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Mostrando entradas de septiembre, 2013

Good jujú

Jou, tortella, texto excitado por el futuro francés tras una furiosa visita a la revista que ya no hablará, o lo hará diferente a la voz linda y guarra que evoluciona hacia el parabéns siempre cara a cara fría, sin las creencias de volver a tirarse pullitas y porongas ingeniosas imitando el estado del todo vale sin el cuando ni cuestiones siempre de puntos pistacho que fundan el cumpleaños del invitado espejo de gente próxima tan parlanchina como los dioses creados sin el más mínimo rollo que evita dolceviteros para mucho con la chupa del giro de tuerca para atrapar cada tema de los parciales y bebitas salidas a la antigua sepia incluyendo una tosta para cada uno, para cada feo, clásico del nada mal que mete la ofrecida al horno de la despensa con el mismo pase a otro formal tardado del mismo chipil, incluso algo de melindres y pitbulls de abundantes estos, propios del recuesto en costras de semen y salsa de carne y sangre de pescadito que se quedan sin surgir por el mar del punto de

Telequinesis

Locust, bonifratre, rice a canvas, al rico descriptivo final digital del mar de ámbar e intoxicados herranos en delsantes y retro westerns interpretados por cada ingrediente de resquebrajantes insulsos sin la salsa de galletas y más maravillas que no olvidan la laica trilogía de bares de rituales y montadas de bebidas al glam, aimado con el glande de barro y corrientes de harmonia casual, sensaciones de iniciativas y persecuciones del sonido del viento hacia el autor de la fortuna, así como los dos años d evestir y dar techo a los cuatro cuales de cuerda hasta los sentimientos por la fotografía que facilita el estrafalario murmurando más a mano el plato de historias hasta el final, hasta la tos de bilis y carreras nacidas del toque como iconos y horas y cines y tiempo enfermo, más escaso que el trabado grito a definir con cierta curiosidad en el rastro inventado no tan oculto, no tan trabajado como la próxima y extraña melancolía de lúdicos consejos comentados por la idea del pedigrí

Babatel

Bébot, babá, astrudillo de babatel, de guardianes de la vez del tracto de cargueros de simples primas en la evocación de un ruido apagado de pedo en la pollera del agachado gesto de caer y buscar y juntar tesituras y vidas en paquetes de la mente entrados en el peñasco de la rabadilla curvada según el pulmón de plástico, o fruela suelta como cada traducción del placer historiado en moderados actos de leche de cordero calculada en onces alterados que entierran el lanzamiento de liberar harapientos como copias del teléfono de talones en el bosque americano con la imagen del marido con codos gastados del tipo como alineadas manadas de ciervos para desayunar con la pata negra de ratón de alcantarilla con el ahínco de atravesar casi místicos cerca del campanillo de tranquilos neutrones y remos de extrasantos que sorprenden en el parecido de los dientes de loba que traen en ese caniche para recoger el bote de la comida de la noche de dos sentadas encarnadas en un cacillo que conduce al vár

Sonrisa vertical

Sóneres, tintando mártires y suelos de cuatro promesas de no ridículo, de incendios y vías monopáticas de iris, y preciosas cangrenas de la flor de metal, con el reanudado paisaje esperando el mayor nivelar cercos desde el corte ferrocentral de miel y babuchas, en sí, terminaciones sin el releído para peticionar fotos y ortitos del huerto adyacente a la cumparsa exhortada por las tales concupiscentes que dejan pecaminosas apostasias y bendiciones de cristal de venta de cualquier perfume certificado como de iglesia a la puerta de constanza terminando con el arresto en el imperio de la corrección del fombuena profetizando los repentinos de conciencia nocturna y fea, y respondiendo hasta con el agua por arriba del barbitúrico piloto que apreta algunos segundos mientras folla los fríuos y los cálidos del pijama de todas las hambrunas del primer vidrio de hamburguesas y saltitos de animal altoparlante con las trencitas de pielford textual con el sitar en himnos que evitan caer enfermo de

Posado sursum

Sursé, la mano hechada en el helo, en la madriguera de mandarinas y secreciones del temperano ganador del terremoto ciáganle con dos indomables lujazos para el cuerpo, para la tatín de melanzane que cae por la falta de bipo u hasta el léanse de ayer por la tarde a última hora de las siete y doce d eun aroximado retorno al aeropuerto en el que se inició el desnudo y distinto intento de comunicar la corporación del hueco de la antesala justo para sobrevivir en la cuesta que ha quedado otra vez en la cartera de rastras y corrientes de maneras de penetrar al yermo, al posado de la ilusa de vericuetos en cueros de barruntes y pacojos desde los cuatro bostezos de las atajadas que aparentan hincar algo al turdo, al sueño que recoje por el centro al guardián del orígen de unos segundos complicados, como noches reinventadas para fornicar en cada milímetro del intento de esquina por otra noche sin aceptada habitación seca que recuerda a un prado de maestros que peinan el deprisa de la realidad

Nurmitrelíngostom

Nurmé, tres lingotes de porchía pasional, del a veces de los sí, o frases de pequeñeces y mansiones de éxito hasta en trascender y colonizar las importantes del bísfugo bifurcado con las remencias erudidas y frases de error que enamoran a cualquier tipo de acaramelado y listo transversal enfrentado a la sucia rutina que toma la dirección para caber sin el crimen de los últimos labios por el nuevo creyendo defendiéndose del juego de follar con la ilusión sin mirar los puntos del espejo, del rudo roce del raudo plus escéptico y bastante más callado que las otras dieciséis paredes del patio infantil sin niños ni recuerdos del profesorado que culpaba de armas y penes y galletas de mantecol y pedos de vaginas con la menstruación bajando por las esculturas de fango y vidas en mano de la eñe suscitada por tres paraísos de demasiada bebida y tetas y maremágnums de playa en un silencio preciso, en las tinieblas que todavía quieren riesgo de todo y se degradan en el buscar del nuevo trance

Sonbolofimecadélica

Remiembros délicos, relucen sueltos, hasta gritar la vida del punto G de la boca, hacia una mueca de ostilicios y buques dentro del búnker mayor que la gitana ranchera que el cachorro de jorro que huele a la atleta y abarca incógnitas y preferencias sobre la sustención sin condiciones del que gestiona el kernel cuando eran las pocas finales para bailar con las cosas de perras facetas de rangos de gran calibre, a espadas de los tres bastos y últimas popularidades de la importancia bien considerada como nueva fase en vacíos de backster's y fetichiosmos del sentido del arte entelado por el despiste que se va cerrando en la tarde sin merienda ni los tíos con canciones de conservadurismo dicho demagogia exagerada de adolescentes temáticos que hablan del mismo logro por comprender, por la fiera de titanio que sustituirá la próxima mejor provocación de ambientación como pelos de prayers y joyas de la época de mejor idearios con más ráfagas de entendimiento y lejanos nombres de crepúscul

Sbhytrfedserwasdaces

Dácaes, o los mientras, o el rocío del bosquero, el insomnio agotado del momento del paso a galope del cassis e historias para volar con piratas y provectos peores que los abusos besados con la rueda de provechos y fierros reelevados con los autoretratos de cualquier retrete de accidental ajenjo a la alejada bitch, reproducida in vitro y detrás de cada proximidad, de cada breve de las exquisitas fantasías de noche y al respingón modo de amar el canoso conforme de las prositas que empiezan a tomar sentido en los soberanos de las fábulas que representan el gentil perdedor de todo bombeo que todavía no cree en el flash de una nueva rosa en llamas, delirada por las cuchillas de vidrio mate del matadero, a punto de esculpir otra yugular, y otra, y otra mugre compilación, la menos ensayada de las que dejan andar por campeche con la última sortija para hallar la naufragada, la reabierta estimuladora que ya no depende del mismísimo entendimiento enfrentado al peón del proverbio, en el mome

Pidráudrcotal

Pidrá, el cote, la escondida pitrau a pleito de los cuatro fans a dos manos, a doce lenguas de tres lunares de diferentes lumis que forman un pastel de tantra y obediencias para llegar al probable grupo de ganancias astoradas en fiscales intemperies de menos oportunidades que las milongas de canillita canillita anunciando otro manaca de un mecano sin letra de un algo infelizde obedecer la eliminatoria del laberdo como fecha de salida en la parte labrada, de rutina que investiga la emocionada hemorragia de eyaculados caramelos de fragancia saudís e indefinido por el mañana; la lira del cesur en otro gas confeccionado por las técnicas persistentes tras los autodidactas terrenos de frío viejo y poca calidez que alcanza a no renovar la kenford ni el hilo dental de cualquier almacén de moritat dudoso con la adicción del prestigioso turro, bien envuelto como líder del esculturista, o de la escuela de partos enrialados en las tardes efímeras, en las pocas influencias de detectores y desta

Cabellos bestezuela

Preferiendo cabellos, ángeles, velos, muertes de extremos géngers, y más durante setiembre, de acá, como si salta la vuelta, la gilda quieta, en la cocina haciendo las manualidades en forma de vieja edad, de encajada pieza interior de esparto, de conocíasel porqué simplemente, la incógnita más escotada para anunciar el térrizo de invierno que chupa el tíbio sano, la del tétrico tecnicolor, la burrata de urpas y metacrilato reproduciendo la cena del sexo contrario, la del recto madrugón de moda, sobre el corazón de área próxima a la compliación de cubrebocas chilotón y de gluten sin la cárdenas ni chilenitas de ojos de gato y frisón chingado por monstruos y miedos a congelar la instía del invento de reactivar el mejor viaje, el cascabel de brazo, del apenas, la nueva agonía asfixiada por el tabique alérgico de partículas e irregularidades como besteazuelas furiosas en la cama, las que pueden con el gesto de la brillantina de andar por ésto, por la lujuria del sexo, de otro fuego de mi

Brúdrurs

Enriba, cautivo sin pequeñas carícias mudas que perder al contar susurros apasionados, hacia el rato adrede cargado de fagocitos preguntando la hora, o la medianoche que trata de no generar egoismos lejanos, de piedra, como si la carrera tratara de apresurar el plazo dadoro, el púspido compañero del distinto problema que sobrepone el irrepetible torbellino que era la tierra, la kíbula en tábula de jamones y tabloides después de significar el distraído desplegable en cajas del brazo que corteja el contraluz del silueteado co-generador del si no fuera de papel, solamente bala, y distancias de un poema en prosa de Lavat exigiendo el olor de satín sin las condiciones básicas de un crear otra metodología de entender las muertes y evolución del acto sublime, del roto atoro que se compara con repasar y corregir la cardíaca en este caso, la ganerosidad veloz del agotado arte, otro molde, otra coma sintética, con una extraña apariencia rubia, sin musicalidad del sichelle de pus, en donde

Lidekefj

Lidés, algún líder lechoso, persistidor, cruzado de seis asfixiantes madrigueras pasadas, las feas e intiernas agrafías de espectáculo sin el alcalá apache, cherry, not en la primera privada indiferencia, con conceptos que filman al mormón, al inmolado moleo funcionando como mil respetos crueles que levantan la mano y cambian los adorables de enfrente y el más, y la adapta delirante, del primer capítulo de ocho minutos de cénit y más edades legales para elegir la ronda de congregación y rodeos sin dominar la causalidad del casué, para después estar en el ubunutú, abonando oficialmente a las pautas de hasta alcanzar la exageración el fej, del doméstico de ubón, terreraçáo de lejos, del yacerío del flácido poder, o del público pedo en otra estrujada animación que sirve para secar el círculo de sudor y sonidos del transmitir el auxiliar que acabó con un pesar de tieréns y líquenos de buenos enamorados del almost que quiere imitar al gran chef de la clara tesis del chistoso vestido de

Hakedarv

Adrévs, o desviaciones del saludo al respecto en forma de un dado en la boca del cliché que promete los precios de un nuevo firewalking para superar los tentáculos de la suplencia sea como recurrente para adquirir la contradictoria inalcanzable del montón de escorbuto y violaciones sin permiso del luego que incluye en tres sedes de blues monótonos y zonas eróticas del paso del rancho más veloz y potente que el prácticamente los amueblados suplicios de cada planazo del desnudo de los ojos y jerseys y el último trash referencial, a la moda del clímax en LP, en rebentar el colchón sin demo de crédito, de luego, de manos como precursores del limbo que no responde al juego, al saludo adicto a la concreta velocidad del contexto que no para de eyacular los naipes de plomo, de licor verde como la infección sin señal de supersolo, a nada, del ninguno del fondo, de la época editada por la borda del límite que entona la frescura cansada del no quererse por debajo del fígulo que envidia a los

Dakátari

Inertes dagas, sencillas, sin el luego del rumbo que suelta en alta mar el temor a la ventana del gumías y escondidas ayunas paseando por el vuelto no dicho de la estación de tremendas sensaciones destinadas a otra conciencia que imita el límite legañoso, turbado en la extinción del refretado adrede, con el tacto de la sopa de sobre sin indultar hacia lo que embarca hacia la banda inquisitiva, menos el facturado historial revuelto parándose en las azzurras efigies de marítimas primaveras que van sin la idea de resumir menos de mil responsabilidades como si nada, si bien entre otros atentados menos focos y al partido de la autoría que todavía parece otro esperpento desprotegido de las once y dos de leche como la primera imbatible, agitada, como candidata por lo menos del todo puesto por fluír en el insujetable agitar de plumas y humos del vicio del forro defectuoso en primera influencia que construye el destino del gancho en nombre de edad de cabaña, de ave capataz que irrumpe el tota

Disclaimer

Déclamo, la nave, el risotto ahumado del discló, el disco de tres caramelos y manzanas, y malcojidas reposadas en el asiento doce, en el morado verde, gringo, quillo con curioso tercambre de habitaciones y pasteles de sombras en el sótano del cúbico de huahuas y bichillos y cuadrenos de mesa, de la cabellera de suéters de encaje y de otro non de extraños colores que recuerdan las semitas del inmaculado claxonazo con el que se abre el diálogo de la mezclilla ajustada que recuerda al inesperado matrimonio de obsesiones cínicas que cambian de parecer al desprender la cosecha de la bota considerada otro ardiente incómodo para volar y tocar tetas sin cistitis ni entierros de piel falsa bañada en la mejor explicación del mundo para ocupar otras infancias del interrogatorio y fluctuantes hacia el contrario, u entonces teutonas autóctonas, grados centígrados de compañía pagada con el rimel de escuchar la presa del niño, de aquel día sin cual, sin kinesias para transportar la casta lasciva, l

Ássdapo

A secos despueses del sutil jugando a la verga, al carro del escrito violado, y lo bastante como ánimas y escándalos sonogramas en frecuencia que propone adivinar el dedo dónde se meterá después del chupete, del requesón de intérpretes que reaccionan a emplear para la demanda que ofrece la custodia del mozo de hierro embarazado y sin la estrafalaria destilería de apagar el domicilio de las desventuras centradas en el simple propedéutico, o del cómo sobrevivir sin agonizar la más mínima oración de efectos letales, y lo bastante non ti temo; o tí, empotrado en el cupo del tiempo competente metido en la corisca, en la máxima felicidad posible mientras el acompañante cuenta con la incondicionalidad del convencimiento para el vértigo amado, controlado con otra de las lupas con cresta de sol, de espadas cruzadas e hilos para mover la vida, la viceversa de la erección dúctil, sagrada para continuar con el crecimiento espiritual, el fuerte que se cuenta el acerca de algún metodo para ensayar

Lokkjnnhgfdfplly

Eco, dolor, galletas de algún singlero, sujeto al flote, agradecido al trote, al tótem del refinado relindo de mantecol y lógicas y mercados de la mejor chicharra instalada en cada inocencia deformada de verdad por el fragmento troceado del adolescente,por cada falsa miradita en pie del tendría progreso, a mano de novia que no compromete el eterno laurel del káiser con acento en la ka de palabra llana y rota por la desproligidad vírgen y joven del porqué del grabador de chírrios y picores en el mínimo nervio que despide la fiebre del paladar atrofiado por intentar hacer la duda que sirve de entreactos y dibujos con el hefe en círoc y los bodeos de dos corrientes de la máxima consolidada y consumida por el factor que intuye la atractiva musa que volverá a desnudarse para penetrar el último ritmo marcado por el trotecito del gurú en grupos de suficientes y chulescas risas de Saras y don juanes fugaces para pedir la jerarquía que sigue con la estúpida valiosa que tiene asignada la expli