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Mostrando entradas de diciembre, 2007

Desapareciendo

La calité, las cosas importantes que como son, se desvanecen al lugar que nosotros vamos, sin prisa ni honores que te llaman borde, pero no te besan ni te abrazan a la felicidad, y viene la Toscana y se deja la piel para traer fastidios y ansiedades que limitan, y gritan buscando el cortador de césped, un espacio diferente que se vuelve extraño en cada copa, en cada mini-encuentro con el diablo, él la toca bien.

Ciclo fausto

Dramatúrgia, eso blanco no se que es, quizás el fin, el gas que se agota lentamente, lo tradicional, contrastado una y mil veces con barriles mal pinchados y sus curvas que se agobian y siguen sin ver el fin de toda posible inspiración de todo cuerpo transexual que arranca en cada capítulo todavía sin la pólvora adecuada, con rumores y respuestas del autor en cualquier artículo alegre, cada dia menos inspirado en sus prácticas sin cara.

Loubrich

Diferencias preescritas, declaradas, que escuchan perfectamente y lubrican sus partes encarriladas hacia los diez años de existencia, de curaciones para recobrar el bienestar físico, medicinas chinas, tabiques escotados que puntúan y se dejan rosales entretenidos por la morbosidad de los glúteos nauseabundos que se tuercen con su hombro derecho y moldean la silueta ni una sola vez con el punto vaginal, lubrificado con flujos y despojos parecidos a pequeñas dosis de puré, jotas en lugar de ges, expresiones para no dirigir la vista hacia el fin, hacia el no-mundo, hacia el techo abierto y sus máximas metas acuciantes, después el beneficio.

Glue

Ropa femenina ocre, lencería satinada, pegajosa por el ruido de los flujos en la noche anterior y aguantando el sudor y la resaca matinal. Vómitos, pastillas anti-mareo, las otras baratas que no salen de la boca en su tono habitual y se encuentran con todo el desastre que ya ni se acordaban, el vino medio vacío en el sofá de piel de mozzarella, bragas y medias y satines tirados, esperando el recogedor de pelotas que pase y se cuide, y se lleve la caída del imperio consigo, con el ambientador de coco encima, flu flu, es decir, una ráfaga que flote y se lleve virus de restos agobiados, cansados de las heces del circo de pulgas.

Mapamundi

No yo, con variantes de esceptiscismo y sorna con imágenes cósmicas y parámetros de utilidad reescritos con yeso cauquino, precisamente en el mismo punto de encuentro como cosmosofía firmamente incorporada con cartón negro, aterciopelado, acompañado de medias y ligas enchufadas, enganchadas al pan de kebab con musaka y tartalineses que piden la total recuperación del asidio asfixiado desde hoy, desde el momento incierto que produce dudas y selecciones en torno al núcleo y su evolución pensada para no cansar a la materia prima.

Never say never

Dividido en ponencias y preguntas, de momento inexplicables, sin respuesta, pero con cada ocasión en momentos inimaginables decidiendo su estructura en cada paso, sus oportunidades que se presentan en forma de libros rotos, del amazon de los recuerdos y libros antroposóficos y hojas amarillentas que imitan los años y coinciden con otros sin la existencia casual, sin el sentido de la vie, ni del pedido que trodavía no, en este extracto, a partir de capítulos ajenos, en algunos de estos los habrá y se verán otras formas distintas ejerciendo las demás fuerzas ocultas capaces de la decadencia.

Entrañas a la salsa Coulís

Sobrarían las palabras y entrañas parecidas a los spaguetti Bolognesa que caen y traen historietas venenosas, deliberadas intenciones y premisas de dos a cuatro tipos, o de tres caricias violentas, mártires, más antiguas, sobre las viejas arcas y muselinas con salsa Coulís, de algo poco habitual, y algunas paranoias que ponen a prueba más platos y lorzas y platos de spaguetti Bonduelle por millones de espectros mirando, las lorzas y entrañas que no salen a la carta de los jamoncitos, ni acompañan chorizos, y se preguntan si suelto o recogido, o si el plato de entrañas forma parte del menú del día en cualquier ristorante de mariscos y paellas cobadas al punto de la mente, a la menta, al pastel de entrañas que se sirve para el postre.

Desodorante para pies

Fuss frisch. En la fórmula 59 existen dos tipos para combatir lo inexplicable, lo de la succión intencionada del brindis por algo mejor, por la mirada de algo que perdura sin buscar excusas para retomar de nuevo Rudolf, lo mismo, el mismo tema, la misma vida que varia y evoluciona como loca, y se llena de manifestaciones de cada karma, y succiona de nuevo hasta chorrear, hasta llegar al máximo, al charquito, a lo focus pleasures que cada vez más necesitan despejar la mente y encontrarse de nuevo con Rudolf, con otras historietas y libros viejos, de viejas guardias y escuelas de antroposofía que se encuentran en Buenos Aires y no están en contacto con los dos, ni con Rudolf, y aparecen de nuevo las paranoias y ansiedades de siempre, principios de ataques, y vuelve al charquito, se moja el satín sin buscar excusas baratas para poder pagar la cuenta.

Tomatttoe

Tomate, cebolla, ajitos picados, agua, sal, azúcar, aceite de oliva, toques de inspiración, salsa romesco, almendrois, picadillos del chef, el último confín, chile poblano, chipotle, algo sin dulzura que pasea y arrastra la crisis que le convence de agarrar ansiedades e inseguridades nuevas, con las mismas esencias disparatantes y el 0,50 agarrado fuerte con la otra mano, y esperando otra vez un milagro de Rudolf para entender más y abrir más su camino y encontrar algo digno para poder comer luego, y precipitarse con adrenalina por la vida, y acordarse de precipitaciones y jornadas del hoy y del ayer sin dejar que Fabio haga caso de lo otro y busque encontrarse con los dos que un dia se cruzaron y lo vieron al Paupizza meditando y conociendo los recuerdos y las películas de la cartelera de la Vanguardia.

Pátina

Según el tren, según la palabra pátina y el propio misterio de la moda, amarna y colaboradores y sus figurillas de pátinas de piezas y falsificaciones y pequeños objetos como moneditas que corroen barros y seguimos con figuras verdaderas y rotas como yesos y porosidades posibles, mínimas pátinas en urnas de cristal-cartón, o de un mármol rojizo, no se sabe bien el material de las perulias, sólo se ven, visionan y toman el material curioso, y el robot es recepcionista, y detectan presencias humanas y responden a las cuestiones, y se exponen al sensor analógico del acto de algunas teorías dormidas, indignadas llegando al paraíso.

Xuxut

Como han cambiado los tiempos, esperan conocerte mis tias armenias y el gato, adeús amourus divinuris del orto, me march me aindo les puples les xuxut de tua de gozanata de volterver a tu beso ahogado sin contrat, sin plan de emergencia,... me voy a laborare xuxut, ¿desayunamos domani amore? o mejor nó, mejor no me hables más, prefiero robarte tu olor a fruta exquisita y dejarte un beso con toda la mermelada vibrante de la dulzura. http://perro-invisible.blogspot.com/

Kirsen Smith

Intriga, curiosidad, lo definen como algo escondido entre remembers, oscuridades, huellas de vaya a saber quién, colombinos que ganan y vuelan, y se beben magdalenas álvarez con meses impredicibles y espumitas glass soberanas, de mediados de los ochenta, y sus dos ofices entre Caspe y Laforja 56, y pagarés del tebeo, y cuentas y casos resueltos, archivados con cuentagotas a grandes tallas, más o menos en algunas zonas con el otro, Shorty, el yo oculto, infantil, inocente, la carrera novelista hacia hoy con la caducidad del pasado mañana, y cardíaca de dineros y bienes que trascienden en su grosor, y lo visitan cada cierto tiempo allí donde lo encuentran, todavía tirando para las fiestas y farras nocturnas, investigando menos, pero trabajando igual, sin ponerle fin a nada, ni a esta pequeña muestra que no se llega a imaginar.

Tercera sentencia

Recaditos, torres de cristal, escaparates luminosos, recargados, hipnotizantes, sin que la narración avance por si sola, y cante el na na na, y se vea con los del barrio, y chille donpin, y busque su marajá, y sentencie las angústias y criaturas distintas cuando se trataba de los fieles seres que actualmente se revelan y se convierten en rutina literaria sobre su estómago moribundo, sobre la marcha del despertar, en doble habitación enorme, con sellos y cajas, y remolillos entre sus deudos y brillos derrochedores, reflejado entre lo real-imaginario, a buen paso, pero avanza, y luego está la gente, un trocito de cielo rosa bajo la luna llena que agarra de la mano la cuestión corriente, y llega la hora del valle, salvaje, con un sonido gris, de cartón pluma.

Caprice

Caprichitos deleitosos, fideos maki, soup desde su consciencia hasta el sospechoso timbre de la llamada, poco después siempre hueco, de la escapada nocturna, ojos que tocará sin mirar las teclas, primeros pujes, planes suplentes, currículums vacíos sin los partidos de cada domingo, ni los ristrettos alemanes que se prometen saber perder las almas, su liturgia que recuerda el antes y se vuelve a ir con los ojos cerrados y no me besa ni acarona su sentido, ni habla con los paraguas, ni con los fideos maki de Rudolf, y las horas pasadas se pierden y ya ni me hablan, ni buscan apoderarse del sentido y de los erups del bon profit. En dos dias olvidado, segundo plano, o en menos plenitud que alcanzarán otros meses, quizas años, o toda una vida, o dos, o las que hagan falta hasta que la noche zumba y rebote el cristal esmerilado del nueve por doce, de momento sin.

Conchudos comentarios

Van a ver a que hora empieza el cine, para ver si se quedan, o si traen ideas uruguayas para formar posiciones frente al avance alemán que ya no tiene más cine, ni tortetas de bacalao ahumado, ni un bote de harina frente a los azulejos quebradizos para preparar alguna cámara de vigilanciay dos palmaditas para asegurar. El mismo número, el mismo suelo esmeralda, un tipo de radio por fax, sábanas con olor a armario de goma, humo de la vecina, marlos para cubrirse las manos con poco pecho, roces, edades esculpidas, ojos feos, a ratos bien hostil, formas plásticas, manchadas del vermouth de la mañana, de cicatrices naranjas que vienen pronto acomodando la ropa, plásticas, manchadas de fiestas y orgías y po acaramelado.

Torteta

Ahora......desde el puente colgante de acelga de la crisis, las señas del lapto de mi cabeza me hacen muecas para escribirte antes de volar hacia el cementerio de las croquetas achicharradas, señas sin tetas que te dejen palabras, para tenerte entre los infartos que se arreglan los vidrios para el raiki del fiasco de la diaria,...lavar, zurcir, implantar, falsificar, matar, salvar, cambiar de fax, de cubano, de chalet, de pene, de peluca y amanecer con ella o con él, entrando en su aliento como ranitas de pozo negro, de tortilla de peyote, como unos bravitos de polla con salsa para el petit y aprovecho para decir algo de Úrsula, la mujer que trajó el Doctor Uriol, siempre siempre de negro o desnuda bajando por las enrredaderas del Hospital Clinic, dejando decapitados a los pollos que cruzan con miles de bravitos entre las cloacas de la clase alta y esperar ver la foto que va a poner Uri, esperar unos minutos para el foie, para los torrijetas señoras y señores...el descubridor de Úrsula

Mil tartalineses

Mil cosas, mil suspiros montados para descolgar otros, mil caras, tartalineses por debajo de cada cosa, de cada idea, de cada dos o tres bobadas buenas que hablan y se dicen, y se cagan con los brazos y con todo su cuerpo débil, luso, lustro, ilustrado con hiragana y manchitas naturée de menstruaciones y preguntas con 40.000 que intentan los cinco años, y escuchan como topo gigio sin la pastilla uruguaya, púrria con tortas fritas de grasa vacuna con harina, frita, como un aperitive seleccionado al dente.

Úrsula

Nebulosos pupis, sin comentarios, desnudas longanizas cruzan el living, susurros abstractos también cruzan el living del au revoir, y de allí pasan al comedor y a la sala de estar, húmeda por el clima, y por otras cosas no aptas que llevan mujeres y entran en el estudio, se maquillan, salen al escenario para el show, se acarician los pezones hasta que se convierten en piedras preciosas, ácidas, para abarcar al hombre en su totalidad, y ver sus dones sensibles, del momento en que se pone en la piel femenina y aparece Úrsula sin saber exactamente de donde. Puede que de las enredaderas teñidas de varios colorines anaranjados, cromados sobre otros fondos distintos, llenos de bombachas grasientas con otro sabor a las degeneradas, las normales, finas, satinadas, pero crecen, todavía con la elección de parecer más, se sitúan, silvan sin hacer ruido, se miran otros pezones y tranquilidades oscuras que suenan a delirios, se enredan, buscan los sueños, la vida, se crecen como locos, como definic

No sé

Dificilmente escucho algo fácil, sólo recuerdos de aquellos años, que se pierden por atrás del celofán verde, iluminado con una pantalla, diafragmado a F11, sin que se produzcan sombras tiradas con polaroid con cámara de nueve por doce, de placas, y me dice que mire, que siga, que llegaré a lo alto de la cima, solo, que el techo se abrirá, me lo asegura, pero el cuando y el donde no llega, y los deseos de otra vida augmentan, y se van de vacaciones sin cuello, y repiten las polaroids y placas, luego revelan no sale bien, el laboratorio desaparece dejando rastros de cambio de ciclo, para morder otro culito de mazapán que también madurará con cada letra del destino, y también se irá de vacaciones con otras historias y mordiscos sucesivos que no aguantarán las presiones exquisitas, y se irán en busca de mujeres maduras para paliar algo que empieza a preocupar, y no sabe si el celofán que hay que poner es verde, rojo o azul, es decir, RGB, o si se debe calcular el factor fuelle, o usar el

Faluc

Mis Uszatek y sus aventureros stop motion, Polacos, o a little bit of joy, repasando la nostalgia de los mejores que no se olvidan de nada, ni de nadie, y repasan cronológicamente sus dibujos y entradas automáticas y salidas personales de telenovelas viejas y otras que tendrian que haber terminado y duran más que el ajo, y joden, y chingan sin parar, sin potenciar tramas entre tanto, viéndose la puerta de escape de actores por las falsas calles aburridas por el paso full frame de ocho milímetros, o de 35 sin cinta aislante entre tanto tiro, tanta votación, y los mareos del oso que no cesaban y cada dia terminaba metiéndose en la cama y decía siempre la misma frase para terminar, y antes hablaba con el conejito de trapo, y jugaban a las canicas, o boliches dorados, y comían sopas reales con el resto de los animalitos, y se ensuciaban en los mismos escenarios que nacían, y....dobranoc.