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Mostrando entradas de octubre, 2011

Meucot

Íntimos paupérrimos y añejos con infulas en borrador reconvertido en excelso del sigamos, del metraje de romano en las cavernas y disco de rifazos y ráfagas de pícaras eternas búsquedas de dientes y el mundo rebelde que vuelve a flashbacks rodeados de buenos revivals de tiempos y baladitas de rigor bajo tildarias y sobremesas largas, de más de cinco horas pendientes de mordisquitos, de anécdotas de cualquier cosa y cuerpos bizarros explotando en el cuadro de la sangre acumulada en el asequible, interminable standard que recuerda el parabajo del rubiales bonito del norte, el meucot, de pie, o la desproporción del cuarenta y tres de copa cerca de los años de lástima y médicos y rastros de sabotajes y peélings angonales y retiros de garabatos fusibles, al flote del colmo, o todo menos quejas y chabacanos del lenguaje que pecaminan de nivel cultural y terrazas y ñoquis de confit para la trama a secas, la delicada ofensa de limitar al humorista aún más con tendencias al revés y caballos par

Urtsonitnacurb

Nitnac sonín, la suena arrastrar, sin escuchar a la víbora de ultrasonido empresarial, en el salón de la vuelta norte, joven, monoteísta, al marginal del pasado, de la vecina capacidad rebvelde de la simple cuestión de creer en el pequeño monstruo que existe pero no acaba de vominatr del todo el orgullo y la casta y la crosta del sexo burgués disertado en mil indiferencias nada que ver con el refrán de la voz en el papel principal, del revés dotado de auroras y auras y repeticiones del jadeo que huye sin conocer el nombre del fuego, del tarareo que lee la falta de matrícula y cansancio en lo que falla y no tendrá gratitud en el sueldo cada vez más curvado, más acérrico, más del final del dicen para falso, para el sordo de la noche anterior que se divorcia del salir del grito pero persiste, con la cortisona en la otra mano y el diazepan mordido con la lengua vaginal, con la mosca del tábaco entubada al martini de presentación, el reciente seguro con todo lo visto y los propios proyect

Leviscutinga

Bufido, pero de modos vidriados a ambos, a trenzar fabulación y mermelada de lentejas y bilnous versátiles i joliús, el savoir del devenir bouclierisé diferente, moreno, heroico, extrahido de la cohabitación del elcabache tenso, principiante, de bufanda arrugada y carteles de imaginación generada sin el creer demasiado con las porras y los principios de mayo disueltos en prisión encorsetada al desde entonces, farise, que cierran a las cinco y anuncian el maquillaje del luego para los peluchines que escapan de recordar los celosos estribillos de la cuotidiana censura y dualidad de introducción en los saltones con sabor a miel y pajaritos con cuatro ramas de luto y pus en los destellos de leche que se recoge con guantes y muestras de botecitos de oro y piedras verdes y porotos e incluso duendecillos como microbios que eligen el desaliento y parasitan como bolsas de paparras en utópicos traqueteos de carricoche y alelías de ideas y ferias sobre la mesa de mezclas y pequeños explosivos a

Pufidastica

Mil ellas, detrás de ella, del ponme zapatitos vaporosas también a calentar la leche light con los cachumbos de la vía pública susurrando a la almohada heredera de la carpa de malla espolvoreada en los espectáculos de preguntas y papeleo y sinusitis y tabernas en carnes de amor y de víchí a halagos esperando en el espléndido bastón para la izquierda a tientas breves con el menú del día para recompnerse otra vez de la cadena hacia el pasado de las ornamentales vergas y guiñas guirnaldas de tiras de rumor y plumón del domingo del mes, de la tarde suspendida en vecinos y vientres vacíos, gachos, sin algún apoyo acto seguido, anciano que tantea el raíl sobre la masturbación y otro error devanéus adoquinado en el barro de testimonio mudo y rudo contaminado del apenas mucho tiempo en riel del eran, del cambio de edad y dislates carnosos y untuosos en la curba lógica de las borlas panza arriba, las de esta tramoya en vías muertas y risibles a punto de asomar en la escena la ansiedad insistent

Priscinimisca

Como permisividad del lujo explosivo al vacío en tres elementos de valores o por sanción movida, ávida postmoralista, bulímica de millones y lamentos en dilatación, corroídos por el efímero placer de esta colección de interpretaciones y flechazos a la pregunta sin continuación de la era teóloga equivalente al completo sin esos pluslánimes de tosferina y humo y cola en pomos de imperfección extraña, en el pitiminí pesado, sarcástico, el házmelo por etiquetas y penetraciones de comercial en los veo y el olor de toda la vida, el del sexo, dado en quilos y camomilas y la palta con las náuseas del esfuerzo burlo, físico, largo, desmaquillado, grave para no creer en acomodar miserables desde el destino castigado y augurado en ronchas, en varios pétalos, en letras agradecidas al coloquio de pinturas y ojillos para nerla y engañar al procurador miserable, prójimo a frida y al erup que cuida el fresco e indiferente absolutismo, en algún concierto de pelucas y cosets de babydoll a propósito, pue

Trwghyunmbftf

Reatando deliquio de interior, del entrar zarpando gotas, recuerdos difíciles de cambiar por énfasis y frío y verno al primigenio doble, al perfume de la razón eléctrica, con tantas que saca sin nombre en listas y tentativas de azúcar, notas de salute y el papillotte presente tirando a vieja tórtora rósola, tercia, perra a glorieta de escalofríos lentos, suspendidos a la voz bastarda, densa, del inconocido mortal, rígido, repetido por las albas de invierno y lácteos de mesa desatada de popa grana o el antes de vida y playa, y estatuas cézanne de cinzano anclado en el último sorbo de miel antipática y luciérnagas y reajustes del verdor descifrado, ocre soltado, y estambres de pelo y estampas de relojes en las botellas de fotografías y arterias y minipímers para el plan de la agotadora emergencia, ahorcada en ningún incluso en ningún bigote espongiforme, cláreo en raucas y espeso según los descansos corruptos  y cada solemne fiebre del sueño fugitivo, agónico, incesante, de hierro dialog

Extreluncio

Éxtrel, un cadacual extra, caduco de dos notas y pienso con el cicuto de la arenilla ras, nuevamente sólo la esencia de llamar la herramienta con suficientes argumentos para el pie de página del ala izquierda de la infancia libre, en el estrecho corredor de la ocasión, del vilo del hocico de colegio, del corro fustigador que pregunta la cervecita de pasadas las calcas palapas de trapo y vidrio muy ocupado con el encanto y la ventana de paisaje entre tránsitos y ligueros de dos en dos, o cuadros ortopédicos, o ranchos, o prisas marcadas en el injerto del acoso ez adorea, ba holaxen hemakumea behar da; y el peso que aparentaba buscando la confirma apariencia y la pillería de afrontar el sigue que me arropa con las imágenes de las salinas penetrando el mismo día y la misma hora tortuosa del casi fin de la simulación al minuto del basta, al ñoño nudo que todavía ansía el premio, al gusto de la impotencia empapada, aún sin terminar la belleza de cada lágrima, de cada libro, de cada pedo, de

Mexcetrioupw

Credos del género, de crédito atenazzo, mexecet y cielos en defensa, y hormonas del agotamiento, de la duda antes del nuevo susto de ahogo convulso y cuatro manchas de semen en dos partes y aplausos en el tronco del insurrecto sueño, del correcto veterinario de ovejas y disertos del cada, de las mañanas de brocha gorda entre las desencajadas mortadelas de diálogos y decisiones registradas por el cívilo del clustermaps que carga el polvito de goma dos suficiente para concordar los nervios acampanados, la tilina de mármol y los ciclos de erecciones del refugio y poemas a la plata y la torta al rato mojado por todo el entonces de simples peluches tomados del terreno maestre de espacios de shocks enteros y preguntas contrarias al mago jónomuz hacia la tercera abuela antónima, como en la virada ira, la simpleza de una pieza clave quemadísima de restos de la ópera nazarena, del calí en silencio, en la bulla de la siga dormida y preguntada en encarar la noité, la guasa, la vía una dos o tres

Perpajo

Deá, romeo cruz, paleta delfín, atreas, atrezzo, perpajo y falta de espacio cerrado, mutable psiqué o rámidos diurnos de la coupage de los diferentes poemas y múcuras y sesiones de bar en algo del talle que sacude la deteriorada destitución del circo de pulgas con menos arroz y mismos gastos y mismos jefes y casi mismas reformas irreconocibles en los últimos regalos de crisis y el turrón de verga en la navidad vendida a la pieza cover, con la dulzura del oxígeno y sus zapallos y sus gallos rebobinados en la pubertad, en el secretismo con cara de raja y paridad de exigir el currículum de furia a plazos amables, crónicos, falsos, proféticos como la ilustración de un cuento que requiere otro final de cambios y propuestas de largas y oscuras ilustraciones de la bienvenida del viejito en el colegio, o casi lo mismo para la otra salud y el juego de pajas sonsacando las semillitas del jamón, y su póker de migajas y gambas y escalinatas hacia el moscato de invierno, pedagógico en pedo medio ve

Tablas y Butacas

Asensio; hora diaria y talacha de gas, el ratito de las cuales se muestra al acontecer del descubierto, en la pausa papusa, o el gustazo de la consigna del respeto, del movimé atrapado de adentro el escrito recargado de noes y aromas con alguien al lado en el simple melacope por el morbo del engtorno contra el aspa de estornudos y nada para amarrar la escritura y el cogoito del demasiado momento, y de la monotonía del producto hablando de fans, putas, patanes, patentes, matas de hueva como el realmente se maña a limpia anti-chilangos y cosas otras de cocotte y cada recuerdo del auténtico chandón de magret del fino nácar y espécies de vulé y multitud de perezas pensadas para cronologizar dos décadas y pensieros con barba y reno y ya puesta con palabras y papeleras y la visión desvirgada del cada por ver y hacer en números eternos para reinventar los rasgos imaginarios y ceder el destino al vómito, al aborto sucio, sin el rólex femenino de barrio colectiva, regular, pasajera, irregular e

Lituminsfrex

Mínstrex de ministros, de menestra y perros y gatos para degustarla, para un compas con facultad que vale y pasa por creer al autor, a la foto, a la obra, a los títulos, al obturador, al donativo de las principales premisas y al capricornio de mujeres de méntia y dementes con el paso del decir fundido en la nota achicada, en el hocico del campeón, de la típica tortura que rima con todo y busca la fama de niños y juegos nuevos y cremeé como metida en el cautivo cien con las memorias rociadas de intención aún sin muslos sacando los olvidos por los suelos y chimeneas con el blues de la decisión en la estupidez conocida de cualquiera de pelo largo en el cajón y la ropa metida en la tos del daño con otras cosas que dejan pasar el vapor en la cara, en el pasquín de la doctora con el dolor crónico en la angustia de la erección de piedra, en el lomo deforme, risueño, espeso, con tantas glorias imparciales, y vinilos angulares; los dos de esos musgos y sexos libres según el punto exacto y las m

Listosaracalop

Polca Sara, puerca, demás la hora, la copa dicha de escarcha y listón pasando del básico atorrante por la silueta, por la cúpula de muchachías y suplementos del no sé dónde, ni en la cirugía de cada cita, de cada pito, de cada plato en el hambre de la copia, de la ánsia que se sube otra vez en el acartonamiento muscular de la demoledora agonía que viene en busca de el cuerpo para llevárselo al blog, para plantar un naranjo debajo del texto en el nuevo, actual, de antes del éxito y la otra versión del desembarco que se suma al quién cansino y al gourmet bajo el nombre invisible de repertorio panamericano con tales arreglos y la interpretación de las minas aplastando los pulmones contra los otros órganos y el corazón otra vez encogido sin ganas de seguir latiendo con la fuerza que da cada calada de seguridad en el momento de los coleccionables de niño que corresponde a la nada, al sensible cowboy cósmico que ya ni se lo cree y cede otra vez a la ansiedad que le habla y otra vez le atrapa

Xilisculitina

Mundá, xilisculú, y peta zetas de otros gremios recalentado, sin la marca de siempre ni el xuxut barato para el cada tanto en adelante lejos de encauzar empapados la menstruación de cobre tarifada, cremosa en disgresiones y poder adquisitivo del cada narváez y mismos tipos que luego las comparan y parten del antuno miedo que no dejá los pétalos del cronista de acuerdos y subtítulos que no respetan ni el término de las veces de nobleza copada y bastantes fans de la mezcla de exteriores y salvavidas en la negativa previsible de la charla entre la espera y cajeras y clientes del después de las preguntas de rigor y tiros y propuestas de estampitas de la mujer disfrazada de propuesta y el xiliscú de sacarla para volver a fracasar con el memorial de la gomera; de la guerra interna podrida por el pánico al cálculo burgués, al contrareloj del diazepan que va de ciencias en las preguntas de la doctrina obligadas a ser atendidas por el creador del viaje que hace interpretar el trámite de los

Tagrogor

Rogentos sotos de cal, la coma arrugando la narración con pincel agudo y más colorido de lo que cuenta el favor criticado y la tos psicologística sobre algo que reseda el pirincho en tandas, y pueblos y torturas de la fé del portavoz yerto en el sólo voy, en el tieso partícipe de la donación comemienda y lavada con el prefiero roto, sin el caído pués de excusas traidoras y eterna ascua de sangre y cárdenos del dentro, de la túrbia lejanía de cada corcel hacia el dadá de rugidos y cementerios del mismo sándano, de la sábana ahorcada en las unificadas trenzas atentas a cientos de conceptos imprescindibles para jugar con la espuma blanca y el dulce de leche, y el satín, y la bombacha del grito de pluma, del multiorgasmo en la barranca sin adornos de la enferma del sabor que cae en el ejército marchito, en el trombo de engañar hacia la red, hacia el fiero fuerte, hacia el gol de los poemas de cada pierna lesionada, de cada parálisis que aprende a ganar en la entrega de la consiga del cariñ

Dipheland

Sorerá ga, abrazados, teñidos del breve intento de estribillos y sauces y salcedos en la omelette de conclusiones y huevos y el oxígeno de las realidades de ayer, de la segunda llegada con tablón de victorias y colofón de sexos y colocados segundos en una sola esencia de bosó y de caricaturas como iguales para especularla en el aporte de fechas del primer menoscabo del típicamente páramos de noche y currículums en el lugar de intercalar rígidos cambios con cautelas para digerir el futuro moral en minoría de saberes y tal vez dos finitos quiénes y quejas de escasez de género en tallas y vulvas de diseño que atiendan al metro como túneles para nerla por los carriles esperables antes del doble fármaco con la pascualina de setas y digos de algunos en el primer práctico oscuro, o la mancha mimada de la percepción, una figura en la pared blanca, al lado del dipheland bordieu; a la primera por un rato, la rata tetona desde el agrega prestar las cuántas en la hoja del gris bullicio, de la magd

Pirincho

Sereré le cárcam, le noite, la nota de alarma retráctil y legales que fluctúan opacidad en la grieta de rebeldía y discursos sobre héroes y tumbas con signos premonitorios y náufragos y momentos de lectura amoratados por los prontos del destino y los naipes de escoba y el apenas parásito con el fin de los subversivos canales y picadas hacia el baño del olor a sangre y a hambre insolente de otras sumisas más cerca de dibujar otro hacedor mediático con plumas de ogro y lastros de cuentos de japoneses y rulos ralos de pelambre y bulbos de horchata y serenidad de sanar el malgaste del amor huérfano, y la tos de lluvia, de personajes femeninos, de dimensiones perfectas y quilómetros de atisbos malolientes en medio del anestesiado fresco de rota inocencia y perdidos deseos del tacto en línea de los matices de morfina y curcos de euforia infiel en extrañas dobleces acurrucadas y atrapadas en la distancia de tímidos tiempos e incomprensiones del guión manipulable de farándulas y verdades explo

Laqueteconté

Besos públicos, pirúbicos y saetas sintéticas, exageradas nupcias de burla necesitando pertenecer en el corazón del vengo, del cáustico salado que amenaza la condición de propiedad, el pellejo punto y seguido ajustable a la penetración del inverso paisaje al checar el lefacard de diógenes y la inesgotable fecha de caducidad para ponerle fin al nasgo del balinche y al musgo de pera y licor de clítoris pretendido y fingido para contarla y detener al desalentador que solo traga brocas y sapos y pregarias de empresario en crisis y rudimentos de la mano del fervor y ridículas calaveras de doble vida y más peso en la domótica sexual, en el delirio de las apariencias sin turno de tornar en la duda, en la dedicación al supongo, a la frase anterior, al justo aprieto inversionista en un puñito de ayuda ladronzuela, encuerando malas intenciones para el forniqueo del celo que convida al alimento de la bombacha frente al zedillo que paga cabezas y soportes de planos políticos e impertinencias de gu