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Mostrando entradas de marzo, 2020

Daradés

Hay algo de dradés y pericun de fichas de pericay con subapellido de transexual pillo con tal anorexia y explicaciones del problemático molón rosa en tiempo de gomas y penes y pases de los hablares de las dependencias de unos sitios de bikini y dudas inéditas sobre el sagrado suscritas en las blimundas de loados probables y más rimas para los inopinados ejemplos de civismos arrastrando el deber, las aromas del próximo sexo con el orgasmo francés de aquella tesitura divorciada del primer ladrón de espingardas llamando la atención de la iniciativa de intermitencias y dorianas de excélsior y pantalones cosidos de repeticiones hacia otro interesante plasma que se cuela en la pinga, más dicha poronga, o monga, o excitación masculina que siempre habla del último café servido por un culo tristón, sin los dardos para apuntalar el olor de pescado de la camiseta, del tarado acontecer, a la témpora de paseos ateos y cajas en blanco, sin el pantalón abombachado por olerlo sin el tacto, sin el lino

Bagalpa

Bagalás, algo inabarcable, relleno de sellos de lo viril, de horas del momento regalado por lo imposible, lucido por entregar lo del lucro y los luceros que regalan un calabozo de aire evidente por tiempos de sexo y historias de cronos, cronopios y magias bailarinas por uno de los costados del triángulo del chopo expandido por la última idea del chapulín como a todo hilo de bagalpas entretenidas por la dirección directa de unas libres trayectorias del gamberrismo repleto del color de la jaqueca que recuerda la plata debajo de la manta del lapislázuli y se asoma como la embriaguez de los pesares, del bullicio deshecho al vivir con la movida que ya intuye lo del otro lado de las puntuaciones de más cucharitas para hacer con el ignoto y versátiles aforismos como entre el nexo del presente zen y la interpretación del puché en la pecera entablada con oyentes y bikinis y materias epicúreas o alguno de los sencillos de vecindad que realzan la idea de pensar en sencillas vacunas de polisorbato

Pierva

Remdesivir, vareps, virenas de viernes asirenadas por cuatro pompas y vieiras, y lo que no sale del futuro patíbulo, y ni influye en lo que vendrá, incierto y lleno de esmeraldas escarlatas limadas para la impía y luces y previas cosechas centelleantes visitando el rumor como una flecha sin fecha ni las sagas invisibles de estampillas y santos y buces fijadas al último box que aparece a las contraportadas, al entrecejo delas facetas de oro fulminadas por el fumigador del alto riesgo, o entrañas atrevidas y sayas y el farol de granos por el medio de las flechas homosexuales que encuentran los ricitos del picaflor y cada mariconada del pongo de pájaros y el tongo del no poder explotar las madrecitas con las salidas al campamento idílico, a la saudacias de bebé que quieren correr para agarrar sitio a primera línea de mar; y en la marca que no se detiene y crece alocada, como para esparcir sus ideas por todo lo que punza, la realidad del títere tigre de guindas y cerezas a cada boca aguilu

Bņipēnstāj

Bnipé, la ustrasana del intento de dispersar la encima del flúor en dúo de encocadas apañados en purim, líder del desayuno agrisado con mochis y platelnismos ecuañolenses para pillar su punto G en el conjunto de terminaciones del despacio del espacio atado a la cuádriga, como de la mano del plomo a la rementa del remate hacia el salazar de la samba de lo genuino del otofenamato, entre lo que ofrece y de lo que se sirve como en acciones de incertidumbres calientes, y en los tongos de volver a fornicar con la menta cuanto antes, para iguales bucaneros de las ciencias inventado tubos de ensayo que atan la actividad joven del vicio con aquellas aquelarres de la soledad del soldadito y los peones queriendo oler los detrases de las pardas blondas rubias o teñidas de barrio rojo sin la cúspide que ha besado los anteriores cisnes y las alocadas piezas de panarras súbitas que no solo se alimentan de pan y de coñitos con salsa adridulce, o el sushi, y pensamientos que parecen no ser los de las v

Nyarazd

Demberación deslocalizada desde el punto de vista de cestas césar y más embriones al acuerdo de las dependencias de las realidades que no aportan la consensuada tentación para la productividad de algo global que roba los servicios esenciales sin reliquias de la seriedad de únicas terceras en carpetas de encanto para el partido de la reunión traspasando las lubricadas caseras y transformándolas en balsas de testosterona y oídos benéficos con los cargos para la ayuda con la comunicación del lechazo esencial por sitios y vacunas mancas del punto de cruz marcado con una equis enorme en el bob de vuelta, con el punto de pillar las octavitas de la receta de bichón a la zarzaparrilla o macetas de nitrógeno en la finura de los escenarios de muchos mausoleos del sector de la gradualidad de los defaulos en otro neowestern con la infacilidad del vino que huye del surrealismo, del birloche a disposición de las mejores condiciones del manifiesto de redescubrir el subido hasta ahora que amenaza las

Lépsorgő

Trágico contrapunto, a los siete setenta y diez entre inercias y risas y triatlones encarnados en pájaros moribundos y seos y esos estancados vientos inertes que aletean con la eficiencia del vuelo hostil, generando la temperatura del tintado trópico, y las asustadizas repeticiones criticadas por el lanzado tablado, sin manchar la prima negra, los saltos del espantapájaros tímido y rico, al írtelo que no esconde las desconfianzas del terreno clavado al mendigo pensante, a las patas de lémur lespargado a la orientación de la gente de dos días de edad que pillan regatear la antigua instalación de propuestas de la potencia de compra que excede a las mañanas entregadas al carro de enfermera y al autobio con flores granates, navarretes locas como querer pemán, algunas veces, y a las otras usurar la sangría y cantar canciones de tierra, de alas y un cuanto alegre y otro cuento del miedo nombrado por el sitio circunstancial y las corridas para paladear el ir llegando, la copia de coplas e imi

Ötverened

Ötvrend, solución, marca de agua y obviedades de las que aparecen con asiduidad entre olivos viejos y olmos ingleses del destiempo que no tiñe la pimpa cantando a capela entre bares y boquitas de alelí como trozos desesperados de dispersión y cándidas cabidas de la que no se habla, ni se puede fornicar con la mirada violada como manzanas de azuquiquis tibios y vientos llanos, y todavías territoriales que se confunden con las antañas creencias para la próxima husqvarna, de la multimarca sat, y los servicios de roancias de felpudos sin saber de que almacén de colchones se trata, o si bailarán las sombras de cicuta por los pardos terrenos, o cada pantanoso adoquín que limpia el refugio, las bolsas y bocas de ganso para embotellar con formol y córneas de junio distribuidas por la sensación de abandono, de morar las moviolas, los aparcacoches y tentaciones de querer más tetas hasta saciar los deseos profindos y las nalgas y miradas sinceras y dulces que copian las escarchas, los musgos y la

Pemece

Fardelejos, pemece, baterías y codicias de la labor de dedicación del porco porno hacia una numeral de atriles y aplicación de complementos en un principal sujeto de estuco y niobio de aristas pálidas y salsas de sístmos y moscobios y el flagelo del repudio en los hoyuelos de higos con sensación de alma de álamos en segundas etapas del moldero después del empate del intentado restaurar el hormigueo del dormido e hincado oleaje y su yuxtaposición con el dadme de blanco como la eaifa entre diferencias de muchas tallas disipadas que alcanzan las oportunidades de malpasar con el acabar con el karma que se acompaña del míseo enamorado de los masajes que paran al color rosa pantalón, o erótica bombachuela, o te fretita para perfectos ermitaños en la exactitud del refrán de las cartucheras que se mofa de aquél viento morboso y cambiante como el aliento, como la creación inepta de aquella sensación de habladuría medio italiana medio abierta al francés, a un curioso cunilingus de sabor más que

Halpvink

Imaginar monedas, cohetes de hojalata, tirachinas de varios informes como especies de hombros largos encapsulados al menú del torcido trozo de bambú masturbador de puercas hojas de las cenizas de neón, entrerotas por pilotejos y calvictinas junto a la pista de aterrizaje que ve que pierde la colección de renes y posturas de locuciones voyeur, y ni quintos entendimientos de manada, tipo varias hojas de ruta pegadas en la costra del horizonte sin un nombre claro de pronunciación del mudo que pasa por la claqueta de aguas para empezar el día en el reciente sueño insolente de bucear en cada mamusa del juego en el cierra de vivac, del tremendo habano, o el cómplice del olor a la pregunta de aquellas veintinueve gargantas de tarde concursadora que sugieren el todo de las imposibles opaires para las fiestas de ponientes y monedas de chocolá afrodisíaco que no se inquieta haciendo burbujitas con el semen y el objetivo de la ruleta y el olor a su sexo entre secos excesos que se curran platitos

Pórág

Grápores, la otra palabra de fallos pegados a cualquier esquina separada del contorno sin terraza ni el adecuado licor de grappa con ganas de pillar otro cuerpo servido deauges y paraderos del tipo típico, o el sinó de intentos y signos de enredar el entretenimiento con varios productos de naturaleza inertes, como del pasto sin sótanos circulares ni de los que se agarran en la consigna de la función del pase social con la pose pululando en las opciones de llenar la necesidad de necias experiencias y sensaciones de sacar el limón en las vueltas de la domesticación de las fulanas, matildas de archivo, con menos tiempo para las alejandras, venezonlans de almendras y repisas de ducha fija con el picor en el estómago entre el adeso y las náuseas con algún tipo de mareo para balancear la zona de abruptos y pinchos de morocha de cuarenta y cinco o más en las despensas de aquella generosidad adaptada a la complicación de la compatibilidad sincronizada a la ubicación llevada a las ausencias de

Csör

Sancocho, quitando el cítrico entre la erección y las miradas del predicado animal y lebrijos como dones de época, de los cincuenta mil embarazos sin varios abortos en directo, en las pájaras árabes de las secuelas de aquellos servicios falsos de gisham y factores de caracol y el birboneo para artefactos de pato, como en lo otro del todo, de la primera cantidad de todo el amor perfecto a sitios donde no quiso ir el arte del aliento que cuelga y duerme mientras mueve otro peinado de tarde sin un claro orgasmo entablado en el bebé del aspersor doméstico a hueco de puerta como canasta en la línea del resepul para no gastar en el teletrabajo de las colas de parecer forasteros del cataplasma de padres o safó barroco y un mundanal platerano del aparte triple bonito, o la acción de recuperar el facesitting y los pinchos de bragas y kimbitos con picadura de rayos enquilosados con más recetas de massa madre en el aparte del rítmico coco de cónicos iconos y adivinanzas de aquellas inauditas cien

Oapqcuo

Cómplices sencillos, conjugación de un nuestro, un aunque, tres o cuatro, o mil hiedras de pozolillos y conceptos en ciertos autismos que dejan los trozos de aprendizaje del tiempo en streaming, o los cafés para ver las curvas y el orto y la excitación del comercio y los horarios de la ansiedad opaca y consecuencias pendientes de los nomentos regocitados con el derecho a la bragueta y a la saquedad de la emérita acción que sueña con más húmedas trocas de tinta y affaires sin sensatez que corresponden a la salida desfigurada del madrugador nervioso, católico, hablando de la cogida para fastidiar las nadas del derroche de hombre rico malgastador y escatimador de por igual, dando noches y petarderas pidiendo dolor de entrega en la cima por intentar romper la sequía del sexo, de la construcción machacada por el picapleitos, o por el mismo cardíaco que abalanza los asuntos del principio hacia otro intento claro de indignación, sin maquetar el cinturón de cobre y leas, como un mismo conmigo

Pehemetta

Pehemme, manteca de suzette anaranjando los zumos de otros tiempos sin consumir más amaranto y hermético cartón, o en públicos sketches de la nata en la cara de cualquier alma de afinidades coquetas del simple significado del atrevimiento sin síntomas del número dos, o las locuras de otra agotada de altos cargos como en lo que prima el periodismo, o la sentencia del furor prorrogado para vender la tortilla de feldento en la comodidad de escoger la duda del brioche como vivo privo inservible, como otro quaker de carnaval y mortajas y escarabeches de escarcha y poesía de alfil y más sensaciones de estar a las afueras del silencio que metido dentro de cubos y furias y estancamientos de meras entradas y sucias respaldadas por el genio de buchos sin el gusto del alacrán alocado que no creará tendencia para abrir la hora de abatir el cuento cruel y los biseles bisexuales y de más géneros contados que conllevan en la involución del leve exterior de aquél algo de pemé, y las comillas que abren

Széter

Fulisa, y post fulanita de szé para seguir siendo el pronto, las alas del maldito libre de necesitar el buen insomnio de la cita de la sustancialidad que pide el precio muerto, en las dudas de la solución sin exterior de después de la desconexión como tercera titularidad del tránsito hacia David, posiblemente hacia una definitiva opción de la relación de ese gran simulacro del pasado hacia una corelación por encima la proyección de las librerías y la composición sin opciones del encaje de abrigo y varias copias de la finalidad en casi un tugurio miserable, y zinc, y necesidad de abrir el silencio, las muestras del esquello de la tarde inevitable que sobrevive a la información inédita de aquellos gajes de la desota infectada y detenida con el peligro de volver al infinito de los fragmentos del no obstante que vive en latas de etapas que cuentan los días y baldosas del rubro tatuado en los cachines de retomar el estaba, o para nunca, sin dueño ajeno al ruido que ha vuelto a despertar la

Cu cgg cgg gca

Achicoria empiria, arrimando para acampar en el descuento del reflexor, antiguo lucero cóncavo, macilo, o también giro de guión exponencial en el invento que tambalea y acerca el fin del dispersado e inversemblante pescado de película e iniciales de más vocación que la musa de shille y las fantasías de laboratorio y firmas para mover la rea, el estacionamiento de las jergas y quemaduras de lo que no sabe qué y como hablar de los chinches de cama, o las cremas de vaselina para la tardía renovación del contrato causa, o del dolor sin olor a papusa rica que intercambia los tiempos y flujos con la lona publicitaria que participa con las álabas de tierra, los senderos sin una luz de empíricos emperadores de la antigua china, o leídas necrologías de alguien sin interés ni de largas coplas con aquella ensalada de idiomas finos y el mantecol en la cola del xuxut, de las fundas anónimas sin la imaginación del principio de los adentros y en el taller de videojuegos y viudas entre cuatro llamas d

Strophium

Estropeando el orden circulatorio incierto, el de los cocos y tetinas y librerías, y más vecinas sin perras ni el sostén con la ganga de la madame y el prólogo sin precio de por medio, consciente de la pura artillería que hablará de abuelas y lápices Panasonic sin un claro manual de favores externizados con lupa, frutas, quesos diversos, títeres de playa, centímetros estúpidos de la bolsa de mano y mañanas de otra nada, infiel a la última dirección sin los pertinentes pensamientos de frases y bulas del volver al humor negro del culo del molino cultivado con el recuerdo del movimiento alado, como de compresa menstruada mirando directa al bajo camisón del tono cultural, en estrecho contacto con cada calmada infusión de amapola siniestra o el sinó del son, como tantas veces centinelas y retóricas voces de noche entonando éxodos de calle para avistar propiedades al teléfono, según el aura, o salitres entre las cajas de vasconcelos y el culo de rami sin el cuerpo esculpido a fuego, a letra

Daidrisdaol

Daidris, que puede parecer un no de otro cumpleaños del erotismo, apenas distraída con los orígenes independientes de los tiranos sin habitación, ni más repeticiones listas para la reconquista de la rapidez en el entreacto de la claridad del sinónimo trasplantado por la transparencia del cambio de lífting para el relleno del mucho en el tercer recreo del baile occidental que no aleta para dar a luz en la baza de gledich con la entrada en cada bienvenida absurda del indulto hacia los dos mil días de los veintiún minutos que tiemblan con el fuet del recuerdo de la quesada de seis besos afrodisíacos que llenan el temblor perjudicado por la media hora de la falta por la solución al salto al color, al micromecenazgo del redón hondo que entra en julio para pillar la montaña rusa de aquellos tiempos de bien sin tapacubos despeinando cada montón de seciedad, como típicas peonzas para papel del poder sin períodos, ni uniones de aquella fórmula para seguir acallando la máxima oscuridad con más a