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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Acch

Chuta la acch, la doble entereza de erección que no besa la pesadez del ferné, del trailer de las necesidades del primer beso que no sabe si será equivocado o se hablará sólo de la conexión del regalo de normalizar la grieta de las galletas de chocolate matrimoniadas con todo lo figurativo en el cajón de colores y preparativos para un final feliz en el salón de demasiado pudor atravesando el pensamiento del ego, en otro bache del tiempo del dorayaki que coge tono con la entrada del último tren como cunilingus y trazos de vetiver al lado de la risa que habrá más en el piano de las tetas de brártoles y superhéroes de mandanga y novias y sillas sin estructura uniforme y equilibrios para resetear las amenazas del nivel de la consecuencia entre colegas de baño normalizados activando el comité de emergencia que se acuerda del hullahop arrestando un drama con mensaje de persona atormentada pasando por pesimismos y toses y diazepanes que dan vueltas habalndo de una futura sobredosis de los mis

Valchel

Elésse, ni el petit comité de celos y miedos babeados que por el momento no pueden saborear el producto prócuo como en resaca de respectivos conceptos de abrir el futuro del cromosoma como para perfumar la confianza y afianzar el canto al oído con gestos de vida sin entender el tipo de muslo que pasa rápido como único sentido de datar la carcasa del pasado abril, que no tiene nada que ver con la sustitución del ahora que casi no busca las afueras de la vendetta huyendo del recreo que no intenta tirar cafés y servir cola caos o cereales por el noviete entre hojaldres y válchels para disfrutar del duplé, o aquellas escasas horas del no querer salir, ni sentir el himno del sarm para volver a repasar los rasgos de la joda del comedimiento como sencillo a algo parecido a terceras partes, como arrugadas, sin el sentir aquél de antaño, ni el interés de rogar un noviazgo, ni una caprera en capeiras y silencios con fecha de hoy y la mirada en un mañana de gloria, éxito, lobas y sexo diario con

Écoas

Elogías, orgías del no saber, del no querer escuchar, plasmar, dejar de entrever el rápido suceso de doble filo, del seco gesto de tragar saliva y solamente aparecer en el astral, con el maldito once en las espaldas, como la repetición del sumerio en el nuevo córtex para otro tipo de costumbre, de compromiso diferente al que parecía haber hasta el momento, con la basta palabrería de silencios y la cara trabada de tres segundos, de no saber si estaba dejando de abrazar el pan de molde, o las fechas de onces y embarazos y casualidades del no haber caído con el día gafe, o con la prisa de la inmediatez, del quererlo ya con boda, mil hijos durante la primera noche...y todo simplemente para tener éxito en los 48 tiempos del deseo futurista y el siguiente olor a cuerpo perfecto, a cien por cien feminidad desfasando límites como para no perder costumbres y cucharadas y tetas y silencios y masa madre calculada con la irracionalidad de la espátula del pensamiento, del irriego del resto de ferme

Modordo

Modror do no, petando los suenosos de la fama, por el bien del adorno, ni la tortilla de la balsa como con el color de pillón de la cueva en grupos con sambóndromo y mareos como a lo mejor todo inerte hablando de la culpa que sigue con la cópula del acuno de los de arriba, aparcando la discriminación como idea del frío que piensa en las tardes tontas de fogoneo, empezando con meter el trozo de química y mezclas de ansiolíticos y robos de tensión y algo de lánister y élite como colas y morros de moto en rato deseado en primeritos valores como algo de motor sin el origen ordinario de trascendencias y enaguas para cenar con primeras velas y citas y robos fantásticos de la última navidad, quizás la perfecta, la más esperada compañía de la pinza y los cuerpos de crecer carne disparada como vuelo cero sorpresas que hunden como males gilipollas fumando mil billetes de quinientos con letra y lecha y testo chico malaosa con carpitas del comercial con nivel de respeto olfateando traseros como co

Oscoir

Ószoir en la escucha de córpores y babuchas, y sensaciones a corazón abierto, enamoradísimo de elisé y del pan de pistachos y acelgas y del amasado que llegará mañana con el beso, el collar, los polvos mágicos de oscoir, del gran legado de la abuela, o las horas del reloj dorado que parió y ya lo dejó parado hasta ceñir páramos y agas que romperá con el jabón de levadura y cacao previo al ver de dónde viene la introspección y dónde va cualquier melancolía hecha con notas y archivo de imágenes y fábricas de locuras digitales y compras melómanas como novedad de la pareja pajera, y cada contractura del proceso creativo que jura la eternidad del producto, del intento de propósitos y grandes amores que ya han llegado y han tocado el contrapunto de un tiempo de luz y fuerza y ritmos de la vida bailables que siempre reflexiona con la contradicción de un hit de mares y líneas rectas hacia el fado de amor, de fechas desgastadas y recovecos sin aquella prisa de antaño que no sabía si saldría aqu