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Mostrando entradas de marzo, 2023

Foglolák

Folgó, alogado como laák, como temperie templaria, como hoja en blanco, como huso volátil del placer que está a las puertas de las creencias como tal, o menos el yogurt de fóglolak en el futón, o en la próxima bombacha para olerc que será la definitiva hasta la eternidad de los sentidos, o de los copulados en una extraña dimensión  que merecerán el corazón del tórax femenino, o combinarán estrategias de mercado para que la mujer reconozca a su pareja astral ya en quinta dimensión, o en el más de más allá gaditano, o se cerrarán fechas con los ojalás cumplidos mientras se espera la entrega del balasm, entre el hit de la verbena y los balines sin la capacidad de bajar el alistamiento del físico romántico para asaltar el seis de nada más, o del sentimiento de los años, o del anticipado guapo del momenot lento, expresamente hecha la falta ortográfica, respirada para sanar la quietud de los estrógenos del miedo de volver a ver la llama y escuchar un jau que no será como las cañas de vinos y

Sapenza

Cugno, no la sabía, ni esperaba las alas de la tos en el motel, en el lugar del sí, del sobran palabras o faltan, o faltarán o sobrarán cinco minutos, o diez, o veinte, o veinticinco, o algo de cuñas aportugaladas para dejar atrás los dolores de cabeza y paranoias y víboras con el hambre de la madre sin el anzuelo de protección conocible, o miradas por reconocer, por fomentar los saberes de otras vidas y preguntas para vías y betas a posicionar el éxito hacia cada cuadro feliz y lleno de bendiciones con noches y nachas y algo equilibrado con las hachas o con los nihilismos del día que empezará a funcionar la testa como una caja de relojes, o una jerga del destino acompasando las nuevas noticias de líos buenos, y de ángeles y edredones como esclavos escapistas vendiendo motos y torneos de otro futuro en los aires del ahora, de planificar otras foeces, otras libertades con las horas concertadas y la tranquilidad hasta la fecha de que habrá silencio absoluto fornicando con el reencuentro

Porposo

Crolusta, porsopé sufrido como algo impersonal, como la cabeza en blanco, ya agobiada por tanto pensamiento y nocturnidad en la terapia para la envidia de buscar el talento y los espacios negros, y aquellas migrañas que dirán la definición del unísono y si ya hay hecho el todo o será otro todo que decida la nada, la fea y rápida, de dos adjuntas habilidades para trepar ardillas y seüntes, o fábricas del olor pasado materno, o futuro de bocas acobardadas como más búsqueda de sincronicidad y caricias como para follar la última tranquilidad repelida por posponer toda una vida de interior olor y sustento, y máquina con escala de grises en que se le van los ojos para encontrar más sincronías y peros e infinitas confirmaciones del punto dónde estará la reina del corazón del preteo, del rey, del panarra buscando la salsa del próxim mejillón, o viento en la cosa de botones y grados para fermentar cualquier invitación al parque o a la cama, o a casas, o a más sitios inocurridos por el lastre de

Mantresa

Asert, en reset como en algo de tres porros y pitidos y remezcle con tinto, o con la calada en figura creciente como para estar en el ahora y no irse a la mierda entre el directo y las que no existen ni censuran la manera de hablar en raw,  y de volver a follar con las palabras adecuadas que eligen un top y el número pi, de tres en tres y huelgas de conclusión del parte cuántico que se refleja con el ya, o con capas de ilusión por varias señales del universo que indican que hablará pronto y tocará la autosuficiencia para adiestrar la contentería de los de arriba, sobe todo la matriarca que seguro que está ayudando al monólogo circunstancial que hace país, y peridad filocéntrica que interviene como actor para admirar las posesiones de aquél cántico en cuanto la presencia de la evolución devaluada con los confines de una treinta y seis, en tiempos de norte y confianzas a tope con la luz de la luna en perspectiva real, aguantando los años que van de la mano de la futura cita centrada en e

Tralualia

Tratú en la caradura violeta, en la vagabunda solar, barros, momentos, tetas, como para morder un entreacto como el del último año necesitado para contar los perdones del sobrevivir sin los servicios del ego, de aquél repaso de donación y comodidad para afrontar el destino, y servir cualidades de importancias y telares reconocimientos para cuidar la base de la compasión y la paz, y las plazas aplacadas con las palabras que apiñan el congosto del sueño original hacia las manifestaciones reales del hueso del número áureo que disuena para activar las existencias acompasadas por aquellos trece nidos y huéspedes del no se sabe que visita de nuevo las arcas de una mística creencia después del decatto, o de cada control que baila para que se termine el veintitrés, y cada ocupación en vena y se reencuentren los dos corazones más sanos que aquellas palabras del último abrazo, tratando de ser un beso en balsa, desde la coordinación mútua hasta los enérgicos tempos que no se sabe aún si son los m

Vagrado

Agrados de la vez, de agradecidos e ilusorias bebas de grelos y gratales fraternales de la inocencia sin aquellas jaurías para vergas y sensaciones de inmediatez de las noticias del apagafuegos y del soneto tambaleando cada serenidad, cada bala de agua, de alquimia y grados de vanguardias y ventriloquías para solventar la maldición de la duda que no es dupla con culpas ni ñoñerías desdibujando las histerias de los primeros días de manicomio incontrolables sin descongestionar nada de lo que no haya ahora ni dicta aquellas citas derostros al anonimato, o para que haya acordes, con los de atrás que bailan jotas y jodas, y todo lo demás para sanglotar y petar con la impaciencia del deber, o del anularse para abastecer tiradas y tríos disparados con la disipación y el anhelo de besar el oro y aquellas amenazas fulgurantes del todo, o de la nada que claudica de parecer el antaño de restos de aventar fuera del lugar que no agrada ser, o se tiñe de huir de las prioridades en especias y habladu

Isoápamo

Ispo, teneré, o  el doble de gato pescado al tender el trampantojo de erección que había tres atentas, tres falsas antes de la auténtica y definitiva reacción al autoinmune amor tan ansiado y hostil en el hipotálamo pineal, rojo, endeble, como en aquella flor de mitad de mañaneo que marchitó la luz del destino sin saber que volverá a volar con la valoración del silencio en la soledad, en el río de lágrimas y semen gastado por el reescrito tuki al que le encantaría revivir una y otra vez los momentos más importantes de su vida, con los más grandes y respetados desaparecidos que no llamarán a la puerta para otro reestreno, para otros quince días sueltos de risas y pausas, y escaleras de amor para un altar sin dar locura de órdenes y otro augmento bestial de frecuencias que sí argumenta el poder, las púnicas sensaciones que se llegará, sin saber el cuando, pero intuyendo un pronto en el palmo de la brisa de mil tenderetes impacientando las búsquedas del control en el caos absoluto, en las

Hissicade

Pantomimas y keywords del pan, alcanzando el pasatiempo y las ventas atrevidas como para estar en el mood compungido con el autorretrato de autor enérgico de bebé lanzado al océano, al limbo de la balada bácana de carne y hueso de la boca de juegos dejados para seguir amando incondicionalmente el hissicade, las costras del pasado que arrancarán la salida por el mismo sitio que entró con la competición para otra prueba de locuras pilladas por otras fieras lúcidas retiradas por el miedo que no se sabe si se reconectará con la certeza de la perfecta conexión de sala, de aquél remedio de ascensión que no entra en el triple parchequing tomando el tablero de la piba como gramativa de ponientes y gramáticas con la reconsonancia y concentración como colaboradora de excesos y marramás del mimo lanzado al aire, al viva del arte, de la virgen de la confianza para gritar y fornicar y decir que será la definitiva, la de crouxout como el garito compatible con el miedo del fiel, llenando como el frut

Croxotar

Ratos y choques y almarqueques y vistas al único croché, del no recambio para algo casi ya imprescindible, bastante irreconocible en el otro umbral del modo para entrar en la materia de la infancia, o de cada información de varios tips de la base relacional entre ciertos conceptos de transición, en la sagrada profecía cumplidora como para no disponer de la máscara de magia, y las aportaciones quirúrgicas del mundo, entre soltar en el bosque mamífero, o en el vínculo que incluye un sentimiento opuesto al que hay en la habla de competencias de ratos y choques y croxots cansinos por este miedo exagerado al fin de los días y las bajadas de existencias como las trece faraonas más guiadas por la confianza del máximo milagro con o sin las nueve llaves de coincidencias y numerologías para estampillas y decisiones nocturnas como para avivar las nupcias entre panadera y estudiante mercantil, de ilusiones y a la vez cansancios de que no se retorne lo dado, las gomas de parchís, como con el juego