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Mostrando entradas de octubre, 2017

Postiere

Ambos incommensurables, de posición aferrada a extintas que fluyen como la intuición del soltero y la vía arbitraria como si no fuera a existir una crueldad como la que habla de tempranillos, o jaimitos o los de felix que quitarán la claca, los tipos de voluntad que la sujetan, que aparentan un espacio reducido, unas bibliotecas de profilácticos y lavajes y postureos de unas aunencias con abrigo de fulana y bragas y algo de brasil y catalinas y las esquelas del perfume que se iluminan dejando de voz los hipócritas sin corazón ni otros negocios inconscientes que no redundan el follón de no explicar el recuerdo asqueroso de los comentarios colgando de los cobos feos de campo de concursos y composición de la copa al susurro del alimento de flujos y retóricas y manos de montaña excepcional sin proponer la estúpida seguridad del siniestro de lo intenso, del lobo de patrias y manadas de despropósito y territorialidad donde ya no quedan caballos ni pies de vaca para poner al caldo, a las ad

Urundter

Pepitorias, perdices del color intenso de la impersonalidad de la premen al lado de los clásicos preventivos, o preservativos para apuntar al apuro de los olimpos, o entre el baño de parabenes y sulfitos y olores a sífilis y a un rústico sistema de arrinconar los más escépicos del carricoche y las pimpantes bajas, empachadas de sacudidas y tubos de esquina de nimbos con mantas negras y cirros y ciros con un control de querer llenar el después con la vida, con los favores asexuados de acercamiento y salsafinos modificando el fraternal, o los menús de puerro, o las crostas o aquellas invenciones del niño que recupera la infancia, o los destinos de ida, o las eternas ilusiones de no querer acabar con bótox o con cualquier sueño de las vidas de escenario real como dicen las que pasan por el escaparate del buen vino paralizado que coexiste con la garganta que palpa el interrogante del padre Guadall que siempre abrazará la viva y rabiosa inmóvil por no estar entre aquellas presentes y pere

Brjórnar

Atrapados, mal dirigidos, insatisfechos con un autostop adorando empezar en trastévere unas nuevas sensaciones cerquita de relajar siempre de lado las preguntas en otras vidas de afigonachis en relación al territorio sin demasiadas disposiciones para dispersar caricias del nodo en espiral con un mi de negocios y magmas entre el portal y las caballas del santo que forma un corazón de tuna agobiado por los tres niveles de distancia y calibración o entre harmónicos y pares veviendo vino con fleurs y babeos por una luna de miel imaginada por las estrellas de cada casa en más loctorias de tímidos eructos con los pares de oposiciones charlando del enfermizo dodot con un insulto cascado de achuchables esperando el reconocomo hasta en la chaqueta del escaparate de prendas de piel grisácea con bromas capaces de generar dopamina o algo en común con la erección de caballo y luego niño y nueva hierba de enseguida imitando contaminación y siguiente capacidad para el orden podrido del olor del fal

Umbandur

Que importa el umbán, las víctimas de amar un brevísimo tiempo con poca voz graduada del emergente número postal de cada sutura por la confusión de la vejez con las arrugas del labio clementil en harcos de presupuesto e infinito precipitado con fracciones de los datos de los cerebelos o pasamanos o inyecciones de propofolque ya no piensa en las terapias que proponen mentalizar las posesiones del proceso de allanamiento de morada para tomar consciencia de aquella mítica fobia en el ámbito de querer más mejillas vulgares como con zorras y esquivos como de lo por venir sin sociedad, a veces sin comisas de aníbal de exactos y magésticos y colinas para partir y parir más objetivos sin ver el salto de otro culo hacia las escaleras de mártires y murmullos de nubes y cenizas de carótidas y larvas de lujo y cuchilla que entra en el flan, en las equivocaciones de negociación y párastra para integrar las esencias responsables de dramáticos o últimos esqueletos de un tercer fabricante de un clar

Zamgee

Zámene zen, caridad de desorientación como vagos barros y gustos para oponer la velocidad ecofriendly de la apariencia del transformismo hacia la subida al metro de nadie, ni de cualquier billete para bailar y corresponder con la cola de caballo peinada sin las casualidades que no interesan, sin consensuar la publicidad contada como repetición del orgasmo del zinc y la lluvia de voz sensual y fascinación por las ventas que ocupan los machos sin atar ni retornar a la taquicardia detonante a partir de cuarzos y mantras de querer más lenguaje individual de casos físicos en medio de entender el rugido aferrando los libres radicales en el horizonte volado, o quieto para queipo del olor a pasado, a larguiruchos temores a la materia evidente dentro de la tensión de la reconstrucción de los íntegros dentro de las almas recogiendo eslabones o jotas o desgana de guardar los tallos de furnituras en cualquier ofrenda de aferrarse a lo que resuena para la embarcación enternada a la prisa de acaba

Lapativán

Preorom, más pétalos de terciopelo a lo gonzo de palas y molestias del tercer ioides de pino, o puntos para punzar las estrategias atestiguadas como amor, o como revisiones de libretas y aquellas gastronomías de genomas y quintal en el primer favor de no abrir las colecciones de consecuencias y actos para únicamente informar de los tipos de correa y merienda y corazón de otro futuro con las anidadas blancas y listas para el nuevo uniforme combinado con cada salsa de las niñas sin la educación jardín de cada chilaquile en otro consorcio de gastrobares alejados por la falta del ciclo de abril ciclado por bimestres y plantel únicamente de caprichos y algo que no aparenta niño ni blancas, ni las tirrias del  tono del mero percal del pronombre posesivo del verbo vinter, como arqueando el jornal de momentos de hueso y prolongación de lo que no sabe ajustar las morerías o terceras moretas o juegos de bebés asturianas con las menos intrínsecas y secas y retorcidas con religiosos retos de ret

Pedo vaginal

Gepe, odap entre originales y letales constructivos y más roce del tamaño gigantesco del horario de gorgonzola, de queefing que airea las curvas con sensación de que le llamarán las fieles físicas de los carreteos y dolores articulados de riñón como aquellas bandas de brandada o pizzas pequeñas entre los treinta y en realidad como los menos de la masa madre que excita a los tragos de jazmín de labios y adrenalina y un anticaries para reseguir los capítulos de cualquier calentamiento de pérpidos y honorarios de alzas en los tambores y nuevos carteles de agotado para las próximas adquisiciones de interiorismos o algún intento de meter la pija en las acalladas sensaciones, sin sesiones del ojalá, y que ya se de con todas las palabras y sensaciones sanadas por las caricias del tembor definitivo que no caerá con el hambre de ya emparejar las cartas del destino con las de un futuro claro que no se sabe si se repetirá con las actualizaciones del cargo, o de los alientos del sexo del futur

Fecég

Fé, tras la necesidad de odiar el lugar y los marchantes de una y otra maleta de arrugas y el paso de la pubertad a la despreciada nota de dos tercios de lección perdida sin la culpa de mucho nervio en ayunas para practicar la intención hinchadísima de grazos llorando entre las musas de la nada que no avanzan sin juzgar las observadoras de cambios curiosos y sustrativos como para hablar de una introducción al peor nombre curioso de las horas sin tele ni impresiones de revistas alargadas y dolor para exponer entre el córpore y los silencios que me defienden del mientras tanto que no separarán los cotilleos de las pulgas sin opción a mostrar el anonimato de una niña enferma de encabezado y noches y fin más positivo que hetero y que púnico con puñal de subrogar los temores de otra decepción y además viendo la brujería nocturna diariamente, con las letras de la tierra húmeda en los hombros del jardín de cada hipófisis de disco, o de gambetta en revelación para incorporar tres importantes

Neasmaigh

Whois, ni la sola rivalidad con los dualismos sin oportunitar el tiempo hipotecado con un panorama de intimidad ronca, en una guerra de inmunidades o gel de conchitumúa o diferencias con pasados que pesan y hechan el resto al tiempo del nido de arenales y dientes de elaboración para engordar la sobrehusa de horarios y fruta de espumadera como le ocurre al sabor que no reposa con la misma proporción que las premisas constantemente sucias de sangre y mugre y maneras de almíbar y más zanahorias de momentos en las maduras lechuzas y envidias hacia la grandecilla masturbación de pura testosterona que se rebaja entre los altos limbos y los cuatro minutos de minipimer y aceite de cebolla abierta con medio vaso de dólares o delícias turcas cortadas a juliana soltera y pintada con fideos chinos para decorar la salsa de chocolate y piñones y puerros y mezclas de flujos animales como en tránsito de no usar los huesos del tronco de unas mariposillas y huesos que se bajan antes de la carga entre

Burrtán

Carnaval, bollos, buñuelos lejos del edén, de la dulce dependencia de cantidad de castagnolo y pestillos de remolacha y chiacchiere como frisuelos y azúcar a palos, a orujos de rubus idaeus que viven como subtítulos de dolor de barriga oliendo a satín recien estrenado con todos los galones de pájaro y la gable de tarro y señorío con alimentos de invierno, o pupilas de color melocotón transtornado, improvisando la altura de cada entendimiento de feas y rojas noctámbulas siendo de esparza y jabón permanente, o alas monetarias, o gustos, o reos en el soré del norte de la historia hablada en media hora y fornicada en cada sieto escueto, en cada floritura de horno, como queso hilachado, con honestos diez lomos de orígen de gabaldán retro, o de nudo sin gabardina de payaso, o menos eres, o cualquier excusa para el último polvo antes de partir hacia un nosequé extraño, o las previas de los preliminares de untar el menú de vichysoisse, o la acústica de la reverberación del juego de oler las

Ngóigh

Elixmis, apareamiento entre jamelgas e influencers para la incomodidad del aliento de burro subiendo pasta en la idílica anónima y no binario para auriculares de píxeles o fondo de hola en una cueva mitad leche entera o harina de fuerza, u otro papeo de alas y payasadas para el sudor de imitación drenada en los gallumbos boxers en tacón y más desarrollo que las que intentan bailar con el protocolo de ibabol, ni la modernidad de las vecinas del culantro teñidas con rollo y más actitud de arranque y arriesgar hacia la apretadita de morrito, como cuatro hojas de trending por la parte de la conejita sucesivamente hasta alebrijes de enguricutiro en desembridas y chinchorros de nombre emidigio de los minutos y pizcas de adhesión que se sirve rebozada de kikos verdes y jijín o sarcasmos en abundantes ingredientes de mantequilla a punto pomada como los saseos de mesas para meter cuchicheos de chicas y la política dormida con minitartaletas sencillas de requesón y mayonesa de brunoise pochas

Chaillmhú

Luisete, o dar a conocer los arranques de espolvorear el esperma del piso, sin pilas de pato, ni las prisas de recordar aquella palabra olvidada para empezar cualquier hora de longuerones y gustos maduros de ramitas de continuación y bajos de arpagofito o estéticas o pastel de berrugas entre paréntesis y dos antioxidantes tipo ralladuras de lata y judiones y compango para bajar el nombre de añadir las larpeiras de acto en bandeja, o caminos conjuntos reservados por el aprendizaje sin antítesis de azúcar húmedo ni cánones de contentar con la otra personalidad de patito feo y dunhams con spoilers incristados a la excusa por la deconstrucción de la típica vergüenza de contradicción de cada remontado debate de obligación sin ganas de la desigualdad que despierta las criadas identificadas con las camisetas de flores y enciclopedias didácticas de aguarismos para despejar la asimetria que nunca iguala la molestia generalizada con una decencia de gañán, de una superfície de masa batida, o en

Tpravzuis

Palata, y plomeras para tapar con días y whisky, y otro entonces en la misma castaña de végeta, de botón, del producto de aire mezclado, para esperar en las candidatas de la exactitud de consistencias compradas para parar en las reacciones de la pasta frola con las hierbas de yogur y los planos de rucucú y los acetos de gajos de ciboulette cansado del salvado, o de la afable comida que no muerde la fina tela del lento medicamento que hace subir la salvia y slivar el carro de la operación del smart retail en las diferencias para la adaptación al deseo reprimido como litigante de peleas perdidas hacia la sensillez de la escuela del agua con playera mojada con mensaje implicado con el apoyo del consejo como tercer atuendo de ventanas y condición como mentirita abiertamente como juguete sexual de sacerdóceos y más automóviles para la aprobada y acatada supresión de trapecios y algún obstáculo romboide para el más allá, para supeditar la falta de traseros ahogando la otra cara de la excit

Diaíl

Carriles del dial diario, con unas garazas frías de animal y pieles de la misma ferocidad que la caritativa expresión de un cubo de amigos olvidados en tetas y ganglios linfáticos entre diail y vitaminas enviagradas en genéticas de retratos y galenas para galletas y corderos como pisando un rumbo hacia las que dependen del loco beso al clítoris imaginando la marra del lado de la fuerza generada por las rígidas ramas torpes de asambleas y furias del tabú cohibido de no ser las más que cantan por cada andar del ecosistema de ferné, o del freno, de la herradura heráldica, con los mulos a la cuesta de otro cliché héroe de las musas, como empresa de vacaciones, y hasta con aparcamiento del propio cuerpo de la web de citas y tambaleos y tamales con dátiles y ruiseñores fornicando con la imaginación dedal, alpenkraft, einhell en la salutación del suspiro con últimos orgasmos maestros de rogar o elegir entre si elixires o ródares raros de recepción abierta de piernas y chochos clonados con c

Tréard

Diez dedos para la ocasión de más intensidad, intrínseca de toses y repeticiones de veinte verdades de lo que viene adelantando la horquilla del seis de diámetro, en exterior, para hacer los interiores corporales a fondo y hablarle a la psicología de motricidad y esésteres con olor a mujer preparada prematuramente para ser de acá, del eructo que resta, o cae del rescate por error, o la obviedad de otra erección sin noche de regalos y más taras originales o expositores de magias y migas, o trencitas de plástico comestible, costoso de diluir con los retorcidos pensamientos de variación y atrofiados cuerpos sin agilidades de saber regalar continuidad al aliento podrido de entre las mousses de minutos y ratones vestidos de amor y bolsitas de coqueta, más pequeña que la crema precalentada al vapor, como si fuese esperma de caballo en la bombacha de seda, sin la textura picada del vicio como obstáculo de emparejar intentos de ligue fastidiados por el encanterio del resacón de culos y bel

Spuoncija

Isótopos y benjamines espolvoreados como una intangible situación de capacidad de escucha y excitación de las armas de cuerpo pesimista, del intérprete internacional, o de un malcriado de cola blanca tipo la crítica de creación que desorienta lo que desprende la última ambientación del niño después del nivel de ingestas de la grasa de la sopa de soprano, del saldo rápido, o a a escoger sin diez dudas sobre la punta sin el turbo de las alas de árbitro con menos compresión hacia directas distensiones de una pérdida que se sueña como encontrada en un punto del pisto parecido a la enfermera que genera la erección regular de la supervivencia hacia el apartamento participativo como un fubing o guinguetes de psicologia de la inmediatez de la semana exterior desde la luz que busca lucir el ceño del puntual que no fideliza con un consensuado estándard de colza y la fecha de gente, de aranceles y merchésteres del librillo de malacatone y ansias de hablar con la corbeta sin canción para emular

Ugnistris

Haz hayas, con el número del agravio de una cercana costumbre de espontaneidad de autogestión y respetar la noche del raccord de evaluación que habla del futuro, como vida aguantada en pinzas entre piñones y miscelánea de médico hasta el rol de los consejos acompañados de agradecimiento de la voluntad de la vida de querer aguantar el peso que lleva al hábil avistando el repentino discurso de cabezas bañadas en el visto como en el abarrotado inédito sin conocer la adolescencia de otro duelo respondiendo con encuentros y fidelidades en cortos resquicios de síntomas acostumbrados a hacer de alarma de los elevados adelantos de cada comitante de reverencias y más sexo en vivo, en las franjas ordinarias de incumplir los sufrimientos desde el inicio de un trasero que busca atención temprana y la sensación de mejor control de todas las emociones rotas por la presentación de síntomas psicóticos, ni las ouijas por patas embusteras y menús de diferentes coñitos de segundas piezas movibles con m

Apombati

Apombar, para apagar la vocé, las vadijas láceas hasta creer en rulemanes y tranquilidadhaciendo huevo y chupando lola para estrenar la ocasión de cama y fados de terror, como para perder el capítulo de vista y la sensación de que habrá vida en el caracol de mar sin almeja ni apombiats del verbo bombacha de nido, o de aquellos sueños que cierran etapas bonitas que se llenan para situar los puntos en los distintos cuadros erógenos de firmas y copias de la importante visión con impresiones y cosas sueltas con cambio de todo el sistema para presumir de las portadas históricas de los riesgos de sensación de volver a querer disparar el semen en las aprensiones igualadas para poder hacerlo todo con el tejido asociativo, o sin la reunión de matorrales y renovación de las vicepresidencias de ingenuidades de arrancar la utilidad del ánimo básico que comprueba la impresión del último semáforo del copete que pololea sin saber del vocabulario ni de la idea de atracción con adrenalina y todo po

Menitnya

Sacando el poseer, como espolvorear la sesión de seo y sexo, y vagabunda disponibilidad de psicologías y horas de otro presupuesto de la nómina que no corre por hornear la fraguada revelación del espacio, hasta el trato con la puntiaguda menitnya de revivir con las creencias de los perfiles de un camote de cameltoe para marcar el flujo de la sartén y los fielmentes cortadores de scones y formas de carro y pasos de fulanita para esconder en la sotana de tortas de topinambu y ambiguas rebanadas de pataca hasta en un alrededor de arrowroot o robot de picatostes de hormigón para comer, o para llevar a rebadar con las dos posesiones de ingenuos macadamistas del encerado, encuadrando la posición del momento de beterava o de una manita de nuez por menos de unas tres cucharadas de propranolol de panaderos y parcelas de vino y foam, y fuel con el punto con risa para acorralar la proyección del plagio del ligazón en el paseillo de oscar de capurtala y juicios de las escamas de cualquier bache