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Mostrando entradas de junio, 2014

Camponoto sandeusi

Sandué de explosión, del caer a amar el olor a nuevo vergel de deusé y risas de uso, sin la prioridad de no releer la reloca otoñal como a medias del atento mantel de cera y cuatro hormigas en el fundamento del jamás enunciando el historial de muecas y otra manera peor del no sé, de avispar al perenne inexperto en pianos y ofertas de adelantar maracas y habas y populares bibliotecas como temas y escaparates como de mediana edad, como camuflados por más y mejores furcias de latón piedra, de atinar hacia el cielo, hacia la simple paseada de peonzas y hurgos del ampliado hacia trozos de ardientes situaciones de algun cromo tercio, despachado por las automáticas parecidas a las manuales que tocan por distorsión las alejadas que pagan solas abonos acústicos de cocotólogos y costillas de ave llevaderas en cuatro de las cinco resistencias de imágenes con el diazepan debajo de la estufa, intentando disolver los percutidos tragos de ron, de junio y julio y aspavientos de hembra, imaginando e

Hjoahodasjdoa

Hod, recubierto de recibos y de dos jaós de centro, de jaque, de maquillaje de cine y anathemas coleccionables con los instaurados fines de exorcismos y canciones de cuna sin los paganos justos del tormentoso pueblo de esteponas y salsas y detalles acurrucados al mando del cómo rojo de la voz de viruta que atrapa la primavera sin polvo ni pajarillos ni las conducciones confusas hacia el arreo del romántico que elige lo ineligible para el otro vencejo que supone repetir las tres ejeas y hojas ledas para entreladear fotos de aromas sin personajes ni permisos hipohuracanados de todo lo que  casa con la muestra cardíaca y  de oriones y pantallas de pasta de bioguías del despropósito que envenena la sintonía del queríalo todo con yodo y yogurt y gritos para digerir los pocos textos de la pegajada esencia de cloroformo de héroes y compras soñando como niños y moscatos lamiendo la misma picadura del paso de las letras perdidas en la mirada igual que las saudades de alcohol que comen y quema

Mamihlapinatapei

Pinatapé, pei má, vortíc que también cuenta las gozadas de aristazos de la solitaria búsqueda del pampei, del mugo, del quilo de harinilla normal, para la masa de las plazas a la carbonara e inducciones que encuentran divagar a la corta colaboración de los huesos del pedal de las caóticas tecnologías caídas a la no, de tener diferentes erógenos en el centro de las íes, de las veces, de las manos de inconstantes circos y señales de alerta en el cuerpo, de necesitar los siete en treinta y dos karelas de rubios laredos y cotorras al mando como algo normal del entorno de los irrisorios nombres que se cruzan en el caos que no continúa como lo espera el estar en los pisos del plantar, de los automáticos automatismos de anterior cordón, como las tocadas tátaras tocadas para la varita de tenacior catenis, de un invento del canto sazonado con alcaparras y pimiento y huevo como una tártara al gusto del francés, del picoteo de carne rallada y azafrán del lado fresa que muerde como el diamante,

Prozvonit

Prozvó, proveta de fuego, de miel, de please, de fuel, de fué otro periódico viejo, otra caja, otro pié del cinco, o del quizás, o del cómo hablará en un pasado que todavía resiste al palmo, a la caracola de bebé con injertos de ella, de una inmaculada sed de piernas líderes de las de más de un tiento largo, cristalino, avanzado para el estandarte de antifaces y oídos con la cicatriz indigesta con índices de la fiable sirena que corre como otra textura de flan en el ojo del lujo, de la luz, de la potencia elevadísima al pico del buánoit aprensivo que pesime la parte del admirado poeta, de primeras erótico como el doctor, de romanticismo armado por todas partes del blindaje agobiado por tener el deseado trofeo de la pareja con condes y condiciones extremas de no usar la raspadura que quema las típicas partes menguantes del menú de la menor apariencia de imberbe que cree que no habrá fuel suficiente para el cabello del patetismo hecho a razón de la raza de las experiencias anormales qu

Shlimazlydffgh

Quiero que insistas en el primero, en más fotos de corbatas y tactos y rectos e intensas jornadas para decidir las grandes jugadas a la mano de la concentración de  cada dominado minuto en que reduele el dueño, el pezón de la sangre, del cristal, del carabena de salsa y vino, y otro deleite de uvas y olor salado de otro pecaje estático y sorprendido con tantas lanzadas en bolaso y primerizo de la hora sin vísperas de los comentarios que sugieren otras isas de más, de emisión de informaciones de papel y purpurina en los loads de carta y catalejo y pírudos y enfocados a plasmar el ámpito de enterrar la entrevista con el primer capítulo guardado en el sólo sólido, en el copérnico astro de shames y gente bailando en el prometemos de insinuar cosas normales que agarran los regalacos de seguimos informando a la selecta calcomanía de atención al recipiente de coco y fresa y zumo de gasolina para hacer el batido de las ideas de un hombre que acompaña a la dama de honor al breve observador d

Backpfeifengesicht

Véase don, y de quiénes el salario y las redactas de recordar que no empezó el funcionamiento de altos pasados con las encuestas que pesan de las vacas gordas y cada equivalencia llorada que crece para reeducar la roxa, el extracto del propósito que termina como tantas horas de turismo y calidades y entregas vocalistas y bastantes teloneros dotados de unas cuantas baladas robadas de la perfección hacia las melenas de fondo, como cortinas, hacia la tenebrosidad de la primera escapatoria de noches de bolandas y pajarillos de cristal, del filo del rojo rebelde, del revelado estanque de morfina y escapadas compartidas para palmitas de bailes y vueltas al contador de gesichts y geishas blancas y porrefón de cualquier tipo de ferias y domadas dásdamas y perversas palabras para alocar al cliente, para el trío de tiros y palabras bonitas a carambola de cualquier resto de corazón rabiudo para la conclusión fatal del desenlace sin el reverso combate de cintas antiguas menos estropeadas que las

Pochemuchka

Pochando lochend, la poca amantecada que se estiliza por más depósitos y cuscos y parches y rozaduras a lo siguiente del general astro que combina la compañía para poder salir a llevar el clima opacado por horas muertas, con algo más en el extenso altibajo importante y la manera de apagar la película de chollos y partidistas de estar a la par de los grandes finalistas que estilizan con los fans y los encantos que usan para el mixpod por su punta nosense y las pintas de trémulas deboradas por el aliento del chagal insípido que empuja la posibilidad de conseguir el tipo de personaje, la grita que parte del surrealismo de cualquier família, como pequeñas elaboraciones de aire y tiempo y látex trabajado en claroscuros de trazos de cuerpo y carteles y risas y más monstruos de pastagafas y fango entre cada balanza de facilidades y las paradas de diez risibles distancias distintas amarruchadas alojadas en las servilletas como mocos de radio de bebé esporádico, de calle aérea sin una trama q

Fernweh

Frené, este de jonás, del cuando sube la oración de la luz, del bello duarte como un sueño actual, para insaciar de la primera idea hasta la yarda del vacío que entierra el sobrepoblado alborozo de picos y crostas de cristal y arreglos de opresión, de prisa y cuarto olvidejo o de tiernas tres por teléfono redimido de romper los muros de muá con fuego de mantas y bogavantes medio fritos a tres cuartos de las carcajadas del horno sucesivo de crecientes asiáticas en la entrada principal esperando turno para volver a ofuscar la estacionada fuente de paz y espacios acezantes, clavados con la vuelta sin aspirar hacia la hada, hacia el velo del versátil número de dos ojales para la práctica oral de la rueda, la fresna menta, la menos sucia, mandada en el lujo sin público ni papalotes de  guacamole al estilo de hacer volar con el castro dinero el poder, las epilestíes en el movimiento de cajas para no despreciar el futuro, ni las nuevas uñas para el otro incontestable pañal de isotonías que

Bigorina

Le giorno de vigor, apodado a las aloras de máguem y a las horas del plus pleno del autónomo en el ramo del rincón que todavía importa para llegar a los quilómetros de ecuaciones vestidos amablemente para añadir un porógrafo a la porción de inalcanzables dependencias de modales y caras de cera en venta sobre la mesa del catilejo de contar y camuflar madera con la leña fácil de segundos vagones y geográficas equitativos montando la família en gamma alta con la misma carencia del seguro de vida que salta como un estropeado contaluz de vectores irreales y los sólidos comienzos del carnaval fielque intenta no mezclar la distancia con las mezclas para el definitivo pretexto de cualquier potestad dual, señada por hacerse en el mejor capítulo de novelerías y beneficios por los apaños de salir en la primera página de internacionales y votar bajo el tirano que controla toda la bigorina del hoy, del how, del hasta, del hosting permutante en los de asá, incluso lo que no existe o presta de los

Pirujíbaro

Breves vulgares, del querer una cara en las cuevas del hombro sin más, sin los sinés de sobre cualquier casi decir, o la suerte del instante que desconfía del temblor del corazón, de la taquicardia que sigue ansiando la floración del piñón o lo más, llegado por las traviesas oficinas del ejército cerado con cenizas humanas y acordeones y cuentos y fuentes machadianas con el poder de algo en el hoy de creencias y poesía sólo de obedecer y sanar como las tracciones del sustrato que torna las aromas del entonces, del honesto transformar en frío y caburés de encantos como tantas ramales cerca del urupagual de estrellas y diámetros de ursurpar el jugo de la abstracción, del jujíbaro caliente como otro seis de un recetario de chamfaina en lugar de todo el belén haciendo pruebas para lanzar ajustes por la madre de otras xanas ladronas de sutrúm sin las especialidades llegadas del apoyo con olor a maleta vieja y a veces bajada en las migajas sin experimentos de cinco polentas sin la adrenali

Mónica pez

Adjudicar del choque pentapartiendo platónicos que valen como todas las ensaladas sin ruca ni canónigos ni comida para peces ropálicos de euforiasy renombres de céntanos y tetragramas de ténet apadrinados por la seguridad mediante la alargada del don potencial de tener el volver a la llamada profunda que entristece la prisa para el diseño de amar desde cero, desde la misma acróstica de recibir el paro hasta el pez de caras de alef y consubstanciales que separan la adicción al armar para proponer maridades y cenas y riquísimos capítulos de fanatismos encuentros subtitulados con exteriores y divisiones y guitas protagonistas del apístago con la muerna aplumada del devén de cualquier pecera con kril y pestañas de sótuacs ocupadas por la galleta de silt y los cuérnicos del souloff de acordazados links en inglés de quintas peceras decoradas con marroquíes motivos y burkas y metralla en cada estanque de vitro y colorín de lonfardos y noés que no salen del múgulo o el off de esquemas y espa

Emend

Nérriam medio, demandado, tardío en domar, en paseos de luna y soga y de nuevo enamoradizo en debilidades que ven sólo un parque, un viento, un ahora recitado de manera como otra poesía sin género, todo en la misma taza burbujeante de eméticos y bario elemental para atergos e inagotables préstagos del dolmen de bolsillo cartográfico en muchas horas de prescritas y potingas de alejar como otra sargenta a parte de los teresinos enfermos de un buen trozo de teoría con sello de capacidad y carbón de monárquicos seguidos de gastos y prevenciones de la talla de un topacio de ron sacado del jarabe de jaramillas y brujas en el lugar del emendo de rocosos atontamientos andando hacia el no saber reunirse con charlas y críticas superiores al caroyá de intensidad y flujo sin veneno para la conquista de las arquitacturas de codina y contenidos para saber blidarla con los dotes y trempinas del sueño a cuatro imágenes de las patas del caballo y sus cascos enormes y sus poderíos en enemé, en laspart

Muscípula

Dioá, coret del viento, del náeo sin música calcada del dejunio, sinónimo del momento situado en la puerta del melancólico flojo decidido al diferente tratar de cambiar la mosca para comer, para garatar las anerioridades como la de una tarde tras otras sencillas u otra entoces de idea del confiar en la lengua y el birrete del invito y luego el persuadido festón de perlas y festivales y musas y partidas de fatiga diciendo que ya es la buena para morder y empitonar en el cuello de cuyas persianas y codos y movimientos de cotidianas profundas plagas de telelés casi en el mismo peso del erradio promedio de juzgos y jugos de algo, de indefiniciones indeterminadas con la páglia en el peto del babón que frota los piratoides de la trampa de mojeras y muerte y bicarpios de centenarios casquetes de boda en forma de chaquetines y ya el compromiso oficial con los insolados a la pieza de casi un puzzle de rígulas y neveras y ventrescas de puntos de banderas y monólogos de mujer serena y segura de

Galufo

Letón ni gloria, ni garros rotativos dichos en galú, en más aítos ante la paradoja de una nueva era de trampeadas confianzas para la mayoría de dípticos de dinero y perlas paisajísticas que ajustan las odiseas de tribus meciendo otro vals al fuego y atuendos entre parches y cubos y más luz que la hablada, que la fémina del nido rojo, del hojal hundido entre los colillones de acróbata, de fé sin etiqueta de favorita, de galufa gatuna de leds y manzanillas para las entregas que ansian administrar el retortijón hacia el gesto agachado del choque con la boludez y el coherente de felices fiestas de guardería y galletas asistidas para elocuar las erecciones que empiezan a reaccionat por cada sacada del sacío brindando la envenenada inseguridad del tarareo del abrazo que descubre otra mudanza de ropa y de alguna que otra distracción que no pica por las calles eróticas sin cocer ni merendar con los desmadres la nutella que recuerda la selección holandesa y los colores de la rabia, de las nar

Calanchoe

Calan las angústias cerebrales, de la elé del patio en consonantes y amorintes que no se acuerdan de las trenzas del peso ruín, del mismo mugro yuxtapuesto en el tiradero del plantado, contado, modernista, del definido panteísta de novelas y letras y ratas inmigrantes de otro grupito de sofocos y dadas de ensordecedoras y menos frecuentes legados emulando aquel relevo de miedos sin humor ni tiempos ni reyes ni retales de primperán y cacharros de madera tallada al gurri entre la primera y las buenas jetas de beber sangre y sexo y semen como otra vampira del rodoló de coco que cuelga del tremendo purito que calcula las horas del fígulo supuestamenta favorito para destartalar la trastienda finalizada por el sido, pequeño mercado de circos y número de amontonados datos de grandiosos competidores de plantas de música y pies y naipes de la gata a medias, con el amor anónimo de entender los huesos encima de la autopsia del atarís tras el último cuidado del próximo desgastado entremés de los

Knavdiddedarovk

Otoñal mayor, trópicos, negocios largados por el parabé del tríptico sin instantes invitados a la típica cena de envidias para desfavorecer la difusión cazado en los fondos de la carta de encargo atrapada en la aprensión de clavar cazadas emociones después de tantas tormentas de bruma y otra brusca lata de estupendas larvas de picores sin quicio del viejo mensaje de truenos públicos y reacciones de corazón fuera del maniquí excitado de pronunciar los flecos, planchando la boda que nota las palabras del ramadán frio, igual que el cielo drenado de médicos fugaces de la diminuta palabra que prosigue viviendo en los troncos femeninos apetitosos con cuerda escogida para ahorcar el contrario de las fuerzas de embriaguez de la cumparsita que abriga los luegos de confianza recogidos con angustia campanera con poco veneno y miel debajo la puerta, turdida de modas y fuerzas de cuenta mezclada con anuncios dentro de la caza al corriente de amago del intente de niñez y mitras y futuras pruebas

Blem

Fué jueves, lámpagos, jardinillos de hornos y meditabundos no creo de galería pictórica, policíaca, amigable del secreto del bulto de la canción espesa como esa íntima necesidad de teñir de plata el plástico de blem que se retira para la pareja de preguntas estampadas en las químicas pretendidas por la cuántica del maslo rehén de pocos devoradores del cosmos integrados al pico de ausentadas que rugen de veces, de palabras rápidas de incorporadas al secreto de atraer la voz, de la misma manera que un descargado fusil apuntando a otro picor más, o a otro gusano que come el interior de las muestras de semen recolectado por el masturbador limpio de cerecinas y silencios del tembloroso equívoco que vuelve a llamar por enésima vez a la tumba paseada entre las falsas paredes de la hiedra de tal acómodo sin usinas de aspirina ni de recursos con síntomas del fin, fierros y destrozados por las pulsaciones de paz sin bombeo dibujado con luz de cibernéticas modificaciones genéticas para otras pu

Cinco penta trillones

Trileros y pentágonos de robo, de cinco del no, o de tres del supuesto, o de ligeros hiatos de tanto para un paladar de moradas de aplaudir y ganar oportunidades de cacareos y balazos y los propios fondos entre aquellos que se ocupan de retirar los panegíricos, las reclamaciones poseídas de permisos aventurados al mal recuerdo, alinsensible dolor de cortantes navajas de afeitar que recuerdan a la muerte del lugar gastado del aunque, con dos hombres del amor y pestilentas esencias de orden y posturales mascotas de materiles y usualmente sin los tercos que tienen algo nuevo del sabio picor satírico, o del mismo seguramente del primer día que se vió la luz reflejada al patio de aquellos peros, sin razón suficiente como para desviar dos golpes del filo del teórico lugar del collar de punzantes dientes e injusticias instantáneas que dudan al apuntar lo de cada uno, lo de la isla que chilla compañía y pedos mutandis de sueños y difieros de frecuencias y éxitos por contar con el tratado en

Sotomono

Sotó, bajo la beba cardina entre manos, entre etapas de leyenda personal y torciones de luz atacada por la ébria de dos manadas de traiciones o profesores profetas turbadas de una extraña exterior sin currículum de las antenas de la sensación seca de largas y rigorosas y completamente ahogadas que intentan el jugo de concentración y un par de prósperos y dilataciones de velocidad y vuelcos y flascones del desferrado sin situación para comparar con la comedia comprada por una alegre y sensual rosa salada, sacada de las crestas de pollo con samfaina y ríos de barbacoa de cacao sin pubis femenino ni los aprensivos como máquinas para ir y volver de la mierda de las fiestas particulares para adjuntar un seotinio antojado en bailar al foco de la tragedia que corrige lo que parece garantizar las togas de otro sotomono renacuajo y con más residencias que las editoriales según el tipo de sombra hallada en la manualidad del menú de montaña sin eneptos ni dialogaciones copiadas del anuncio cons

Vrandegadsfkiop

Lazarza labiando recerzos y bendiciones en el plato de una chapada procedencia de hostal sin portero y con ferocidad agitada por defender lo irradiado de enero, de luces de sangre y vrandeg y champaña de tocador plausible, repercutido por otra africana sin puerta, sin gritos de intemperie con el asajado reguero de la copa santa en concluir beber poco el más erótico acezante que mueve la pudor de la primera fiesta con tanto rizo y corto como el pasar para amanecer en la garganta de puño y letra para un grupo de escención de fragorosos apartados del coloso que no llamea ni lleva frutos del emblema con escasas ventanas abiertas, lavadas por las gardenias hasta el leopardo que aletea con la lengua, prestada todo el tiempo como motor y goce retráctil que retarda hacia el oeste el coste de la futura ancestral y acrílica adecuada al ratito de velocidad de cada neutrín que recorre el newton japonés de tanto neutrón rojo, confuso, asimilado al precipicio del principio, al pánico a no discorre

Hrirdardiv

Primera palabra de compra, de do, de herir, de girar la fácilmente decidida a zoar el nombre de la variación del orificio vuelto del animal empajado con cortes y cebollas y empafúes de melaza para pombé y saltas del poco menos sin la tercera parte del franco, ni veinte pies de pingo apresurado para volver a lo más alto del éxito como ganga de trópicos típicos de deseos de hombres y camiones canisnos de la vreada influencia penetrada a la hexápoda sin anteojos ni vagina ni flujos del completísimo chupito de agua de mar isotonizada con las riendas del punto G recogidas por la erección de la tábula y sirena; mítica luz un poco más mística que el guía azul que roba el tiempo empleado en aprender de las mitades de brigadas en colofón del tráfico de antiguas poltronas del yá, del aterrizaje del orgasmo que flota con ella y los libritos del tartamudo grueso color roto de la corrida en la hierba de terciopelo, interior del nuevo blanco natural, de carné, por repetirla ilusión del primer bebé

Qrifredamv

Normas énclaves; platos, combos, fin de curso ordaz y mordido por el mañana de bandas de prensa, de rogada en cuneta y dudas para calcular el melancólico código de pilotres y pastillasde insonorización para calcular el horario de la piltra, del testimoniar en forma de tal, de consecuencia entre todas las citarras charras y el siete de dos entre domingos y manos con el a solas de día violando las persianas de arranque con la plaga fúnebre de otro delicado tijoux que retarda el compartimiento de las tientas de cierto y caro cumpleaños como para las laderas de cutáneas maestras de como otro arte para avanzar en las sensaciones de las minorías de las adyacentes enervas de la ratio de los ayeres recordados con la propuesta que recuerda al take de cocina animada por la tridimensión del segmento del riesgo hasta las voces del orrón, sin la be delante del pego para forzar el alimento de semen, del entonces de cada guitarra, piano para hobbie del sushi intento para frenar la fría del birome

Jábega

Se veta la nerda venda de algo de jás, de begar con el tragicómico poquito, denúncia apodada sábado y sistemas de polenta como cromos para intercambio de abales de quilombo que no se sabe que se presta en el cambio de nombre y edad y atansios y tumultos en cinco barras de bronca por el empate de la trequedad que se mueve por pocos aires casi increídos sin notar las microscópicas de apenas maullidos de salvajes retos que desmienten la pausa de esa sensación que recorre las horas y el tiempo de deseo falso sin impulso ni otro afán de los impuestos 27 bis de la calle del mercá de antes del sueño que emenda la embalsamada por parte de perpetuar cada cajetilla de candelas y únicas y acostadas entre las milongas de vainilla, o como las croquetas de cera, de teleseries latinas recreadas por el permiso de obras, de descartes descubiertas en las estadías sitadas en muchos extras con faltas ortográficas de la tinta de trabajólicas amigas de iniciativa y casi algo vermejo de dementes zumbidos d

Reno y rubio

Como nota de emoción, de placer, de velada entre dos cuchillos de carácter físico y cada mártir atizado con la joroba llena de metal pesado, de regaliz y trocitos de amantecados, o en particular garitas de plástico para mascar y rellenar de nata o crema o visión de relación conjunta para llenar la visión objetiva de los cánones, de la grandeza del desenfocado dibujo del desamor en cuatro entusiastas tan marcados como las yeguadas del mármol, de la redada con tiñes y toyas  de queto, de las que quedan erosionadas por las terrazas sin trenzas de caballo para pasar con la targeta de publicar la redimensión de cada consecuencia de otros lados hacia demasiados y justos juntados hacia los más sinceros criterios de causas y docenas de miles de recursos para saltarse las crisis de hartazgos y múltiples orgasmos que ahora no funcionan como los dormidos entre reacciones de antes y las de los nuevos picores del córpore de numa y sin la voz de hacer el amor con la hora del hotálites transformad