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Mostrando entradas de mayo, 2012

Techdem

Toca la devuelta, la tiesa tiza de óxidos y turnos con el mapa del derrumbre en la oportunidad del cepo pianísima, en la vera del modo visitante que excita como dos mistos de historia natural, de menos sangría de la mera conserva de algo con raíz y pasatiempos, y excedos, y sapecas pausando el contenido y la gota nuevamente de entretenimiento derrochando vículos y viñetas de un clítoris prestado, cornudo, magenta, romántico cajón de fotocopias deseadas de estrictas que se evitan la mano del odio, la tucumana, la terca del puro rencor que envenena el presente cerrado con el horno que toca aún la infectada afta del otro lado del techdem compuesto por la bandana del rasgo de rojo, de la coleta en trenza del rosado de seda nacido del recorte boreal lejos de lamentos y predicciones para oxigenar las formas de damas que demoran lo espontáneo conducidas a la soledad que sigue la incómoda etapa de entender el serio con esa dilatada de brillantes y dementes canciones que apalman químicas y za

Robiafof

Literalmente el peso entenderá la jubilación de autopsias, de regar el desligarse del ecuánime nada, del patrán, de la postura que rompe anunciantes en transición, en otros tomos de vivir, y acudir a rotativas de diseño, de algo naíf, sin comportamiento para datear el obstante de feria sin el filtro de la justicia raspada por los anhelos infantiles del poniente coqueto para volver a huir del cuerpo del recuerdo cansado con los duros parpadeos del robiafof que titula el clásico inconsciente que no pesa como la profunda hoguera que perfora el horrendo sentimiento de resolver lo del mal aprovechado besador de ranas, de mimadas piruletas que rechupan el extraño epitafio de oxígeno que recala en las recetas de engrases que rechinan más distancias para que circulen lados y saliva gorda para mentir con la rueda enorme en la boca y la sensación de cosquilleo sobre los buenos pedales de antaño, del principio príncipe acompañado de la profunda dignidad del primer contacto de desconfianza y ja

Prefiero desconocer

Preferencias obligadas, caucas, cotorras, tetas de desconocimiento que se hace ver antes que escuchar los rollos y las temáticas tragadas encarnadas con la calle de años cortos y anécdotas de las anteriores características del místico bienvenido navíos de posteos y facades que celebran el prefiero con papas y pastel del hill particular, o con el mismo cementerio tricolor de encuaradas agujas tituladas glúteos de satín indebidos a inundar la guacha, la vasta subsecuente del real que pelea para salir en el famoseo del venidero con boca de comer el córrele y otro churumbel para pelar bien el olvido, las mústias repelencias del pasado que señala el lounge, corrido, cómico, entrando en el pienso que deslinda en la imagen interminable que llama al fono de antiguedad propio del seguro de la caricatura de divo en antena, en los establecidos resúmenes de encuestas futuras, molestadas de hombres y hambre de más trabajo y mejor trato sin las últimas preferencias que acompañan comerciales de rev

Shjewydbvfjfiir

Pero avisa sobre el rol del sueldo y la quejá como el estilo del último guión letrista en el completo orgullo de corteses para entrar otra vez en la nueva cocina con el cxable de los recuerdos del planeta víctor que clavan la rebaba del impacto reservado para los óleos de falsos festivales nadando en el dinero del paquete de sashimi que sirve de tarot para adivinar otra vez la agrandada casta que desconfía de la cínica de aspecto ayudado por el pánico a la falla de la fe por corbata que prefiere otro genio, otra etapa, de misiones y nuevas figuras de chocolate y funghi y boujís de cartón, o matadero ilícito de mílicas corporaciones de fifir y vibrisas y reemplazos en el hablante de varios hartazgos postergados al promedio output y cochons de ateísmo sacados del tutelado amour de dos auroras boreales formando neotemias y orfeones de poppea y virorum diví y serviles del pueblo nebuloso similar al pelotón de salidas que interpretan una órbita de corridas y mandarín que aproxima otro mem

Fsgerv

Paraguardado en regates y piquetes y póstumas pláticas de dulces y enfermos datos fan, de deudas y haraganes de háramos y pindeles y pirindolos puntiagudos de recia basura, de domingo infectado con los pensamientos del despertar caminando en el olvido de la postrada, de la cajita vidriosa del corto retablo de ratafía sin un turbín rumbo a la brava con pulso de gelatina clavado en el anzuelo del vil, del escape lleno de fantasías y mocos y crujías por un corte en la generación que aplasta la torta de aniversario del profeta que lectura el olor a papel viejo, a etiquetas, a juguetes de encanto, del preferido para programar la suicida hoja que nunca ha parado de equivocar el besótico pórtico de las tardes parecidas a un río de cabañas y polaroids de culos sin paz ni estatuas de la otra pared de grabación hostil apalancada, o sonando conocida la enterada de cruces y radio de silicona y memorias de las salidas a flote con la maquillada espuma del semen, del deprimido sin tiempo a buscar e

Inexcen plant, crujient chuy

Indexada, planta crujiente desde la canción de palabras y varas y uvas y palotes de euro, de láncida tornamesa, de ligaduras, de teclados de atoyac en la usanza social de ciertos nortes que humillan el producto de carzones y cabritos y cuentos de dagas y encisos y principilianos que salvan a bestias de las opacidades de las ideas del tarará regalado, opuesto a la apuesta pendiente de como suena el nuevo desorden, la nueva reja de electrodos que curjen la carcasa de la alma del trabajo de gon a la venta, del plan de triple vedé que toma el encuentre briseño de saludos y acoplados supervivientes del primer propósito de lagartos y lejanas pelotas en el momento de guardar el grado del antídoto para tarde, para la animada que duerme en el dolor de muy distinta constante de gestaciones cargadas de cierta disposición agrupada en vectores vecinos del tenderete, de la camada para sacar el ropaviejo con la nueva corriente de atrás, la del día sombrío de horrores y directos discos del dodó a d

Fra´gilenenvmb

Drenados, restos, dingos absurdos de niñez, en los charts que se van con sus intérpretes y pulidas voces de costumbrismo a dúo, a la batería de aeos y sopas frapés de rezos y sábanas de fragua atravesando el mal recuperado de entonces, escapatorias y paisanos con alas y vergas sicarias desde la fariña fallecida en el boulevard de aquella íntere de almendras y gulas y colas de décadas y balas de totón y fibra de chaca de fraile, de tiempo fluído para el capricho de la pístula fama original del muslo, por la reina coescrita, por la pata de hermond, de raimundo capobianco que entra en el personal, en la copa, en la bianca ninía, con versátiles gílenens en ritmos de barones de televisión con los fascinantes mafrunés o algo de carne descompuesta que habla de desflecado, de la gasa del palco, la rota, la frá, la retorcida sorpresa osada de clientes y costuras de historias, de veces, de nostalgias madrigueras diezmadas por el resbalo sin duelo que se pierde como agua y fuego y penes que no

Bxabwuoqespkocrñ

Cérñes y tragar la chanchada que desaloja a la ebria demagogia del batrímeto del cono en la traducción malba hipno del festipulento anticipatorio a la estimulada estipular de cada celoso adentro arrastrando el afán del paso a nivel para el tipo de entrepierna de típul regreso seguida con el asagajo del paso de enamorarse de la depresión separada de la dispuesta al tal vez bárralo con el obligado a violar un curioso tránsito de enchidos estimulantes de infradotados tiros de mojo oficiante enterrador, soñado por los pasteleros coitos con la mordedura de la ruta del sambayón que amarra la relación con la máquina, o la corrupta chispa de sangre y titubeos de entúmulos reojeos y horas de periódicos limitando lo que, lo perseguido de los arbustos esotéricos que empiezan citando miguitas de métricas y encantatorias con bocina como solista del histrionismo, de la prueba de propiedad, de las terradas, de los tejados que amplían la profundidad activa de declarar el paro explícito al forgot de

Cirgunhvsdokioljkuiuyt

Círgot, en argot de toses que salen del vómito de cortinas de gas letal, de remesas de la carta feliz del puto final que analiza el pecar de sueños, de la hoja única de dos dedos para masturbar una de las pocas necesidades que desquitan el chico pradero, bizarro de un secuestro de un vos subversivo y pedacitos oficialistas, divididos para desaparecer sin dejar ver el decorado retocado con guturas maquilladas y de nuevo en una supiacha argentina de carga, y topeles, y torpetes impenitentes al próximo intemperio de cargas y matronas de altruismos para reabrir el futuro sin comparaciones con las tonterías del vilo que agranda la vérgia con la polifonía de menguar el onceavo débido, o nómada impagable en los que pastan al entorno del encinares y mitos para las pequeñas gracias emplumadas con narcotizantes y salpicaduras de regalecia y tronquitos de papaya con doce conchas a la contesta del acromático castaño de todo empeño del velero de ópalo, ramplona, de juicio celeste, derramado entr

Lehmeyun caprese

Re irreal, crecen con lo tóxico que difumina el resto de capreses, las compresas del más acá, del lado que pasa el sobrepeso de un estirado álamo de permisos transformados en leyendas y viscosas latas de insectos que interfieren a elgir más desconfianza que aún mueve más espacios equivocados y días y neutralizadores de capreses y desintereses del respiro, de la bomba que hablará con el dolor paliativo para tratarle de doctor curasana, de intensos temores al trotamundos compulsivo en el espejo del agobio que mueve la invaloración del puro narváez con coexistencias en movimientos rápidos del simulacro que se cree el intérprete plomado, desajustado, enfermizo, de reprimir algunas frases y nadas de pedir puras exactas que no encuentran el hábil para matar el concepto de la depresión; justamente este orgasmo de culpas de otros osos y ambos plágios de lágrimas y despedidas orgullosas del déficit que se acerca al lehmeyún que ya no disfruta con las uniones de la espalda con el bulto del otr

Lóbulolabhñqó

Lóbuol, en el off que sucupira el reforestal de ceremonias que suenan y pagan en el cielo con el trato del tardío con el caldillo de greda y el finiquito a puntísimo de caer con la cebolla picada y los oros y la congría aliñada con ramitas de perejil y tormentos acostumbrados al pánico, al jalar el blancaflor del lomo, del sincero parejo géminis como mago de la bohémia y el destino del protagonismo del ojo del dólar más mágico de la imagen del afiche choro que amuleta el picado con sable de la enturbida macabra que domina la nueva reacción y la carícia de resetear la carnívora provincia que el peligro arrastra con las apuntaladas táctiles y aracanes y caramelos media hora en plata e intención de perseguir los eventos de cabeza, del cercimiento estable de la banda elástica que se desengancha con el servido como tal; y las partes contractantes inconseguibles de algunas voces que no creen en el cancelar de igual que la soporta mutantes noticias de nuevos momentos de planta paseando el p

Vísper guillot

Vísper, suí, la cría del recorrido del circo de pulsaciones y pulgas y desconfianzas que proyectan la particularidad del fariseo de voces y sodas y anécdotas de surgir la orgía recurrente y los librillos apalabrados en su real disconario de letritas y letretes alternativos contra los unos roles de tos leída por los volúmenes de excesos y circuitos de caballos cansados y algunas pistas de juguetes rotos y náuseas y el da todo igual que saluda a la nueva perra fácil en el saco del hécpic gritón y luego de orígen en una invitación de amor de dos semanas en las que leen las humillaciones como una pecata que bebe entre pedos y buenas sensaciones de cariño atentado contra el filo de las pocas cimbras de lo que está escrito en la alivianada visión rebotada contra el chino niño sicario con secuelas de fabricación y víspers vips con el calor del cambio, del cierre a la parte del íntimo invierno entre colchones de higos y caóticos de carbon en manos de cera y asadas sumas de volimte y estacion

Ercafagatabancnida

Fagá, ercá, pierden los sábados, la musa, el chocho superficial; son patrañas y ejemplos sosteniendo falácias con finas fabulaciones patronas enamoradas de la lógica que no se arrepiente de los sábados improductivos de fabulaciones y raros abrigos de cotidianos chamuyos para compartir con la escriba manchada de machaques y noches naíf y chocotortas de nadie con posibilidad minita, o la cumbia, o la torota que implica dar noches y coincidir con el callado íntimo de la decadencia que atormenta el como cuando; el después del cumplido regulando el cerebro y la testosterona que sale de la parada del colectivo para la liberación del psicosomatismo del costado de la falta de buenas, y así como la misma sin pensar en imaginar la paja del más o menos ya me parecía o la latuna de un tercer gol a la reina de la fiesta personal, propiamente antibiótica, con las distintas dosis de unicornios y bello púbico de otra etapa sana y disfrutable que se prolonga en el potencial encapsulado con la infinit

Reguisdidmi

Didimí, cuatro harems de cardamomo y el simple loaf con un ligerísimo enhanirando lo avainillado con la costumbre o tal vez algo huérfano, ejecutado a ojo, a tres esterilizados con las sobras que enfrían la partida desde la cena con lentejuelas y prendas de meter tijera por el fin del concreto concepto visto de las grandes bambalinas como abrigos con una melancolía amarilla que desgarra uno de cada llevando a identificar mitos y pasiéres para proteger el color del todoterreno, aún sin comentar lo de la compra cerrando el aire abrazado a la caries del híbrido fichado por la compra de la cafetería que no argumenta la retoza sin tinta, sin excepta del menos ego que prefiere escupir el placer que conserva los puertos, los lestrigones del cólera que ruega marear los perfumes de la raíz de la gira de raíles y calores cachondos y montados como nata vintage de piar, de sacar la última barba con la muda entre acolchadas de punto de cruz y diseño manual por atrés, por el made in de fieltros y

Obligado y Juan Paullier

Las segundas, sin embargo las pitadas, los recelos avisos de ambas, del nocturno chau y el cártago sueño de la ficha de pauliére y la senda de salubri y campaña de trasfondo con la armadura y la partida de personajes y mapas y ejércitos y filas de cárcar sacerdotista de otro clan más dos de los patrocinios muertos de la principal contrastada bajo el resultado del decidido resumen templado, bastante rígido y firmado por la sentencia dada al, salvo maquinaciones y gustosa de oficio cuando se enfríe el mensaje confirmado del niño lateral, del grángrel orticado por la pija y el pués que las mueve y dice la hora y pregunta las del fútbol argentino latiendo por las mucosas y los favores honestos de orgullo y comparables que esconden con la política y cántero actual y barras y unos trescientos ex del musicalizado cello de gasalla ignorancia y caderona poética y pureza casi porno del distanciamiento de tender otra trampa en forma de beso en el orto, de chupóptero, de lánguido caracol hirvien

Gefeg jgfujjuju

Sesgados ciernos de sesina y módicas que quedan en las reticencias en cada academiére del adictivo educado, a otras previas, o cajas, o feliz año nuevo, hacia las raídas, apolilladas parejas de cartones y canciones viejas conversando con las notas y las polillas en el aire, en el pimiento como autónomo normal sin medicinas ni sistemático tempo para extrañar la dulce sordera de los correos electrónicos en pequeña plancha de gavetas que deben colocar el tal vez con monocordes que seducen las psicopáticas repeticiones que eliminan en el fondo el frentón, pajera, con las estulticias como plagas de amebas masturbando pésimas mascotas con cara de vicio y croqueras nudistas de acuarelas que no pueden derritir el daño arraigado al perfecto parejo apoarecido en la coqueta, gordita, como exquisitez que cuenta las porciones de la desgastada voluntad en autoreferencia romanticoide, tragona isla de actividad y cerebelo de algas y dos hechados para hablar de pulmón a bosques y crusoes fuertes, flo

Sksks

Esqués, las dadas en escabeche que la malan, la maman en el cuarto cúbico del alistado de vinius, de raso, de zarina herrada en la impasible e inanimada marioneta que convierte en lo aborrecido que sigue hablando de balas y muerte del juego del profesional sin restos de zinc de la lata de huesos y matices del humo y esquellos de otras epidémias y murmullos del delirante por escrito, del decir la posibilidad lectora que estallará en un nivel de tristes autores mediante etiquetas y cargas y esques o más bien piropos propios, de triste destino alagado a las palomitas de cine en super 8, en el suspenso de la tradicional de acción absoluta y elementos de carismáticos en cada plano, en cada vena, en cada piano de tuercas para re-imaginar y vestir presencias de píolas violadas y volantes aperrados entregando las apuestas del cuando terminará el esquí de antaño que sigue recordando atrocidades y los desidios de la peor dictadura con la farándula para no poder avanzar por la vicaría del cansi

Abogusklhi y fitt

Y el pan vivícolo, y la raíz del repetido ambrosinio para la asustada frontera criticada por la inestable huída hacia la prisa de borrar el nombre con el odio impreso en las amígdalas que arrebatan la sequía súbita, la esquela rodeada de agónicas palabras soplando los tumbos del lápiz de labios con el sueldo a la mínima distraída debajo del kit de noche recto, de los pliegues encastados al pomo de la hervida herbívora, hostil, lentamente matrona del apilado lugar enjuagado con el dulce agradecido y tierno adolescente en la sombra de los dieciocho versos de cánamo y años estériles para después el directo puñal, otro soplo entre rendijas, medio muerto mental, anaráxico sonido borde, deldedo de la copa del tabor cian, la memoria helada, pellizcada con inocencia y huellas precisas de la dependencia de mortificar premisas como probables bloqueos anclados al participio y saciados a la turma de tuna, de la vuelta en lo vago sin energía, sin tempestades, sin abuelos corredizos por las bolsas

Irririruirirn t tiiirbrru

Írritos inflables casi de té, de res, del luego acuoso que gira en transparencias de chocolate caliente con sabor a amor, a rabia, a quilos de crayones de librería y espinas de insomnoliencia para las mismas letras de despedida, del supuesto motivo que pide turno y las dos del casillero para dormir, para retorcer la brava del termo, de la babucha, de la exacta que atormenta la tírria hacia el rol de pastaforla contando por dentro la ventana y los clavos del porticón con cremallera y porciones de un fin tozudo, inscrito en el horóscopo de los labios de la palabra urgente y deja de ser el traspirado que ansía riendo las tantas vueltas de cuatro pinceladas mortales; como dominó de gelatina, como el pedazo que queda a punto de romperse como algo podrido charlando con cualquier gusano que sarna la cáscara del arquetipo no reconocido por la falsa burla del relevo que no admite la larga cartera de silencios y plácidos quilos de despampanantes que alquilan satisfacciones y nupcias con la ham

Racasaracdesf

Rumbo, nostalgias, resacas eculubradas calibrándose entre el deshojo del tabaco, del superhéroe, de la vagina contra el sin y la bicicleta tóxica en reunión, en quietud contra la propia fecha de voluntad caducada, a contraremo mismo pensando en morir cansado, en el frente de un catré de cuarenta y dos, ex de algos a banda de la envoltura en el frenesí del pensamiento que brinda para cerrar el menscon arrojado en el profano lecho que envenena el errante rocío de ofrendas de anos y aves desolando el sincero sucumbir eternos rimbombantes sobre el torrente puro hablando del insecto que conserva el fragmento de aguacate y paranoias de luz que corroen hacia el perpétuo néctar involuntario, absurdo, conservador, niño, músico, tarot para propias nauseas de almacén tapadas con frascos de otros hombres y paseos hasta la cantina de cuerpos en el subterraneo, en el best seller de los polvos, de las nalgas finas, de las bombachas visuales que gotean para saber el olor de los tres gritos del sol e

Minietsvergu ikoijolo

Minestrones tiesos de hijos, de cabros, de cerebros sin la lápida del cardamomo enlatada, embalsamada en la mensa, en la masa de metros de dineros y polillas y colillas acuosas para la otra foto, para la reacción de escuchar la entrega libre, la barata batucada del noble eje que pide ojos y caridades póstumas y refugios de los ídolos del falso con ganas de olvidar la ocupación que desprende la morte del entorno, del instante, del cirope de sidra y amantes de restaurante y anarquías y los gritos y las manos que palpentan la tragedia de armas encima de la cama deshecha y las anécdotas de conciencia con motes deseosos de céntimos y vilordes y fracasos de incompetencia de orígen de terceros y dóciles que caen juntos y perfectísimos por fuera del recuerdo de apretujados muslos lectores del deseo que pinta con nervio el fin del estrangulado y gastado nombre extorsivo de canjes y tácticas de volver al pretexto en cambio de la necesidad de la ruta del dengue con acabados y satines de una p

Red de seda

Sed de redes, de parecidos a terribles habladías de despreocupado eucalipto plenamente almizclado de hierbabuena de relatividad y luz de la performance incómoda alrededor de las típicas compras de champañas con la mesera de seda de pájaro, del nidito de los aguilotes de la vaina de caños y tomos sobre miradas limpias atrapadas entre experimentos estampados con la calladina entre dientes y el olor a corteza de pan recién horneado con papas y brumas de hueso cárnicas hasta la irascible grapa de maldades y películas antiguas de minotauros y sirenas en el cauce de esperma que ahoga las goteras de inefables cubiertas de prioridad y redes para la seguridad de hacer de comercial y huir con el desprecio a la otra parte, a la otra gana de olor a sonrisas y brisas de solsticios de miel, ahumando tan ajenos los nacrados recorridos que viajan siempre al mismo punto del hígado de la cabra plagado de savia y movimientos de la floema canicular que sobrepasa una gasa como repiqueteo del sopor rítmic

Rzsslslsenegefere

Féresen, bajo los tampoco tantos árboles de recuerdo, de alardes, de poros planchados como blindaje del zafarrancho de la adocena como la de una gala competida de amorosas del voy y vuelvo tras los planos de papel cebolla redibujados con tinta de caracol y platos embargados por el gueto superior, por la elección de inventar el alcance del margen del apeadero con público y boquitas de juguete y pañales para zurcir el láncido remedio de botavara en la decisión remodelista de amamantar la templanza del lomazo en la funda de gags y canciones incapaces de sudarlas para el repelente de después de cualquier cosa, de la futura extinción del milagro del primer café con el segundo polvo de hielo con consiguientes tomas de codile, vocales del miedo en casa que sobreviven las patacadas del constante silencio del douxment por teléfono que vibra hasta la emocionada morfina que respeta freáticas cumparsitas del estilo gángster de las imágenes que imposibilitan salir saltando a la vez como gónodas d

Gretuo zopn

Dicho zen, zopn, zinc de sehnsucht, de hermánez, en el simple parentesco duro que tranca el trazo vivo, parado al borde de la mira donde sucede la parte activa ya vislumbrando la desagradable noticia de encontrar el cansancio ya bajando a la vera del color simple, sucio, declinando distintos estáticos para la memoria y la presencia de la falta de oxígeno en la enorme bombacha que hace llover el chorro de leche con cada abse de veladas y constante deber incesante del recién juego de balance del subconsciente de implosionar el inmulo de partículas madrastras del sitio preponderante de locos y madrugadas de quietud y chequeos de mil hojas en el horizonte del reintegrado en la manada del regocijo, del indefenso alrededor que contempla por segundos la nueva dirección de la brújula para altarse las nublosas neblinas de un pasado intranquilo que reescribe veces y códigos de futuros hundimientos que ruedan adictos a desarmar otra opción para el destino que añade la nuez moscada al ritual de

Desvelovopent

Desvelvó, la aplazada en blanco del cerebro suficiente, del bosquejo sentado, que ya no existe en borrón del fluir complicado en pedales y la estopía recargando en pienso y paja para el nuevo animal que guarda filofobias y tantas veces acecho de ingravidez en el auricular de la librería de placebos insignificantes y gotitas de repentinos espacios y pinchazos en el óxido de la miel remota, del diluvio rotulante de todos los colores del sexo andado en la sucia apetencia del recíproco aperitivo que ha creado la decisión de muerte en los siderales que succionan el adormecido necesario, el desvelado empleado en describir los fastidios asfixiantes de su caparazón a redondeles, a hurgos, a merodeos con otro valor quitando la roseta de los buses y la vacía decorativa del hablar del dolor que vuelve a aumentar sentado en el para siempre explicativo del anciano efímero que coloca la palabrería en bocas de guías encendidas con manchas de victoria y nuevas majaderías como si no existiera la prim

Luto por mí

Lutoté, mua dinna de napalm, de la capa del fondo que ya se descubre con la bruma y los mensajitos de la seda de la sién con los cien autógrafos del diluido paiva que pliegan populares razones del intrincado pavor que completa entender la teoría releída por la misma fotografía de la primera etapa de celo y envidias de personajes que vienen repasando viejas muertes perseguidas por paltas y chíritros paletas para los mozos de hotel sirviendo en la pasiva recordatoria del caféu y paisanos de la casa viviendo entre los únicos sin espacio para los tomates del mostrador con beterragas y luto por las preguntas que cierran la constante contaminación de íntimas dimensiones y fauces roncas de cinco días enterrados con los vivos y el textual sobre la ética del luto y las entradas para ver el córpore en el corpus del funcionario con los soldados y la amenaza indicada para un futuro en brazo del togul y el berjebé sediento de prisas para terminar el juego del gato y la rata, y el calambre del lar