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Mostrando entradas de enero, 2011

Ochone

Bordo el deslucido silente, ochoné, a trucas reales; todo lo era para entrar constante, para preseguir el bozcocho sibarítico y masturbar las ánsias de saquear el espejo y cada paquete de durex de los mil sabores y estrellas escarlatas y musas sin títulos en la contra morra, tambié iba, miedo verbal, del volar, para volver a ser niño con puntos suspensivos que glorifican fetichismos y el reojo del velo emborronado de ebrias catas llenas de pilas y croissants distorsionados con el sabor de mantecol y algo de agridulce con la menta afrodisíaca, mirando al trece será, imperfectos genes de la sinestesia mezcla del siento que sobro, no que sobré de los pocos yoes sin nada para ponérselo a la anécdota de esta teoría, aún por escuchar círculos y lunares de cucarachas y el resto noches y éxitos exactos manejados por el cambiarte sin deseos merodeados en la psicología del seguir en la calle hacia rutas cortas, bordeando horitas para aparentar el perdedor con el montón de juguetes obligados a el

Blinis

Ántier llorado, o casi, con el sé asegurado, loco, blinís, o quedaríamos callados sin hábitos, sin los puros ingresos del mes y sólo con las nubes de inspiración el día que lubriquen a más, ni modo del tal vez, más tarde se pondrán a criticar y a ver que no era bueno para la tésita del aliento que darían para no agradecer el haber saludado las gracias del buen actor sólido, dueño de su rival, el cuátec usado por radio para contar al general los mútuos palos del monólogo cansado de aguantar las suplencias y las babas hacia las decisiones del otro adelanto que pocos saben relacionar con la pocha extasiada en el chopo perenne, el que seduce las jornadas sin brújula y pocas demarcaciones fragantes; vigía, abnegación, un submundo de ginebra agrede las cobardías por el vácuo con los silencios sin escrúpulos y los ni ni, y las vocecitas que se pierden entre almíbares y un desuso de satín almizclado con los testigos archivados en la carícia congoja que recuerda al acaramelado enjambre de famél

Opiúmnar

Sensación de cinco minutos más; más opio para disimular la bajada, la pesadez voluta, el intrincado abrigor de hierro y susurros inflamados, humeantes, casi con poderes y hiedras para vecinos finales y el trauma del últimamente que disfruta con la nota mental del plasma positivo en mazmorras de sertana erna para los del premio relantizado en versa, en otra méntola para el futuro que va con el pico de años despiertos en un post cualquiera con un sorbo de merengol en una virundela de lágrimas y menta para la jubilación de la cerveza en los teclados tecnos como bestias imposibles de oficina que apestan a colomó, a remansos rensores para las timbas y el reproducido que lo llevan hasta ella, la imaginaria viajera fémina, misteriosa, que ni existe en beta rasgada, emancipada por las enhorabuenas con cunilingus incluido para encajar al disfraz de búsquedas e histéricos monos a caballo galopante, cualquier de segundas en el proceso fantasma, mago aparte del disparo grisáceo, hasta haberlo resu

Ljigcaoaygfdosyifgsuofgaouguy

Guatita, titila añeja en los brasos del viejo puán chú, roto gas, idéntico nómada of la jauja y claves de ambas rancias donde atacar las madrugadas que hacen promesas y recuerdan la primera capacidad de superar al peregrino en el escalón por menos crónicas crucificadas en el mismo beige entre dientes y bramidos demoledores cerrados con el turno del devenir en el pasadizo dieciochesco de la planta del hola, en una pequeña fortuna gitana sin pretender el incipiente gramola administrada entre margaritas blancas, nombres, calles y un cualquier lunes después del parón por el stress y el miedo al destino y a la duda que juega intentando decorar quizás la última repetición por radio atómico de varios doquieres y choyas de creación de historietas mensuales, macabras malosas y plásticos de distintos tamaños, de pinchos autoadhesivos y nada de menesteres autocomplacientes para parte de cotamora y cotorras buceando en el gazpacho de marihuana y lectores desde el antes charamero del tiempo y el li

Pierarará

Reclamo blanquecino, magenta áspera, inócua, tupiel de segundos segmentados entretanto en los despacios de cristal y regresos definidos, lejanos al vencido verso caligrafiado por la odiada fractura chola sombría, o anatemas de más sobre la deriva derramada de tintas y huevos de régulo y gomina para adornar la avergüenza de los señalados peñascos en el fin de cada amarra que cede el peatón, la turba en los músculos, rones que hollan trucos y tancos y maizales y redenciones de colores y retales en las retinas de la licencia ultraísta asonatando la realidad de donde vienen los labios y se abomban las flores y el vértigo enmudece desigual cruzada en nueve monísimas tetas en frío pulimentadas en momentos a contraluz con couchettes mecánicos de barro y como para acercarlos a las notas del sexo de aquilones estrépitos de roerías de amor en síntesis y fantasmas de juventud que ponen la carne para el próximo pica pica de muslos y bombachas ligadas con penes y giralunas vegetales y pasos y papus

Emfiteúsi

Contención, las viejas glorias, el enfiteúsi satinado similar al celo salvaje de la moviola, el parén, el wateke recogiendo semejanzas y engendros de testosterona y excitantes artificiales para cotizar el lado citado al margen fugaz, deteriorado en la manía y abrive cualquier manjar de racimos de araucarias y las glándulas del equilibrio hasta el pero no de la desgracia que lo entretiene sin confesar el castrado del vaivén, nossa siendo nenhuma, vontade, maneras del psiquiatra para las cosas del maquillaje con diazepan y anillos viudos y nidos de nós con el vos siempre cambiando el frasco y la fotografía de la estupidez maldita, de médicas culpas y no sé que más toda boba reclamando hacerse la ciclotímica para tener sexo con un carajo de diez canela y un, y dos, y tres, algo acá tomándole la vejiga para comer como un trozo de fideuá penetrado por el colador y el tocómetro de traseros y vaginas artificiales deleitando el homenaje para soportar la soledad entre tanto garabato de mujeres

Filba

Cicatriz del arte, y los de arriba tan desiguales y ajenos en el olvido de los matecitos, estancos con muertas palabras de desilusión ilusa y rarezas que no miran los caballos, las gaviotas, los horizontes de pubertad encallados en la fila del invicto invencible, y la otra milonga tendida en el susurro de las especulaciones con la mano que rima y mece al dictador en la vera de las taquillas para el espectáculo libre, al destiempo del yá miré cosquillas falsas y churros de invisibles caracoles, de pasta dou dou en la tierra explotada de presentaciones al margen y chacros del verdugo para volver a la sala de espera de la sucia trastienda de fotos y velos negros para variar la sesión del maquillaje de cordero hacia la extraña noria de orgullo y filbas y posturas de fuego inconclusas destacadas por la tal denota que demora el deseo de dejar la meta del amor a la piel, y tildar cerrando la relación de distintas dimensiones y fugas de sitio al cerebelo del muerto para comer el frío y retorce

Shermo

Autómata de la abundancia, lloviendo furtivas para rebanarlas con medio litro de ascos y pies poetas y retretes de césped para clavar, después de jugar con la raíz del cráneo con ajena vejiga que busca el desorden recostado sobre mitigaciones y manchurrones de trámites quebrantadizos del coposo valle sin techo regresando a la obsesión del despoje con aguacate y encuadros de paisajes en desuso del minúsculo, seco, la jaula vacía de estandartes con una afeitadora de cuarenta y dos minutos en blancos bancos, acerca del ascensor del recinto anestésico, y la reflex enterrada para el rompevientos del asiento del viejo bocho alado, al mural del untitled morado, bochornoso, en propios eternos arrastros en los cuentos de nubes y niños, preciso enseguida, igual que el dedo cajero por la vuelta, hasta el así, tan famoso erógeno de la asfixia del réquiem más dulce y la malaca noche que sigue acampada al borde de hogueras y gaitas o hasta el mísero polvo con extrañas, con rizitos llegando a la cola

Jdnfjsfhsgdf

Trece pus, sangre, dos sementales como el de ayer, abyecto, mastico, mástico la casa de carnes y personajes en un penoso texto de signos negativos, de la tal mórdida de nupcias inscritas para cada execro de las mil cartas de la agonía que indica el sexo diarista, condenado a la palapa tachada por el trazo fetichista estudiante de letras lacán, años de quién, con la ruta de cada trozo de almidón que traspasa el diccionario, el olor de cierta erección buscada, transitable, para cerrar galopando la carencia, la ventaja de la pulsión real del monólogo, del blíndex mudo para copiar la frágil andanza atravesada por cada petición del exigente lector, o sesenta o setenta intertextuales inéditos sin remitentes grotescos en el prólogo de la breve existencia delirante, sosdicho para mostrar la matriz vibracional, los cuerpos de esencias de caballitos y atrofias inagotables de milagros y panacotas devueltas realmente autosuficientes para los aspartamos que mencionan el mismísimo con la leve fortea

Zaquizamí

Banales amantes ensaetadas, o el masculín machete, el de la lengua y o el mimo de la sonatina en un vaso de leche muda y pleta patata vástadga para gastar en la mesita de nuit, heladera desde yá para en el pedo un por eso de mantecol y otros círculos de objetos sexuales para festejar y virundelas a ras de la cuenta del remix de la semana codiciada, o la manera acompañada del share autonómico, la última del domingo, del tabú sobre la extinta sin las instrucciones simples del zaquizamí a tardes yardas y limonadas y masturbaciones de aplausos y abusos con recetas prófugas cortadas por el pues ya, con el cuchillo que ya no siente el amoníaco envenenando de felicidad el puesto del mosquito después de mayi, y la foto repetida con la excusa de las comillas disculpadas acerca de algo que no existe para celebrar las dos promos de la vié internadas en la conciencia prima, en los libros de la estabilidad adorada por el otro candidato que se dice que la mamará por la erecta vía casi del supositori

Pacumutu

Diminuto leído, leve de madera, astillada claro, con el pacumutú que desaparece en un canicular de charcos de la niñez que cala desesperada con domar el ursus de las alcantarillas y el apuro como poco un pastel de cocina o el olor a menta para tanto peso sintético importado del tajo, de la primera memoria quieta a llamar en el ecuatorial campante y a escasas compañías del contrato que fluctúa en el antes de las acciones de una manada certera, bebestible en embajales laberínticos y pequeños cogollos y nervaduras de acné encapsulando las culpas y las vías ocres y muros vivos de hojalata cómoda, ya tanto la cada, cierto parpadeo con oficio en la comisa menos calculada en los puntos de quiebre y dosis de tertulia más disímiles con fachada total que se niega para convivir en el curioso momento de lluvia y quiteñas colándose en la plena lucha; mil veces avanzando a la difícil con un paso en nada más, en el estático sabor agridulce de lima con lambrusco y lodo puesto en ningún orden de upgrad

Almoraduj

Álmoras y álamos y vientos de óxido pute a la hora de conquistar pensamientos de identidad, las ajenas al principios en prosa circundada en profecías y aforismos con diez nombres para la portada de adelantos y brumas, las dos con sello y semen del pacto cosido al cabello del nuevo libro de diferencias y ratos de espuma estéril e infecciones desiertas después del flote, de si sale la pequeña bestia o se queda pensando en bombachas y encías de carne picada y tinta suave de imprenta y citas de cenizas en suspenso generosísimo y la ternurita, la ajena, la propia versión cruzada por el dolor de maripoosas indecisas y boraqués en las axilas ensangrantadas como perlas y menstruaciones y coágulos del decorado de ahí abajo, a la derecha de la cosita limpia, a triste distancia entre tetas prometidas y cervezas repetidas en la espera optimista tras el cristal de la rutina como el drama en mis manos, allí el cuervo como confundido espectador de semestres y tareas pendientes como cítricos y cancion

Epidídimo

El as, lujo sin fondos ni jadeos hinchas de heridas y quijotes en oferta cóndel candelaria acá, miércoles, mañana rápida de decías clandestinas entre las demás escondidas maneras entre las preguntas que resoplan el codillo tomando a galopes y víboras soñando insuficientes plumas catapultadas en el escaso contento y la maña de la decepción arrojada al juego de cromos obsesionado por no repetir la culpa, barítona necedad del teatro interno de punto de cruz y paddocks nulos, mal visionados meses en punta de abrigo, tejeiro epididí, lili peach en la espera del fugaz deseo y la caja de ovillos y simples presentes primitivos y adyacencias clasistas entre líneas y pestiches moribundos al contrapuesto desmontando el final sumiso con tanto trueno y párrafo y alarido pulcro de fervor sin medida prorrogada a lo lejos ni siquiera el seguro de vida como de cita, de paso por las colmatadas colinas de imágenes y comentarios y vemós el plus de las figurillas estúpidas y pobres que no valoran el díganm

Piercosperso

Sean, y chicha de manzana sandolá, al golfo de machas a millas del deó, de los baobabs del paraíso y gringuitas y vulgaridades casacas, lambradas, cuartos y sudaderas de cajuelas para la vuelta del dos y otro último físico con el encargo de las galletitas de crepé cernidas del curanto, del niní para berros y generosas voces turnantes para despistar la paliza parada en el darne, en la tarde que empieza a faltar desfigurada por el color de las periferias o cancelar todo el pinche de los sitcoms que aprietan el regreso y el rentero de conocerla para el cambio de estación que denota las indirectas del encuentro castaño claro, casi sensual con el resto preferido en estacionar la mera regla, la mera prisa para creer en el fin del insomnio que no dejá la verga en immersión del romance con la luz de la ausencia pervertida, la cuál varada de nirma, triste chapoteo, vago precio para acostumbrarse al sin tiempo del revés de apenas posibles mugas de electricidad raída y los casos del pronto hozand

Nonsénsicon

Sén de semen, y porciones de tortillita y nudos y dudas tortólitas para otras zadas de lana blanca, campanita cuyo vientre y el moño gastado de los sentidos cinéfilos de mano de la gran concha coreada sin el costurón de lata de farmacia postiza con las estatuas y los platos intactos a la basura, hacia la mente presentada al enganche rimado, a sacarle el jos, la baba, la pila de así parece, forme, dudosa se demora va lira visitita vestida de abuela al perecer de músculo pero con apetito de pensar en el uniforme cargadito de un diazepan abierto, con la virgen y apenas ella mirando, con la copa de kata en la teta y expresión inquisitiva, menor, inevitable para garchar y no hacer el bien, y mirar el suicidio opuesto del regalo como novelas y tipas tras las reinas y tralías como un bálsamo tocino y otras dos pastillas para mantenerse acá, en sus labios mecidos sobre la camá por la hinchazón del pan tostado y el decirles amén liados en el vestido transbordador excusado con las niñas del gati

Aguas puercas

Puellas y pallos y aguás por pinchadiscos a trampas y tintineos ebrios rosae, o colores y sapos y pajas y verbos efímeros, enteros salientes, cóncavos en todo, allá, la niña, la musa, preñada de hongos y refugios del haiku en un propósito de cita sin esperar lo oculto que rinde la semilla en el sueño y parodia partituras en el balanceo antes de comer las ricas puercas, creándose el gesto en el ensueño imposible sin la meiga escalinata para volar al trémulo ritmo del siempre presente que se despide de la voz amante, de las ataduras de los últimos tiempos, será la ofrenda de la duda, el néctar sin destino en vigilia indigna, en disímulo recital de calmas y pocos amigos y el kamasutra por el otro lado del tengo, de mezquitas y sus patios cargados, cantando por la radio reclamos de complicidad y bésucos de rumores y obtusos cardenales o mimos sin escaneo de la nebulosa completamente detenida al lúgubre, el más inseguro castizo perfume cuasiforme nada, o la noche a la fuerza como los ecos a

Besnagana

Bes otro beso gana, otro lunés, funés, bajando aullidos que aburren una orilla de polillas y repentes masoquistas, y una pausa para pensar en papusas y parejas retorcidas solapándole a un café otro ticket con sabia de sexo y lutos de esperar, pedir otra copa de despertar y amor, u otro crecido al ocaso de las pesadillas devorando las últimas neuronas y roncando el mástico desde el borde sin inventarse un nosotros para el dormitorio y el deseo suelto y la amnesia de la adicción fría bajo las sábanas de olor a culo erguido bordeado por el satín de la braguita de natación y margaritas abiertas y escamas malvadas de las últimas masturbaciones sin número teledirigido exacto de porciones y algos en beta sin la certeza de prometer el vestido escotado y la hamburguesa de cebolla para saciar la sucia en el metro con la posdata en cada pliegue ladrado en el pubis desconocido del tirante fiel y el portazo de la banda sonora que devore el bisexo en eterna silueta dócil poés de deseos y abandonos d

Buigvuyfdyugcthgjhfgy

De qué, el traducido palo excepto el colchón a rayas y chiffoniers al pie del diseño intento que baila el visor cromado, lo que quería en vocifé, con idea de colarla con la cámara y la perra lista, de un tiro en paro alto, unas cuantas babosas de espera dejadas a mano del tiempo, del trago de whisky a ayunas, peyorativos poetas titulados, outsiders, hoy, el anterior incompleto, el repollo, la canción de seis minutos vacía de ardúas elegantísimas y en un tema tan potente como el formato de orgasmo sonoro, ahí enganchaditas como briznas de freítas en la corredera bizarra y siete, y erecciones para pretender at terms y no confundirse en el importará, dañado en sabios y lienzos perezosos que venden niños y vaginas temblorosas por el zafar del buz superior del autómata femenino, armadillo en el ratón kármico, en línea el rebufo del semen fácil y eterno empaño en corbatita y pensamientos tóxicos contraproduciendo el húmedo narcótico y el giro de respeto y las hembras frustradas invadiendo ex

Tupambaé

Habituado imposible, me gano, sólo billetes y náuseas de las víctimas celosas en el lecho desnudo con los focos armados y el patrocinio, que dos bocas en un beso y el péndulo de deseos y las mismas víboras excitadas para pecar al pueblo y romper neutras canciones tentadas constantemente en el exilio constante, vil, soneto de entre ambos modos y delirios de palabras gastadas, destacadas reformas del signo de luz ante prontas y verlas modernas en chalupas tristes, sin voceros de los mayas contra la pelota chambona de erratas y porno escotado hasta los nadies ninguneados corriendo, intentando amar sentidos impertinentes que se resisten a las musas en el asilo afrodisíaco, adolescente, mecanógrafo, obrero, niño a la costurera humilde por aquello del llanto y el capricho de estar pidiendo al par la novia que partía minúsculas trenzas de racimo de trinos y tupambaé ladrándole a dos lenguas y mimos mínimos, orejas largas y diamantes de la mano astillada en cartón, y apenas alzar la codicia al

Pelicusilungui

Pélicos cursil, esgrima de cuadernos y guerras como telón de fondo recostado en la mesita de café del cuarto condenado, epo de seis a cenares, a serla de rumbo de teatro de barajas a tango de turandot y pedas en la carretera federal, nel, el aque, la puertita cántabra del huacal dibujado con el pubis de la infancia, del gordo melato, ble crudo en cabeceadas ñoñas y el sazón en unas faldas de olotes de regalo al sacarlo del sarcasmo al salir del ruedo, o inventar para dilucidar mejor aquel amarillo plástico, y la página de humor hasta la eternidad de la entrega del tango o el como lo pintan embalsamado y sin testículos verdes de dijón diluído y antojos de oxígeno alarmado, de valorar cómo poseerla en la retaguardia de la inquietud del dóndo, cerrándose los símulos ancestres al índice de los poetas en una tertúlia en rima y picos para permanecer como el vivo autorretrato de los bizcochitos de grasa y brújulas sinceras al mediodía en la vereda hacia el este del luego asustado, del paso in

Pulido imperfecto

Pus-líquido de invierno y larvas de pagarés pulidos de gestión deshabitada; ya calláte con total anarquía de promesas y polvos matutinos y más pulidos y tumblr de lues en unas semanas, en tanto gas simpático y pálido de médica y arándanos y publicaciones y atesorados jamases imperfectos como la arcada de azúcar y leche de coco y dodó en la pluma de aguafiestas y gracias nos seguimos viendo para fornicar a la sociedad y planear la pesca en braile y roletos de escasas máquinas y retratos de narices grandes y chicle calaca colocado por el ososo nero de la figuración atípica a priori persistente hasta acallar al mismo orden en el jaque de militancias, quizá una cita con la nada púrpura fija al salto de página entre comillas y palabras solas por imperfectas musas que no suenan fragmentadas en mil paraguas entre citas y partes y buenos días para levantar el galope en la restancia de reconocer ese no fragmento o no importa qué hermenéutica parada con ejercicios legibles como objetos ardúos y