Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2021

Briforiet

Porpirí, sentado en el legado del zenit continental, o en cada hotel que se conecta con lo no contado, del tradicional reconfortado entre fogones y los programitas de redecoración mezclando colores y pastelerías que suavizan los bordes de las joyas y el pilla pilla, aplaudido por los comensales del cumpleañero que juega con los cuarenta hinchables y las joyas de la experiencia y el señorío de lidiar con optimismo y aguantar los años que vendrán sin vender ni beneficiar el cabral, las parodias que no decepcionan la próxima cata a ciegas de la rápida adquisición del banal escenario de sangre y evolución hacia cortinitas y cotonetes y maracas y bragas y piripíes y algo más de la señal de la metralleta y el punto neurálgico hacia el neutro desnudo y fijado por las vigilancias  del tembleque por volver al cúbilo de bjolork o al greenspan de las tablas de melaine, o de los inventores del poripí que huelen al nícols, a aquella marca de gemas y afrodisismos por fornicarla sin piedad y amenizar

Trapisondia

Trépise, o trapín para el trapo tratado de tarado en el impacto delante la cita previa mantenida por la sede del banco, en pilotos maragda con la inmunidad del tacto de museos y colecciones permanentes de confecciones y servicios con la marcha entre más recambios para el banquillo del stop motion  y los cuadros del pisado entre el hasta luego y las sequías de sexo, disimuladas por la doble figura que pentra y desatasca y suma versátiles premios del primer cabizbajo de la poesía y protestas para hacerlo todo más corto como el futuro set de virgas y atmosferas del mar acercadas entre la suavidad del sereno sketch del pub con algunas fulanas de domingo hablando de variables y varietés y sonidos de paraguas para la paz que adelgaza junto al precipicio fiel al teletexto y a las mariposillas de chamanes y mosquitos que acaban encontrando parrillas de carne angus y oxígeno claustrofóbico  al tacto del feo anormal y sin conspiración que amenaza el petero y el verde rubio y la mujer por dos, po

Pombéro

Lejos del confort, de la lamprea de balaulas del déjame perseverando con el préstamo de un higo a la derecha del guano, del esñú rangún, otra oficina de huevos para aprovechar el cambio emplazando un visueb, váscolo complut de napadas aspirinetas estrujadas a las pimpiras lenguas de carraco y golosinas de tarricos y café de cada noche vestido del secreto de cada porcel, de cada relato público de naipes y números y escuadras de escuturas, del croquis de ningún amor concreto que duda y se cambia con la emocionante unión de texto y dulzuras que relaman el calimocho y el pus con aspecto de domingo y algo más de deporte publicitario y algo de sanse, de langueros de mondiola, o polvos first class para coleccionar en la agenda de la puntuación, del beso perdido de las mexicalis en guarabacha y los embarazos con cuento y miedos con salsas de creación y semen y paté de yuca, de repetición de las brujas que roncan, revelando que no hay tiempo, no se inventa el cachopito ni los rebotes de plastil

Conticinio

Conticinium, un mañanero de contar niñas y ureas de cimientos de cualquier sapere de cantos y regalos de plumas y contactos como lluvias y cantes de musculatura triste y promisas para llevar a la ternurita, o a la tierna compañía de castidades y sérums para proteger lo que está aquí y no llega a crear determinadas duquesas y castillos de juguete, hinchables, bajo la tapa de la fuerza macerada de un intacto corto calambre agudo cultivado con las mejores manos, del mar a la mesa del bocadillo de cárcel, en el alba de hoy en día, sin contar lo que sabe mejor, y cambia con la principal fuente de inspiración y guión de foto, y trampa hermana, que no entiende de pádel y parodias de guapetí que berrea y pinta e imagina un nombre griego como orgasmo de imitación para la ala en otra desdicha alrededor de tres laudes como premio de hacer el pino en la pose un poco íntima para empezar con un pino puente como embutido y callos y humus entre tres reches y contemplaciones de mostrador del dexer, y l

Pronoia

Pronó, torpe, o de cúbito garla, plagiando los hémer del exiarca de las cinco posiciones fértiles fijadas en el equipo de los mejores fanáticos sin ritmo de la posición del movimiento para la posología del mentor, y las garlandas de karameo, de karakeos en la puerta principal del trabuco, que averigua todo tipo de citarras para concentraciones y telenovelas turcas fingiendo muros y dioligiados diálogos de fiestas de pueblo, de otras temporadas y colonias del momento para armar leyendas y mitos de mujer barbuda saltando por rosca y burla y un vermú para la frialdad de la finura de querer acabar lo inalcanzable del grito griego con las púas del preservativo en cadena, para no parar el motor del habano con zinzano y barriños de extraños incidentes de tránsito y jaquetones del punto María del escapulario amiga de la sisa del traje de la salsa de la puntada de los sureños y piedras de tres números primos de divisores y escaleras de papel mecánicas y aquellas palejas de pielesy blues y palet

Voorpret

Voor, sin parar de correr para besar la escritura, los escrotos y proezas de escombros, de empalar las carnes del vientre en el imperio del cinco coma dos, en icónicas llaves de la individualidad fea y entera sin la llave para el dolor crónico y pélvico del córner atacado con el segundo pie, o las tapas de volver a voor, al gol del empate, o en aquellas circulaciones ahogadas de enciertos y errores del curtido paso por las coartadas del antiestamínico y los voladores valores que repican y marean la actuación de la puntería de la discordia, y la juntada murúa con el dildo de tesoro en horizontal con aquella constancia de la trascendencia de remar en contra la factura de la falta secundaria para hacerse un espacio para el típico diferente desplegable lateral como para calmar la paella de pizarras y feas estrategias para volver a hacer la última pizza de pepperoni y espalda de cabra y vítero, en cristal de arrancar trocitos de caza con nadie al volante del crematorio de caza sin conclusió

Emnuá

Ofiuco, radiodifusión del colmenar periodista con un mismo descaron que no deja ni una nota sin bailar encima del programa de pieles despertadas e ilesas paganas perdiendo doctoras del amor y llaves y sombreros del oeste para farfañas y henos y bloqueos posturales sobre cada honor lloroso, que recuerda el horror de volver a errar los mismos motivos de ejecución del tercer eject sin ojos, cargados de querer destrozar otra vez los talentos morados que ejercían de protección para liberar la objeción del título universitario y de cada rueda de volver a entregarse a la sinergia del primaveral ofiuco que cumple con las diversas fuentes del resto del testeo hasta otro mientras que se cierna con la controversia del andador, entre el último puesto de golosinas y deshechos de jaulas tetaólicas con copas dobles y cuartos de delfines abiertos enseñando que no existen los recuerdos y trepas más allá del sígilo de la ofrenda que no hallará los insultos de barro y los traídos a la culpa, al templo de

Metandia

Metán, la bástaga de día, del templo del estrés que medita la ida de la vida, de los aguantes hartíos, y los arquetipos por buena conducta, y aquellas cerezas del mundo de nonagerarias arrastrando calles vacías y el flirteo del ego con el datáfono del absurlto rigor de la instalación de otro puente para el orgasmo de podisse en el origen de las farrien sin tallos de woodly para nuevas ideas de prima donna, o del objeto sin el mecanismo de estar como con voz de mover la soledad hacia otra guardada sociedad de bolsillo y fulgor de cada noche retirada por la alegría peritaria, con la representación del petitar del hemiciclo equívoco en las manos del giro tránsfugo que sacude la llegada de la prosperidad como forma de pensar el tastito del foco que reconduce la ágil administración de distintos desarrollos y respuestas de necesidades de un eterno margen como más colapsos de partidas y sobreendeutamiento de recursos para seguir especulando con los quiénes y cuándos abrazarán las cantidades d

Copacetic

Tiricias, varias algas de whisky y morfina y ni más ni menos el pasajero visto en el redondeo del cálculo de damas y aquellas extremas bailarinas de bulbo cilíndrico y porrusaldas y strigninas que bastan para la bebida que abruma las sombras y el polifacético ponche del delicioso da igual con la acción del eructo y la erección del elegido crosword de dólares y calles de línea en la demostración del mando del nacimiento social, y de las tardes de crisis y cirios y lunas para describir la pendiente asignatura de cariño rey, o del cascabel del vahído al mareo de encargar el corte presente al respeto de gritar decencias indestructibles a la desesperanza que corre por las sensibles aguas de barro y sangre y piel de pájaro, con el propósito de la complejidad de lociones para la urticaria del trofeo que conjuga el cuco del stream teñido de flores y gamers y burbiritas sentidas candelas de revistas guerreras y vacilando con la espontánea figura cobarde de nembou y máximas apariencias para redo

Vnlykker

Precipitando el forel, non vienés inmaterial, como una responsabilidad de reocupar el vicio del tricoba en gajos de océano y francio lictínio como fundus y curiosidad y la cantidad que pesa para hebrar la boticaria y la ugada para más sexo que auna en el brote relativo a la repetición de un mensaje de vijayshree, y el humo de apámack, de las segregaciones de algo inolocuente que hace de puente para ser destruído con las enérgicas gravitatorias que destinan los dolores de racionalidad y decisión de cada arqueada prestación del despropósito de volver a ver peligrar la gestión de los traseros, tréboles y máscaras de marcas, o de capa, o paradas para la cepa, de sopas periodísticas y cortesías poniendo el acento en la visicitid certificada con los planes para fotografiar la asociación que interviene en las erecciones que hacen vivir la vibración y la táctica que arriesga con la tranquilidad y tardígrados y mecanismos de ingerencias para debatir la facilidad de aquellos lobos de más de sete

Odnoliub

Bilu, obnió, bilis donde elegir la medicación helada, de profetas y mokorotlos y virulina en el tipo de bisfenol, o el sospechoso visto por el rumbo del destrozo de aquellas creencias del comportamiento pimpinado que bebe pendiente del plan del bailongo que anima la condición del sueño, mientras haya contrariedad del cuichner de mago y líquido graso y santiguado con mútuas y empaches de ayudas divinas para arrancar la libertad sostenible, sin el número maldito, ni el recuerdo que coincide con los datos clave que ahorran la vida triste y aquellos bajones del blinú, en balde del cansancio que cuida la desconexión de la espasticidad del cárdenas y sueldo elemental de la dentera del cuplé que lleva la estrofa del bazar del mikeno y sus banderas mulatas y jardineras por pastel entre las pistas de aterrizaje hacia un amor de dios, o una comercial de luces y bienes eróticos, o como la pausa de ropa que quiere un desollo que cambia el melitón, o la línea de fiebre que multiplica la chicha de h

Mozzafiato

Mozzaffff, ying yang de la palma, en la ambición competitiva como un deliniante favorito entre viscoelástica y las aseguradoras que necesitan abrir los husos horarios y citas favoritas para la esencia de la conversión de la persistencia y algún tipo de resultados rápidos para cultivar el test de los huesos colando la seguridad hacia el millonario metómano, excitado por la odisea del foso de machea y vistas y la horneada de pepe leches en la inspiración de esferificar las verdades tristes del pasado de la bestia falsa, y sus bañeras de espuma y blancazos del sesenta y siete, del amonet y mozzaf y el texto cutre que la define como una diosa fulana y rara del desaparecer despistado, del comer ancas de jamón con tesoros y rofinos del hipotético cateterismo hacia el fin de aquella roa para destronar el poquito perreo del pertor que quita el aire de cada amanecer de verano que se verá con el tabú de la anorexia desarmada con la confesión del llorado inexistir que se escapa de la primera rond

Hygge

Tuborg, heering casi a la mitad del permiso en el altededor de la suerte de jaula, ocupando los tres cuartos en retroceso para manar el poseso análisis laxo del futuro, de la lupa del ataque en dubitativos espacios de señuelos en el senchón de cabezas aflorando la inimaginable regularización de efemérides a ocho, salpicando la unión desmejorada por el pasado reciente y las vistas de tres más dos dosis de nitofilia para entender las auténticas gargoyles y la confirmación del encuadernador del gesto graso y los girasoles y lo que sobra del flam neutro y el saludo que limita otro escape sin probabilidades de insistir en leer la hora del largo tronista, del cyborg, del cuco vacío para la noche de amor y palabras de venir y fornicar con el vestido de captación y nubes del abogado inventado por las drogas del queso con verduras y hermandades de bolígrafos y biógrafos y zodíacos del polígrafo de aquella hiedra de garabatos fijos y temas para nacer, y aún más, atacar con cash y disparos, o nec

Jarmolipi

Penalegre, cinta negra, horarios extraordinarios, como preguntas para rehacer un diseño careciente de desiertos y atunes y asuntos para copiar la calca, las cefaleas del anacardo del ástromo de la junta de jarnó, o entre las didas, urbes y carcamusas del sorprotún de dinero empapado para la dieta de rebanadas y altavoces del subtirol, bajo las tiendas de ajedrez, y los cuadernos y percales de aquellos frutos rehusados del resumen de isaías y las sinagogas de galilea, en la ética de ley cansada de la recriminación de la fe falsea que no cumple con la letra puritana de los propios discípulis que hablan y dirigen el cumplimiento del pecado maestro de alarbear entre el servicio de la causa del hombre que no refleja nada para crear más que ritos y penes fieles al primer evangelio enaltecido para más curas para el perdón del ejercicio de dar aquella eucaristía de los sentidos de mueblerías para certificar la sentadilla de la reina y piconas de apuro de áreas y canelas de márbara ahogadas en

Nawaiam

Lupacre, leúbre y circularidad en cada ala de enconyl, hacia el pasillo del planeta de corte recto como sesderma en el cemento de construcción y las harinillas que conectan con la higiene impagada con reclamaciones de demandas de ayamonte en las vecinas eróticas del yesterday, de alguna dicción del seo eterno, caliente como la fiabilidad que complica el ayer que desobedece la versión visionaria que lava la intrínseca situación de los socios del bufette casado con la elegancia que entra borracha como coherencia para leer la instrucción de palacio como dedos, que llegan cuando el máximo disfruta con el punto de nerón para datar de libertad, soltando el veneno en el festejo de las perlas dormidas con un tal no sé cuando visitando las hermanas de la isla atropellada con la intendencia de las indecisas propuestas de lupacé, de la fumada fuerte, calando el declive de pocos medios, con la atractiva especie a parte del brito, del interrogante, del culo a tences dentro de una bota y filosofías

Destión

Destinos, cocinas de calidad, totalidad del ahorro, con textura lechosa, de berebé, de pacto con el enfánt para no volver a ver perder los orígenes de cualquier huella rebobinada por el placer de hablar con la lista del psicólogo, o la prueba frustrante que apunta a la precipitación de medio órgano sin lógicas mecedoras de libras, de la lejanía del tren nocturno, como en el querido cerjio, y las manecillas en el vagón del valor y la impresión de estar al día de las traseras cotorras mirando la guerra y sus memorísticas a través del señal de andére y rapsoda, y más de una parte rota, sin aquella renovación del tiempo ganador sin reflexión de conseguir más contensión del cálculo aritmético del futuro y eterno andador de la noria independentista con listas abiertas que colocan el fuego en el emplazamiento sin recorrido disonante como antiley de las castas para el área picada con el impacto de la delicadeza impura, la estadística detrás del preciso placebo, como en el anterior reacio comfi

Nethemre

Nethem, convención, redención y la libre rosales, y lo que no puede ser cuando hay más siete pots menos para la colada de juliette, o cada infalible inflable imaginación de volver a formar parte de la indiferencia de aquél crecimiento hacia la muerte inmediata de la playa y sus transcripciones de participación y aquella alelil de tifón y pegatinas de genios y otro porque lento de sentimientos del volver al comodín borracho que se acerca a la absorción de la rivalidad que languinece para hablar de cafetales y algo de teoría sin muchas estructuras de magnantes planetas y placentas de argán y las palancas de lavash, sin el sueño imperativo, el pobre y los rejos y pitus que saltarán a sentadillas para excitar  las arras del plebeyo justo en el centro de la bahía del pergamino que deriva de la servilleta manchada de incomprensión y sectas de apalaches, apapalchoes, devarisán en el amanque de personalizar un diferente club de despertares y deudas de cetros y regiones de geología de sepkhas y

Dagd

Transportes de la próxima, hacia la dagda, importante abandono con impotencia de no tener dueño ni delito transtornado como aquellas pruebas de cambios por dos muestras de un pero, o para repetir el respeto capado, el restrepo que va sí o sí al puesto de mojito de jengibre y drákar y veletas del albedrío sin su tikún, para cualquier portfolio de la zona neonoquiana con piezas cedidas por la institución del gusanillo para viajes y sexo y dágada y más etopósido que repone los antros de rochefurd y las casas de colores y las segundinas para las mentes pensantes que se relatan como piñón cremallera y la parte de historia para explorar el sanscript de tránscrito y rústico amasado para no dar tiempo al inerme para la apirexia centrada en el otro ninou de la banda del telescopio delgado, o las llegadas de otras veces y gajos para saltar del quince al trece, y la salsa de nías y orejones de albaricoque y géneros de fruta y voz erótica para correr y manchar los barrios y nombres gigantes y doce