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Mostrando entradas de 2012

Vildabieda

Vielda, de entonces, de la enmenda emoción que calcula la anticipación de la mezcolanza como natural, como subtrama insertada en la vehemencia de volebat, con un toque para descargar la sala y repetir 450 entradas para el teatro de bolsillo, de grandes nombres como ex futbolistas y unas cuantas versiones del engaño con tono de humor similar a lo inestable, de temperatura de plástico rozando el pertrechado del libre pasado, tema como los otros porno que deja lo ocurrido cerca del carente como aferrado a la cúchra del cable de dieciocho trastes aventajados de mangas sin cuerda, sin el pececillo de la carrera de biólogas y cuatro muñecas de sexólogas para el arte de masturbar la galería del cincel ilimitando el tradicional con cualquier especulación de nervios y juegos en capas tantra y kamasutras y conversiones activadas en el desvelo de la génesis, de la tierra de nadia adornada con los pasillos y papillas de otro burka para los cinco sentidos y la preparación de la consolidada y reac

301811219213438970987550966432 Bulgary

Vulgar, yema, tilde de descanso lácio, nirvánico invento de aplicar la baba en el teclado para variar la posición del ajuste en ironías replicativas y excesos de pedidas de mano a la nebulosa rejuntada con la tatuadora voz del híbrido que despierta los brazos abiertos del tampax si alas de safari, de tanto divorcio al punto de filtros y patrines e infinitos poemas de obstáculos frente a otra marcha de dejar el brillito en la falta de ante, del calíope con la pólvora en la muda de verano infectada de volanderos e inertes héroes del ojel del espacio abierto por comensal, sapuso, aceite y cuarto, aceite y medio, y medio chorro de caldo, de novio de risas martirizadas con la mala vida salpicada con el esperma de la gutural vuelta, opaca, das XL, del kilómetro de floats nadando a crol en la historieta del saludo de inicio que desgasta lo dúctil en el pelotón del nelo, de tercera rural y capacidad con marchas de inaccesibles tampocos que no suponen de referencias ni ruptas del casi sentir,

Bretsuela

Cercas, bretús, recintos de primas, aforistas, de calcetín y ambigüedad de sueltas discrepancias de la interrogación de cada generación de pléyades alrededor del virtuoso vengo con gran ímpetu del peligro vulnerable al efectivo susurrado en la contra de los secundarios que golpean la historia jubilada de trastadas robadas, frenéticas en díscope como atrezzo para las habitaciones sin las reglas que oren para la entrevista de afuera hacia la única suprema de pensionistas y pasiones que comen el morbo de la distancia que ya no conoce la marcha atrás, como tal embarre de alambres y miradas perdidas hacia la llamada del nombre, de la provisora sicindela con el milagro del eterno nivel conveniente que cuelga del gusto sarnoso, del alterne mastodonte, abierto a todas fugas que recalan en otra piqueta de megáfonos de la misma forma que una bataraza de corral, más atenta de detectar seguramente salidas y cargarlas de regar el carnaval de peores diminutas sobre el balde del truco, del sentido

Kisdredara

Kisserd, besito con codo y todo lo anormal de las velocidades del deseo en placa y disciplina de currículum perpétuo y nuevos nombres bastante presuntuosos de obedecer y mismos, visibles, mínimos y leyes que acompasan cualquier punto del recinto de la cáscara de baño y el espectacular foso que pone en evidencia la posición del disfrute de ahora que no carga el crescendo simple de la directa habilidad con la mitad de la sed de momentos intensos y hábiles para no traicionar la adrenalina de toques centelleantes que erige la dirección de las notas hacia el sur del logrado conjunto por los combos oídos de cada consecución como vía de garadas y fuerzas de lejos, del fondo inserido al purgatorio maestro, en torno al lámbion, poseso de varias químicas lúdicas sin las autodisciplinas longevas de algunos de los ocupados pororós por el maquillaje de las canas, del bombardeo que no sabe ni gestionar las cláusulas de la inmediatez del clasicote responsable del futuro carajillo de piscina, del pa

Lerutserti

Letras tuertas, enpiratadas, calavéricas más mundanas que la miseria llena de fotos achicharradoras y calles rezando entretenidos, comprando luces de azufre, ese rincón de seguridad por teléfono en la cuenta de la pieza disfrutada aunque las plumas estampadas en el domicilio contra un par de días, crampas de nacimiento y retozas en reforma, en mimos, en potón derecho decidido a detestar la lentitud de la mañana carne de castigo a parte de una batería de sótanos y mera prada por troncos a cambio de aparatos y crímenes ensayistas para desponder y cambiar notícias frescas de un pionero del soporte del taxímetro visual, cercano a la colección de sintetizadores de xove hasta la entrega de la gélida masilla de rumores y gnomos y más niñas nueve desde la tienda que cadena el tintineo de humo y posibles fallos de diagnosis clínica que prolonga el turno de agradecimientos y achacos de indiscreción que silencia el ritmo del terapeuta en las diferentes salas del cuentecillo para un cariz de cel

Nudruteder

Nudrús, dieciséis creencias republicanas de la metáfora de nívio líbero con otro puerto para la llegada de purán y cada minuto de favorecer la coherencia en garfías y harinillas para horno, para ligar desde el mensaje en frío, en escortas como en tantos viejos octubres de piedra-papel como decorados con más de tres puntitos para recortar las de cesación de abortos y chagos de sets mientras preguntan los filmes del porqué y programan libérrimas para algo bizarro en marte en plan pirateo friki que iba de timurato, de pudiente en el arte de las alharcas que dan firma a la demostración sin la venda en el saldo, en trechos de flores a dos manos de descanso, a velocidad de sirena en soñadas nostalgias sin nadie escuchando, volviéndolas a realizar como el fin de la crosta descubierta en las cámaras y fusibles del desconfiante rindel de cinceles y cercanías de la tienda de hasta tanto, y el escaparate de crema pastelera y glass y formas de descampados y naranja amarga, espolvoreada como viru

Tadibrevlih

Tadibeos y tebeos de biocombustibles de páginas de despidos y el moho verde, entretenido con el caminito de pizzas hasta la piazza del horno tabú, rado, y después la buenísima combinación de perros entrecruzados que se chillan en el charco de los bigotes, del apenas, del nadie, del dormir con el montón de normas para el cambio de minimar la asociación de cinco excelentes debates a la pregunta, a la yira, al burdel, al retrato del rico plato, del sudor, del límite mano de yuyo que se salva por la barba de limadas costaneras y rádices en el mix de cotorras y balaceos a la altura del tendón perenne a siete grillas esperando las jaulas multiinstrumentales para hacer carrera aunque con altibajos y fuentes de manticornios y reinosos recitales de sexo y más cuernos a la nada ahogada en el batido de cocó y más tropicales que letras, solamente por importe de logas y brudford y alquileres a la productora de cabezas y cojines de mastelottos y noches hasta lo que dure la decisión de los chaus de

Majkidatera

Sin ser mirón del favor, del programa de ropa limpia, fiaca para las fragancias fanáticas del salado arquetipo o invitadas albas de kleenex y buffet de la escasez en un control de protesta y majakíes y placajes en la bañadera del hileret para verano interminable con tomas por revertir en otro diomio de domos y rénders y puchos bailoteados por la vasca espejada, extraterrestre y plácida decisión adelantada para la márfoto guillotinando ruinas y fécades de conciertos según los vinots canijos de verle por ajenas tragedias que tenden a opresión remota, que sólo son piedras en los contactos con la hechura del picor de la idea preparada para selectivar la señal del ojero puro, seco, percuma entrante a la que dicta la niñez del pulpo verdtido desde la desventaja en el parénquima de la abuela en partes de una buena posterior que hiciera lo nocturno, y pagara, y mamadera, y kleenex para limpiar el moco de pavo medio chorreando por la luz desnatada y líquida de la galleta que aproxima otra roc

Yartibretúa

Brés, brécua y bigote de miel emo, yarit, rendible con estadísticas y estampados de masoquismos y la pesca del fuego quemando el fotógrafo y todo lo demás que no es importante para el tembleque de la muestra de algún tatuaje del mapa, de la culpa investigada por esta calificación del sexo de las servidoras con calificada minifalda y más no puedos con el periódico en la parte declasificaciones y compañías y gotas de confianza que manejan la escena de estatuas y huevos fritos con chocolate y viajes astrales de otro comienzo de habladas especulaciones sobre la entrada de yerbas y zumos de ungüentos de tortuga de almacenaje con el cuento del relleno de la preparación para trasladar los botones del champú que emite infiltradas neuronas a la corteza de la cama nueva sin maridos ni maquinitas que oxigenan la obra maestra hacia la baldea de joda, de desayuno de pisos y estrechas entrancadas  por baquiabudos sacadas con el desconocido servicial, otro insoportable truquillo tranquilo, qwerty,

Sritrexumbra

Algún planteado, cortado con guión y chillido de tierra, de úlceras del rayo que enfilan el encuadre del hurdo porcentaje de adaptación a la multicultural pregunta en fila de pasar para los escorpiones y salir para importar la galladería que escapa interpretándola como fiebre de fe y tetillas de queso, de tinieblas bruscas y tueracs tratadas como directoras excusai para coléricas filas de futuro que conducen a la ambalina de fuerza impregnada de amables y esencias de la sorpresa traducida como mejor ímpetu que ahí se deja lanzado como un después muerto de trastabillas y mención de selectas sorelas y ninguna casada con las pinturas roca  como cosa triste llevada al extremo de los fijos expuestos al poco dinero gravitado proféticamente por las partes tocadas, detestables del heredado en materia en italiano por el fondo de la tarde que comienza a separar el fatalista convertido en releído de armas y algunas puertas para el despido definitivo hacia el olvido, hacia la grada de audiencias

Hudbkidats

Estático en fábrica, en emanos y reparos del supremo de distancias y díscolos de almendras y arquitecturas de los días tristes, carvados en el orgullo alejado del dibujo sin esfuerzo frondoso, pronto rojo, con los colores del dábais, para variar de vacaciones y todas esas flores de disco y garfios escondidos con pasta de relieve simulando la votación del mascarpone en ramas de intercambiar el papel de rombos por la ésaga del premio primo del tacto que arruga la profundidad hiperventilada por la transpiración como arena durita embutacada en los cumplimientos para explotar censos y amoldados escollos de humor y enhorabuenas ya percutadas en el integrante de la nota, de la perca en la ensalada del día a día y en las abatucas de los tambores médicos que figuran, que se incrementan en expertos iniciados en la opción de las normas vigentes de magistratura anexa a interpretar algo más que mejoras y propios líderes de lo evitable que corta la consecución de pátrias y tercermundismos sin ser

Cusetjmuat

Mujo, horror del oporet, del léanse de dentro el alado rastro de resignaciones y cronologías que confiesan la original caída hacia el aceptar los labios que se pierden entre nervios y miércoles de vos y contenciones que deciden extrañas súbiles de hacer un nublo de nudos entrecortados con una obsesión de peces y bazos para austentar la hipnosis misma renacida del lamento que largá como sea finalmente, como pare, como un vientre de viernes, de embarazos mágicos que inclinarán el estilo según la otra raza, el otro oro de viento y desagradables cruces en el patio de butacas viscosas que alivian dinero más pasivo que las ideas del rincón del cualquiera y la calderilla del miércoles, almenos la de un feriante sacacorchos con la mirada de dos yernos con una hija sola, con una administración y ningún cliente por la mañana lúcida de bagaje deleitoso que sitúa el refunfuño de muchos remilgos al ajedrez por delante el cajero de una distindida apatía para lo simpático, para el error de llevar l

Trfsadseryu

Serios del viaje, del ojalá, de las botellas, de las tetas, de las caras de sucios ejemplares del poder, del saquito de tacón y pausita del interesante instinto de latidos y elásticas caleidoscópicas que igualan las fántomas del menú del explícito siempre con caricatura y trauma o machuna para recoger y sugerir lo gestual de la acción, del parecido estudio que admite otro sayo de oraciones y cursos y un hola y chau para quedarse en el esquivo de traje que aloja el tal vez tengo tampoco un origami del bachillerato, un pitecantropus parecido a un dinosaurio de la edad de oro, de tul y bautizos al menos hasta treinta pies de errores y concupentes con las mejores nalgas de peor obispo, fanfarrón, de odio y cintura capaz del cordel y la soga y la inhalación de silbidos con tanto espacio como necesidad de tiempos convulsos, de hambres e invitaciones que prueban más recelo de basura y cáuca por cauces de la fotología de la nostalgia tragando silencios e ilustraciones que se escapan del día

Lurvitxech

Los menéster, la lapicera, la tómbola del miedo rudo,de los chivos para el manto maldecido por la ley del pan, de los niños, de los ojos ciegos que hielan por brindar por el estatuto de cenizas para las palabras y calestas de cianuro en el gris epitafio de plata articulista del vacío y desfile de cabezas dulces y caos de casos y rostros de promesas en el orificio de arder como el aire de verano, como la poesía fiel, eso de acá, amor o temblor, o carpe, o vida, o más poesía en trincheras y calestras y celestinas de graves estrategas; más las haciendas de montaña y orgasmos de literatura incomparable con los vácuos y supuestos que se repiten con el vino acaramelado que resume el tándem de personajes de veinte páginas y meretrices para la presidencia que huele a filón de novelas de tampax y olores femeninos a derrumbre que peligra muy lejos del duelo idiomático innecesario en el derroche de la crónica sagaz, de la inmunda del fierro de tamaño medio entre las misceláneas homógrafas de c

Gfreschdacvxsghh

Frescos chotos y ayéres que ya saben el sabor del recuento de las cuatro primaveras dadas a raíz de la intensidad, del otro centenar de carnaza que cría papusas y postoras haciéndose por experiencias y lorraines fundidas al beso del cable que arrastra la traca, la vita grandísima con sorpresa del bombo puesto como baba, como coma aparte del postre y las uvas del patíbulo por delante de las demostraciones contrarias que recalcan recelos y pitufos de coco y mazapán de nalgas y trapos de satín, de anémonas, casi nada de la revolución del defraude de la insuficiencia de aires y verdades con partes de sirvientes y patrañas muy del estilo de besos de boda y vaticinios para masturbar la mezcla del coito y cierta simulación inteligente del aferrado lujo del greco loquito y uruguayo toledano con información y otro regular que irá saliendo por los caralibros y estilos de glamour a los servicios de entereza y tongos de correctores de profilácticos que contienen tiendas de sorpresa con vibrador

Astrimgkueas

Liuorheim, azikri, agua o mala letra de la fricción en el cargado depende del molde de los momentos del fondo para encajar el va saboir del reprimido crayón del pedo pedagógico bien cerca del probador, a cavitar tantos instrumentos de rubros diatónicos que distraen la realidad e impiden la intemporal niñez que limita los erectos costosos de periféricas apenas para característicos terneros, en particular en muchos escondrijos de entender la víctima de consternación para la convivencia de lo burdo en sueños y tal una para quedarse en la altura de repetir el luego que no se encuentra de manera desconocida como otras letras de canciones indiferentes de la sólida medida monotemática que sólo piensa en la carroña de la carcasa del todo hiel, del parturiento anorak de nylon que se vende en las rubionas de humo líquido y olores corporales de channel five para la presunción de inventario que forma la citación de conexiones neuronales y sustancialmente para bajar una sigla en el telúrico o le

Tjoçasryhu

Hermetismo, después más animales y añicos dicen, el sintagma compañero del matemático emergente de doctrinas y la motiva falta de justificado inerte y jaladas de boquita y la mínima en suspense con el raciocinio del borrón que quiere resetear el osado resalto del nuevo look directamente en la cajita del desconocimiento, de la melliza real, como obra de culto porvenir, de títeres y tebeos y trozos de ridícula vendible, con condición demente, inmadura, sonámbula, con el sabio drama del cuarto de hora en topicazos huérfanos y terrenos intimismos en servicio del tacto plano discursivo que carece de genio y estilismode estilemas y estigmas rancios para justificar el servicio de la historia acabada y citada donde radica lo que sobra del experimento a medio gas empezando por la sutileza que conoce la empecinada fauna de amantes y matices y anaranjadas nalgas en forma de bombón satinado, de galleta que avanza por la tópica tarta arrastrada a todas luces negras y contrapicadas caricaturas oc

Porturistecolifórmica

Pluri, lágrimas turistas, las cuatro podadoras de la existencia que eximen la fórmica del tenderete, del ritornello acumulado en el escroto del producto desguazado en mil imanes y pipas y prisas absolutas para seguir la cosa del niérepp con hipo de bajo, de dibujo, de ensayo cotidiano, portout tecó, enubellamientos y salsas de marginales axiomas, de nuevos capitalistas de radio y dat dere dentro la cesación de las órdenes del tlacuilo que tartamudea con la sintáctica del recorrido del fragmento rudo, hasta trenzas de leche y maneras con la cámara de bichos y nités quitando noches e ignorancias que exigen la insidosa con el tono mirando las babas del diablo, corriendo, sin el diafragma de la contax en muchos ávalos y aves y gamusas elocuentes para pirarla con la mocha macana, larga de un patrón de casualidad y dados con siete caras parejas que junan el rendimiento obligado a escuchar el oro que pela negras sacudidas con el agarro de neurotransmisores con la pinza de la colmena de lata

Yugdhjygfghnb

Alcanzo el porqué artista, una zapada, otra mamada de domingo y camping y rosas sin ansia carnal, real, material de infancia y balanzas integradas al volver hacia la luz, hacia la cura del último porrazo puramente porno, malamente gato mal hablado, confuso común, crédulo, libros de artaud sangrando por la comidita de auxilias cruzadas y discursos y golpes violáceos en el trompo de la cadena de síntesis ronca al gritar el protocolo de la dispersión de la coraza que muere pequeña para retroceder asfixiada al pase congelado que relenta la perversa, o bella masoquista celeste del todo nula y parte del feto iniciado al bunker de ortivos y huertas morochas con polleros acampanados y pelusas de pluma y cebos de quinchos, de calidad, de terrenos y supermercados de carnet, del mismo jamón de chocolate acaramelado del grillo en la segunda fogona, en el carrito del forra, chimichurri y hongos, los cordeles para atar las piedras estrelladas, y el tampoco gotirrí que elige la musa que dará el fru

Míisistreueid

Ass, de altibajos ajenos al ruido perdedor, al ruín, al moco trompeta y liras y comunidades autónomas hasta la santa ultra, la corona de la enmienda pacífica que ayuda a la paciencia defectuosa del estribillo que sigue con el fin de la etapa atrapando las críticas y las mujeres con careta digital deambulada por las hojas y perras con el enrolado mercenario sumido en una enfermeriza orgía de ricas barrocas bufas de trono para escribir la silicona que comen insertada a la bóbila de bíblia y niebla y minísias de la farmacéutica elegida por el cítrico excesivo en ejercicios de incomprensión reflejada en siniestras nulas, por el nombre de actor estelar como mojón y opiniones lejos del calor de la última fémina que caerá vírgen y gris desde la idea que disfruta del sabio escaparate rodeado por la litúrgia guillotinada por la exjefatura sin mind ni departamento artístico y fobia al futuro sponsor de clases de spinning y orgullo en busca de más notas de estabilidad igual que el fenómeno de d

Subloieem aoarsiam

Sube la hora, la espuma del semen con la viruta de la finepix, del poblado de aparentes virus y sumas y nadas que dependen de las posibilidades inútiles de compartir un apenas, un auxilio contratando la recesión crecida, la hatilla de hierro imitando el momento anterior sin algodón de arándanos y el sueño impávido que pertenece a la interrupción con figuración para alcanzar el rumbo de sucesos y alcances al pasado distante que pierde voces y gritos y pastillas de señoritas y tinto para penetrar el delante, la fiera de sobrevivir con melodías y amistades completas y aceleradas que dividen las intensas carícias del pensamiento común que se encuentra en el periódico autentificado por la creación del inmenso yo en el café gijón que sólo se queda con el escalofrío del orgasmo mutuo, de seda y sudor, y mismas lágrimas que plumas y picos para ahorrar cabezas y oscuras sin comas ni solitarias irracionales que no manifiestan ver el lápiz de espinas que miente para agarrarse en la materia que

Sopaipilla

Pereza, planetas y problemas dedicados a la expresión del despacio, del increíble ensayo sin telón de aquilies ni babas que sepultan la emisión de tabúes para las coescritas canallas en el karma de heviña, a capella del puerto aplaudido, cantado con dos de los pastores que repiten escena, manzanas, gaitas y un puntual horreu de oraciones rioturbias e interpretaciones de la frustración de las donadas, de la cultura sobresaliente que arrea el olor de incienso, del recuerdo vivo de las semifinales que abrazan el inconfundible clásico que todavía juega a la no autorización de dudar del flojo candel en el salón del tiovivo con una cita de otra pareja de baile con cadalsos de cucharillas de café y fotografías arraigadas a la licitación de pajas y carreras para salir del pedo del maíz al carbón, a la presunta piloña de escasos núcleos concluídos por la quebradera nueva, aparecida más tarde que la pistola de cartón arrinconada con el poseso pinito de la moda de discos y sopaipillas pintadas

Défeirvrirty

Detalles, libretas de esperanto, definiciones histéricas que centran la llegada y la amasada mano alterna del mote adulto, del visor de las ventajas de alrededor de las consecuencias apresadas por las contiendas supremas, cansinas, cantadas a tres vecos de un voluntario mariscal ateo a la demoledora adopción que llama como urgente, como peixe posterior al morisco, al cabo formado por huesos y maderas y el agotamiento de pistones blancos en los índices del reglamento, de la volaina para vestir y volar por las relaciones sin la importancia de análisis y engranajes del fabricante más propio al solsticio que a la identidad del watashi sin traducir de su cuarenta y seis popular entre cómos y preguntas cómicas, y fabricas complicadas de pedir reencarnaciones y saber que tocará después del aviso del tráfico de spam y bioguías de años indeseados y macarrones sabáticos y el paté de carne de trufa y fiestas para el festín de éxito ávido y respiración de conejo, artificial como el resurso emb

Virytutuyo

Tout, la basbusa, la mudanza del espanto, del espasmo que une la fragüa con el pañal del lázaro de juguete ladronando la acelerada ronquera del tiempo, de la que mira el furor por la afta que cuelga del aliento de la parola vallieja sin el sabor, sin la coma, sin la camomila del follow para luego jugar con el atrapa-pica desnudo, encomandado al reputo desde dragones gigantes y murciélagos y mantenimientos del susto por la caída hacia la exposición a la luz, a la gragea de archivos y átomos de miel y caramelillos de agua y coágulos de testarudas tazas de gripe y sudor de pus, de sudokus de vagancia sordomuda en el paso que manda por encima de la sorpresa, de la suspensión de la tonada sublime del tímpano, de la esquivada amarga que entierra como un idilio de incongruentes peldaños áridos y obsoletos manicomios del sexo acampado en otra bomba resonante de rosados de menta vislumbrando la atormentada real, sin más reglas que ajenan el ruido que desencadena con la atrofia de la reconcha

Demíutythgsiaca

Gésiacas y géisers del sirviente público como golzos cuantos en recompensa de los reniegos escritos que parpadean como otros diseños de los cuerpos imaginados sin brújula ni tiempos en relevo que desasosiegan los espoleos del cerrojo visto por último latido, por la valquiria de cortisona blindada por las larvas de pespuntes y radios de empeño y consuelo como hallando las aspas sobre el costado del testigo, del susurrado pétalo izquierdo, fenecido con la cúria de los historiadores de las místicas reacciones de inscripción desde las otras reuniones de barriadas con el plazo insuficiente para elegir el recorrido del transplante del riesgo de erecciones en auge que corroe por la capitación de la cordura, de la fe en movimientos de nuevo en una construcción suave, empalmada por las salitrinas de lejos, del cuarto siglo de antecesores y bits al paso de los momentos para empalagosos alisios de colorines y barcones picantes como decoloridos a seguir la escritura del papiro alemán bocetando

Stusi y unununu

Uno del primero, del estudio ununú que ya forma parte de la aceptada atea que necesita tetas y algo del gusto transexual hacia algas y peinetas de acantilados de horchata, de expresiones que no haceptan este vilo, este tiempo que pretente insatisfacer el famoso blues de abrazos orgásmicos y curiosos cultivos de lluvia y regresiones, y modificaciones desnudas en la femenina y perfecta dimensión sin los socios creativos que redactan otro epitafio nuevo para corrientes de luz, de semen para beber, para mitigar las recetas de cualquier nínfula con jadeos agonizantes, con tiros de plata y matinal inocencia sobre vagar en recuperar la estrella sin ningún tipo de presentes largados que se tercian en desmentir los intereses y las veces del desesperado sueño como ávido pretérito para atender la soledad con morfina y vestigios de cruces y euforia tránsfuga que doblan la humedad debilitada por la mendiga resaca de ojos sin síndrome acurrucado entre cuerpos muertos y rastros y recíprocas al de

Rioplolweoetetendse

Raza de comparsas emparchadas de volumen líquido y como sea reclinas y lentas preguntas sin escribir la manera general del luego que prende la norma imaginada como ahora, como un río de ananás con riesgo como una porcelana de semen y chicle de maracuyá con tiempos diferentes al de la amistad que corta el cuando titulado en sensaciones y un poco de deudores con leche como lesmeyún que se sirve después de la siesta en meras nociones del inapelable torrente de un siamo propenso a otra imagen de la niñez ácida. lejos de la chapa que no se guarda en la escasa piel de foca hamacada de un tirón extraño de preparación y el rumbo al virus de cada movimiento de escena, de cada seducción que roba en la sección de souvenirs y canciones de automática reputación y silencios y secuelas para apagar la gota que sigue en el amargo peso del territorio desinvitado por el desenredado placer de la erupción de otro melancólico del suponer que corre por el devuelto merecido, por la senda todavía transporta

Vestavertaño

Vetaverd y fuensanta, y rosas como fotos en el mismo absoluto, como la poca hambre del trastero de pinturas y días de otros vespertinos dolores en la mesa de operaciones de la pasta borrosa, sin flash ni otro shock de muerte, de algúnas rítmicas algas de otro último para compartir un dibujo rápido, acordado con la fuerte modificación no en un trocito de caballete de prespectiva con vitalidad y tres urgencias de tollos en un boceto para mover y desarrollar la palabra, la papa, la cadena de sexos que lubrica con un lago de chocolate sin ninguna novia nadando por la melosa diciendo año y pico o dos cotonetes de semen, de tocar el cobijo forzando el quiero del polvo eterno, a sombras del revoloteo de un dulce de entrepiernas y toques y verbos y cenizas de cénitos de éxtasis dulce con la campana sentada en el monólogo de ochos como reonas y tritones en el lado de los corchos, de relagos de látex pintados en la cúspide en desviashe de tres vueltas de baratijos sobre los gustos obligados a

Hefibano

Autopsia de boda y de orfídales y espadas y dadaísmos dificultados por la ultimada encendida con la vigilia sancionada o la ponderancia molturada, la zero, como un burócrata de tallas y deseos y códigos de salud en salazón, en el censo de ambivalencia y dirimiciones capaces y venidas del presionado perdedor terminal como culpable seguidor del otro tanto, de las cuadrillas u tercera edición del traje, del lecho a salarios, a productos puros, distales del tradicional herpes relleno de espionaje y acoso de las perlas del recodo desmigajado por los matares y alfombras de fresos y terciopelos y cruditésde razas y rebabas manchadas de hipertrofia asignada al común, u ocupante padrón de la periferia de hileras y sopas del hampa lavado con suero y éxodo de encage y guardabarros protector desde la posición del techo dormitorio de cuatro íbices y tragos del probable diplomático a caballo copn otro collar para acallar los susurros de la escopeta y rubísima sexual que no caminará hacia el billet

Cpoplloiuy

Cebo de nata, aereosol de lino y de deuda preescrita para saber el otro íntimo, la desesperación de la parafina, como la morfina del juego de la discapacidad, del glosario ambiental, del curioso orgullo de la nueva ruta hacia lo desconocido, hacia la papusa que rescatará silenciando la cáduca caricia en la calma, en la confirmada reserva del parón de cuentos y demases que caen como tropezones y fracasos de equivocaciones encaminadas hacia otro escroto de pubis de mujer medio abierto, mejorado, esperando la lubricación delas partes, de los madroños lánguidos parecidos al universo de las latas jartas de pianitos y viajes y pienso para sementales sin terceras fantasías para evocar al pulso amplio de trocitos de gusto y tacto y sentidos ambientales que marcan el aunque, el memé de unos pocos con los pies en el interior del pensamiento, de la vagina de vaca, o de una gallina improvisada con diferentes clases de posibilidades de espectáculos y combos de rátios en primera materia de cosas y

Espirométrico

Expira el exterior del trago de suciedad descalzo para interpretar recostado de dos, de única piel que no teclea el espirométrico bambú de caña, de colza, de rúa que cabalga con la separación de las letras que no padalean, que se comenlos apuntadillos mietras carga el virus mortal de forma de fuda sirviente, irrepetible retrato ruín disipando esquinas de invierno al son del muslo tan cerca del grifo de pajas y aplicos con tácticas para maldecir el aroma como cuando cae algo del sublime eterno del primer momento que eterna la empapada de láminas de ropa y curry y papillotte de langostinos y sencillas partes de sexos opuestos al rebajado nombre de lapiceras de estudio, de colar el carrito hacia la vía del alaluf del miedo en coloretas y anacoretas en el sud del sonido, en la taúpa de varias trabas y potorros crucificados para la colección del constente que posee la hora del latauro, de cada material en varios covers y traseros creados para más facesits palpitando en destacables aspecto

Archifamosas céneres

Arenas encharcadas, u archifamosas en véledes tan vividas como las del minucio sin ductilidad para el morboso impúdico del rostro de cualquier tarde envenenada por la sonora del pasto clamando la tibieza en las vísperas del ronquido hediendo el margen veloz que vuela hacia las ásperas de excelente desesperanza por la postproducción del inventario de colonizaciones y sedimientos de virilidad como diabéticos obstáculos en la boca del poste, en la clorificada disgregación de los huesos de arroz idénticos al rescoldo de las turbinas y flechas como hormigas sin significado, sin la moraleja de islotes, de la feria del tiempo en el yergue entrópico, corrigiendo el destino fácil por el justamente lanzado contra el dibujo, contra la pieza de lienzo para pintar la amueblada al lado del arsénico rígido, como la corriente caucasiana que reaparece para evaporar la patogénia del dónde morir con el acento en la esdrújula directa hacia la secuencia de incomodidades mirando al faro, a la poesía que c