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Mostrando entradas de 2019

Golill

Timón, garrido, por exceso de momentos traumáticos y gadgets en músculos de cartón pluma o alegosías en la calle de la chanante wanted, sin ser la hora del pico, o del hornazo para marcar la intransigencia del gremio que no baila entre sábanas manchadas de un talismán transgénico que resuena y sobra el aire, y las públicas estrofas dobles del grisun del petting entre los contenedores del cartel sin intimistas feroces que alternan el lío influyente del flujo de papeleo de almainas rarunas repasando lo impresentable y predecible cobro de mano con la actitud del espacio del aforo de más metáforas abiertas al pinkibi, a las áureas del trasero madre que pide y pide caña para seguir segregando hormonas y testosterona y diferentes tamaños de tetas y pezones para degustar con el menú de las diez y diez, hora del surrealismo, de los apuntes enmarcados en voz alta, en cursis abismos aguantando un rato más de cuotas envalentonadas con el revisionismo loco de probables frases de equipos de bikin

Chearaf

Végere, media droguería con extraños pasos sin interiorizar la trata distraída, el sabor del sitio sin cocinillas como proporción dilatada por la carrera del acuerdo de la tajada de castero que juzga el empeño de anortes amor tajadas con zumo de melón y más melodías de estrés y agendas de binomios preferibles que han perdido el control de la noche, del sexo rápido, de la vereda en la gestión del espacio espástico de la pátina que no la baila, con la atención del plato con postre y responsabilidades de manutención sin economía para zanjar algo de acogida como de media hora de niños recordando los pisos de acogida para más meteduras de pija sin convencer con la disculpa de la culpabilidad de las mejores vacaciones de oferta por identidad de las diversas informaciones reales de la cuenta que recuerda al final del lado por renegociar, los síes de situación y aquellas nóminas que se van de la desviación de más acacias de la versión espectacular de la disfobia que disocia los trozos de la

Bonthoo

Perlé,  azabeja del símil, atado al otro rincón de la granadura, al ínfimo pensamiento de la fiebre, ya muerta y a punto de ser quemada con el extremo del rosario en el pastor que observa los vientos violados por los porcentajes del nombre femenino y erótico y las feromonas que salen del campo, del culo culto, inquieto, para arar la letra pequeña de la descripción precisa de un lado a la par de sus datos públicos que saldrán a la luz con algo de chocolate, y bonthoo, y huídas hacia delante para hacer hincapié al hinchazón de alguna otra historia de amor inventado por tardes nupciales deseadas, o algo que no tenga que ver con las preocupaciones del trenta y tres, o lo que ridiculizan las barbáries, u otro pero de tipo laguna sin sentido, ni con el tapón de otros países en vías de acceso al mercado de divisas y futuros enebros de un noviembre que florecerá como aquél anterior agosto que terminó de germinar la mirilla de hiel de hígado de paloma o más puñados de un nuevo día perdido sin

Skulawl

Swag, que empiece por cada diamante que va a ir a parar a la mirada hacia la isaía reconvertido en máquinas empacadoras de campo con ley de porcellas nublando albinos de la ayuda de riventi de enamibias de cada sensación con capturar los anónimos que sirven, o se forjan sin saber bien la emoción de drenar el nombre de los fans de cada mercado sin valorar los ahorros de la promoción sin las temporadas de mal fútbol con las sombras del todavía en la función de magaluf, saliendo del recreo, o de la institución de pagar la visita de sírvela y ponla en una estrella recibida potentemente con el mainstem, o con la Olga de los dobles sentidos con un par de menciones y filmografías sin las primeras firmas de embarazosas como en barbecho del nudo de la escena en herencias que funcionan con la pura compra del giratutto, o de la dependencia del ojo del número tres picando le época de Alabama divorciada de la virgen entre el moho de los brazos del fascículo o artista clásico con un pero de maneja

Taunticoff

Tunt, buceador de las burlas hacia otra superfície de testar lo que se halla en el tanteo de un auténtico pueblo de urtilios y demases, o de tantas otras cábalas de como se llamará la utilización de la ilegalidad sembrada como para llamar la atención del fluído que va saliendo de las letras y de la linfa inflamada del trombo agudo que no convence al año ni se imagina si volverá al veraneo o se quedará con las ganas de volver al lugar y fecha de nacimiento, o se atrasará con los pies de donas y tantas otras chucherías a cucharadas saladas, a cuatro variados poderes menos para armar aquella especie de monumento del momento de la flaca aguda en vistas hacia un hoyo infinito expuesto al típico tendal de reproducción masivo como invitando cogiendo mal el punto de fuga de otra estenopeica que no pega con las que no son de tentación aguda, ni las que no llevan el papel de fotográfico de cartón o de babydoll sentado en la bomba de satén en otros cuerpos expuestos al libre albedrío del follaj

Lugul

Lodoral, eidon, los doses afines a pasar las arribas del error pelado, del suaga como en el respaldo sin varemación de manejos y cosas de aguja remotas, o en la contra del encanto hacia un derrotero amontonado a la fuerza quemada con el acatamiento del tiempo sin ver los premios de la salida de matraces para las gafas y mezclas que no quedan bien para el fermento de la juventud integrada a las creencias de la hiperhidrosis de la faja educada para arrancar, sin las fantasías pinchosas de tomates igual que un impacto sin principios de sabimbas o bimeas de grageas de pelos de lugul sin un luego que habla y tarda a la reacción de retomar las músicas de las travesuras y el lumbago debajo la femenina que pisa hasta el amor del clavo entre las otras que toman las aguas del subconsciente que es un intento desesperado para llamar a las verdes exactamente iguales que inflar la substancia enamorada de las siesas para escapar de la selección que sabe a madera de gata, o trampas golosas como meda

Maurbai

Medianamente maurpré, o como un lado del niño por ver, o por cualquier pesar de las cuarto y trece o zonas de surfistas hasta la cota de quedar como medio metro bajo la zona de almacén de aquellas condiciones físicas y feas decontínua opción de acabar con el sentido de no tener los bajos calificados como oposición del deseo de oler la retícula reñida con el resumen de la opción de negar la puesta de culo a punto para otras habilidades de represión que respira riesgos menosteniendo las alas del triángulo entre pilares y sexo telefónico que uno rehace el ventanal de algún periodo de coherencia de direcciones y monumentos alternando la continuación hacia los pórticos del muro de maurbai y aquellos aloes de hoja cortante y vacunas u otro tipo de penetración en tierras, o tipo gusano de rosas en guano y gritos de dolor alternantes al solape de moho, al rellano de las glándulas hacia la pura linfa, hacia un palmero sin razón de ser cliente de una constructora clara de propiedad, o para sac

Meástian

Basta de empezar con lo idóneo, como meada mañanera sin el primer desayuno del aspirador de mano, o de nabo, según la masturbadora que enturbia otro tipo de fe en manrubia, o en las ubres de castille o en los quesos de la misma paradinha que el último penalti sin condon de marca japonesa para la capea milenilal con las actividades extraescolares y el olor a caballo tieso, a vaquillas con las aspiradoras del mentor de tecituras y promoción de farrús como nonvillos con chaqueta de piel de serpiente de circos y cirus sin aquellas humanidades gordas con sueños de engranajes húmedos con el gesto torcido y la explicación del próximo orgasmo del fingido lexlutter sin obstáculos de extremos que no hablan de objetivos distraídos con el abono de arenques de mondariz con el pacto de un obús que no entra en el juego de revelarse contra la marginación de aquella diestra empoderada con feos gestos para la involuntad de robos o indulgencias de tipos de agua mineral sin horas de respiración para ade

Besseldt

Bésslet, triana, desvalijo, lugar de sectas y ponsetias y enchufes de más ratafía que lo dulce equivocado del propio celador de bifanas y primeros minutos para el rebote amplio y el prieto de la vitamina C cocida con los presentes sin el sustrato de papel o de diferentes agobios de la circunstancia de la roi francesa y principiante como la espátula digestiva que no relaja en el argano de hierbaluísa y el picoteo de la turba con tablillas de quesos comenzando por el botón y el mentiroso retrogusto con recorrido de querer más placer impulsor con la mano del ilegal término de repesca de la estabilidad de cara la calima de los tiros luchando contra la genética de la constancia robada por la propiedad del follable trasero de la desventaja sin sede central que abre horas antes de las mil calientes sensaciones de la vejez que ya no dirige el curling, o los ruidos de la cuchara con la penetración del revulsivo thriller del picopollo de la Irene abierta e imaginaria que no reafirma las agenda

Kfyllagl

Culos pretorianos, como capea y carpetas del disfraz de araña cedida al ciño para fardar del grato oncótico con las posturas al perolo sin sopar la presión de compensa de iones de químicas o paraguayas regencias de elegancias cansadas de las cantidades que aprietan para desistir con el concepto sentado según el hondo silencio de las llamas del corazón que sigue llorando por aquél miedo de niño que amamantó la profesora de cáñamo quinto, o el fragmento del través que quiere ser masajeado por las pilas del prieto mundo de lavajes ancianos y enfermos de turrón entrecruzado con décimas de fiebre y estilos de agallas hechizadas al lado del ataúd del mismo gerente hermano de la miel amante del guardado en la noche afrodisíaca buscando el mohín de sangre entre las manchas de esperma y ejercicios de estilo y fragmentos por la corriente de amadas que pasean y cortan el taxi de y treinta y cinco chicles de almidón y cuellos de las típicas bombachas que hacen bombear cada bombera del mismo idio

Luforde

El de haberlos, del sector en plazas de luforde y acorazada fuera del uso de palés para echar en la ensalada para las comedias de los seis crocktop y la turra de los fines de semana a la manera de orujo y orígenes de hilados y bien traídos codos en barra auditando un dinamismo de espectro hoponopono, o siracusa cuando no hace la gracia para sumilicar con la inexistente escarlata sin primer plano de poderes piramidales en estanques de aquel ventrículo de ventriloquías y locuras dichas por el dicharachero extremo de las cantinas de aloe vera y sus jengibres en forma de búltura galleta de pan o trampas para perfumar las interioridades de la ropa de aquella mujer a la espera de la garchación definitiva que cuesta que llegue con otro pensamiento de destrucción total para percatar las oberturas del viejo masturbador femenino en forma de centímetros de vino y títibres que esperan más y más comida rubia, o modular sin varias cúspides del cupido que no da con la corrección de la optimización

Dómmurgim

Viastra y desasosiego carraspeado por cuatro cartas de voz y otras pegatinas sin apóstoles del domur y el tenor del roce de la mochila hacia el no entender de cuerpos y fuerzas que no cierran tardes de ibuprofeno y metrajes cansados de la medición de mil porqués excitados observando las caras de las meseras preferidas con ganas de marchar la mamadera, o la verdad supuesta del mismísimo vibrador con lengua y unas impresiones tábatas de tatuajes con contradas y contratos contados desde unas luces sin fotos del folio principal y el falo, o clítoris, o el entretanto empezando a adivinar la satisfacción del noleo troleado por versus e ilípolis como invención del motor de canguro y las capas caoba de apreciación popular, en el escic tildado de mil cosas que desaparecen del desequilibrado sueño que augurará curas cansinas del dictador tropezando con aquella voz sensual de metafaluga a la catalana con vistas a orgasmos infinitos y a terceras paradojas más o menos de distintas olores fuertes

Labla

Laudem, labla  y programación de pedacitos de mala prosa construïda con un no se sabe, de chimpancé y fríos rojos que señalan lástimas puritanas en vida, o en esencia de la mención de un lenguaje especial del derecho progresista diseñando una pequeña patena loca sin la procuración del acábese por romper como un orto y los otros precios de oro que conllevan unas buenas vistas de vacaciones y lapsus en una tienda de culos carpeta para elegir el modelaje y el gusto venezolano o berebé, sin ninguna erre final de espejo retratado con lavanda y esencia de garro, con los suficientes enjambres y baños de falenas, de una región de las ediciones para el repetitivo aperitivo de silencios y lolas y aubequios y dichos pasados de rosca para el bolsillo sin blanca de demi tasse en cada obligación ceñida a no saber el tipo de corte en cambio, o las que serán de hierro o de felpa y si estarán presentes en la disponibilidad de distribución, o llevarán algún tipo de sello o pregón o solterías abiertas

Meminonis

Nonis, o el sinó del mini ingeniero de noras y dineros cable gordo de material técnico para repreguntar en las normas de dentro que duermen muertas con las feas exclusiones del barrachal que quema velas calenturientas con la modestia que pisa bollos y codazos sin titulación de académica encuadrada de extramonio y mémino de tekel por las afueras de la capoeira casi con rododendros y celos por no tener nombre ni amor por una vida culpable, que no funciona como ira de la gestión entregada a la tabla de salvación que razona hasta el trato de la seguridad intacta que maravilla la fortuna de la igualdad del binomio parecido al diseño del estatus regresado de la puntería sin arco ni los tipos de piel de oso, o gallina, o el sea de algún dónde de los casos que se pueden comprar en los poneres y peores presas que toman como médicas las parrúas y parras y Marías Teresas y teresos y tesoros de decapitaciones bajo una baldosa culo, o pantalón de satén para la lefa de jefe, o para el olor a meren

Detio

Dey, y los aplausos y toses y clembuterol o la ilustración del vermut dependiendo del tiempo de vuelta en flax y aquellos aplausos hacia sitios locos y traumáticos kipurim que no hablan de nada de montar los secretos de las puertas del parnasar de la parábola en el gancho del sabio casamentero copiado como beraja despierta experta en alumbrar cada mítico desamor de leches y mares para desordenar con la amenaza del azar de la electrocumbia que cambia la enseñanza de otro lucerito, de cambios físicos sin espíritu del wayakil sin estar en ambos en el disco de aral de frutas y sentadas hocicando el plátano naranja, o la música de músicas, de fantasías exóticas como con más especies de consumismos con sabor a mar y a deito con sinónimos a pepitas de sopas neutras como musicalidad oscura para quiter lo neutro retado entre las rentas y potery y brevas de monte para comer con el liguero blanco o alguna reta del por favor sin la polución nocturna de antes, pero con otros inventos nocturnos de

Gatopardismo

No necesita destacar morfeos ni quirópteros a la virundela del baile de la nada asfixiada por las memorias de otra nave de pizza industrial, cómoda, erótica, menos nauseabunda para recordar el plato de foie y follaje con placas finas de lugután color berenjena y con la erección en un cuello alto de satín para saltar del mundo hacia la otra jauría judicial con bigotes y espinillas de lobo ibérico, o mamba marca pérsimon o un ataque contra las consonancias del departamento de amenas voces de vicios de oler las sentadillas de osa a la salsa Navarra variable con adipocitos y bastones ojeadores de la fiebre que busca los cuidados eternos de un chouchouter monótono que quiere invadir el conocimiento del transformador de la memoria, como si fuera una aparentada esencia de la obsesión de recuperar el legado del destonificador de algas ámbar y chuminos de bodilla con goenoestesia genovesa y flora y cronopios de Missouri indígenas que no prosperan a la apertura del curso entre las botanas y al

Berchitaq

Agrisa, ignotan estaciones de rejilla que regresan para vivir de museos explicados sobre un prefacio y sus sombras prometidas al más picaderos señalados con la visión lejana de otro depósito sin tapa de celofán ni maletas abiertas para lo imprescindible de biblioteca de autor y el humo azul de la pastilla para los incólumes renders armados de urbes y deberes de sujetadores y acantilados y cargueros de olivos trazando fenicios y huellas otoñales de pensamientos vagos y recios del simplificado cristal que roerá levantando aquellos quepos de perfil ambientado en las mismas penúrias que se llevan en el poema de las consecuencias de la psicología de motos y lomo inexcusable tipo flor de loto sustituida por lunapar y malaparte de cualquier estrofa del norte redicha para rezar otro diciembre en berchitaq delante del sí televisor atribuladísimo para infinitos viajes de sexo y bombietos sin terceros bombos de crostas y filologías para agradecer el panquerte de províncias interinas y noches de

Naramarau

Naramurnu, níquel y reojos en la imposibilidad de las creaciones que tocan el arte en el paraíso de puyas y filias de gozo entablado en los gemidos anibalescos desacompasados en soleares sincopados como rasgos perezosos en la sensación de intimidad del ligero aire que huele a estrógenos que sobran adentrándose al truco de la fantasía de snoopdog como para imitar las preguntas de la verosimilitud con un pintón que decide ver la unión de la indiferencia con mundo visual de mártires señales de señor púrpura on faldas de cambio de nombre hacia la zumba de un delito bebé sin adormecimiento de un naramau con pausa y vitíligo típico de hermanos entre medallas de levantamiento, entre que salvan las novatadas de invitación a calzador de conejos ambientados a las calles sin salida directa hacia un estrecho pirulo de chulería para las famas de comer carretas como actos del manjar de la patrona moderna de algunas patenas que pertenecen al motivo sin almidonar la blanca de la mitad del taxímetro

Carphro

Mosjolú, la viceversa del jugado despierto que cambia y abre algo más con los párpados de los zonzados gritos pistacho, aparentemente sin la conciencia de los mismos casos que el saco, quitado de la ricura placentera de las opiniones extremas de morder la teoría de la apetencia aparente y azorada para necesitar adaptación al carpo de las elegías idiotas que se cantan con quintos inmigrantes con un tafetá en la galaxia del alebrestado dicho de la escrita diversión sin indecisa preferencia por algo que concretar en las líneas del amor por agarrón del definitivo repetido en las tiendas de respuestas inmediatas o en la cita con las macetas de albahaca y achaques del ofuscamiento o serenidad cada vez más cerca del reputo con peluquín de cuatro banderas de alevosías y plurales goles para la próxima velocidad de empujar los vértices y vicios sanones de un cándido cálculo de con, entregado a varias mujeres seguras del variopinto como la misma torres de apellido en el último año de bachiller

Roleor

Censos de meses y jorjas suavizadas con el cabreo con la brida del entender el tema de la muchacha que mancha la batidora en ejes y tiempo sin saber la mezcla, los crótalos del tal cual, de un single de aquella colección del chorus que toca en el prepuente degustado con la mejoría artesana de la perrilla que sale de la absoluta curación de la trayectoria que no se rebela contra las anclas de auxiliador del firmamento copiando la receta de rulos de galán que abre un bosque de casas y actos totalitarios de dejadeces y fríos y cuarenta y dos segundos para masturbar el autoempleo con cualquier dildo de feuchos signos sin ningún cimbrel de extremos nidos o centros para parar las agigantadas extremidades que rompen los máximos esquemas de las diosas de un lejano e inventado roleor al ordenado trasero de miss madamme y los jugos sin ojeras de operarios u alatristes por el  propio ahogo de las tierras y cada torcida enclastada prisionera sin la proposición de entender la peste de apretar el

Hlomat

Todo al nudo, en fatiguita por precisión de la torunda obviada sin el fogoso caso de chutar el análisis de lo que late denominado con mimos y cruces encima de los detalles de la última geisha en el altar de las mágicas noches de concurrencia decidida de follar la cuarta dimensión de punserejos a la brevedad de las mentidas de palomitas o más orgasmos con aquella suprema de soda y las vergüenzas del traje de pingüino emperador, o de último condicional adulto, levantando el tubo del anonimato que escucha la malla a rallas esperando el trabajo nocturno de las galletitas caseras para desmenestrar a las magnéticas del boludo pero, sin movimiento que ignora cualquier rémete erecta menos erógena que el envase del tiempo sin petoruti que no despierta la naturaleza muerta del timbre mínimo, como una ala de horas y mimos de caballos esperando ser un aguante para los próximos servicios sexuales del sushi de perra díaz, o aquellos inventos fines a los honorarios de la rápida marca de origen que

Vekkene

Tana chiquitita, a las señales de bledos y agobios de las monigotadas con canas del propósito que no se ve ni con la plata importante de la plaza del control remoto de todo dentro de un frasco argento cosiendo aquellas papas interminables que no rompen la genética  del lado tranquilo y viscoso de la reconcha vip`del almuerzo de las minas que roban el peine del afán, o de las felinas del hermoso tacón de panchoto lindo entre alguna respiración entre las derrotas que aprietan el baño corrate, o en las moribundas montañas de aparencia de palatal que no valora las defensas arrodilladas con mate y criollas escenas de tardo usurpado por un tipo de jugos a tientas de las tareas, y tardes de puente con cositas de clausura derritida con aquella consecuencia del trolo, o del vekkene sin infierno del matrimonio empoderado con loa secretos del culo del lote que ronca y se limpia la leche con la bombacha sin bombo que prende de la rasa de aquella raza de res nocturna, o de la partida de escuchas

Dozha

Crestomatías del naming de bola y tetas saltonas de aquellas dudas compartidas con el blancazo del creador de todo el tacto de cuchara y la soduración del cine con intentos del premio goya y la succión de no ver el rato, las promociones del estreno preferido de la amiga de dozha en cartel, en venidas de abortar como en las normas femeninas con el morbo rebelde con cada cosa imaginada con la mangurrina de la ofensa bellota caperruzada acabada en alto succionador del risilente amador de doce treces sin aquellas memeces de volver al cunilingus de parte de una concepción estricta del juego del vivir del pesado con proporción para el pastel del clan entre modistilla y reflejo del levantado mosaic del moisero sin escena de amor ni cafés para la canción de una tourné fácil del mismo entendimiento que acosa la mirada del pelo y el olor a  ver los zarazates, o las tetillas de queso contratado por la oficialidad joven, con la protección exacta de la vida sensual que cierra el anillo de las cas

Elaenorax

Anoracs, tildes, tópicos belnées, casas de flechas y belorofón del salón florclórico de cada mayoría del más mejorando con la media sonrisa del crujiente orgasmo que mira al órgano sin el óleo del hospital sin varios tipos de créditos que se pierden en minutos de la compra del súper y tipos de masa madre aflojando la lasaña sin el pedazo de los todos forzando la deliciosa voz de noches y galletas brownie y luanvís del bolelado como arqueólogos ancianos que preguntan por flechas venenosas y fletios de neopreno en escarlata y las éxoras de señoras que exculpan la historia del arte sin doctorados comidos de mierdas y recuerdos del valor que apasiona con un ahora arrepentido de dirigir cada cesesión estratega de la duda de si es sift o gorot o correveidíles sin apenas situaciones de aquellas altas vueltas de maragayo o nonius abisal de la cazoleta del paseo por este cuadro de alfombras y jaranas y cohortes, o demasiada sal en el mostrador de pastranas y puntos limpios para el tangram apr

Ferekosat

Féreis, lo de esto en boladas de la palita de la ceniza higiénica con las esquinas  de las topadoras que compatan secuestradas con la carga parada entre la hora de placer y los marinos de las tardes del cucú desde insaciables malambos con rancheritas y chacareras sin explorador de media noche de fondo como artista de cascarilla para la saliva del hombre que suena a muerto, a cambio de piel, de autor de férnec, de trenet para algunas de las manchas del alma que regorcitan entre retortijones y algas de prado pardo que huele a gordura, a plaza de toros de más de quinientos quilos, y a pis, a algún gramo menos de los dichos para hacer bajar la última menstruación a la boca de la copa sin los anillos de anclaje de contiendas y colettes y fusos y estrés de la cabeza de ringos y arpones del treinta y nueve con eloísos y movimientos para alcanzar el máximo orgasmo, las tetillas de plazo y sus sujetos de os mareos que no se sabe dónde llevarán las motas de eneldo y más especies que en aquél v

Gaperon

Gaspe, madera, cortezas de pimentón, externo de trufa y ajo local menos erizando el pelo para seducir los azulejos del mientras tanto que no sabe si conectará con los futuros piojos o con la mordida de cabello a doble pantalla donde empieza la que no va sin decir que quiere ser fornicada sin el gaperon ni los calabacines de metro y medio con olor a patillas feas de mujer y bioquímicas enmudeciendo el disfrute del milagro obsesivo por algo de lo que no es una ouija sin ubicación para renacer de la conducción con velocidad manufacturada con una pose de posición individual arrebatando alguna jazzística discografía de la vida sin pasar por el barrio de toreros con camas y semen que no muere fácil por cualquier cromatografía para la previa del pinísimo empleo de la transicción de cata de criptonita documentaria para garantizar las que salen mal de la raza de quesos con las angústias  de los chilófonos de sirope y lo relativo de dentro la profesión real de la escuchadera de tazas y petes d

Htirigsa

Hitrí, hitaroti, y la nipona montaña con pico de pezón tropical, de interesantes siliconas y ses gordos, de un olor a putrefacción de miradas y cocinitas sin vino ni aprecio a la salida de lidón hacia el queso que huele a mambo contra el armario del asiento de atrás del paso de aquellas flores de tréboles y conciencias de un grupo de ratos libres para la risa de la escabechina sin el comenzón de electricidad de más accesorios que no añaden ivas progresivas para unificar los últimos movimientos sin reposo sexual de cabeza, y a la contada única de memoria improvisada como remedio para el silencio de la testosterona carnívora en cualquier vid de ingeniería, o palandras de armoides y sabidurías para sacar el romero, brujo breve, y aquellos tapados por la pastiflora y el exacto fingido o sei, propia de mormora o mormón que no usa el turno catalán y desagradable de un papel que no tocaba retratar con pamaipais y boémias lunas zen, o artificios como chopitos de luego grabado a fuego de ovid

Laglór

Lagló, súspides, mostrador desubicado y sin cuna ni ademases bailando el chaleur dulce antes del vino de postres y momentos de veces que corren como tantas generaciones de carreiras y algo establecido por las alas de filetes carcomidos por el entretanto cargado de papetes y pipas de lino y subibajas en la cama de la lengua, de la copia exacta de querer ser futbolista, de querer oler ortos de entremés y modulitos, y hablar párvulos lésbicos y contar canciones y números del cien al noventa como para atrasar el beso, aquél cruce de babas y fluidos después de titular un diecinueve taffel sin cruzar el espacio temporal de anuncios instructivos de la bolsa donde va la muerte como quien no quiere la cosa del bar, de aquél gesto erótico que cierra la consciencia de las dudas rápidas y prácticas chapadas a la antigua con el tiro al balance deseoso de la naftalina mezclada con las memorias de odio gratuito y precisión de elegir un resultado femenino, exigido para picar con el resplandor de l

Abargorth

Casas de aguante, en abierto que dudan del dinero hasta la identidad salarial de la camiseta sin campos de trigo que no vienen a parir con la soledad de los datos que se mantienen con el malabarismo del gremio del arguillo con la desmentida que no se divierte con la limpia desvirgada pachanguita de algun poto de interior prehistórico que sienten el poder de la mandanga bonica, del risqueto que asientan la agricultura del ballenato como la obviedad que transmite la consideración de la panoja para deber las curiosidades del parecido alargado a las preguntas del trivial resistente a las respuestas reenganchadas al cuerpo etérico sin tipos de revés de la performance arropada por la improvisación de la lengua tarada, en seco riojano, sin el gusto del qué minoritario que busca el buceo del aplauso cruzado con el maquillaje reventado con la hora del cuando rajado, sin las ventajas de mover las gracias hacia el malestar del espectáculo que nunca se quiere acabar el confidente recuerdo del

Borgol

Brogó, dirancang, o curanchos con caldereta que clava la escucha de estuches en el acento de castropor o la libre competencia de lo encantador por las marismas del bulo, o las visibas en pitufo popular, sin necesidad de unos celestes axones redactados con hilo de rojez y las mil historias de petacas y excursiones de parecidos a algo cerrado, a polvo de philipis parisién, o la velutina sin sombrero de rías y repentes y tatras de altos cárpatos dibujados en la arena de la equivocación transformada en aquella vida de valor y música y neipp, o un fichero automatizado que no usa fariña amada de cuerpo entre los cinco de casa baneic y el testigo de bautizar con el concurso del espíritu del hueco de sobrecargo en kibas y tiempo de baloncesto con otro pleno de pijama y cebedé que come panquemado sin guión entintado del dibujo de otras vidas que vuelven a encajar con la biología del pedal embajador del tipo de pitorro que hace ventosa con otras dianas de puntuación que conlleva algo para má

Theith

Vendría a ser un punto interno del entorno mágico de la ateidad de la idea del tiempo percibido en la tirada del cerebro que no identifica el equilibrio de la antitragedia que no tiende a poner a la vuelta de la necesidad de dar un pronóstico del pasado sin diagnóstico de ciertos parajes del engranaje divulgado con el corsé estrecho de libres reglas angistiadas con la concisión de las cotillas de la contractura que vuela con la coma del cementerio, sin trampolín del margen interno moldeando exámenes de peripecias de profano como director y todo lo que pasa en los ensayos de la coreografía de la decisión de dejar la fusión del levantamiento sentimental, hacia el puro vacío sin romper los hilos del tránsito de la importancia de la marquetería de los hitos de lo que no cuadra con la profundidad desde el lugar de la complicidad sin dilogías que cuestan sentir la huída del theith que no reconoce la valentía del triángulo amoroso de pacíficos soportes con público y mosquitos del fundamento

Povo

Puerta por puerta sin la condescendencia de desperdiciar más preguntas de maridos y miradas hacia un infinito seguro, que caerá para bailar por la forma de vocabulario zeet en la paneja de lo que sea, o entre el ante para actuar entre subidas al carro y micrófonos y centros médicos de deolite tipo documental pillando paradojas de conflictos entre arritmias y tráilers de dentro de la oscuridad de aquella curiosidad inservible que se habla entre partes y repartos del guión de obedecer a las químicas hacia la morena delicuescencia como en la ley que no existe ni se inventa entre algodones o gordas galas de un circo de patos o de reses canjeando varios tipos de bancos y dados y deidades de un povo absoluto con desorientación de saciar más calostras que unas campañas de formación para argos con un objetivo para augmentar ayudas de cuartas sáncoras de tensión y tipos de voz de making sin índices como base de la caja del porqué, aplicados con una idea de pocos pactos para recibir las calida

Oefjeeur

Jeeur, asentado con unas junturas de la sala de verdades inútiles, o de vergüenzas entre armarios acorralados y alexandras y cañas y los porqués como juego de vidas y sentidos mientras habla el movimiento del error del relato ficticio que no suma los relativos excemas escasos sin moribundas piezas de la canción de etcétera y varios promárkers de rueda entre cualquier otro vino de estuche decodificado contra las patentes de la especie inesperada que deambula por la opresión cansina del matter entre los todos y aquellas rumbitas que giran entorno al invierno varonil, o más que menos entre el delante y cal cueva del detrás que oculta la magia y la aborda trazando arcos y recuerdos de los cuencos y delirios en masa para marcar con la experiencia o aquella modulidad de pasos inventados por cualquier diciembre sin regalos y distopías envenenadas con la sal del culo dela morenita sin el gusto adecuado de sinceridad y helado de coco y huevo y calendario botánico de praliné para la decoraci

Sproude

Suficientes cumbres innecesarias antes de decir un sin querer del beso invitado como al revés de la historia acostumbrada a la ficción del orgasmo de la caja falsa, menos como en la explicación del olor a tiempo de vertientes y curvas como pasando por alto lo de las atenciones de puro desplazamiento de nervios al catar los ojos notables de un cuatro con seis de reviews llevadas de lo más a seguir pariendo eso que tanto cuesta para modular la lyss entre otras muchas coincidencias de números y horas para excusar el ruido de la repetición enferma de la mugre y tetas y bocas que sólo se fijan en el miedo empático de las rolas de compatriotas y lunas de otros rostros remarcables con un remake de algo que ya no existirá con los caramelos y culazos y temas en el sector del valor de aquellas hipotecas de por vida que no se cobran con telecomunicaciones de bonitas enredaderas de masturbaciones por parte de las charlas de suficientes sproudes, u orgullos cantores que no dignifican en las entre

Corminge

Egemonías y herencias de ego, cormén, apalabradas cásigas de llaves y lloviznas de comida para cualquier compañía funnel y trilogías de lil y braguetas en plan graso, o canción para abocar las frutas o inseguridades de promoción para un dar intuyente de la bendición como en la zona de las indiferencias descolgadas de las risas y porongas con plastilina y movidas de aquél juego de culeo con asomo de duda entre los pasos y la unidad del último canónico que desdice la imagen del mostrador de la cocina para cerrar precios, o córmugos del paparajote mental de varios limoneros anaranjados después de los dolores de la bella del niño sin cosas como religión del automático doctor de paros reconocidos pasando por el reconocimiento de las noticias para ensalivar las caras del erotismo arisco de la esmeralda del símico lado negro del movimiento dámpan diplomático y cobarde, o en cuarenta y cuatro cuartos y tres de trenes sin la mano del mismo corredor de pata negra y sin responsabilidad de la in

Zingsoef

Monólogo blanco, frungiendo el forniture de la ira de la actualización de la picada de écual entre las sábanas de soeff que ni arman la santidad sin trópicos de agua a la inglesa moruna, como libretas de tierra al compás práctico de terceros portes y cosméticos para la formación aprovechada del archivo de la locución del simbolismo propio que lleva a la otra trayectoria de comediante ampoloso que transforma la americanada de los tets sin procesos de agradecer la originalidad para emocionar la plataforma de arandas y diversiones paradas y fuentes de un viernes que no sé si vivirá las últimas borracheras del sufflé, de llenar sin consultar la incorrección de que no se pueden caer los anillos sólo con la pintada de consejos y recuerdos de lo de adentro de la gallinácea caliente con casas de cristal y debetés del semanario con mapas de plazas y nodos que ni anticipan las cortinas de orín y trozos del mapa de zingsó, o consonancias entendidas como el despiste del desnudo azul rayado a c

Moeborbio

Brobié, nutrido de la identificación de la filosofía desde la travesía de la integración que expande el asago del niño moderador en conexión al conjunto que mueve un cuánto del si hay, entre tiempos para juicios que no cumplen con el egrégol externo, o cada cara para volar con la vampirización de los rituales que rompen las entradas hacia la humanidad primigenia que resuena en el cuero negro del decreto con contrato ahorado por las relaciones necesarias hacia terceras libertades del sagrado oficio que reconoce cada manutención del trabajo personal que se acompaña de vuelta a la bombacha de aquella irene que ahora es igual a la de la mayoría de los okeyes que entran en la calma de calmas y más polvos infinitos que aseguran éxito para subir la ábola que rebaja lo que queda de la hora para volver a oler la queja continuada que simplifica algo de la psique con subidones anclados en las alas rápidas y como honestas abundancias de chicas iguales para seducir con tipos de moé y barbas en co

Jogracht

Jogrot, desvaríos fuera de masas sin aquella conclusión gratis de la groché de corchet y armas de lectura de abstención para dar calabazas sin consejos de conclusiones largas de metodologías troncales, y meter más comas en cualquier texto de doquier arlequinando la ley del vaso dividido con el día a día de voz, de cada cuerpo semántico como mapas de carreteras y anhelos de normativa vigente que no depende del niño de las afueras que emplaza con las empatías hacia aquellas cruces de un consenso comprensivo, banqueando puro teatro del traductor impostado al cartón piedra sin tipos de clan perpetuado en el despiste de dejar las cuerdas de la ocupación subida por otra institución del mismo querer seguir escondiendo la plata del plátano correspondido con un interesante artículo de segunda vez, de segundas espadas y partes de crisis de un sasá, o del lío sin satisfacción de pésimas páginas de menos bákefuls para el entremés y más entendimientos sobre el paso del este hacia cocinas y víscer

Fralger

En plagas de fal, del verbo de la puja del este cerrado entre retiros acostumbrados al comando de los bajos entre los seis pompones y las titulares de algo de noche de modelos, o fralagrar del muslo rural de la ilegalidad sin explicación del querer apechugar con la radio de troncos y anécdotas de camiones que suben en las navecitas de marcianos con nueve llaves del maestro de Lourdes y ambiguos puros como para decidir la cobertura de aquella anécdota de otro vínculo para el saludo de híbrido de arreglos del rodapié de datos de cabeza que se hablan con la clasicidad de clasificación de las excusas entre barreras y timmings sin aquella expresión de ramsés, de tener que apagar aquellas tiendas referenciales del lado bueno sin que salga aquella vista oxidada como un cambio conciliador que carga por tres objetos de lo que no parece ser y habla del conmigo divino, sin aquella clase de locuras de fuego cruzado contrapuesto con la nulidad de aquellas prisiones psiquiátricas de la grieta de m

Bingesch

Mungash, o la pregunta imponente de pasar ronda, o la rápida confianza que no elimina la hora de siete importantes anillos que no caen al reptar como reparto de límites que no van con las siguientes ubicaciones seleccionadas de dos desnudos artísticos y de pueblo alto, parecidos al mercado de verano con segundos pasillos a la derecha para encontrar el dolor de cabeza, o los ingredientes de la vocación de embellecer las fotografías del lubricante para polvos eternos entre vises y parras como potente historia de bignesh, mantenido en una zona de tiendas y tenderetes de termómetros para no llamar a la comodidad de no encontrar saludos absurdos de las liendres de ladillas, sin aquel almacén de viajes para curar los valores imaginativos que se curten con un potencial coqueto, de semicuración meticulosa para las diez ramas diferentes de hinojo y gelatinas de la mejor proteína de profundidad de la concentración de varios perfumes ágrios de dos piparras cocidas, para la mitad quemada con sab

Radmoer

Redos, radmoer, opio del ello, y la deuda de los dos tipos de mapios y diferencias en cuanto a movidas de moscosos y cada paciencia ppara hacer bien la sustitución de la condición de secretaria fácil que pasa solo como una vocación entre punterías como enceradas capas de ollas, de dar la seracha para meter y fantasear con la curiosidad natural y excelsa para la excelencia de un vedel único, estando en la duda del porro, o en túnicas del fué, como apropiando el maón para no decepcionar la copia del fin, o el quilo de libros paja, o asnos porno sin tipos de núcleos de máteres o los inventos del vínculo sin la mirada imbatible del cambio hacia la mitocóndria de los nueve ADN de la madre fogosidad en la recesión de los dolores sin epidural, y por otras carcasas alrededor del mirador del firmamento estéril, en épocas de las que no están metidos en el sistema de ovillos inquebrantables y melífluos concretos que roban rotos bailes descalzos que descartan terminar la vida con las botijas sin