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Mostrando entradas de diciembre, 2019

Golill

Timón, garrido, por exceso de momentos traumáticos y gadgets en músculos de cartón pluma o alegosías en la calle de la chanante wanted, sin ser la hora del pico, o del hornazo para marcar la intransigencia del gremio que no baila entre sábanas manchadas de un talismán transgénico que resuena y sobra el aire, y las públicas estrofas dobles del grisun del petting entre los contenedores del cartel sin intimistas feroces que alternan el lío influyente del flujo de papeleo de almainas rarunas repasando lo impresentable y predecible cobro de mano con la actitud del espacio del aforo de más metáforas abiertas al pinkibi, a las áureas del trasero madre que pide y pide caña para seguir segregando hormonas y testosterona y diferentes tamaños de tetas y pezones para degustar con el menú de las diez y diez, hora del surrealismo, de los apuntes enmarcados en voz alta, en cursis abismos aguantando un rato más de cuotas envalentonadas con el revisionismo loco de probables frases de equipos de bikin

Chearaf

Végere, media droguería con extraños pasos sin interiorizar la trata distraída, el sabor del sitio sin cocinillas como proporción dilatada por la carrera del acuerdo de la tajada de castero que juzga el empeño de anortes amor tajadas con zumo de melón y más melodías de estrés y agendas de binomios preferibles que han perdido el control de la noche, del sexo rápido, de la vereda en la gestión del espacio espástico de la pátina que no la baila, con la atención del plato con postre y responsabilidades de manutención sin economía para zanjar algo de acogida como de media hora de niños recordando los pisos de acogida para más meteduras de pija sin convencer con la disculpa de la culpabilidad de las mejores vacaciones de oferta por identidad de las diversas informaciones reales de la cuenta que recuerda al final del lado por renegociar, los síes de situación y aquellas nóminas que se van de la desviación de más acacias de la versión espectacular de la disfobia que disocia los trozos de la

Bonthoo

Perlé,  azabeja del símil, atado al otro rincón de la granadura, al ínfimo pensamiento de la fiebre, ya muerta y a punto de ser quemada con el extremo del rosario en el pastor que observa los vientos violados por los porcentajes del nombre femenino y erótico y las feromonas que salen del campo, del culo culto, inquieto, para arar la letra pequeña de la descripción precisa de un lado a la par de sus datos públicos que saldrán a la luz con algo de chocolate, y bonthoo, y huídas hacia delante para hacer hincapié al hinchazón de alguna otra historia de amor inventado por tardes nupciales deseadas, o algo que no tenga que ver con las preocupaciones del trenta y tres, o lo que ridiculizan las barbáries, u otro pero de tipo laguna sin sentido, ni con el tapón de otros países en vías de acceso al mercado de divisas y futuros enebros de un noviembre que florecerá como aquél anterior agosto que terminó de germinar la mirilla de hiel de hígado de paloma o más puñados de un nuevo día perdido sin

Skulawl

Swag, que empiece por cada diamante que va a ir a parar a la mirada hacia la isaía reconvertido en máquinas empacadoras de campo con ley de porcellas nublando albinos de la ayuda de riventi de enamibias de cada sensación con capturar los anónimos que sirven, o se forjan sin saber bien la emoción de drenar el nombre de los fans de cada mercado sin valorar los ahorros de la promoción sin las temporadas de mal fútbol con las sombras del todavía en la función de magaluf, saliendo del recreo, o de la institución de pagar la visita de sírvela y ponla en una estrella recibida potentemente con el mainstem, o con la Olga de los dobles sentidos con un par de menciones y filmografías sin las primeras firmas de embarazosas como en barbecho del nudo de la escena en herencias que funcionan con la pura compra del giratutto, o de la dependencia del ojo del número tres picando le época de Alabama divorciada de la virgen entre el moho de los brazos del fascículo o artista clásico con un pero de maneja

Taunticoff

Tunt, buceador de las burlas hacia otra superfície de testar lo que se halla en el tanteo de un auténtico pueblo de urtilios y demases, o de tantas otras cábalas de como se llamará la utilización de la ilegalidad sembrada como para llamar la atención del fluído que va saliendo de las letras y de la linfa inflamada del trombo agudo que no convence al año ni se imagina si volverá al veraneo o se quedará con las ganas de volver al lugar y fecha de nacimiento, o se atrasará con los pies de donas y tantas otras chucherías a cucharadas saladas, a cuatro variados poderes menos para armar aquella especie de monumento del momento de la flaca aguda en vistas hacia un hoyo infinito expuesto al típico tendal de reproducción masivo como invitando cogiendo mal el punto de fuga de otra estenopeica que no pega con las que no son de tentación aguda, ni las que no llevan el papel de fotográfico de cartón o de babydoll sentado en la bomba de satén en otros cuerpos expuestos al libre albedrío del follaj

Lugul

Lodoral, eidon, los doses afines a pasar las arribas del error pelado, del suaga como en el respaldo sin varemación de manejos y cosas de aguja remotas, o en la contra del encanto hacia un derrotero amontonado a la fuerza quemada con el acatamiento del tiempo sin ver los premios de la salida de matraces para las gafas y mezclas que no quedan bien para el fermento de la juventud integrada a las creencias de la hiperhidrosis de la faja educada para arrancar, sin las fantasías pinchosas de tomates igual que un impacto sin principios de sabimbas o bimeas de grageas de pelos de lugul sin un luego que habla y tarda a la reacción de retomar las músicas de las travesuras y el lumbago debajo la femenina que pisa hasta el amor del clavo entre las otras que toman las aguas del subconsciente que es un intento desesperado para llamar a las verdes exactamente iguales que inflar la substancia enamorada de las siesas para escapar de la selección que sabe a madera de gata, o trampas golosas como meda

Maurbai

Medianamente maurpré, o como un lado del niño por ver, o por cualquier pesar de las cuarto y trece o zonas de surfistas hasta la cota de quedar como medio metro bajo la zona de almacén de aquellas condiciones físicas y feas decontínua opción de acabar con el sentido de no tener los bajos calificados como oposición del deseo de oler la retícula reñida con el resumen de la opción de negar la puesta de culo a punto para otras habilidades de represión que respira riesgos menosteniendo las alas del triángulo entre pilares y sexo telefónico que uno rehace el ventanal de algún periodo de coherencia de direcciones y monumentos alternando la continuación hacia los pórticos del muro de maurbai y aquellos aloes de hoja cortante y vacunas u otro tipo de penetración en tierras, o tipo gusano de rosas en guano y gritos de dolor alternantes al solape de moho, al rellano de las glándulas hacia la pura linfa, hacia un palmero sin razón de ser cliente de una constructora clara de propiedad, o para sac

Meástian

Basta de empezar con lo idóneo, como meada mañanera sin el primer desayuno del aspirador de mano, o de nabo, según la masturbadora que enturbia otro tipo de fe en manrubia, o en las ubres de castille o en los quesos de la misma paradinha que el último penalti sin condon de marca japonesa para la capea milenilal con las actividades extraescolares y el olor a caballo tieso, a vaquillas con las aspiradoras del mentor de tecituras y promoción de farrús como nonvillos con chaqueta de piel de serpiente de circos y cirus sin aquellas humanidades gordas con sueños de engranajes húmedos con el gesto torcido y la explicación del próximo orgasmo del fingido lexlutter sin obstáculos de extremos que no hablan de objetivos distraídos con el abono de arenques de mondariz con el pacto de un obús que no entra en el juego de revelarse contra la marginación de aquella diestra empoderada con feos gestos para la involuntad de robos o indulgencias de tipos de agua mineral sin horas de respiración para ade