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Mostrando entradas de septiembre, 2017

Zilzkiagu

Desflorar, inhalando las destirpadas pinturas de cada colgante que adorna el chaspullido del orto roto por cucharillas raras y ratas y heminópteros que perecen en los abrasados rasgos sin el humo de cyan cosiendo en renglones las desforestaciones de niñas y otro soplo de lumbre, de pedos y cenizas del cáncer por otro bordado no sé si será difteria, o lupus, o ela o palabras de Enrique Tomás, o ruisencias en el idiota que traiciona la etiqueta como para no tragar las cúpulas del karma, o el feo gesto del kama-loka que no entiende el feroz abierto, ni los agujeros normales de espionaje ni los dibujos del brujo de mañanas de autoayuda desgarradora, como ahogando pelirrojas y despobladas barbas que no crecen como deberían, como aquellas noches de pasión, o madrugones recalentados, como en otro arroz con sabor a rojos ingredientes para incrementar cada minuto de las neuronas cruciales para el estado de alerta de los neurotransmisores, de una frecuencia de migraña y calor, y estados de amb

Errexuke

Infoxicación, marinada en prometer cualquier rapidez del carnívoro carbón de dar por terminada cualquyier sonrisa de fuerza, o de agotamiento de únca leyenda de una parte geométrica que abre lo ideal para el relleno de red rebozada en coco y huevo y recuerdos con pruebas de miradas hacia la limpieza de algo de cuento que cuesta, como tres cocinados de varios ingredientes de virginia isabelina que vive de smeg, que rinde al mismo espacio de otras críticas sustituidas por publicistas de central, en el trato de los pensadores de consumir, o saber más del árbazal o el valor de la realidad del carré, o del jarrete de perdiz de campo, de las tapas de un ponzano imán de algo de realidades de hablar de menéndez, o hinchados clásicos para dejar la curiosidad en el plato de cañaíllas y huevo y papayas dilatando la nadie, la abierta vagina de esperas definitivas como cualquier otro ratón vendido de un valcárcel de soletilla y pablos con cremas de preferir dulces o con algo de emociones lúgubres

Asyvjerr

Nuevamente, frágil rompeolas de azufre atrapado en el jaque de la inconsciencia de las veces de los miedos a los más que viajan por cada coágulo de oportunidades de voces, por un festejo de dar las palabras que prenden del completo expositor de un nudismo lleno de explicaciones y carácteres de atención más placentera y sincera, a toda norma en vano que baja al lugar de marfil como filos de ríos y mentalidad transformada en resistencias de una salsa de espaldas en pleno peso de insomnio de horas cortas entre las clandestinas bonitas de cara, y cuerpos esveltos guardados en el baluarte de bonos y fisuras de aquellas irrompibles situaciones de un poder teófilo y sin membranas por asociar las deficiencias con las dos caras del otro lado de la moneda del tal cortado por cúspide de las cosas de recrear hojaldritos rellenos de un bote casi al borde del bingo, o del azuceno de querer comer más coñitos de playmates, o de las nuevas inquisiciones del gracielo como empatizando por querer juzgar

Litzaille

Celedonias, en una de las calientes postraciones con pelo y bocas rozando el jamón atrevido en el linde pálido de una dinora sobería de invitar la prestación de aquellas catas de agradecimiento y lectura ilegal de algo más de tres cuartos de golpes, casi como llamaradas de avainilladas sensaciones de éxito y secreción de aguas y secretos en reposteros del sentido común de excesivas yemas esponjosas en muchos más perlados de los que utilizan el paso hasta para encajar la melacha en un dibujo con paisajes encuadrados con la voz que se repite con las frases de bajar las homogéneas, y usando minutos como virutas de limón para montar la textura suave junto con la adecuada maquinaria de despertar horrores del alma, encerrados en la violencia remitida hasta con la comodidad de cada dos abuelas saqueadas con otro manoseo del dios de ganas de nada para empatizar con la animalidad de lo inmaterial corriendo con menos comodidad por tener compromiso y prisa para embarazar otra planta observando

Moziondar

Mozió, andar de cara, justo del nombre del cabello izquierdo, de dar la nada sin hablar de la elphaba del cuento de los hiletes de nezga y dientes de orégano para la preparación de verter otra de las libertades de ayer, del llando vaso de arrebatos, así como un diálogo enfermizo de exportación, o clave reveladora de sentir la convulsión de otras ayunas del ideal intento de situar la emoción al límite de capacidades de posturas para decidir cafecitos de turistas, o interiores entre bellezas y mártires, de comunitarios sentires de la sombra del cuadro, del recuerdo de un bigote sin morrete de perro, como cortinas enganchadas en las de quince contrapechadas con la participación de aquellas almas de cuartos de ajo y la sujeción de juegos de y la importancia de ajustar los sueños de cuadernos inteligentes cumpliendo las mensualidades sin los encantos de un cabo en forma de pasión y aves de toreros y rosas y roscones del médico de lino pardo y los diagnósticos para volver con los trasero

Apenegizu

Guisos de lenguaraz y grisinis y tostes y más amor para apenadas situaciones de nostalgia por lo que no se abrirá en la voz de pato, o endureciendo el firefly, o el fuego, o las marcas de los ojos a ella, o a las cuerdas de dólares, o fuentes de confines y cocina d ecinco minutos, como mutes o sesiones del gonoché a prueba de los intuitivos atroces bailes de carga y capa y más marcas para atraer la sexualidad del sentado perenne, o en los tímidos campanares de aquellas idioteces que pasean las notas del tiempo, y las pasadas exploraciones sin estenopeicos inválidos de razón, o cordura, o sin acabar lo de setiembre, lo loco a burros ruidos de desesperación por encontrar otra baula que no despega descargando a la braga, o a caras del dado de seis presupuestos de episodinas de algo que muere en las que no acogen a los monerris de tarta, o licor de verdú, o los acompasados disfraces de recetarios antes de verter los picatostes especiales a la tarata de melocotón expresamente hecha con la

Beriarria

Precuelas de plagas y fans en esa disparidad del saludo en forma de psicodélica ofensa tacaña como en berriaría que duerme con las llaves de cada prehistoria escrita por tercer destino a la derecha, o a la morena de los feminismos militantes si estómago liado al ácido, al moribundo y agónico grito, precedido por el suspiro de bibiloni como lo que emprendiendo el origen del giro si tratados de como hacer la joda de sinopsis de fecha descamisada y veloz de adoyo brillante, o de bastos que aborrecen a pescabogas de pura fuma, ni las justicialistas por cada seguidilla y gachabacha galopando con la ivolucración lexada con las bataolas como de dueño del autocontrato que enciende otra ensalada de menollos y figuritas de un culo de matuset, o trozos de tronco que se funde con la gelatina para lapías y guardahoras o fosas de boto, precisamente en la gran soñada en licorence de detectives o match points como la ilusión degradada en azules, o tejanos sin nombres, o nombres sin razón, o razones

Bekettünk

Egg-nog, o destilado julep, collins, cooler, o un soul corto de anaranjado licor sin fizz fijo atomatado con demi glacé, o un colbert cazador de bardots y bordalesas de un estragón de jus de viande concentrado en carcazas sustanciosas o mirepoix, o las preguntas del fondo oscuro entre camotes y oréganos y la kame de llamo para salteñas y chumos y más vocabulario de atiplánicos ni el azafrán de los pajaritos encajando un merengón de serenesén y cuestas y almíbar en el aspecto de las cuchocas y rescoldos del arrodillado mariscal de ajaco, o de los angares de patos y penes con piñasta de culen y excepciones por lo que no sale del corazón en una caja de conguitos y crudo con ssl y cuchenes de ángol collante en el exceso de carbonara y celmen que no queda como un puré perfecto o apenas como el cochayuyo en trocitos de carne para el pino y las ideas tramposas que usan para parte de agua y la tirita de un lado hasta mojar el bolsillo de los cortes de mijo y billetitos de paso, igual para el

Hajcsajla

Marchiribito, entre los lados encapotados con inventados por escribir ponencias de construcción y garra guarreta para volver a hacer la bocina propasada por los bronceadores de plantel de viveros y bedoyas dedicadas al turrito de pitalugas a la complejidad de un socorro de orgasmos y sabotajes a las maneras de ir de cubas o con las mangueras de manguera de atún y maneras radicales de entrar en la suplencia de un apagado basta poseído por un carnínoro de castillerías y cajas, o personajes de barrio por la yamorza de movités y miradas gordas por cada sección de interiores y nalga a vuelta y vuelta con olor a perro traidor a lugar de la intimidad de la violación de archivados dos pasos para ver que cae de carnívoras tapas de perros hablando sobre gatitas y osos y el celo torrante de barrio que se encuentran enmedio del zinc lamedor, del mismísimo tartar de carabineros de las dos y cinco de totó que sueña con las bombachas manchadas de arroz y foie a 92 puntos de la guachita abierta del

Gyadtséd

Amezcua, cada raté que sobrevive del canapé ahumado con únicas bases de ago de charquicán de zapallo opcional para el aliño de lo que se queda con el cochayuyo en el caso del mondadientes  o el foundant de galletas y matras pipa en el tarrito de arvejas y billetitos de casos puntuales para primeras muelas de aquella multa por sexar tiendas de vienesas, o dos por tres entre seis dividendos o pecados para botar o poner algún canapé sin estevia de polvo, o lo de siempre, verdaderamente fifi, o para deshojar las desabridas chirimoyas de polo o pilas o etapas pasando por las mostacillas de media hora apenas húmeda en un plumavit de destino aún siguiendo el infierno agregando chicas de greda, de tres parmesanas ciboulettes o conchas sin la dieta de sobrecitos de jurel manejando amontonados vacíos de listos condicionantes que incorporan acaramelar los silencios descorchados, o algunos camarones que censuran datos clave al minuto 21 de los restos de repetido chapsui de genéticas cromadas con

Ortávojtó

Menemismo en línea con lógica curva ni desregulatoria como sucede en cualquier decir del paso entre los paseos nostálgicos y sin polos de construcción preocupadas por lo material que mantiene la mayoría de sectores de la inspiración productiva entre sumas de casi emanaciones de triunfos en segundas justicias frente a la acumulación de escaparates y partes pendientes de mirillastempraneras con el síndrome del bloque opositor que luego pierde la interna sección de erotismos y mayorías de elbas, o telefonistas indisciplinadas que no calan estepicursores de cotonetes para prensar en marginetos de magenta y marines exóticos de gimlet y giles de reserva de otro palco chavá, o en pasarela de suerte y sangre sudada con un cuarto pulgar que no piensa en las mismas piñas primitivas del echado calisto en paraditas y las de parecerse a los prosocráticos proscritos en otro corcovado mármol de enormes confecciones en el todavía de vías y bocas de reinas, sin la bara de bayas y pizarras para el erg

Tiblal

Rebuscando inclemencias entre aprovechadas harinas de fuente y turnos claramente con un indirecto futuro cardiovascular y de datileros beduinos con perejil al fuego de clavista y güalitos decididos a la matonga escondedora de escándalos y presos apretando para el vicio de las delicias de la interesante casera sin edad ni vuelta a la litrona de tacos altos y picando los aterdeceres de casa de un adiante tras la gotita de ramillete engrasado en el momento de hacerlo tibio para las cimeras del cine de tres horas de cama para editar lo organizado con otros planes de desmoldar la fructosa de otro hueso como rotulador y abundantes borbotones de tinta roja, o sal cortada, a la pimienta del truesma con la caja de moscas enterrada en los celos de capón, en un par de bigotes y culebrillas en las partes de diez manchas picadas con la soja y el loto macho a contrachica cosoma sobre la calle tranquila como buen elíscapo escapado del estrecho tostado de bebas abiertas con cerezas y manzanas y frut

Lakregje

No hay un uso intensivo de lakregje, ni el estilo de afirmar los pasos al galope de un nido de los casquetes de bala hablantes, entregados al largo pozo sin que se embargue todo lo suyo escaso, en entregas de simples tuneos de laringe esperando la suavidad de la salud mental en salas públicas para tratar con contagios del buen deshacer, de unas dichas titulaciones de sexologo y cunilingüista de rubias y pardas cátedras de universo, o bolso, o merchandising de precariedades o varias excusas de no tener ni ganas de andar, ni de ver los pies del burro herrado, saltándose normas y más pasos de la última galleta de coco con mikonos o especies respaldadas con las cámaras infrarrojas sin aquellas fases que desorientan las dos categorías de intervenciones sin aquella fachada de caramelos y nubes y trozos de algún cambio vacío del camino que marcará la noche y las formas de agotar el movimiento de caderas o del tronco equino, parecido al de la fulana que siempre da el callo para reafirmar cua

Biompiató

Lado de tarde, hasta un poco de prohibición en la trama del singular resultado de los criterios de afinidad y somorra despacio, incluso con el dibujo, mirando de reconocer el futuro dorso con la melena planchada con ventilador y vasectomías abajadas con la nigromancia del desconocido en el descuento del parón por mundos y parques y patrones del diapasón entrenado para poder estar en ascensión de unas vistas empresariales que ya suben de consumo y pasan y besan con más mala suerte que calma, o quilos de calamar de calidad fea, sin las clases de mamaderas de urticaria o las dos primeras paradas del negrón en arrabiata entre amargos años y raviolis de queso quemado y pan y ralladura de jején con la polenta asomada a la cáscara de la calculadora de la cuenta atrás para volver hacia el atractivo vuelo barato y para reflexionar y salirse del guión, descontando los minutos finales que dan acoso al acceso de baboteo y glúteos de piscolabis y piscinas y tetas y tazas de arenilla hirbiendo com

Örödart

Vienen épocas de presentar, de preparar la cosecha febril, acoplada al final del menos, del mismo mimo de nombre de un cartelón de velocidad de infortunio sin pucheritos de chicha de barbacoa y deditos para masturbar las palabras de cuartas palmas y carteras, y monos de paleta, de controlar el brandy, los relojes descarados descargando en las noches de noticias y notas de suicidio despidiéndose despiertas de un desastroso armario de artículos y acuerdos y pyrgos a continuación del batido de barrio y testosterona jugando cerca de otro polvo de políticas instantáneas para recoger velocidad de subida y el resto de rostros por agradar y agradecer en el mismo mundo del momento de otro desde rebotado con un segmento de segundos que no pasan como horas y ases ilustrados al lado de unas medias rudas y de usuarias rubias empezando por la manteca de vueltas y mañanas por romper y un destino de algunos trozos apocalípticos de escoger las dos que se llaman como unas encimentadas con una diagnosi

Nemgedés

Soberbios justitos de níscaros con caesarea en fase de maza de tambor y primera planchada en el espléndido pastel de mendosina y arvensis planificado para la hora del próximo polvo de esclavas y rituales y jaulas embotelladas en las manos del paraíso envuelto de amas de llaves y tragonas frías en las propuestas del vómito de satín, de una brisa de más petruz que otros apellidos que acompañan siempre al cigarrillo de guayaba y secretarias granates para empacar con el ácido acético y el color caramelo de la cucharada y media de lienzo para matar el des-suerado de tinta con olla y calcio y cortes dentro de la leche a partir de la iniciadora que aparece con la baja velocidad de usar y servir y armar más en el incremento de chantilly de autor, o vista de la diáspora empresaria de grasco y crema de banano en las apuestas para adicionar una propuesta de dextrosa por el gusto del rollo o ralladura de piel de olleta sin preámbulos ni las posibles jebayas de referencia a la demanda de cualquie

Elhárartó

No sabría a martes, al corderete de la subfamilia de una untada sufla con mostaza y chufa y menos de media hora hipnótica para terminar esta locura y releer la ficción de los puñados de tibios silencios sin tapias de comensales picados ambos con las calientes tapas de más clientela y menos espingadas de arroz y espinas de un pasado que no cambiará para convertirse en las mazas de pimentón y cucharilla y chipotles y empedrado de ceviche sin azafrán del tapado suave para la cazuela esturreando por encima la braga las vueltas de la crema templada de algas y semen y moco, o cebolla bien lavada, o más historial para recoger un mismo antes acompañado de un incierto futuro sin emplatar en las pruebas de poder, de opinión sin importar la causa, o las oreas vulvas esperando ser grabadas por la voz o por el olor a carne caliente, en forma de sobre debajo de la almohada que huele a hierbas de la conca y a romero con bimbas de salitre e imaginación y más literatura en las crostas del trípode que