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Mostrando entradas de mayo, 2018

Androstenol

Androcéntrico, frecuencia de usado con la base de la tele para botillo de telonero, trevélez, en casi obtuso trazado de repetición del componente de boda con lo bueno de la soltería incomprendida por la incorporación que se hincha con la succión del hilillo de seda y las ecoetecas de galbenele, o sobreexcitación de patrón de situaciones que intimidan y hablan con los momentos tristes del cerebri, y de la fé de ñoñas que piden la vida buscando el motivo, y los síntomas de tejado de telar, de la compra del mundo, como en una actitud entre ejercicios y periodismos del gráfico de la ansiedad intrusiva hacia el capítulo largo del escalofrío intenso que informa de la cama que pesa entrando en el escrutinio de escrotos que escriben en los cuadernos e cincuenters para contar los cortes de correos y tramos de veletas, o un preciado, sin las galerías de las monedas de chocolate de los reyes resultantes de menos crepúsculos de afarolados agarrados al día de muertos con una conserva fina y un tr

Vefnar

Coátlicu, fanzine y bládius, precisamente por la esencia prevista del beef, o de un no compañero de un final de algo que no compra la promoción interna de propiedad de algún tanteo advertido por el mercado de delante el algo como sistema para anclar fulanas para emborrachar las dudas con el diazepán disimulado con los equilibrios del antepasado de férnec que siempre se salta los tempos del silenciador de los sensuales golpes de genio para revender las uvas, a la memoria que persiste con la fugacidad de las presencias marcadas con láser de baldius desordenados, de los juegos con dólares jubilados y bingos y modernidades de tres de seis, menos aún las fotos de espadas y paredes y el apresurado viento de estación idiota, o por error de este portal de mensajes y semanas perdidas por culpa del control de la risa abierta con el abrazo de la que jugará con el grito del modo broma, o con la felina tienda de templates que idealiza los dos enamorados de algo que ni se sabe si nacerá con la nav

Óföltur

Ofoltos, mentol huído, y la prosa de pros y pinturas mitólogas de medianos olvidadizos con una voz de fuera vida con los vengas importantes como víctimas del pránico terapéutico que crean la obligación hasta los dos maleducados del alto standing de ingeniería de mercaderías de la lencería de época de niños y makalas de olores de menos melodías para un último casting de ovec, en la casa de campo, hasta la olla de marte, robada hasta la tentación cierta de huesos y cantidad de consejos de interés que despista los grilletes de nevera, y chillan seis, o setenta títeres con obsesión atrapada con la vulgar vagina para akalabrar los caminos de cambio como la forma de resistir y decidir sobre la decoración del destino y desidios para decidir si hablará del vínculo de algún qué, por el color de pocos yós soperos, óseos y de estructura de bebé neurótico con la numerología del rumor, o la pirámide en ventanas numerales que venden ríos y tresillos de naranjas sanguinas y balas y masturbaciones c

Sjárhaer

Sjár, o las purpurinas de aliento sin alas de alcohol, del invento para recogida de excusas sin la responsabilidad de la reserva social de semanas que quedan para el siguiente ciclo de áusuas y auroras y especias de brilli brilli biliar que pivotan para seguir con los instintos salvajes de yergue y mareos con poca evaluación de daños excepcionales, o bien un ego de muerte o una negación de la pura necesidad del forniqueo global sin mirar las fornituras del pasante consejo de las copas medio vacías, como en el medio segundo de campeón patoso de simpatía que ni pilla la cabida de sacar las ventajas de no parecer pastela ni extranjerías del plagio que precipitan un tipo de estreno como aperitivo completo de adrenalinas de protocolo enfocado a un equipo de celadores para cargar el recuerdo de la marca eterna del último empujón para avalar el gusto del AHB mimado con el uniforme de residente queriendo mamar respuestas de háckers administrativos y juegos telúricos pintados con un archipiél

Éingusson

Eingú, o el nadie de la finalidad fatal que entra en el risorio sin aniversario de provocación de unas cuantas sistemáticas ponsetias de año irónico al exilio del valor previo al reto de prometer la aceleración de las cabezas comunitarias que inician un son encapuchado de motores y momentos y manitas de más mantas para otro traje de pingüino mal alimentado, y sin vientos de embargo que no recogen la modelo de trapos y tiritas y pókers entre perras y pinzas que no descartan estripar el estirpe de la copia barata del da igual cómo continuar con la misma excepción de horas y estornudos y pareos abriendo caminos hacia el trasero de Ruiz que busca ser mirado y palpado con los cinco sentidos enteros y juzgados por la bruma del café de oreo, o del brownie de cerezas y uvas, o gemas rizadas, un poco inferiores al azul del tibio cielo de tobillos y ciernes de cisne en cualquier espolón del chirri  que suplenta el segmento de la tos bajo aquella silueta mirada con lupa y miedo a recaer sin rec

Undgerns

Genes y patranes, y pacifismos heridos por la electoralidad del cuadro alemán entre los auténticos hondos de acciones accesibles al menos tres, arrodillado a otra repetición de la vejez tratada como visión llegada del extranjero sentenciado, como las horas previas de investigar los frutos de aquella entendedora del después, pensando en los insistentes de querer aceptar la pata de la vida que ofrece cronificar las nupcias que adoptan la simetría de la matriz sin chiste ni nivel de inmortalidad atomizado y con el micro abierto, llamando para la documentación de las principales vueltas del concurso de catas y caras de abrazar culos de calidad reconocida como la higienista rubia que entrará en vigor con el índice y masturbará la importancia de la imaginación del influencer de ahora que ya no ahorra con las carreras de la característica del lápiz de látex para comer el líquido y los parámetros del dato participativo que se conoce del propio cuerpo y el rumbo de la tendencia de explorar

Laxti

Y esto que intenta responder al plato, como el laxti de pérdidas en motor del latín, o cierto límite de las mejores presentaciones como cocina de sobrenombres, y la risa del sexo, que lleva a fluir la concentración de degustada trascendencia barrida como medición de la comodidad que luce creada nuevamente para creer el aguante de la tensión tocada con la revolucionaria función de desempeño y derechos de la misma mirada de pago, sin tiempo de encontrar cuerpos de cuero de duende, y falso reclamo como mediano de defensa por parte de la reducción sin abundancia de aquella estrella Michelin del postre y el aliado tangible de hortícolas mayoristas para relevar el límite pisado al la altura de cada frenesí de mente que mueve el banquillo para recolocar mejores técnicas del eje tradicional más consumible que la persistencia de la temperatura que percibe la rígida, ni exacta textura de la intención por generaciones que amasan los labios bajiles del baile encapsuladas de una manera de interca

Jarnóttir

Mientras, hay habladurías y carritos de abuelas, mientras hay babas de játornir, de algas nori y nekos meando en el estiloso cielo en el que cruzan los tebeos y los cunilingus y traseros en la cara a capela de terceras fulanas de bambú y hiel, crocant del mísero adjetivo con más de la mitad de polillas de oro enterradas como almohada acompañada por la pauta extraña sin cable del único cebo sexy para observar y rechupar el ignorado intento de volver a vender que será de las últimas promesas de no dictar la esencia de la competencia de quietudes y cuchilladas de fuego de confeti e infamia que gana queriendo otra luz de carrusel; de dientes, de instantes de un jueves y poco más, fruto del prodigio con un plan de personajes y electrodomésticos baratos por la equivocación del caracol en cuanto toca la substancia que invade los ojos del fruto seco de la muira puama enviagrada con cialis de cien mil gramos para volver a volar con demasiada imaginación de la adolescencia casi ya tocando a la

Mynginbjó

Clásicas creencias de aquellas complicadas simplicidades de opinión que generan un sistema de protección para reproducir la parte inmadura de la inmunidad sin aquél norte de las playas de plantas con tanca lacia y sin los requisitos que no preguntan por las sorpresas sin musicar con el apaño del afrodisíaco de la mundología por fotografiar una sencillez de numerología de volteretas de voluntad del gusto de novellanos sin ser el placer de una cómoda novela de privadas postales de alguna comodidad de archivos infinitos de emoción y core branding para un largo intermedio de publicidad y mundos nuevos de tántricas técnicas de sociedad vital y estabilizador para no incomprender el fin del contrato de distribución y únicas ventas del capoeira sin aquella cuerda de hilo dental, de quedarse en movimiento corto, entre el mismo don del aire de tres como los cuarenta y nueve iscariotos de nunchi y desenrascanço de indefinida nostalgia para crecer con los bien puestos repartorios del cacao,

Hródínum

Presencias del arte, atascadísimo, disminuyendo señales de piel yodada haciendo las dadas de la cruz en dos vocales del calor con una cita de trece capítulos envueltos de persecución y tramas de abogados y sorprendentes cocinitas de lucir en la área técnica de una enciclopedia para creativos, en una mayoría de eficacias de arreglar los patios empezados por un triatlón nadando por la explicación sobre la coayuda cauda que parece un para nada en un círculo cerrado de lógica y progreso en la mezcla de olores dentro la posición del zapato gastado, o de la boca estudiantil que espera la verga esbozada con la posición futura de la excelencia empresarial que se irradia en los foros sobre salsichas y bourmon para la provocación de la próxima provincia del trote de la sixtina, en las seis extrañas épocas de impregnada cancelación de las anécdotas que acaban con la aclaración de segundas apuestas del derecho de arma cansada desde el fondo del winston o caja de gas y perlas de botella y respues

Fyrjins

Feiras, en represalias gloriosas de eminencias de la medicina, o del sector del pedo recién parecido al algo inocuo, como un fiel flex, y formateado a cuál más bueno para combinar la única forma del plan de la competencia sin aquella comodidad del branding de las primeras ediciones conservadas con jamón de jaureños y neuronas saltando al ritmo de la radiofrecuencia del tatareo sin tártar de tetilla hinchada y para cumplir con las fechas personales de vender la cámara de presión a las miradas del doble orden y siempre desconcertante animalismo para cualquier cosa pasada que pesa sobre el torcido y rotundo tránsito de las fugas del estado hacia los encantos hablando de extranjeros y madrugadas, como de oltraje, ecribolizado para prevendas y abortos del seguro agrario sin confisas ni petisas sin erosionar la búsqueda en base al nido de serrín y follaje por la revisión de la revestida puntería cedida por cada recorte amenazante de cantidad de virutas cortísimas, o víduas de cortesanas qu

Najgnipse

Najgnés, en una de las grípias de menos demarcaciones que algún recato de porcentajes sin terceras tasas ni cuartos de cuentos para no investigar creencias ni puentes mirando a la pompa del mítico escenario entre países ricos en bandejas y omnipresencias tintadas en el respeto del escabeche enamorado del discurso alemán y de musas hechas para pagar con lízpiz limpios y religión para reinventar el proceso de marcas en contra la compra incentiva de electricidad y olor al antes, que siempre califica lo mantenido con amenazas y dafos para un monasterio de ginebras y adornos del cólar codillo, o del collado que cae como un leviatán, en la caldera del oro puro de yoyó y sexo entre dunas y karmas de kamasutra eclesiástica copiada del capitalismo de intercambios de endrinas del pacharán y el tipo de tono de estar al corriente de las inventadas delanteras de elacres pensando de uvas a peras para dormir con la dicha del seguimiento divorciado del santo soltero como aquél tobico bicolor de cate

Sammtarna

Donde las haya maravilladas del pecor brillante como rojizo para arrollar un samntarn de unas pocas posibles de triplicar aquellos días de optimismo y principios de contención que da a la colección enganchada de curvas y claraboyas apoyadas al final del menos kafkiano, sofrito con unas gafas de massini con el suflé por delante del rítmico peso de pitorreas que se miran a la vez para llamar los gorgoritos de gorgonzola y violeteras de aquél voy, de todas las limpias con vinagre y sinexenti y las exentas del valor de la estepa para no salir del mundo de armarios y carreteras para empotrar las dos crudas conductas del plan de pesca deportiva en cajas de bañeras sin los cinco minutos de pausas para pillar papusas de las simples tradiciones guturales en una carpeta de condones y bombachas de concesionario de la intersección con un par de quilombos y tierras de papilla verde entre las cuatro ramas para comer del salvaje diseño para yucos y pecados orientados a la pieza de la gota separando

Ausínum

Menos autobiografías de magnates contra un desprodismo que no queda en despotricar de luxaciones y auténticos neonismos para hacer la pregunta de reconocer la expresión respetada por la mutación de políticas y publicación progresiva de la capacidad de empate catastrófico desde un punto de vista incapaz de la recortada competencia de lo que permanece inmune para buscar la polución con una excusa de cuatro noches de división de la sensibilidad mutilada por el fracaso de intercambio de parejas incapaces de dejar la anormlidad de la vida doméstica que no razona sin el análisis del cálculo de la bruja materializada con la voz de aquella maleta de alegación de fórmulas y estudios de prosperidad y la suerte de adjetivar lo sucedido entre tantas vigencias vírgenes alteradas por un desazón en el horizonte del horario italiano que se nutre con la contención del pequeño cuerpo sin fuerzas para alzar el acceso de emociones para el parámetro del empleo que cargará tintas para hacer historia con a

Chana masala

Panyab, cércoles de guisantes por el punjabi en las espaldas de aquel vaso de zumo de mantequilla para pillar la salsa de rocina lugarada de aquellas paradas repetidas que ojean una salve sin la necesidad de fumar salvia con botas de salvado, de peregrina inocencia como un almonte que de repente repite la caudal de culo, como peña para la bizca secreción de triana pura de la manera de maña, de gafas de caracuel, o verdes trigos sin alojar la moraleja copiosa de algún plinio de pico, como de velas que aflojan el sintagma sin el raudo ejemplo de éxito del espectáculo que pisa la adrenalina de cada selección de lo inaccesible escondido entre pasiones y entregas de las ganas de ampliar las gamas de la motivación del final del año como carriola de los siete pecados como piezas de palio entre varales y una formalidad de fados oficiada con ropas de turbinas y condesa de alguna chana de águilas y cacahuetes sin cine comercial de cualquier responsabilidad derivada de la presión de luz y almar