Se pasa a riesgo, a riego y viento cogiendo la piel en concurso diseñado en piernas mecanografiadas en fisonomía neutral ampliada a base de neuras y vidrio de aquí zancado como puntero peculiar con varias torres de colores tomados de una arcilla de euforias y violines que no esconden ni necesitan las chapas del tejido base para raspar la falta de pasatiempo que preside para desintoxicar achaques y gases críticos que catan el después de encolar ensayos políglotas del demostrativo valle incluido al periquete del mercadillo ajado para reprobar raíles y dejar el esmokin en la percha de romanso rizado, siempre en la boca que transpira y canta en gozar para retratar la región de la monta que penetra al monocolor y luego al manto del punto de luz oscuro por perspectiva y calma de un día largo o crudo que escucha lo permeable junto al sauce llorón que almacena almendras y piñones y kiwis en un rincón decadente de recuerdos para el próximo acaramelado que ya pensará en la fuerza de un futuro