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Mostrando entradas de 2007

Desapareciendo

La calité, las cosas importantes que como son, se desvanecen al lugar que nosotros vamos, sin prisa ni honores que te llaman borde, pero no te besan ni te abrazan a la felicidad, y viene la Toscana y se deja la piel para traer fastidios y ansiedades que limitan, y gritan buscando el cortador de césped, un espacio diferente que se vuelve extraño en cada copa, en cada mini-encuentro con el diablo, él la toca bien.

Ciclo fausto

Dramatúrgia, eso blanco no se que es, quizás el fin, el gas que se agota lentamente, lo tradicional, contrastado una y mil veces con barriles mal pinchados y sus curvas que se agobian y siguen sin ver el fin de toda posible inspiración de todo cuerpo transexual que arranca en cada capítulo todavía sin la pólvora adecuada, con rumores y respuestas del autor en cualquier artículo alegre, cada dia menos inspirado en sus prácticas sin cara.

Loubrich

Diferencias preescritas, declaradas, que escuchan perfectamente y lubrican sus partes encarriladas hacia los diez años de existencia, de curaciones para recobrar el bienestar físico, medicinas chinas, tabiques escotados que puntúan y se dejan rosales entretenidos por la morbosidad de los glúteos nauseabundos que se tuercen con su hombro derecho y moldean la silueta ni una sola vez con el punto vaginal, lubrificado con flujos y despojos parecidos a pequeñas dosis de puré, jotas en lugar de ges, expresiones para no dirigir la vista hacia el fin, hacia el no-mundo, hacia el techo abierto y sus máximas metas acuciantes, después el beneficio.

Glue

Ropa femenina ocre, lencería satinada, pegajosa por el ruido de los flujos en la noche anterior y aguantando el sudor y la resaca matinal. Vómitos, pastillas anti-mareo, las otras baratas que no salen de la boca en su tono habitual y se encuentran con todo el desastre que ya ni se acordaban, el vino medio vacío en el sofá de piel de mozzarella, bragas y medias y satines tirados, esperando el recogedor de pelotas que pase y se cuide, y se lleve la caída del imperio consigo, con el ambientador de coco encima, flu flu, es decir, una ráfaga que flote y se lleve virus de restos agobiados, cansados de las heces del circo de pulgas.

Mapamundi

No yo, con variantes de esceptiscismo y sorna con imágenes cósmicas y parámetros de utilidad reescritos con yeso cauquino, precisamente en el mismo punto de encuentro como cosmosofía firmamente incorporada con cartón negro, aterciopelado, acompañado de medias y ligas enchufadas, enganchadas al pan de kebab con musaka y tartalineses que piden la total recuperación del asidio asfixiado desde hoy, desde el momento incierto que produce dudas y selecciones en torno al núcleo y su evolución pensada para no cansar a la materia prima.

Never say never

Dividido en ponencias y preguntas, de momento inexplicables, sin respuesta, pero con cada ocasión en momentos inimaginables decidiendo su estructura en cada paso, sus oportunidades que se presentan en forma de libros rotos, del amazon de los recuerdos y libros antroposóficos y hojas amarillentas que imitan los años y coinciden con otros sin la existencia casual, sin el sentido de la vie, ni del pedido que trodavía no, en este extracto, a partir de capítulos ajenos, en algunos de estos los habrá y se verán otras formas distintas ejerciendo las demás fuerzas ocultas capaces de la decadencia.

Entrañas a la salsa Coulís

Sobrarían las palabras y entrañas parecidas a los spaguetti Bolognesa que caen y traen historietas venenosas, deliberadas intenciones y premisas de dos a cuatro tipos, o de tres caricias violentas, mártires, más antiguas, sobre las viejas arcas y muselinas con salsa Coulís, de algo poco habitual, y algunas paranoias que ponen a prueba más platos y lorzas y platos de spaguetti Bonduelle por millones de espectros mirando, las lorzas y entrañas que no salen a la carta de los jamoncitos, ni acompañan chorizos, y se preguntan si suelto o recogido, o si el plato de entrañas forma parte del menú del día en cualquier ristorante de mariscos y paellas cobadas al punto de la mente, a la menta, al pastel de entrañas que se sirve para el postre.

Desodorante para pies

Fuss frisch. En la fórmula 59 existen dos tipos para combatir lo inexplicable, lo de la succión intencionada del brindis por algo mejor, por la mirada de algo que perdura sin buscar excusas para retomar de nuevo Rudolf, lo mismo, el mismo tema, la misma vida que varia y evoluciona como loca, y se llena de manifestaciones de cada karma, y succiona de nuevo hasta chorrear, hasta llegar al máximo, al charquito, a lo focus pleasures que cada vez más necesitan despejar la mente y encontrarse de nuevo con Rudolf, con otras historietas y libros viejos, de viejas guardias y escuelas de antroposofía que se encuentran en Buenos Aires y no están en contacto con los dos, ni con Rudolf, y aparecen de nuevo las paranoias y ansiedades de siempre, principios de ataques, y vuelve al charquito, se moja el satín sin buscar excusas baratas para poder pagar la cuenta.

Tomatttoe

Tomate, cebolla, ajitos picados, agua, sal, azúcar, aceite de oliva, toques de inspiración, salsa romesco, almendrois, picadillos del chef, el último confín, chile poblano, chipotle, algo sin dulzura que pasea y arrastra la crisis que le convence de agarrar ansiedades e inseguridades nuevas, con las mismas esencias disparatantes y el 0,50 agarrado fuerte con la otra mano, y esperando otra vez un milagro de Rudolf para entender más y abrir más su camino y encontrar algo digno para poder comer luego, y precipitarse con adrenalina por la vida, y acordarse de precipitaciones y jornadas del hoy y del ayer sin dejar que Fabio haga caso de lo otro y busque encontrarse con los dos que un dia se cruzaron y lo vieron al Paupizza meditando y conociendo los recuerdos y las películas de la cartelera de la Vanguardia.

Pátina

Según el tren, según la palabra pátina y el propio misterio de la moda, amarna y colaboradores y sus figurillas de pátinas de piezas y falsificaciones y pequeños objetos como moneditas que corroen barros y seguimos con figuras verdaderas y rotas como yesos y porosidades posibles, mínimas pátinas en urnas de cristal-cartón, o de un mármol rojizo, no se sabe bien el material de las perulias, sólo se ven, visionan y toman el material curioso, y el robot es recepcionista, y detectan presencias humanas y responden a las cuestiones, y se exponen al sensor analógico del acto de algunas teorías dormidas, indignadas llegando al paraíso.

Xuxut

Como han cambiado los tiempos, esperan conocerte mis tias armenias y el gato, adeús amourus divinuris del orto, me march me aindo les puples les xuxut de tua de gozanata de volterver a tu beso ahogado sin contrat, sin plan de emergencia,... me voy a laborare xuxut, ¿desayunamos domani amore? o mejor nó, mejor no me hables más, prefiero robarte tu olor a fruta exquisita y dejarte un beso con toda la mermelada vibrante de la dulzura. http://perro-invisible.blogspot.com/

Kirsen Smith

Intriga, curiosidad, lo definen como algo escondido entre remembers, oscuridades, huellas de vaya a saber quién, colombinos que ganan y vuelan, y se beben magdalenas álvarez con meses impredicibles y espumitas glass soberanas, de mediados de los ochenta, y sus dos ofices entre Caspe y Laforja 56, y pagarés del tebeo, y cuentas y casos resueltos, archivados con cuentagotas a grandes tallas, más o menos en algunas zonas con el otro, Shorty, el yo oculto, infantil, inocente, la carrera novelista hacia hoy con la caducidad del pasado mañana, y cardíaca de dineros y bienes que trascienden en su grosor, y lo visitan cada cierto tiempo allí donde lo encuentran, todavía tirando para las fiestas y farras nocturnas, investigando menos, pero trabajando igual, sin ponerle fin a nada, ni a esta pequeña muestra que no se llega a imaginar.

Tercera sentencia

Recaditos, torres de cristal, escaparates luminosos, recargados, hipnotizantes, sin que la narración avance por si sola, y cante el na na na, y se vea con los del barrio, y chille donpin, y busque su marajá, y sentencie las angústias y criaturas distintas cuando se trataba de los fieles seres que actualmente se revelan y se convierten en rutina literaria sobre su estómago moribundo, sobre la marcha del despertar, en doble habitación enorme, con sellos y cajas, y remolillos entre sus deudos y brillos derrochedores, reflejado entre lo real-imaginario, a buen paso, pero avanza, y luego está la gente, un trocito de cielo rosa bajo la luna llena que agarra de la mano la cuestión corriente, y llega la hora del valle, salvaje, con un sonido gris, de cartón pluma.

Caprice

Caprichitos deleitosos, fideos maki, soup desde su consciencia hasta el sospechoso timbre de la llamada, poco después siempre hueco, de la escapada nocturna, ojos que tocará sin mirar las teclas, primeros pujes, planes suplentes, currículums vacíos sin los partidos de cada domingo, ni los ristrettos alemanes que se prometen saber perder las almas, su liturgia que recuerda el antes y se vuelve a ir con los ojos cerrados y no me besa ni acarona su sentido, ni habla con los paraguas, ni con los fideos maki de Rudolf, y las horas pasadas se pierden y ya ni me hablan, ni buscan apoderarse del sentido y de los erups del bon profit. En dos dias olvidado, segundo plano, o en menos plenitud que alcanzarán otros meses, quizas años, o toda una vida, o dos, o las que hagan falta hasta que la noche zumba y rebote el cristal esmerilado del nueve por doce, de momento sin.

Conchudos comentarios

Van a ver a que hora empieza el cine, para ver si se quedan, o si traen ideas uruguayas para formar posiciones frente al avance alemán que ya no tiene más cine, ni tortetas de bacalao ahumado, ni un bote de harina frente a los azulejos quebradizos para preparar alguna cámara de vigilanciay dos palmaditas para asegurar. El mismo número, el mismo suelo esmeralda, un tipo de radio por fax, sábanas con olor a armario de goma, humo de la vecina, marlos para cubrirse las manos con poco pecho, roces, edades esculpidas, ojos feos, a ratos bien hostil, formas plásticas, manchadas del vermouth de la mañana, de cicatrices naranjas que vienen pronto acomodando la ropa, plásticas, manchadas de fiestas y orgías y po acaramelado.

Torteta

Ahora......desde el puente colgante de acelga de la crisis, las señas del lapto de mi cabeza me hacen muecas para escribirte antes de volar hacia el cementerio de las croquetas achicharradas, señas sin tetas que te dejen palabras, para tenerte entre los infartos que se arreglan los vidrios para el raiki del fiasco de la diaria,...lavar, zurcir, implantar, falsificar, matar, salvar, cambiar de fax, de cubano, de chalet, de pene, de peluca y amanecer con ella o con él, entrando en su aliento como ranitas de pozo negro, de tortilla de peyote, como unos bravitos de polla con salsa para el petit y aprovecho para decir algo de Úrsula, la mujer que trajó el Doctor Uriol, siempre siempre de negro o desnuda bajando por las enrredaderas del Hospital Clinic, dejando decapitados a los pollos que cruzan con miles de bravitos entre las cloacas de la clase alta y esperar ver la foto que va a poner Uri, esperar unos minutos para el foie, para los torrijetas señoras y señores...el descubridor de Úrsula

Mil tartalineses

Mil cosas, mil suspiros montados para descolgar otros, mil caras, tartalineses por debajo de cada cosa, de cada idea, de cada dos o tres bobadas buenas que hablan y se dicen, y se cagan con los brazos y con todo su cuerpo débil, luso, lustro, ilustrado con hiragana y manchitas naturée de menstruaciones y preguntas con 40.000 que intentan los cinco años, y escuchan como topo gigio sin la pastilla uruguaya, púrria con tortas fritas de grasa vacuna con harina, frita, como un aperitive seleccionado al dente.

Úrsula

Nebulosos pupis, sin comentarios, desnudas longanizas cruzan el living, susurros abstractos también cruzan el living del au revoir, y de allí pasan al comedor y a la sala de estar, húmeda por el clima, y por otras cosas no aptas que llevan mujeres y entran en el estudio, se maquillan, salen al escenario para el show, se acarician los pezones hasta que se convierten en piedras preciosas, ácidas, para abarcar al hombre en su totalidad, y ver sus dones sensibles, del momento en que se pone en la piel femenina y aparece Úrsula sin saber exactamente de donde. Puede que de las enredaderas teñidas de varios colorines anaranjados, cromados sobre otros fondos distintos, llenos de bombachas grasientas con otro sabor a las degeneradas, las normales, finas, satinadas, pero crecen, todavía con la elección de parecer más, se sitúan, silvan sin hacer ruido, se miran otros pezones y tranquilidades oscuras que suenan a delirios, se enredan, buscan los sueños, la vida, se crecen como locos, como definic

No sé

Dificilmente escucho algo fácil, sólo recuerdos de aquellos años, que se pierden por atrás del celofán verde, iluminado con una pantalla, diafragmado a F11, sin que se produzcan sombras tiradas con polaroid con cámara de nueve por doce, de placas, y me dice que mire, que siga, que llegaré a lo alto de la cima, solo, que el techo se abrirá, me lo asegura, pero el cuando y el donde no llega, y los deseos de otra vida augmentan, y se van de vacaciones sin cuello, y repiten las polaroids y placas, luego revelan no sale bien, el laboratorio desaparece dejando rastros de cambio de ciclo, para morder otro culito de mazapán que también madurará con cada letra del destino, y también se irá de vacaciones con otras historias y mordiscos sucesivos que no aguantarán las presiones exquisitas, y se irán en busca de mujeres maduras para paliar algo que empieza a preocupar, y no sabe si el celofán que hay que poner es verde, rojo o azul, es decir, RGB, o si se debe calcular el factor fuelle, o usar el

Faluc

Mis Uszatek y sus aventureros stop motion, Polacos, o a little bit of joy, repasando la nostalgia de los mejores que no se olvidan de nada, ni de nadie, y repasan cronológicamente sus dibujos y entradas automáticas y salidas personales de telenovelas viejas y otras que tendrian que haber terminado y duran más que el ajo, y joden, y chingan sin parar, sin potenciar tramas entre tanto, viéndose la puerta de escape de actores por las falsas calles aburridas por el paso full frame de ocho milímetros, o de 35 sin cinta aislante entre tanto tiro, tanta votación, y los mareos del oso que no cesaban y cada dia terminaba metiéndose en la cama y decía siempre la misma frase para terminar, y antes hablaba con el conejito de trapo, y jugaban a las canicas, o boliches dorados, y comían sopas reales con el resto de los animalitos, y se ensuciaban en los mismos escenarios que nacían, y....dobranoc.

Hinch

Gotea, parece algo corrosivo en forma de boca hinchable, solamente eso, alternes y clubs de baby-dolls, tostas al aglio e olio, ya saldrá y empezará a hablar de cosas fiscales, de rebientos y acentos de oro, y las tiran los amargados de silicona, y luego gritan de placer y corren, y mojan los satines pegados en las pieles señoriales, sin ser de las criadas, con la misma mjölk que la de la noche de bodas pero más purificada y limpia, diferente, más placentera y agridulce, con sus semejantes corridas materiales antebrazo y mano, y senos que parecen de piel de cocodrilo cuando se ponen a punto para succionar, y se succionan como si fuesen de una corderita en celo, y todo sigue goteando, y no se vende por cien pesos, sólo por algo más, por diferentes mamadas corrosivas, giratorias, que temen algún virus y no ven más muñecas que ella, pero no la pueden vestir, ni jugar como una barbie-doll de Mattel.

Jalouse

Petite virée chez jalouse, editions Jalou, aux pinceaux, aux étolie est née, avec comme la nouvelle ouvert le bal, des fash collection, aux poupeé de cire, avec toi, mais l'art, dans ce numéro mode arte, ce trouverez notre vie, notre Damme, notre grand jalouse, nous pourrons, tout viens, écoute, aux la meme visage, eau, chateau, mústang, avait un, il est, c'est un éloge, c'est sous les sein, grand, violet, avec pierre pour voir autre sein, et gateau, autre sein avec sang dans blanche, aux ventre, deux finissait comme toujours, avait besoin, chose, mettre en carte, avait semblait, un peu de vin, rien trouvé à la bouche, a la terre, sur moi comme, sur moi rien, sur cette rute d'or, sur chatiré avec et passez viage, ce fond de sable, de empruntons, null femme fermé, le vieux en abusent.

Pork pie

Louis vuitton, tous pijos, rusos, con botas altas al tacón de la concha sobongo, si quieres lo apunto y le invitas a boludeces proschiutas y absurdas, curvadas, cada vez más de ciencia ficción, con los cánticos que se quieren acercar al espíritu y aparecer en su público agradecido mirando la salsicha Carabella junto a su persona, básicamente una delícia hecha a pedacitos de tan próxima y remota vez que tenía pensamientos oscuros, raíces inquietantes, ávidas del modo opaco de inmediato para no forzar y enfrentarse a las niñas como artistas de cine y magia diabética que comporta nuestro encuentro del yo con el supremo inmediato que vuelve después de más de dos años y recita grandezas y profecías con Perales de casi ocho años que no repetían paradés y encuentros con Franz y con los biscottes de fibra que rozan la censura sin adjetivos ni pasiones perfectas, ni tipos de hoy enganchados siempre a lo mismo.

Sujet duchamp

En cualquier momento hola y punto, nada más, el cambio de personaje y de asuntos muy pam, carismáticos de la nada ni perdones de borracheras y reglas arquitectónicas que se doblan y no pesan ni manchan falditas-pantalón enseñando chichas y porfines prontos que se hacen tardíos, y se liberan de lo común, de reglamentos y distribuciones ambiguas que ejercen funciones distintas al mismo tiempo, a medias por ella, por los regalos en París, francés piano francés, consumición mínima, casada, que no toca jerárquicamente sus leyes y desastres y casualidades que atan prietos roles desde el riguroso feld.

No vino, no nutell

Crianza del duero, riberas encantadas de frenesí y baulenas viejas en su noche de relatos girando sin parar, susurrando laches entre sus brazos como paños de sangre de cochino, firmes, débiles, ajenas a otros seres incaucos, color escarlata, más bien con puntitos de rojizo, nada gruesos, de la misma ensemblanza que en la parte izquierda, con algo que expone en la vid de lirios y números impares con baja hemoglobina vasca de consejos y porquerias della confradillo, y tapas que se cobran como pinchos morunos, andareños con trabajo extra, pierdos makaletas, eso no, y pierden trucos sin sacar salmados, osondo yan dena sin saber lo bien escrito gero arte, con algo sexual, y adelante con vaselina y abonos de diez, y todo tuyo, a darle con cositas y desfogones eróticos, peligrosos, cobrados con una sardina mojada, a pelo, a tope con ellos y ellas y los extraterrestres que juegan al bum bum, y comen prole negra con mole y supositorios avisados a la olla balleneta noblote, mamada por una vez vi

Lo mío es lo tuyo

Después de la bronquitis, las cositas, las fotos, la vida otra vez sin Rudolf por poco, sin ella por tiempo indefinido, largo, que existe, pero el destino lo espera sin forzar la depresión entre otras bailaoras, y que suben con flato y cuatro perreos, diez al primer instante y los otros antecesores, número índet, a parte de los tres cuartos de otros índets, skin in sun, chusquillas, cigarros, papeles acuarela ocres oscuros con controles a las tres y pensión completa y topes y chusmas pegajosas entre burdeles y gomas hinch en forma de disfrutes y pinhole alcoholicos anteriores a imitaciones de doce, de fiestas chapeaus y detrases preciosos que pertenecen a las 27 babosas concienzudas del vocabulario a tal manera del desinterés.

Tágerwilen

Do camarao, no surprises, no more con bienes y miseria, y otras que vienen con éxito, a fuego medio unos 15 minutos, mientras separamos las claras de las yemas y los principios removidos sin royales líquidos, y se remueve la media con ralladura a punto de nieve con su jugo de chocolate, y marcas de in iciación cubiertas y cortadas a tiras, empatadas a cero o a uno con jenjibre sin sobrepasar la tapa ni los agujeritos que no se pegan ni añaden por sí, no sobremasa, no surprise, no more, do camarao pintado con huevo y azúcar glass, y respiraderos medio abiertos, precalentados 30 minutos a 180 grados teóricos, apenas dos repentinos, ni sus responsables con mensaje, más allá de sus límites y de las juergas, del bling bling, que tira y tira do camarao, y lo recoge, y se fija en nuevos catálogos, miradas críticas, programaciones infantiles, en la ciencia para concebir ántrophos, Madison Square, el sol de Japón a la idea felina, la Ruleta de la Suerte de Jorge Vázquez y su fórmula clásica qu

Afta

Tuta la Mascia y descuentos del 70, y croquet's vistos y tangos y orquestras y lluvias doradas que tocan a las cervicales y cotizan más bien a andaluces que provocan aftas labiales, gordas, sucias, que no se quitan con quita manchas ni quita aftas ni con un eferalgan del grupo esmoti que no se desgraba y tampoco cuesta un euro de los 427 de los chinos centenarios, y en los casos que no son para nada posalimpias, y se preocupan con el ahorro, sin enterarse de porcentajes ni esmotis delgados y resumidos como gusanitos verdes con cantidades fijas que se llaman e informan a los técnicos y líos en punta, hasta que se disfruta desde ya, y copsa que se vuelve a instalar y se llaman ballesteros con sus coros y encuentros, y silencios azules que parecen lágrimas de mar, y luceros, zares, salerosas, bonis, bono, bono, y otros nombres y manzanas con crema de cacahué.

Black bra

Les adelanto que la ganaron, que lo hicieron bien, que todavía no sabían que era su capítulo, prueba semanal, todo el mundo al aire despelotado, con Russi mirando a la cancha de los hongos, cómodos con ricola de perro, mujer a mujer, transcurriendo complicidades y rimas y musiquillas gerenciales, y privarme de las taxitudes y de la poca fe del todavía que no vive sin Rudolf, y necesita sus teosofías y crónicas del akhass y reencarnaciones con sus Karmas chiquititos, cada uno igual, cada uno que se agacha y se mete arriba y busca dólares para cobrar en quinientos pesos que no creen en respuestas, ni en escondrijos baratos que siguen camuflando ansiedades para no sacarlas y que no salgan a la calle descubriendo otros cuerpos para atacar sin el diazep...0,50, que no se quiere acabar el nombre por si acaso llega el poseimiento corporal que no vive sin Rudolf y necesita sus teosofías, otras obras, y más, y entender la vie, y dejarse llevar por todo ello, de astas firmes y consolidadas sobre

Últimamente

Últimamente empezamos así, nos encontramos por pura casualidad y la casualidad no existe, no entiende nada, no le gusta nada, ni van las cosas, ni el trip, ni el trap, ni la troupe, ni el gusto de la cocaína en el tortillón con brie y chorizo. A veces, en cambio, últimamente se destapan, ahora viene el momento; ahora se abre la tortilla y asoma un pezoncito rojo, colorado, con olor a estofado, ribera del duero. Últimamente lo tiene, no lo busca, está presente entre los silencios y las almas perdidas con peluca negra, sucia, morosa, marosa, asquerosamente preciosa, llena de pussss.

Fungo

Fungi, fundo, fundamiento del cuerpo etèrico, eterismo, etro o retro mental, territorial, alma, vidas anteriores, posteriores, teoría fisiológica, números del gimée. Betteredge no es karakeosián, ni Antonio Blas, ni ninguna carrera rara de las que van y no vuelven, y buscan cada segundo el destino satinado de los panties, de la vida de algodón y rosas, clavadas como espinas desiguales con patrocinios y tatakis de salmón, ahumados, vistos desde otro punto de vista, a tu lado con sus diferencias, o al suyo con otras, fachir los canales, los limpia cada segundo, los mineraliza antes de apreciar y descubrir la verdadera permanencia detallista y esencia, y añade cada vez, se deja llevar, se centra en el futuro con un solo ojo para abrir la frente, el tercer y último, el techo de obra y vida, del sastre, de Rudolf, del fab punto com ya perdido desde los cinco años, seis, siete, una eternidad, otra, otra que parece haber encontrado otro techo para abrir, otro ojo, otras palabras que escribir

Xucrut

24º y tarda, tres cucharadas de sal, pimiento, nuevos tragos, plantas medicinales para obtener una bolsa más o menos doble, agua hirviendo envasada y apretada, sin hojitas cuarteadas ni corazones de sal marina sin tratar, ni los 27 puntos colocados, enfriados a temperatura ambiente, falta un poco más para preparar los repollos y sus frutos contundentes, armados con los 750 gramos y se desmenuza cada vez con las capas y las tandas bárbaras que dudan al revés, y no sienten cosquilleo en la boca, sólo arcadas dormidas y agotadas por la questión de mañana con los primeros ensayos.

Snifff

Por supuesto, ni tampoco el pegamín central, farlopa, peleas, ni coños adolescentes buscando comida, desesperados, sin las portadas de chichis en bolas con salidas a la pista y nuevas marcas digitales, lejanas, que acuden hacia el sur, no salen nunca de allí, entre los dormidos como siempre la harina como ramos de lirios rojos, allá, por el cielo. Y más allá empezaba el predío, y siempre lo mismo, hijos de la piedra y de olivas, a otro adorno en el jardín desde las ramas y frutales tallos, hermosos, con aquellos garfios que aperciaban senos y traseros de cualquier mujer y espiaban los gritos de sus huesos, encogidos, salvajes, salpicados de pepitas de lomo por todas partes, secando la papa sin cinurita, fingida, discreta, en su taza blanca, anacarada.

Warkausen

Búttermen's teteniz, su marca registrada con 30 segundos de diferencia, pocos, no los ve, no corren, ni se diferencian de los vagos cartones "vaag cartoon", y los dibujan con señas de ida y vuelta, novedades de inicios fatales en forma de flan de coco, cuando se baja, y vuelve a subir, o se estanca sin saber, sin acordarse de los genios y profecías raras, donde acaba lo que no sale de dentro y más tarde se confunde con los mantecaos de aniz que también llevan butter con algo dulce, lento, demasiado para comprobar otras decisiones y dedales con formas y pocos coloretes, y trijuelos desempleados, borrachos, feos, donde sea, pero grapean y ven hombes y saben las representaciones y favores por avisos y noticias con telegramas en blanco, preparando poco a poco algo incansable.

Bolsas a la carta

Cartas, bolsas, bolsas, cartas, combinaciones de las dos, losas extraídas de papas y formación de lo que el novelista quiere y no explica desde su ausencia, y no termina de publicar sus cartas con la mayoría de críticas en su primera fase, orales, escocesas, con faldas y misterios epistolares que se conjugan lejos de secarse con su último detalle puesto a punto, sus dolores de barriga descafeinados de chufi y lette decremé.

Teletipo

O sea características servidas en tazas, vasos, con cuerpo, sin cuerpo, con previsiones adoptadas, consistentes, carencias divididas con sonrisas liberadas, miradas caravaggias, muchos momentos de dudas comunes, todo lo que se repite, en parte está en su discurso, en sus dudas disfrazadas de lobo según parece, con tales ingredientes, y otras, y bolsas de miseria proclamada a los cuatro vientos no pitados por el trato rebelde que se ciñe sin objetivos a medio plazo.

Denkent

Als je normaal denkent persoon was dangerous book for boys dat hat, explosión de sabor explícito que derrite con maestría, con la muy temida, sentada, cristalina, con la falda cargada de rosas y tabúes que espiaban por un resquicio de su alma interior, pidiendo socorro, calcinando la otra sien con liebres granates y lisas, afelpadas que se mantenían al alire como plumillas azules, criollas, pequeñas, que no quieren llamar la atención y siguen su camino sin volver al sofá en tres años o en dos días o cuatro noches, o mejor en pleno dia, o nunca muerde el mantón rojo, las ramas de la noche decididas a algo concreto, claveles rojos, finos, se ocultaron de nuevo envueltos de boniatos susurrantes, tempraneros, aunque sin saber que estaba allí.

Mise en scène

Misé, curioseando el motivo por el cual uno está fuera y copia en ocho carpetas y mira la egocéntria de las mujeres que no callan, hablan, escuchan en contarnos las vidas y las cotillan de todas todas, turulato y todo, con su polución tan trémula y sus preferencias frágiles, poradas y faltas del momento de entrar en las ensaladas de churrasco con foie y ñoquis calientes al gusto Karakeosián, y se vuelven a aguantar fríos con referencias históricas, y sexos al estilo oriental, y estilos, inquilinos del Eros y de su bella notte comiendo chivitas de Zelmer y arropando la jornada redonda con carne propia, el mismo grado libre, Rolando a Capablanca, o al revés, abrazados, en silencio, suplicando y rozando sus estupendas cuyunturas que además son poquitas, a doce o quince cuadras de las últimas revisiones menos importantes.

Suàrez sline

Como BJ83 abc o un 36 y medio de esta, de este modelo BJ8324F o ella que ordena y como media tampoco casea ni fija fall en los pares de arriba, los que se siguen vendiendo 60-55, a precio de 26 al 34 y dos centrales a pares y a fichas ensuciadas con cordones de recambio, igual, del 37 al 39 variando pasos, y chicles de goma que huelen a botas nuevas que se fotografían variando los pasos, teclas rotas, enumeraciones que tambien varian y bordean las tiendas y ellas se quejan y buscan excusas y simplifican las actas y enganches satinados y rubrifican el seguro de vida.

Segundo molde

Hera, de pie, como moldes caducos de sonrisas y orines, y en los segundos estantes rojos que atraviesan palabras y maldades conjuntas, grasientas, con sabor a hiel, apenas en el armario, con conjuntos que ahuyentan, pero ellos no se fijan, ni se fían del pudor ni del orgullo rodeado de tiempo infinito, a ras del suelo, vuelo vuelo, y miro alrededor y no veo nada, sólo mariposas y sueños eróticos que despuntan y rezumban a la espera del conocimiento, de las bases de la vida antroposófica, de Rud, rasurado, sin poemas ni descubrimientos ocultos, sin la ciencia dormida del destino, que no despierta en su huerta sinó en otras peores, medio podridas, inmóviles, impacientes de sueños e insistencias, de búsquedas que atraviesan y siguen sin cocer tumultos hambrientos de fogones con foie, antiguos venenos que corroen y se pudren, y se ahuyentan en la noche de Mayo.

Cuaje

Mínimo dos o tres horas hasta que cuaje la cobertura, la cáscara a 180 grados como sus tartas y sobres de cuajada natural, graciosa, boicoteada por el vídeo y las palabras de fondo que no se entienden, y remover, empezamos diluyendo la mezcla entre cacerolas y herpes de yogurt, y utensilios hervidos con segundas veces de azúcar, de recipientes a temperatura ambiente sin nata para montar que se hierve junto a las pelotillas sin grumititos ni apretones lavados, ni movimientos cortados de cadera, cuajados, con sobaos pasiegos de Santander y tropezones de pollos redonditos que no se pueden amasar con máquinas ni nada parecido a los gustitos de cualquier grosor de deditos mantecosos que fallan y no lo ven nada claro, y se van al molde sin permiso para formar la pasta base con bizcochitos y mantecol y otras capas de toque personal con duendecillos que recogen y limpian la cocina y desmoldan la tarta de frambuesas y ciruelas, y habichuelas de cristal que no alcanzan su punto.

Whizbiz

Justo le preguntaba, y justo cada vez lo mismo, la misma competencia harta de la igualdad de las primeras veces, los malos momentos erguidos que se acuestan tarde a la espera del rato de descanso, y me decía algo al oído, y me olía los vértigos y paranoias en forma de croissant de chocolá sin salir a ver amigas como Juliette a partir del 25 previos a las salidas y entregas de informes cobrantes a uno con veinte, sin los tres últimos dias que ejemplan a más tristezas y certezas y UOUS uruguayos puestos con el theme de viviendas y comidas vacías de neveras y almuerzos de acá, todo en forma de polvo y golpecitos que están y se acostumbran para su resto fortuorio, argentino, dormido, gastado de postres y famílias sin memory target.

Tastet

Lo que sirve de norma, se dice, pero no son buenos datos, siempre discretos y viriles desconcertados con falsa publicidad para aprovecharse entre las boticas de los eucaliptos, y pilas de periódicos viejos que se detienen y sacan mariposas coloradas, fieles de todo, blanquísimas, enloquecidas por pocas ideas de dentro, tastets que salen para volver a entrar en otras, y probar el foie con gambas, y cerrar la boca, y delirar cada vez cerrando los eyes y viendo moscas y papillas volando por los aires, que se creen infantiles, árboles dentro que escupen lar ramas ardientes de extraordinarias ausencias, con diferentes sabores y olores que se notan poco, y siguen delirando y viendo panties rosas recién usados, sin lavar con satines de colorines y cruasanes enbalsamados que todavía se aguantan derechos por su íntimo bálsamo recién comprado a la tienda de juguetes.

Aribau 44

Así no, pero Laforja 56 cuarto primera aunque se pierdan muchos detalles del vestíbulo antes de llegar a su cima, antes de las repeticiones y los pasos negados desde el parking de la esquina sin la carnicería que cultiva voces y puertas blindadas, ocultas, mini-bares ya inexistentes convertidos en murmullos azules o plateados, que erran y erran, y queman los vestidos de núvia, y se pierden al llegar a la casa, igual, abierta de memorias y movidas transparentes y sentimientos bellos llenos de ataúdes y altos cipreses color crema, y palabras grabadas, y besos de Marlene Dietrich, mortajas ambulantes, ráfagas de Chanel 5 solo en el baño principal, olores antiguos sin ningún recuerdo oral, la cocina con la harina de galleta que todavía no se reboza. Siempre lo hago yo, ella me deja pero no está. Se asombra cada instante de la casa, cada momento vivido, cada idea que busca la chica perfecta y luego no vuelve, se esfuma.

For bracks

Hinch me parecía lo más antes de que sonara la sirena hacia el baño, hacia su patita hinchada sin horizonte ni punto de mira exagerado a la memoria de la abuela que se podia tocar con la mano como el viento, y la lluvia, y sus caras de sapo durmiendo entre flores y besos de escarlatas rígidas entorno sus cuclillas y lorzas que caen, no se mantienen quietas tras las horas de insomnio, no se celebran en todo el cuerpo entero, étnico, ni se distinguen entre gusanos rotos de cristal y salvajadas varias, apoyos entonados con un do menor, o ciruelos gigantes que se desploman y se desquician apareciendo sobre todas sus amigas, secretas, vivas, retorcidas de dolor por el hinch global de la calle del Ante, de la figura maternal que se disgustapor nada más, peluditas, con olor a Tartufino y muecas de colores exclamando piedad y ardiendo como bengalas que forman la bandera catalana, con laureles y pasas 1957-2007 en blu-grana, con banda amarilla y pezones salpicados de pepitos de lomo y batidos d

Intim Langous

No tenia experiencia, solo mostraba sus encantos desde la mesa 21. Al menú le sobraban adeptos rosados, ibéricos, los shows de los 50, corbatas rojas, anchas, chaquetas de cuero a l'ast, carnecitas bien sexys que meneaban cada plato, y succionaban cartas y menús libres entre copa y copa sin forma y sin escurrir al segundo métre, de momento, en la espera de poder hacerlo en el baño, o en su púding rarito, media hora con vaivén, insultos chupados al coulís de bizcocho, y a la pata de cerdo confusa por el postre que no llega, y ella quiere venir a comer algo mientras habla y se limpia la boca de los restos ajenos, y se sacude los cortados con condones sucios, recios, ya sin forma, y sigue con solomillos y gambas en bandeja que se tocan el culo de más, debajo la mesa, rozando las cortinas y apuntes de servilletas verdes, usadas, manchadas de Nutell y flujos varios, incrustados en la parada de su último ristorante, menos las larvas de la mamada anterior.

Sueño francés

Estaban las dos colgadas como perchas, había alguien más, pero sólo recuerdo la presencia de Pablo entre las escaleras que bajaban a las profundidades de mi ser con olor a melón, y la vecina me miraba fijamente y hablaba a los cajones de nardos donde guardaba alhelíes dorados y las sonrisas restantes de Semana Santa que perecían en su memoria como pequeños recuerdos para no desaprovechar como el pasado 29. No había escondites, sólo el bar y algunas personas, muy pocas sábanas blancas, puras, que también compartían su olor a shampoo suevs con extractos de camomila y canela. Necesitaba que su aliento me mordiera la boca a pedacitos, sin dejar señales, sin que la presencia de otros seres preservaran nuestra intimidad, como un hongo a una ranita desdibujada en el fondo contínuo del cable, mirando Arturos negros, hojas misteriosas que se reúnen y charlan de otros cuentos, de su cabello largo, enorme, que recurre entre los huertos de la hierba, como una poupée deseosa que no se centra, de fl

El equívoco

Voces paralelas, centrales, dafnificadas en los lazos y palomitas de maíz, o vicios comunes agrandados por las influencias personales que se equivocan y buscan valores abstractos entre los suyos, entre las butacas que se miman y se proyectan unión de por vida, o mil cumpleaños, no sé si ocho o nueve, pero es inmóvil y crece dos o tres palmos, más no, y recuerda que pasaban y pasaban a lo lejos, sin ocultar las mías, las esperas del destino, los senos imaginarios, glamurosos, satinados, violetas con lazos amarillos, que tiemblan y esperan deslizarse hacia el juego íntimo, hacia un poco de pavor, con ella bien apretada, o suelta, escondiendo la frente, una a una, y escuchando los cañaverales de la infancia prohibida que ya no me conoce, ni siquiera me saluda ni evoca ideas ni pardos pastos en el humo y el tomate, y la salsa de papel de plata ni se acuerda de la casa, ni se dispara como la miel a pesar de su rareza.

Martini Rosso

Sirvió su copa, alargada, con planos inferiores, invisibles como el cansancio de sus ojos que reflejaban aguas y miradas perdidas y pasteles del horno viejo, desgastado por las horas imposibles y las colas que penetras y piden, y llega Rudolf sin sufrir, mezclando el azúcar con miradas y bebidas que intentan imitar la realidad de algo doble que piensa en listas de esperacortas y esponjosas que dan las gracias, y mas tarde dan la vuelta para encontrar la palabra morbo en el diccionario, y ver la noche despejada en forma de fin, de santuario religioso con roces y llamadas a la tierra del sinfín, y sigue leyendo sobre la vida y se quita el jersey, se cierra.

Acabouse

Con los recursos no suena tan difícil encontrarlo, y rapideces valoradas con la mejor semana en más o menos dos años de deseos y ausencias que vuelan sin saber donde van, pero ya, poco a poco van agarrando otras ilusiones y formas audaces que no privan de nada, y se emocionan con cualquier ilusión de fuera hacia el córpore y quiere besucos de una bella dama que de momento no llega porque está en contra del destino, pero ya existe, como el tercer ojo en el mundo real, el ojo de Rudolf que observa atentamente los pasos del todo, y juega a échecs con todas las piezas que quiere que ganen, pero no ganan todas ni se miran las que ganan, ni siquiera se saludan, ni van a la 104 de Marosa, y nuevamente comienzan a estar ramadas a puerta con contrincantes y noches de Mayo, y dulces magnolias con todos sus frutos y deliriums que van cayendo como siglos y perjudican, una a una, las gallinas de colores que se funden con abanicos de piel.