Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2022

Marnugla

Marné, pereza de decidir lo dicho con idioma de eloísios y espesos y póvulos acreedores que no cumplen normas de la última memoria del trasero de la vecina traductora que no se ve ni se come como perros, como en el sueño pajarito del hotel entre sábanas de satén y fetén, y la vuelta al satén después de volver a besar el fetén pasado del parque sin grúas ni grullas para el combate fatal de bocas y niños y mamadas y marajadas y dos marujas en tres días de hoten, del dale que te pego, de más marné que otras lecheradas de aventar la causa del apobón diferente a la inactividad aprendida con lo que no se bajará, ni hablará de la ocupación actual de varios culeros de papayitas y semanas chulísimas del chicloso de San Pedro y querer la rapidez, que llegue el día robado con la magia del producto que se ha vendido por sí solo, sin aquellas etiquetas de antaño ni los anteojos, ni las esperanzas, o más bien desesperanzas de los primeros días, de las primeras visiones borrosas de las energías y cao

Dortem

Doremt, dormeti, o dones del último condón de tripa, ensanchado en el próximo no palo del pre bebé,que entra en la parte sedentaria del tercer mileto, o agrupamiento de gurús y gogós, y cuartos y caretas de yeso y boxers, sin ser otra vez la bombacha excitante, las calenturas de siempre, los fritos agobios que se han convertido con los años con la costumbre que ya por suerte agoniza con el ruido del sueño prácticamente a la mano del alelí, del lío de la próxima princesa que pisará el reino, autodidacta, y que conocerá los rincones extraños y besará el sexo caído por los desengaños y enormes depresiones por el no, por aquellas eternas sensaciones del no merecedor que ya es un sí casi definitivo que ya transmuta en el reino del dominio total con triple trabajo y aprendizajes de elviras y elviremas, casi de la villa de engredos y vuelta al engendro del huevo que falta, para rearmar los doss cánceres, la peluca de los órganos, los tensores para relajar los flexores de la izquierda, y del n

Foccelaio

Foccé, vocé, la cátida, o el pedo del tiempo, la burraja, la escritura automática que ordena pensamientos y situaciones de sustitución del hilo, de la esponja de andar con el demesío, y otra focaccia en la esquina, o la cruda, o cada hookah de propofol y silencios para reír y amamantar los futuros éxitos, o las garras de foccelá, o las guarras paridas que hablan de parcelas y pontífíces y colas y más compromisos que los párrafos que en breve se escribirán solos y ensancharán la leyenda del lobo de mar, de un patio de disfraces y rosas y vértuos en el lóbulo del tercer obsequio que llegará en el día del infinito ordenado sin intenciones acomplejadas con el tipo de seducción de ambientes aislados del descanso que nolibera la prisa de ahora, la poca preparación que siempre resiste lo de la actividad del ahora argumentado por la próxima codificación del descabellado encaje de largas noches tirando las corrientes de largas noches de dudas y lloros soñando prosperidad y éxito separado del pa

Degiño

Dábala, diabla de teléfono, no palpita por el ahora, por las sienes del puro placer; de las palabras, de las tías, de los silencios y manzanas y gavilanes y telas de periódicos y metatrones y bulbos de aguja esperando la definitiva que se quede para siempre, sin debida información del próximo alquiler de cinturón, y del premio para no fumigar la tos pasada y los miedos y los mocos y la mierda de información falsa que pasa por culpa de la edad y la farsa y la apariencia del sí señor del conformamiento de cada apoyo del from to from que abre la psicología promocional de aquella voz de una nada matarile, que no responde en la confirmación del huerto que cuelga de otra falda en medio de las polémicas y paranoias de otras épocas del nósdan y diazepanes y óperas de pie para conocer el rato de delgados dedales de douchan cerca de la próxima experiencia gastronómica, o recetas de repeticiones tragadas por los deseos y el mimo del ritmo, del retroceso escampado con la mezcla de camarera portugu

Zuzkinuek

Desdeño mostrenco, con la adopción del detrás no olvidado de masolivoir, cuando preguntó si era del promedio, del gusto, el bombom de su botón, del futuro masturbante de ojos verdes y piel chírria, de limón y canela, e ingredientes para degustar la rendición derritida, con la compleja excitación de las primogenias imposibles que no trabajan para el cuento de la edad, de aquellas que ocupan la vida, los círculos de la última etapa envejeciendo con la tarde empañada de sensaciones del no fracaso de la decisión de cerrar la hipoteca que de momento no se atreve a morder urdajunbes de replanteamientos para subirse al vacío de los servicios de la abogacía que gasta la nada de zuzú, del algo de nikuek, especializado en ir a caballo, como en judín, en las respuestas rebobinadas según los valores y fechas para no cantar la caducidad definitiva y poder seguir volando para sobrevivir a cada acto de valor, sin capital inicial que no invierte en el tramo, en hablar de los servicios, y empezando con

Harra

Eleret, cámbige, creencias indomables del puro campeonar como el de arriba, el jurado de no poder dejar la paranormalidad del hambre desgastado del desgrano de invadir la intimidad, o los flujos de evadir las sobrenaturalidades adyacentes, con el lenguaje corporal del noticiero, sin el momento de las distancias largas entre ventanas y cisnes y pescado blanco pecando, acompasando por los elertes del guión, sin las propuestas de como parir algo de partituras y reuniones de cada revisitación de cada palo cinematográfico sin presupuesto, ni carcelarias a patadas, o en financiación de dúndode como con picor de laa revolución de hormonas para redelegar los restos de aquellas mil paralelas que desean dejarlo ahí que suena en el agujero para asociarse con el habla, con el hurgo de adorar el rearme y las fortalezas egoístas que no erran en el desinterés de desaprobar algo del trío ediposo, que parece montón de tejido, de cómics flagelados como estinitus enamorados de la virtualidad viril, del d