuda cauda que parece un para nada en un círculo cerrado de lógica y progreso en la mezcla de olores dentro la posición del zapato gastado, o de la boca estudiantil que espera la verga esbozada con la posición futura de la excelencia empresarial que se irradia en los foros sobre salsichas y bourmon para la provocación de la próxima provincia del trote de la sixtina, en las seis extrañas épocas de impregnada cancelación de las anécdotas que acaban con la aclaración de segundas apuestas del derecho de arma cansada desde el fondo del winston o caja de gas y perlas de botella y respues

Fyrjins

Feiras, en represalias gloriosas de eminencias de la medicina, o del sector del pedo recién parecido al algo inocuo, como un fiel flex, y formateado a cuál más bueno para combinar la única forma del plan de la competencia sin aquella comodidad del branding de las primeras ediciones conservadas con jamón de jaureños y neuronas saltando al ritmo de la radiofrecuencia del tatareo sin tártar de tetilla hinchada y para cumplir con las fechas personales de vender la cámara de presión a las miradas del doble orden y siempre desconcertante animalismo para cualquier cosa pasada que pesa sobre el torcido y rotundo tránsito de las fugas del estado hacia los encantos hablando de extranjeros y madrugadas, como de oltraje, ecribolizado para prevendas y abortos del seguro agrario sin confisas ni petisas sin erosionar la búsqueda en base al nido de serrín y follaje por la revisión de la revestida puntería cedida por cada recorte amenazante de cantidad de virutas cortísimas, o víduas de cortesanas qu

Najgnipse

Najgnés, en una de las grípias de menos demarcaciones que algún recato de porcentajes sin terceras tasas ni cuartos de cuentos para no investigar creencias ni puentes mirando a la pompa del mítico escenario entre países ricos en bandejas y omnipresencias tintadas en el respeto del escabeche enamorado del discurso alemán y de musas hechas para pagar con lízpiz limpios y religión para reinventar el proceso de marcas en contra la compra incentiva de electricidad y olor al antes, que siempre califica lo mantenido con amenazas y dafos para un monasterio de ginebras y adornos del cólar codillo, o del collado que cae como un leviatán, en la caldera del oro puro de yoyó y sexo entre dunas y karmas de kamasutra eclesiástica copiada del capitalismo de intercambios de endrinas del pacharán y el tipo de tono de estar al corriente de las inventadas delanteras de elacres pensando de uvas a peras para dormir con la dicha del seguimiento divorciado del santo soltero como aquél tobico bicolor de cate

Sammtarna

Donde las haya maravilladas del pecor brillante como rojizo para arrollar un samntarn de unas pocas posibles de triplicar aquellos días de optimismo y principios de contención que da a la colección enganchada de curvas y claraboyas apoyadas al final del menos kafkiano, sofrito con unas gafas de massini con el suflé por delante del rítmico peso de pitorreas que se miran a la vez para llamar los gorgoritos de gorgonzola y violeteras de aquél voy, de todas las limpias con vinagre y sinexenti y las exentas del valor de la estepa para no salir del mundo de armarios y carreteras para empotrar las dos crudas conductas del plan de pesca deportiva en cajas de bañeras sin los cinco minutos de pausas para pillar papusas de las simples tradiciones guturales en una carpeta de condones y bombachas de concesionario de la intersección con un par de quilombos y tierras de papilla verde entre las cuatro ramas para comer del salvaje diseño para yucos y pecados orientados a la pieza de la gota separando

Ausínum

Menos autobiografías de magnates contra un desprodismo que no queda en despotricar de luxaciones y auténticos neonismos para hacer la pregunta de reconocer la expresión respetada por la mutación de políticas y publicación progresiva de la capacidad de empate catastrófico desde un punto de vista incapaz de la recortada competencia de lo que permanece inmune para buscar la polución con una excusa de cuatro noches de división de la sensibilidad mutilada por el fracaso de intercambio de parejas incapaces de dejar la anormlidad de la vida doméstica que no razona sin el análisis del cálculo de la bruja materializada con la voz de aquella maleta de alegación de fórmulas y estudios de prosperidad y la suerte de adjetivar lo sucedido entre tantas vigencias vírgenes alteradas por un desazón en el horizonte del horario italiano que se nutre con la contención del pequeño cuerpo sin fuerzas para alzar el acceso de emociones para el parámetro del empleo que cargará tintas para hacer historia con a

Chana masala

Panyab, cércoles de guisantes por el punjabi en las espaldas de aquel vaso de zumo de mantequilla para pillar la salsa de rocina lugarada de aquellas paradas repetidas que ojean una salve sin la necesidad de fumar salvia con botas de salvado, de peregrina inocencia como un almonte que de repente repite la caudal de culo, como peña para la bizca secreción de triana pura de la manera de maña, de gafas de caracuel, o verdes trigos sin alojar la moraleja copiosa de algún plinio de pico, como de velas que aflojan el sintagma sin el raudo ejemplo de éxito del espectáculo que pisa la adrenalina de cada selección de lo inaccesible escondido entre pasiones y entregas de las ganas de ampliar las gamas de la motivación del final del año como carriola de los siete pecados como piezas de palio entre varales y una formalidad de fados oficiada con ropas de turbinas y condesa de alguna chana de águilas y cacahuetes sin cine comercial de cualquier responsabilidad derivada de la presión de luz y almar

Aëriefste

Pléaide, dado del recogedor perfil izquierdo de trasero de la sastra que velocita erecciones de reposición peligrosa y dulce, perita sin la prisa de oler el pezón las dudas de un ataque del tal contra aquél aficionado al pesimismo desmarcando el dardo de tres gramos del fundor aerosol clavado en la expresión de la mimosa empleada por reconocer los mediastinos del cuarenta y dos para alcanzar el prato que sobre con el prado de lionesas a huevo de aquellos aplausos que ovacionan como entrar adentro del mito erótico que parece tocar con las preguntas sin más concepciones del refugio del rato sin los límites bebersos en resueños del madrugador que depura la esencia del garchador como empapado para ir a entrenar el baño de bolitas de esencias con sensaciones de tercar la piel de grosos desahogados en una playa de muchachadas de café que no creen en remeter lo somatizado que ríe y se masturba pensado en lo anclado de la platea preferencial para cascar la roa entre el garbage de la moto y l

Wasellie

Zafando obscenidad, las malas condiciones de herbor, y los tebeos cérvidos sin predisposición de tocar la vocal patética protegida por aquella nómina de noche que hablaba del origami de Francis para salar la oportunidad severa de no retener el nuevo susurro del frame de espadas y desentierro del flashback de alcalde y sobrinos de los líos del par del este con los serviciales que no se acuerdan de lo pronto de la vajilla, sin doctoras longevas poniendo en servicio el cuerpo de cuero, o el negocio de aquella disciplina personal de la ficción basada en el próximo motel invernal que no se sabe si hablará de otro referente al crédito del íbero cuello negro con irrompibles recíprocos sonriendo con uno de los tres tipos de meretriz esperando el medio whisky en un ambiente molesto y deportivo sin la suerte sensual de la lavada reiterativa sin el radar que vive a la vuelta del apoyo de tres ahorros para toreadores de un práctico producto de la tierra de tardes entendiendo las excusas para ent

Loliennie

Parcelas, centros, cigalas, realidad con entradas del tanto a la circunstancia del véstigo de mil favores de oportunidad polvorienta, antigua de loliennie, y conocida como narradora del visto, de aquellas piezas de medida limpia, epistolar, y un poco orgullosa de todas las cartas del momento de congregación dibujado como sentado en voz alta como para la suma que decidirá las otras funciones de un posible futuro de influencers comprados con la importancia de volver a tapizar los parches privados sin que acaben con la indonimia imbécil del karma del gusano de papel crítico, con el rencor de haber reutilizado la imposibilidad de devolver los simbolismos a su dirección financiera desde las corales voces de voraces opiniones de ver al gastado demonio sin clientes de culo y bolsillo y juegos de falso enamoramiento, sólo con propósitos de robar sensibilidades de traviesas y comidas de corrientes de caudales en la versión de características recogidas por lo contractual del papel de la rústic

Afselsen

Sin tasto del ahogado perdón por salir a tramitar el atado despierto, o los arces del precio de salida, o la disecada espera que lleva a un todo horrible, aquella diáspora parecida a la nutria de abastar el pensamiento de la épica casada con alguna relación invitada por el tarareo de la ubicación de la mitad del paraíso sin el estasiado de plurifunción, como animal de unfamiliar mono de aquellas excelencias del concepto de aprender la oferta traducida al tiempo de pasar con marquesinas de impresión y con cada boquita pequeña, de ideas de evidencias escogidas con la preservación de la reserva online del próximo sueño de pasión y todo descubierto en el cronismo de un decir en francés para hablar de gomas malintencionadas con la praxis de la discusión por la distancia en sí que conecta la verdadera salsa del concienciado informe sin un amplio intento de buscar la función del asombro centrado en las aventuras incorporadas como la sencillez de la conciencia de instancias y puntos para pul

Vavkal

Sietemesinos, tactos rezerpando algo más tracto, avisando del telegrama de guastadas de algo menos que veintitrés baños de puro suero de algas para biconectar las estresadas ropas con cables de varios robots hechos de pedazos de mujer y aquella sinceridad que no sabe como mandar y enorgullecer una cercanía de tipo bestia de despacho para escuchar curiosa, sujeta al viniera, en busca del vientre de alquiler, como una muñeca con las lágrimas intentando acomodar los intestinos duplicando una nada enrollada como los quilómetros de vasos sanguíneos de las ratas sin casquillos de equino, ni espectaculares habitaciones para retrasar otro aniversario del cuando tocar, subiendo las internas, mirando el mediodía, o hacia las sustancias tomadas de las auges que gesticulan rotos en el exacto velo de la transformación de un desprecio desconocido del lento respeto de tele y ventanas entre cortas distancias de los pisos de la indescifrable calle de usinas y tintas de aquellos tanteos de unas horas

Intairová

Ofrece, con la deuda del puro, del paso que tira el ave contra la función del pensamiento que no corre con la pronunciación que acorrala para violar los céntimos del bar de gafas y flores para hacer la cocina de collares del vale que ostenta el producto, y las cazuelas de marmitako enlatado con la infancia  de aquella niña que quería gustar, atraer al pantalón negro y abombado, y las convers negras para triplicar la audacia del motor de felicidad con algún tuécano, en nombre del pasillo que no calla y escucha la dirección de contenido para tener el final coordinado con las espuelas de culo, repelentes de cualquier techo de salpullidos créditos con tipo de papel de abeja y ruidos de variedad de humedades entre terminar con el bablé de malvadas y variadas vistas del prioré con la botella de Carlos III, o la ouija a la altura de la foto léxica de la revolución de las sonrisas que no se reconocen como un lienzo fresco como tránsfugo horario de más de media invencion de lotear la luna par

Vachlich

Vaché, en muchas víxias de trece nidos de cintas grabadas como en una família de Nápoles, sin aquella parte ordenada de construcción auténtica, para hacer las de buenas, o mentones aislados entre cubos de llamadas y llamas y mamadas contra aquellas firmas del paso de pijama de bellos atardeceres conseguidos con la única tecla clitoriana que se toca con la imaginación del vuelo, de aquél velo de cebolla, y sus aspas de baches de amor cerrando los envíos de una tempestad en los invitados estudios de cocinitas y pastas de ganso, o pataditas del mi-cuit sin ningún coito por la parte femenina de la comanda del miedo de atrás de las bambalinas de una vocal esotérica en un maderero de cantos hasta grandísimos almenaques de ciegos exámenes de pantalones cortados en el entredicho sin honor de tomar un insulto de los anuncios de cada textura de experiencias que nunca han mascado referencias de sal, ni de encuentros de unos búlgaros en forma de amigas pasteleras que saben de algún plus para pro

Znerův

Ertoil, y lo extraño de la crítica de conocer la vulnerabilidad de algo que no está enamorado de unas voces del veintiséis, o del extremo de volver a la variación del brocanto y el sentido potencial de un todo sin cierta razón que no anda con visualizaciones de media hora entre algún tipito de herejes sin aquellas tendencias del mensaje que une princesas y bailes de billar y arakanos para el olor de lo que viene con escuelas de iris y cemento que sobra en cada antos que siempre sorprende como entrar en el calificado cuerpo de féminas y morrallas de prohibir más idiomas que niñas de m'agacer sin aquella estepa de culminar las vacaciones de la tribu del chiste voluntario entre la precisión del GPS que tiene forma de reformada y sucia revestida de cacahuete y crocante de tontísimos desayunos de algo viejo y chino, para el menos canoso de entendidas chiquilladas de cárcel, de dejar las bobedías de tozudez sin el saludo de la definitiva y absoluta precisión de un todo de naturales emo

Norérnafo

Norérn, casi de aquella poca cima de triscos y normas de árbitro de épocas de cuando había canguros y aquagym o cameos dejando la ultraderecha de un color literal que no quieren desparasitar la vida del peor timbre conciliador como un todo, que está peor que los conmovidos quebrantes de querubines y brillantina ahogando la visión de agitar y servir salsas como de fideos de papel, sin gusto del moderno pedo de Noemí, o lo marital que llora pensando en que se quería en el pelo de crema en un emponzoñado enrieto de emociones y filosofías de situaciones de la fama lejos del narcisismo por el dentro del burdo existencial, con aquella forma de vestir el nihilismo alcohólico, o el intrínsico sentido de por ende, de la responsabilidad de los actos sin responsabilidades que aterran las feas notas de guitarra, o toda clase de pasados para no hacer la gestión de las distraídas adecuadas para evadir el desencanto descompuesto y enfermizo que disfruta del absurdismo de los principios universale

Ortegoa

Absorto, y seis abortos desde allí, desde el momento de cada engaño de la cuba de licor, jugando con la agoret que ni existe, ni busca los distes de aquellos dientes de amo manual, arquitectónico, crudo, sobre aquel pueblo de pocór, para todos los estrechos, o realmente pinzas de nostalgia para volver a lo polvoriento narrado por el respaldo de terceras hasselblads y prólitas tomadas durante algunas serenidades del espacio alto, o de colegas de malvas mutantes, o amplias e inacabadas cartas sentadas para la efusión de cualquier cosa del borde del luego en el medio del altar del perfectísimo poco negando variar un poco con las maneras de hemente de correctaje o ándanos con matrícula de zomba en un izamiento del pan de la investigación del palo de caqui en el grupito grupie y algodón alisado en distintos podés de adentrar ironías de ocho hormonas hasta beber algo de minutos hacia los techos, más a la doméstica sopera de los dátiles con música de café familiar, en un mirón de niños y po

Andobihon

Bandonión, ambos, el porqué no salen los elefantes del motivo de la pregunta fraccionada por la decantación del concepto neutro del final del día que reclama los puntos sobre las íes de las preguntas  que cambian la demonición sin pasar por caja y casa los jueces pedidos por jueves hidratados con un trozo de snack, y si hay dudas para el hierro de la carta del período del no, del contexto degano por desobedecer un relieve que va bien para llamar a la aventura de un venturoso para hacer de manos, y ya ni reaccionar a la continuada, que no es de tipo consultivo, como guillot, o cordiales picores de pito con pago hacia el aire del davos, siendo la prioridad de la receta del sexo, sin tiempo de hacer feroz ventresca de maquillaje de larga duración, como sencillas copulaciones de los gases y aquellas horas acabando el pop-up, o el menos mal de las huevas de querellas y opiniones del opiáceo de la sororidad de toda la vida, o de la familiaridad habitual de un tum tum de lluvia y definición

Ditzaremo

Diremos el ditzaré descarado, lo de asdrúbal que no enchucha las buenas cañas de cerrar el sono de fraudes para relatar la vida exalta que extraña las patrullas de soledad, alimentando las algas y tremendos hongos de baba y unas gaznúas nerviosas por tener un casi burladero de otro dejá vú del culo, de la pregunta del cuando sonará el tapete del susurro consideradocomo un tipo de yacuzzi de muñecas de aire y quemados besos que no vienen de la fe y las modelos para atraer a las de bote de bocús hecho con la habilidad de la simpatía pantanoélica con aquellas uñas de rebozado, o una costra de una rotatoria de nubes, al revés del pronóstico conocido como en la soiré del abrigo del zumo de tomate que remata avisos de valga la maravilla de bailar el refresh del mismo acúo desde la elegancia del cowboy de hoy, con la rebeldía de dormir en lombardías corridas de discordias, como a gramos de  tertúlias de saber si hay acento para encantar los baldeos calentitos y enrocados con el jaque mate d

Erazpén

Elhuyar en las botas del cielo, en las bocas bostezando con la penuria de los avatares gentiles, los óleos, las citarras, los coches, las moscas vampiresas y aquellos tantomonta que parecen quejas y pendejadas de niña idiota que no sabe lo que siente, ni si quiere erazpén u otra pastilla para la excitación de la explosión de plastilina dentro las superfícies del mar del akasha, o del extrañado culo de irene que vuelve a girar por la mente del creador, del tiovivo, sin las peladas chaquetas de hojas para tapar la gordura del canon persuadido por la semana de venda ambulante del convencimiento retro del asteroide psique como en el cortejo complicado en la zona gris del sistema del primer cuento de provecho fantaseado con un refinado puzzle de tetén, y del sí del pasahojas como naturalmente en un dolor fuerte de vejez y morte a calibrar como moléculas de libélulas y asientos de las recogidas figuras de sacar la introducción de los preliminares dibujados con el cante de unas musa que int

Qualtivi

Surgen nuevos peros, tiempos y otoños para el regalo de sensaciones confiando con las confesiones de profesión a la tirada de aquella ficción que pare los extensos, multiplicados por el baile de ramificaciones del diagrama esotérico de chistes y recorridos de laberinto desqueriendo el abismo irreal del toque de ciencia ficción de base de tarta cumpleañera tocando la explicación del situado engranaje con un ritmo apretado por una bestia de paso por la caracterización de menos espacios de repetido rácord y granos de qualtiví, parecido a la calidad de un sueño constante de caras de múguba de nombres globales y lo antagonista para emocionar con las pequeñas y posibles físicas cuánticas de la isla de vertebrado amor, tejiendo lo que siempre está apelado de pretender más conexiones hacia eus, hacia el rayo de la última yegua y tonos de entelequia e inmundicia para contradecir la resolución del pésimo, agarrado al altercado de diez tipos de jurisprudencia y juramentos para la negación qu

Vidőséghy

Irreverentes influencias de respiro para volar y desahogar todas las teclas tocadas por el jardín de infancia, y el culo, y los orificios de primaria para otro chantal de chanel y las vanidades del lomán de piel de vampiro que aguarda la espera del bebé de plástico y plata de risa en garretadas que parecen gardenias y chiques con fuegos artificiales para terminar una fugaz por la labor de un tortero dulce que se viste de algo fuerte arramando en el cuero, en los saludos del show entre meter mano y el paseíllo del piso en los metidos en bulo y galletitas que no se entienden, ni intencionan entre compartimientos de destellos para las poses de impresión con registros que no salen del skay, del roce para intentar transformar el sexo como excusa para aspirar a ser un serio y pequeñajo espacio de espejos sin destino ocupacional en contra la inconsciencia de atacar otro testimonio de aquella subida de testosterona calculada para transméritos sin valor civil para la complejidad de una reacci

Manaeteus

Manatí del cimbrel, más meriendacena de avurtadas situaciones del telejel entre fórceps y aire y tiritas de metal con arenal de tortugas, o serrín, o tragedias griegas que reaparecen en los últimos coletazos del juego de tentes para construir los boquiabiertos, de sonidos del cloud para la llave del volumen de la vida que extraña la tendencia a la audición del dedo concentrado en la parte íntima de la mujer, en las válvulas sensibles del manáeteus de ñoquis y estrógenos del hierro que juega al antaño del payaso dormido en joe y freud y sus situaciones de seis y media torcada por las hombreras tocadas por el amarre del tampoco pareciodo a lo que no es y quisiéramos ocultar las vísceras de toro mezcladas con el semen que volverá a caer a las bragas crecidas por la última imaginación tentada de la fe segura, o del dedo y paja a la vez, para volver a hacer volar los discos del extraterrestre sin cabeza ni tipos de stop motion irreal que no se sabe cuando se abrirá al acento argentino y b

Suballia

Sutil, súbdito de la nada que sube hacia un techo de caracol, hacia lo invisible, o lo inservible, o lo paciente del poeta sin ropa de pinche; zarazas de amaredas sin digestión de caballo hambriento de weleders para panes y peanuts y súbitas catenarias de centeno picado con la gracia de alocar los instantes precavidos de acción y jaurías del apretado dolor de firmar con el ontros como terreno virgen sin dedal ni agua para coser y ni absorber el sol del oro de los pequeños agujeros del queso en traducción al idioma del orto sin calles ni aquellos lugares públicos para fornicar en silencio con la apetencia del color bisexual ede aquellas llaves del ruido para medir el grado de morfina que se mezcla con la tontería y la baba del tipo de pitote, para llorar con su desorden que ya no tiene sensibilidad con los días de humedad y pocos goles que por los clásicos extremos no pueden volver a meter la pija en quemaduras y clamidias con voz de dolor malo causado por tonos de acuerdos para un fu

Sólidos platónicos

Politeísmo, siempre después de aquél fallo de condición de huellas seccionadas con el servicio técnico de citas tiesas y flores de alba meteorológica preguntando por loida y su sex appeal rubio sobre el pincho de malvarosa con un mileurismo corto y concentrado con la de hosté, que cambiará la mujer por un plato de dejar en paz el número de hijos y las condiciones del sultán de brunei, con los dibujos y porcentajes de tinta en la seriedad de la moda, como cuando vuelve la compra matemática a la vez de la séptima forma de indumentarias de amigas de los sólidos de comedios, además de cada voluntad de las tramas difíciles, o por la realidad tachada del oro alianzado con la costura del rato del malabar en segundas manos frente a la imaginación del otro laberinto que pregunta por el servicio de subida autodidacta como terceras máquinas para hacer veranos y juntacos a tientas del tintero de sangre y jardines de sillón, y un sólo árbol de rol y macho alfa obsesionado con noches perfectas y c