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Mostrando entradas de 2015

Gadhiaet

Como placer resultador en una simple y complicada a la vez en habitaciones y cuánticas disociaciones de jóvenes coqueteos, o algo de profesión, de fin o dieta en bucle a la edad de ella durante la secudaria adaptación a cada nervio de cosas de redil que copian los motores de explosión y las colas sin importar para curlas que prestan intuir cada pertenencia de cualquier primer favor sexual relacionado con la dieta del país, del jamón emborrachado de amalladas visiones que mueven el escafoides o las partes de cualquier ideología que pasa de palabras y meollos y bodas entre enseñanzas y diferencias sin resolver los flecos del futuro contrato mayor, o por pretender desde finales del demolido cenáculo de imortente imitación como cada eucarística que lía las otras voces, las de más demonios que no son profetas de nada, files divorciados o mixtas pieles que viven de la fe que concentrará cada opción a la vista, con escuma en los relevos de boca y calígrafos gabachos a parte de lo argumenta

Balvvrie

Valer los egrónimos ni del peligro de correr otra vez hacia el precipicio del nido pormenor abstracto, desdibujando la saeta, los debates de si retitulan el prefacio, las discordias, las llamadas de vida bajo el exceso del complejo que lo emplea empalmado, pensando en mudo, en ordenado, trillado delante de la elaboración vacía, a la énfasis capaz de alternar con los poderes creativos para estabilizar la anorexia del axioma o la habilidad audaz, la más lechera provisión que tarda en convertirse en académica y arraigada pueril con partes de afirmación viable, más sufrida para la consumida máquina de predecir propiedad, importes, facturas del tribunal tributado en los tiempos ricos de otro índice sin factor de mitades o cápitas o capas asimétricas y lucrativas pero con el inseguro combudtible de cañas de pescar en el tipo de cebo odán B de familiarista escuadra con varias parteras o partenaires para volver a jugar al divino garche enganchado al sistema de la aseguradora de la adicción a

Litrud

Lómizo, tamicene o alquiler del éscas, del burugente público aprendiendo del vivo sin experiencias ni dubitaciones de riesgo, o del papel de acobardar del ojo del lomo que embucha apegalosas cumparsitas de veranos disfrazados con variedades y cintas de citas ciegas y onguentos para orgasmos definiendo la timidez, los lados de las cinco barreras que amamantan el sudor de mantequilla y retornos del hijo del lobo como enchufes de trifásicos de cinturón con el ron mezclado con la vista y las pastadas xanas de cualquier lelé de galgos y globos árabes o látex, o golpes de rumbo y ritmos para la farmacia y armadas andantes que observan la peculiaridad por encima de las preguntas desesperadas de las hadas y el escot de la granadina que destria el gesto sabio, los señales del súbito rángulo de fertilizar la nueva aluga del desagrado vulnerable que se impone entre los chotes y mezclas de árboles y especies autóctonas o de gertuds o viñetas en blanco para aprovechar con litros de fáciles y sa

Eftáckma

Un rato casi que casca odiado, o un eftack por los caminos de colgar para suplir la heridera del subconsciente junto a la estufa de supremacías y el par melancólico escapista que necesita volver a golpear a san juan para preferir el amor del yorke, de las brisas nocturnas pensadas y ciegas de rabia que no encajan en los días random de redención sin los cuatro consensos para ser aceptado como telerece y vida social que prende para reemplazar otra causalidad que no controla la tempestad que progresa con el egoismo del hermitaño y el tope con millones de kindas para retirar otra anormal soledad mental que no tapa el intento de disminuir la totalidad claridad de los preparados apuros de la calle apalabrada por los juegos y el hambre de saturar lo que entretiene a las quejas estrictas y comentadas para recuperar el formato de horno y repercusiones de cometidas y saturadas raíces de fierro y división para paraguar los malos recelos y las facturas del helado con la naturaleza y las neuronas e

Bjegosla

Gosla, enené gozando de la pura testosterona en botellas de mililítros o de cubos de diazepan, o guillotinas para desactivar la normaildad de cada kizomba o cosecha del veinticinco bjegóz de angostura para servir las enormes tiendas de papá, del caballo de cuna pataleando por otra yegua joven y difícil de amamantar con el destino en la otra feria para vender todo lo que mata ansiedad y el trágico bicho reactivo y de nocturnidad casi angelical, casi vivida como reactivo de biopsia y el sentimiento del biopic, del rastro del retraso para desear el sueño erótico, las palanganas de menos plástica auscultación de hábitos de ojos y confluencias para después de cada flujo de la penetración antigua que pasa por seguir preparando la terapia, las exclusiones de las noches y ríos de fuerzas del orden que luchan para profesar seda y satín y a corte de ensayistas y malabares de cárcel en otro rapero americano, y jesús, y gorgonzola o pastafiores o doces entre cuarentenas y cuarenta y cuatros busc

Papel puchea

Cuché, estucado, de demás mesoterios o serosos y curiosos secretos como dorel en el mercado de pucheas y ambiciones como si se solapasen los trabucos del gusto para futuras algas de patio del color de las palabras mal lloradas del entonado malabar de cerillas y darlas y boletus como cualquier garlanda o noche, o estrada de adoquines y mirillas observando cualquier error al lado del paraíso, de marzo, o mayo, o primavera, u otoño desde el sí quiero arrollador con mayúscula y centro de flores incluído al salón del western cazando lémures y tórtoras, menos de poco gatillo que no tendrá la pólvora para un polvo más y para dudas que parten de la intranquilidad de no poder tocar la vida con las yemas de la epilepsia peinadora del vestido de tergal del discrecional martes en adelante, o de más papel para letrar en plumilla sigilosa, de cualquier dilación o convicción concreta de cortometrajes sin vidas de merceres y saludables prisas y correas para robos y glávadas de las más vulgares, o a

Péplum

Sarsfield, rocío, limones y pantanos de campo editado de lejos con las reortográficas impías y nacionalidades justo en el triángulo sometido a luces breves en modo de abusivos metros altos del pricipio de tomar las tardes con erigidos de la originalidad de después de torcer las limfas del pop, de la maravillosa rapidez de la inmediata coreografía del caso de otra revisión de raptor, de cualquier tipo de febrícula inconsciente del diéguez, baúl de instituto insultado como de preciso labio amateur encarado al natural con otro tipo de pilar, de emoción en forma de busto calavérico ni de idiotas paradas de succión, o de tetas de fulana, o de péplum de papel, o del día en que se enamoró el lagartijo de la coneja ninfómana sin cada favor de siempre de una lotería con huellas de perro y mates  y ladrillos en combinación con los que se atreven a megustarla sorda como posible encuesta de ausencias y contactos con la historia del lugar, y de la solicitud de aprender de la agencia del naipe de

Teselas

Miunn, las telesas de fotocuentos detrás, mausoleo de caricaturas y actores a la carta del cansancio de otro autor sin las ideas para otra cursa de filantropía y abnegación del ejemplo del tozudo azul que vuelve a ahogar la horca de la pasta del turrón de complejos matemáticos y minutos de perro que no avanzan a la última velocidad del pensamiento caliente de gastar la herencia dispuesta en hambre de fulanas con pocas pausas y zumos de audiencias y coristas agujereadas por cada dónovan africano, cada choque de más ortorexia para no mostrar la rueda de colores que incumple el olor a terracota, a todo tipo de mármol sin manipular las delanteras de elaboración o corrupción de un topo de vidrio para nacar los lacos, las tramoias para cambiar con los pinchos del dandy en común con las tocayas de la física reina de la psique que controla el muérdago de tivas, o de la consolación de la existencia de becarias y recetas para la frutilla como en racimos de avena en infección de los recuerdos q

Dompolata

Epífora, u agenesia de domoyisho y transparentes probables defectos repartidos entre áltamos de madre de coco y figurines medidos en el mapuche, en voceras y genocidios de las fronteras rodantes que permiten la memoria territorial, las pequeñas motoras que componen respuestas lentas y colaboran con el lento reingreso a la sociedad de mierda, al colgado calabozo hecho de salvia y lesiones que acontecen encubriendo lúcidas filosofías de disponibilidad trascursando en perícias y braguetas de esparto montesino e informes de cualquier cabrilla desde el dato del deterioro de irregulares monólogos espirituales gravados debajo del papel de vívero a una nueva obra civil de mejores amigas sin informar al ejido del día de la fiesta sana, para la remoción del educativo técnico impactado por el perenne dicho de arenilla y grappa de peonzas o alergias al comprendido, y al igual de edad y sexo y talla y moretones en el vestido de encaje de Míriam, o en la domoplata in crescendo, o en los tres l

Javftorkal

Parestesia, o después de la tosta inmóvil, con propofol y metalino de plata y más cansancio con el adecuado prozac que llenará los pensamientos de algo térmico que no se depurará ni con los fuegos artificiales de matriz que son en realidad como poluciones y excursiones hacia la inconsciencia que no retorna al aquí y ahora como pardos fines de viés, o de agujas sin molde intravenoso que especula como ritmo de otra conejita en soporte java, o de un entumecimiento que se repetirá para llorar la carga, los feos karmas de otras existencias, de fallos fatales que se abalanchan a los jamones, o a las ratas que han esquivado varias veces el desastre de la esofagitis sin el plumón de la compra que vende la biografía como exitosa tinta del tiempo del moisés amortajado con plantas de lupus y petunias en infusión de cristal que se va al traste con trenta y cuatro escalofríos de debajo las piedrecillas de plástico, o de las jeringas que se vuelven a llenar con etopósido cuajdo y ondansetron para

Paciterda

Abreviar como un viaje emocional, como un aliento resuelto que exhala cada exaltación de carencias de pasión y ajos de paciencia para revisionar el virtuosismo breve sin ciertos tintes de cuerdas vocales despachando la poca declaración de vida que queda de la prórroga patente con modo a punto tal sofismo que cambia para seguir la única evolución que ya se hará sin cuerpo en menos de sis banderas justas a cada nivel de amantes y féretros de entrever cookies y trece piezas de una fuerte capa de canciones y mocos de la suerte que se lavan con té de saliva e interludios de paciterda o paciera, o tos de paz, o el pan de aquella melancolía absurda sin paciencia de devolver el resumen de la calma a la cima del trabado horizonte que desperdicia la calidez, la queridísima derrochera que maquina más ejercicios para las tablas o el fallo de tal suerte, o casi del miedo sin ternura que no recomienda volver a meterse en la estructura del escroto con testosterona que hunde la embriagada montaña d

Aphóriope

Priori prioridad del átomo, del aporipé, o del borrador de violación hacia cualquier banda tirando el diccionario de cohetes y énfasis hacia el vacío, hacia pasados de amor y romanticismo, y toneles de labios y dentaduras despegadas de la cavidad, del útero, o la torácica de aquellos mitos y a la vez ramas desnudas de tramas y estampas intraducibles y orales como música de burgués que teje suciedad de señales inalámbricas de lucha mezclada con el árpope y las arcádias de los cincuenta como sello decisivo de otro impulso de pinza y dolor de patio parido con la sarna de sorrento y oropel  y vaginas y churumbeles como siluetas de gadgets lineales a la categoría de fluidez de hacer y deshacer algunos de los mismos mínimos de las grimas y pedos que cantan por si solos con el movimiento del error del faro sin rumbo como urgencia en el oscuro humo de ciertas noches que sólo traen murmullos e ideas hurgadas del ácimo acérrimo aferrado al colocón de adrenalina por repetir en las nuevas adquis

Izsátemas

Destornillada ceguera, o culpable de las ganas de dormir plantando al abrazo verdadero que recula y pulsa predecir con lo poco que cambia el dolor o las veces abrazadas a los consejeros o gotas de saurón que apoyan los hogares de teso trepado comiendo el ejercer de camándula y enfasis de tracón y fila de acéticos de mil vóticos recogiendo el recuerdo del disparo hacia el purgatorio que habla del otro yo, de dejar el cortísimo viaje, casi ínfimo, como olvidada apuesta de cartas de oxitocina y lados de caperucitos en tormenta indefensa del mismo caer desorientado hacia los tornillos de excemas e insulina para la cuántica depredadora de la otra muerte, o de la preginta interrogada con más disimulados vizcos que los poetas repetitivos que ciñen estrofas de adviento y las convierten en copos de aguarrás, de tíos, de truenos y más copos y más aguarrás de la de tigre y olores y trémulos deseos que se contradicen para abaratar el pésame de cada marsupial en forma de guerreo casi centenario

Sitolja

Mechón de alcohol, lapsus, o el contraluz de sexo que entra por la cocinilla del cuerpo irrelevante de cualquier adorable aroma a testosterona percatando el affair con las experiencias que batallan por comer luz en quince segundos en una cama con grillos y los porqués que cuestan excitar la auténtica palabra dulce hacia la desconocida sartén de pisco y soda temblando para decidir la mujer débil, la hijastra que decide el cerebro del escéptico pagano de ternos y multitiendas de extrangerismos vacíos de aire ñoño y calles teñidas de ímpetu, de cotorras y capacidades para fornicar con los delirios y dientes dentro de aquella alberca de espelta adolescente con perfectas flotes talladas a la madera del puño, de los estaños superficiales de melancolía y espadas futuristas para cortar jazmín y volver al tiempo de las extrañas trenzas de vacuola y cromosomas interminables de hilo o sudor como vencedores irónicos que sentencian el fecundo temor de zumos samaritados y ajustada ropa para el pr

Faltjedjo

Siempre queda descolgado de la pesadilla, descatalogado como aquellas poses de primavera en cualquier rincón del eterno recuerdo, de la piel incesante salvo el arrancar a la falta de oportunidades de tejer el rodeo de la atracción de sangre maltesa y frescura, todavía con el empaste de corpulencias y gomorra sutil que funde el encierro dubitativo, los trastos, los trapos, las tapaderas acariciando la inconstancia del candor del vivir atravesando otro juglar de finura y juego de adoración en el alto cielo que viola la calle y el patio y el material del solstico pajarita adyacente al público podrido de sueños sentados con una lluvia fina de pucheros que se monta en la nata como virutas de flor y un nuevo acurrucado serás, gritando hierba para tragar y notas tristes de despedida cuajando en los títeres de mano e hilo cubierto de canela fluyendo como una ruta de polaroids y lemas de vino en el estribillo acelerando siempre las armoniosas cuerdas del dramatópico que ya oculta expectantes

Hálaugda

Resabidas salientes de la rección en el fin, en cada contratiempo que abarcará los días siguiendo guiones de actividad en poses circenses y el cambio hacia el león, hacia el infinito, hacia la aplastante saliendo de información que controla medio trago de viernes hacia otro soneto marrón y barbilampiño de poca y mansalva fortuna o vulgar estrechamanos de madera de rompe edad en el tiempo de los excesivos adictos al trago viento y excesivos orgasmos de ilusión de igual en el cesar sin apariencias de nombres y muñecas de nune, de otra exploración coqueta que previene ya una más anónima con nubes y hurtos y de todas noches diarias por el habitado resbaladizo asomando el áspero vivir de ellas, de las caricaturescas sensaciones de vértigo y agua y contraseñas de tierras y lejanías de magia, de estellos de desprendida distancia para un quizás, o para otro agudo alomejor sin la claridad de recordar la distinguida morgue, el oleaje de ruedas y ríos que cuelgan sobre la dejadez que cae mient

Epokhé

Capcioso, en general ciudadano con papeles en la anulación alterada, tos, sosiego, moco y ganas de culo para saciar el cuatro de quince con el facesit de amor a la italiana con Miguel Antonio en la imaginación de otro tímido martes con todos los aceituneros a los pies del tipo de cónyuge frío y después silencioso extraño arquitecto de calendarios y tiempo de historia, de presión fugitiva, hasta otro córner del agradecimiento por el rasgo del párrafo bordeando la negación de inmediato, con unos labios marroquíes de base empatando en la mirilla del ciclo ulterior o de la posta toscana, o de cada casandra de barrales o una ele para fumar con el archivo del archiduque guiando nuevos preconcebidos espermas entre fotografías y nubes de parábolas y apacibles disparos de bolas para volver a jugar y a volar y a hablar con el éxito sin reglas de fin que desvían las mortajas de las óperas de hombres primitivos y plurales laberintos paisajísticos con otra contraoferta de filosofía de tiza, o con

Tafanario

Tafadé, lo aquello de no hablar con cualquier arteo segismudo, o tofo, o queso en barra, o peste, o los meticulosos dolores del desprecio, sin actos de comunicación o espesura en las intolerancias dementes de cualquier historia de hermanos o con algo de psicodélia anal o más vibratoria que lo anteriorpara cualquier luz de plástico o mente, o vida en vez de azules anunciadas en las vigas instantáneas para otro peso sin locales anunciados complacientes para roer y moler el momento que recoloca la puta, la maquinaria para que el cerebro funcione, la gasolina, los talones de hospital luego de llegar a cada mate sin hazañas de la corta y desgastada tarde del óxido contra la sorpresa que emplea los entes como peleas de gallos adyacentes a las disculpas de unas cortas jornadas de hazañas sexuales con una aproximación de onorano y libris y liebres tan bochornosos como la paga, como cada metro de pesadez bochornosa refugiada en interrogatorios cerrados a la publicidad agresiva, abierta al a

Yuanfen

Momentos de bañar el tren, el encrubado garabato de miel y denubios o mohé, o rambla, o buceo por la imaginación destrozada, encapsulada por las orquestras de luces y sitios del sonado no quiero que se escapa sin espaciado para otro aleteo, para otro comentario del babydoll o del closet que aparecerá de nuevo entre la procrastinación tachada de le fornicación tras cuantas contaminantes indigestas coletas de abono y karmacracia, o burruños de cambio de dar y tomar y volver a engañar con la misma hora pública o menos política que las últimas tendencias liando de nuevo el corazón de las exéquias que dependen del escritor automático que salta de máquina al plato de ouijas bajas o lentejuelas o cardios, o libris, o algo parecido a la responsabilidad fumada en tiempo de charcos y pinceladas con prioridad incontrolada y mitades de agendas, de pequeños contrastes en cualquier mudanza de experiencias y cajas de pequeñas noches sin yuanfen ni niños ni coplas para otro atrás desconocido sin imp

Guédeja

Provisto quinquenal o algo de guedej, de las cavilaciones que todavía lucen como otra plaga de ansiedad y músculo de grafito de pata negra algo jocosa, talludita entre rebaños de culos sin ropas carnavalescas acercándose al puñado de pienso para perros y galletitas navideñas en forma de calor humano desesperado para encontrar la hora de agua, las chucherías en presencias sin los lares tabú en porción de desequilibrio que paga otra pizquita de la ilustre pepernoten que agasaja algo de brete pura etapa jugosa con la que rellenar el trasfondo de conversaciones precisas de huecos chorreando sangre con pegamento centrado al modelo de preescolar sin el país de procedencia en negro, metido dentro de otros huesos de huellas de huéspedes como casi libertarios objetos de pródigos y aguas con tapones de esparto para el escape y rémoras y libros y tiburones de plástico para enganchar con la zarza con altivez y semblante sólido para velar con dignidad la cangrena de fondo en las profiadas fuerzas

Ganesha

Deva, ásula, vahana, algo de control muerto, reunido al fin de la plaga del muñeco casi ágil, y en bombeo por algunos frentes y faltas de estrategas, de hacer otro recurrente pensamiento frágil para que se convierta en ganchillo enseñado por el recuerdo de la lana caliente de la catarsis que sucumbe la mencionada entrada después de la variante del carreo en plus, en una de las seis gotas de manteca para el caramelo de sueño lento con el modelo electrónico de coser la máquina del tiempo hasta el momento, para volver al punto, al esófago en cuestión de arandelas o duras venerando las postulaciones del tibí como trimurti o las demás obsesiones de obediencia que hay que acatar antes de dejar el córpore, la hoja con el sello de huella escrito con el trabajado abrazo que preocupa casi cada relación con el sexo femenino que parece plástico sin cabeza, sin aquellos arcos de vajanas sin soberanas versiones del reeditar que parece un vehículo de reeducación con el varadá mudará en las otras co

Evlerimde

Evler de hablas y balotajes asfixiados e impíos aborrecidos de presidir como equivocación el fin de clásicos y galopes y canciones de ukelele y sesión de escenas abiertas de par en par a las decenas de radios y creencias inútiles e injustas para alzar más construcciones de besos y polvos en forma del satírico saludo al sol, al limpio carrerón que acompañaluchas de puntos calientes para el adiós de otra silla de manera violenta pidiendo documentaciones y gomas de media tarde para el sueño sigiloso y abundante que relantiza con la lozana seguridad de los superiores superfícies en metros y guantes impactando en la cama de agua y damas del puro y el atún, y el gusano para pescar las presas de agenda de otro equino del líder del vehículo hacia el bloqueo eterno del manjar en forma de tierra dentro del situado desnudo y suelto batacazo con más alcohol sucio y pueril, o evidentes capturas de varios tanques para otra revolución firmada por constatas emociones de la conclusión de desidencias

Cotolailo

Tantos todos, de haber la evitada punta del auto líbido coleccionable al óleo, al ñoño paso de adelantar los automatismos futuros y expectativas de hazañas escasas, o de una corta jornada sin comparar vidas ni las nenas ni las flores de regalo que crecen para aplastar palomitas del lado del luego sin dinero para la madrugada de caricias en la esquina de la próxima erección que no deja de acomodar el pensamiento retorcido de violar al pasado con más estrella en el presente que guía los bajos entre los labios de la imaginada contínua que ya merece la rápida adaptación al tocho sorpresa que representa la manga de la ansiedad, la manada de propofol preparado para otro trazo de vida, otro sueño de moscas comunes que buscan hadas probables pasando de la mierda al puro éxito de cualquier otro semental sin cultura de la fe que no encuentra agonizantes traseros hablando del comer el coto rasgado, inundando venas y vasos hasta supurar por todas las diminutas conexiones que fallan en los neurot

Hsleahigneii

Hslea, higiene infantil desde protagonizar el unívoco dentro como forros de intimidad y tensiones de la parrilla cojeando, sin el éxodo de jugar a subir el kimki, el ikimasu que ya no recuerda la sexy entrenadora de la lengua optimista y patrocinada por cada corrida de ensueño, ni con los nombres del miedo no acceptado como otro solo invitado al circo de los horrores con monstruos para entender como piedras sin sentimientos ni erecciones ni lampadusas de amargores y lípidus cuadreantes de lana como holdaje de horma para hornear otro orgasmo aireado por la respiración responsable del puente, de las mordidas repeticiones que no cagarán piropos de valentino, de la fuerza espantosa que separa el rabán de otras fragancias como la muela del code, o de las odas para arquear a cualquier sheryl y fornicarla para cocinar con sus veintisiete ventiladores rosas de juguete y sus balones de tetillas en la calentura depositada en los bajos del osea, o la huella que deja el rojizo teñido de pintaojo

Cbuardni

Marcas y distancias a la introducción de versiones de blindaje en la veinteava coeficiencia de los tipos de ahorros brutos, de incobrables y pasivos espías del agrado desde campañas que pierden franquícias y costes de coté sentados al éxito, al valor canalla explicado por la absoluta dejadez como arma de saco ácido sin sus socios emprededores que empujan el criterio de sinergias en quiebra por el momento sin horarios ni diseños para el sexo que vibra en conocer las vibraciones automáticas del potencial del ancho balance metido en medio de la primavera eterna que de golpe quiere otro tipo de crédito caluroso con las buenas veces de adelante sin mirar los hilos que todavía atan al pasado con cada mecedora multicultural de las modas de reservas de madera e incluso diseños perseverantes o desdentados caucos al fileto de la ignorancia como plato de entremés con las típicas luces que indican el recuerdo cerrado con el entalle perfecto de la esencia cáduca del otro ojo erótico en la talla r

Geofagia

Phagein, terrosa y creta en la masma o celulosa esmercida masa de neón, de frutos de gouazoubira o también osteos litófagos acerca del consumismo o a cada vez que equivale al permiso de la mandada, habitual de aves y sangre en los topos o platos de gusanos de tierra o de cáscaras de carrocarne para explicar el espectáculo del atasco sin condiciones de más tortura al ritmo de la advertencia o los servicios de los ahorros de eufemismos y sacrilegios en el mundo al revés del premio de impunidad o el vicio, o los abnegados despueses que fornican con la arenilla anidada al orto de ostras entretenidas en inmunes tiempos o pagos para serviles ancas del barbitrúrico con otras demencias seguidas de la maldita obsesión que controla los contrastes de imperios o nauseabundos, o sin garra de estampar cada llave para progresar, o casi a la doble función de la platina que se acelera con los nueve milímetros, o no sé si faltan cinco para reir del acierto o rescatar cada copa de birlocho como gordo h

Limerencia

Díganle cita, o chotis, o limerencia, o alga para observar con tintes y pestañas para este espacio que comentará la crítica abrazada al beso, o a cualquier pesadilla antes de limar o rotar las descuidadas casposas de treinta y seis series de stabilo máximum, y la incompleta vana, los navíos de novios o las autoaydas para la labor del desamor acumulado al saco de lodo como el maldito punzón para capuchones y límeres y cada lavaje con precio especial, o con las rasas de rareces que volverán a evaluar los daños, los tiempos, las vampíricas calmas sin ojos ni escalofríos de reducción o historial, o algo parecido a un hongo sorpresa con los afrodisíacos del pedo, y la rutina del momento que no existe ni pintado en crayon, en rútulos de acera, del otro mentor que ya no se esmera con forrar otra vez el nombre del discípulo que contempla como pasa el miedo y lo deja para otro rato, para otras argumentaciones con más sentido que cada paleta de este algodón, o lo concreto, o las enaguas del ga

Iterbio acetileno

Tileo, tiberio de irtebios y hartos patinajes de aliento a cologne o frívolas ocupaciones del acetileno femenino que odia las ruedas fijas, la goma, el goma dos de la cabeza potente que no compara con las piernas que dejan de funcionar hacai el futuro túnel de restaurantes y metres e iterbios de tiovivos desde el puro deseo de volver a ilusionar con las supérfluas teorías de que habrá un trastero real, para dejarse vender por cada ampara de parecidos, o agotados o repetidos puestos de quejas comparadas con la ciudad solitaria que se hacen insoportables como cucarachas y polillas que se encargan de pudrir la piel, la hipnosis de la dosificada adrenalina como otro coco engañado o roto, o el mismo que se podría de antemano pensando que sería posible comer de la mamadera embalsamada con espectros raff en la enésima falsedad de conocer cualquier verdadera media naranja o más amigas que naranjas con fruta y fondué de chocolate y cómodas algas de pétulas que siguen pensando con el glande en

Princesos y chochones

Mojan los descreídos tétricos, todos los amateurs de interiores y faldas de tabernas en arte íntimo contestado por las voluntades, o la fotocopia del look sin brillo en sección sencilla junto a la mezcla empatada con la pasiva agridulce esclavizada con la salsa enaltida al ensayo de las blondas, de otras paredes preocupadas por poder ofrecer el milagro sentado en el tejado de la localización del príncipe rana enmedio de lo que la naturaleza cumple diferente, a la hora de la involuntariedad de tejer los dispositivos del trazo de feria, o el gozo relevante de separar las pautas de los polutos para volver a dejar las bases de la impaciencia que dicta el dolor atroz que tiembla para hacerse con el poder del etérico de mimbre sin saliva que decide la fuerza del fuera perceptible que no puede encarar las redundancias con todas las comillas y contratos y convicciones de prespectiva, todas a favor del horizonte desleal que cae incómodo para los que no hablan de petar el peinado, o los rizos

Forelsket

Durante canjes platinos de canastas, de inclusives tocamientos para controlar luces y sonidos y la intensidad del agarrón a la nalgucha o al bolo experimentado ya para definir alguna anterior propuesta de no volver a vaciar el engranaje que rula sabor trópico de típicas ranas que aprovechan el poco intérprete del dios, y del magullado cabo, o costal típico que ni se acuerda del sabor único a pasta, o a los varios algodones de relleno para los calzoncillos sin retoques de falta de ventas ni períodos de sequía, o de vendemia,o de seguir el descontrol para la coordinación de desbocar el porvenir que pervierte los dioses dulces y cualquier alumna con ganas de nardo, de enfundado casquete cuajado por la fuerza del aire fresco en sanación con dimoflax y otro aparatoso laxante como medio armatoste casi ocupando los complejos compuestos de miedo y saciedad que no ocupa la persástia de la tripa, o del revisionado retroperitoneo que sabe que se curará del todo cuando encuentre la estabilidad p

Balut

Los reconocidos dulcísimos, menos poniendo de relieve el momento que se asoma en la inminencia de las angustias flamantes con orden perfecto y vestigio sólo con voces lejanas y veces y murmullos del congénito en busca de otra sopa de cariño de carne y hueso como dormido, o tierno episodio de vuelta a la calma de las camas, del sexo de no saber si el huevo fértil es de avestruz o de caballo, o sopa de almendras y baulaut hablando de capitales y otro vasito de alcohol en ocho milímetros o zumbos de más zambombas de rubias para cazar la bandera, o el palo para otra verga pudiada de latas de dedos o nenúfares para decorar las colecciones de movimientos y el puente para volver a entrar en el ritmo de varios hilos de exploraciones de un futuro turbio, o de una negación rotunda de chispazos y ya muy pocas esperanzas de encontrar la ventosa de la loca sumisión con galantería de copia, de la rapidez en la que se acaba la porción de cualquier orgasmo femenino que no se sienta en la sesión del

Jbfhhasdg

Buretrol, brúa, brazo o razón del yunjae de espuma en vez del esperpéntico vecino para reservar la zíngara, o los airgam con el significado de galleta mezclado con las justas proporciones de harina y mentol de segundas teorías de la época del power, o la tapada sopa de yerta que escribe otra vez las miles de experiencias eróticas que vuelven a recaer sin recambio de repetición remembrada con el mismo lenguaje que el comprable, o el auténtico culpable, el asqueroso profesor de la materia que controla la neurona del fuego, en masticar con la libre necesidad de generadores de vendas, o diferentes bodas con kodak más tetenal, el revelador de todo lípido, o misil de lejos en espiar otra vez la testosterona que derrama al golpe de efecto hacia los buleros y guitarristas de saco documental hacia el pasaje del carmen, del recorrido totalmente diferente al actual dice de las mudanzas hacia la tocada sin mirar la última definición de vida, o mente importante como tremendas descargas de adrenal

Fazferir

Onoma promonial, del estar en oeste tango afrontado el interpretado en la intemperie silvando con el bandoneón en cualquier nalga sentada en el quehacer de la feria urabá de antonímias y autómatas como en botica de programas de memoria extraída del sobre cómo para saborear a nivel de reactivos utilizados para forzar la faz, los habituales fagocitos del habemus que jaspean la encuadernación de cada encuadre del frame opuesto al restaurador de desventajas y el sag del archidoc que se impacienta por volver a tocar culos y a poder penetrar la red con otra transcripción sobre escrituras de terreno y átomos de ica, de dúbiols entonces misteriosos y canosos y endebles a medio maquinar con la rienda en los máximos topes en cualquier quilo de darling con diangeo o senderos de autor para aguardar el fango insondable o los garabatos de la insección en la habitación enferma de otro tipo de comisión melancólica y decapitada que refleja anudas pálidas que ruedan para empelar lo más profundo del si

Esmegma

Tan poco como empujar extremos para ella en cueva de desnudar el hambre seco y cortado con las pinzas de tender imágenes de laboratorio perturbada por pesadillas de no poder masturbar el clítoris querido, las aldeas pasadas de gerb en un nuevo canasto cocido para hacer cachas y ranuras de la madera y una noche sola, mullida por sueños de viejas pieles de las necesitades de beber la espelta de un círculo de otro mundo recordado como esmegma capaz de copiar un cielo sin espíritus ni el haya algo como cuento, como impensado orgasmo de babydoll y chámamas clavadas en velos enterradas en el orificio de oxígeno junto a la caliente concha depilada, la curva que permite cambiar la operación de hueso plano y cerebro de antorcha lleno de aceite para bascular el acólito, rápidamente aterrado en la docena de trazos onomatopeicos de sangre limpia y mentiras preferidas por el estímulo sexual de no miedos de cerca y atardeceres para otro caldo de bebé oso como marca de abrazototes y popotes de plás