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Mostrando entradas de octubre, 2008

Artajerjes

Chucherías, padres, profesores, el alcalde rumbero, funes, eurobicicletas, triciclos, decidir acá, programando y transmitiendo el ciberánum más o menos en la grandeza de la infancia decorada a carcajadas desde montevideo concretamente, como de costumbre boliviana que preocupa para dar toques públicos y notorios, enternecidos por el nombre de la cosa prematura, preparada para algo superior de nutrición y dietética, fruta a medida, chamipiñones de la agencia etiquetada en el mindundi, productos más sanos a etiquetar en pocas tetas tiesas, robustas como robles, como lavadoras en el lapso abierto en cada estación y juego mimado, reflejado en disciplina y entradas localitée en rodaje para percatar la trastienda erecta, el toque humano de suerte para que funcione la pizquita de luz y sabor de la rueda de prensa de antro; y vistas ruedas, el pase del dos a cero en el debut del diez como seleccionador azzurri en el alud de oro, locuaz con las piernas abiertas y medio muertas de dolores y pesos

Opioto vulgato

Vulgatis, hombres hastiados, dispensarios mozos de cuerda histéricos con el tema del amor y cada lema por ende tratando de dar dos abortos para quedarse con la vieja oficina de astillería y bucanería sir Wally por las axilas más o menos apuntaladas por la edad de cada amígdala, de cada opioto vulgaris en ensueño de cuatro o cinco más un estigma y un tumor envenenado enjendrados en el delirio, en el chocolate blanco, perdido en ediciones anteriores y en únicos temponteros en punta como en el interior de las cáscaras pardas, pistolas, odios diurnos, siluetas cínicas a diversas camas y medias de época, hasta trenecitos, remolques Velmon por la tierra y menstruaciones de hojas de leche y curly empapelado con miel y cartón de cuero y franela bastante más pesada que todo lo anterior puesto en cualquier vía concurrida con tonos grisáceos, impostores de dos mundos fucilados, de cualquier venus o vulcano de evoluciones y opiotos de los últimos cinco años de la existencia que amaba por debs sin

Pastas darróspide

De la fama dsarrospide sin la ese intercalada entre la de y la a y otros trángulos trever bien pronto hindú darrospide con medias y tacones acaramelados, montesillos por persona para pastas dentro y fuera del almuerzo siamés fulminado en la base convincente y egos en grados envolventes de psicología heterosexual hostil a ella y al sustituto del transcurso al prefacio sexual pero que difiere al más típico y lento mediante miembros del sexo y deseos que satisfagan el handicap y egos amorosos de la atracción y razones darróspide de cada pasta sexual externa en la vida etérica hacia el vestíbulo del contestador de un objeto comparable con el rot evidente en la corte uruguaya, grosera, sin exceptuar a ninguna de las pulposas hidalgas, taciturnas marineras, hojas de junio del 76, de hierba al lado de sus lecturas puritanas de dieciocho meses y largos viajes y racimos de fiebre alta y chilaquiles en guerra médica al instante a marín, siempre ahumado, con el bizcochín entre cejas de recuerdos

Biromes y servilletas

Frisón, todo Moscú, el otro adelantando la correa, las zarevnas emperifolladas de grasa terina, compactas mezclas diferentes de sangres adelantadas, morfinas, barcos, nodrizas crépitas de dos mujik, vaselina a pan, viagra, aceite de arándanos secos, y botas de tafilete entolados por tupidos y negros bosques tupines solo a veces como hollines a máquinas y mesas y juguetes de crío rozando la corbata despectiva, soñolienta, a oscuras de humedades y voces de rinoceronte amargo a la hora de la fangada fatiga, de los gramos de la mala suerte como otros hijos no muy seguros en manos del yo que sé de diputación inocente, callada, juan marsé, y por si fuera mamá tuteada por la escenita del baño ronroneado; el cuchillo fuerte y compacto de cada piso, de cada bombacha limpia o recién usada de la vecinita en el aparador de Montevideo sin camelos ni bebelos la nutell ni el nesquik en polvo que sopla estúpidamente la vuelta hacia atrás dejando el bolsillo en el dormitorio de la nada de aquellos musl

Zero compromiú

No es de extrañar aunque al referirnos a tiempos pretéritos salgan otras cosas; perfumes, mezclas sin despistar delirios al acento de la cocina, laurel, romero, tomillo en oriente, vainilla, azúcar de vainilla, pulpas de aniz, azafrán, raz, harissa, colombo en más o menos proporción al boulevard origami semillas, hojas, metabolismo, trucos para incrementar el hambre, el poder sexual, otros aspectos inmediatos, contractura fetal con botas de ante y fragancias enfermizas de luz con pezones tiesos en el vagon privado del ser caballerizo si nota final, transportes contra la butaca a primeras horas de la personificación de algo susurrado, entradicho por el objetivo de la eos digital de cada ruleta, de cada pared abreviada hasta las once y media sobre estos tiempos barrocos de crisis y vacas voladoras, empates, zero compromiú a las siete de la tarde entre risas y coños compromisos locos por apagar la radio de washington y dejar a Obama a Escocia sin esperar el primer congreso y traspasos de

Por barco

Litástasis en la punta del aire o doctor espectral de ojitos diferentes en un diario crítico de quien sabe o quien pregunta la hora de la semana pasada por barco o la nina larga del olvido, naturalmente un poco modificada más grande que la zeta papizota, bode, cada valle por barco en cada posición oral, calboa, cita de cartas y entremeses con su gorro de dormir artículos ingleses de ambas maneras, la mayor parte plácidos cánticos y letras escarlatas en cada sitio y devociones, lapsus en rama, popitos, nalgas envenenadas de satín puro, rojo, devorado, envenenado, frío paisaje, reposo, parece pensar en algo único lejos de los hombros hondos y caídos, en marcha inevitable, soluble, al contrario, en ella nervios y cultos de quinientas libras de las antiguas voces y mondiolas de semen con signos de impaciencia y dietas en grasa y enormes carteles que tampoco salen como a las veces y voces y vuces y bucles despedidos por muy paradójica, por barco gordo sin vela, godino sin rumbo; sin, sin, s

Paredón y después

La conversación empieza abruptadamente, ella fuma después, sin límites sobre el velo contrario de frecuentes ahogos y toses, barras libres, con una libertad transcrita en calentones prematuros, con peaje hacia el juguete rabioso que agradece en la primera edición al biga progenitor, enorme cuadrado del trabajo caído del total del villano a olvidar muy en serio por cada parecer mindis por lógica como un torrentede platinos y brumeles de sofocos galopantes bajo tutelas menopáusicas, intoxicadas, servantes, conocidas, dueñas de famosas reabiertas después del primer adonis eléctrico y paredones y crisis, alertas descoordinadas, para escoger la crisis del no decir e ignorar paredones, y despuyés escenitas del miedo escénico de la muestra central en crisis acordada, desgastada por vía marítima del paredón raso, elevado en el sector descendente en los piensos y precios de piensos y derivados en imágenes por la patronal menor al 3% de la gran cita Obama McCain del candidato como vendaval defi

Montevideo 31 de enero de 2009

Veladas paquetas saludan merenjenas y milanesas de pies a cabeza y rancho, se va márquez de voces filipinas por tiendas y boliches desde chicos y cojos jorobados del telecataplum hacia el porqué de la abisima torpe sin andar con turismos tempranitos de parientas y barrios de pesos y techos de profesiones y fiolos gordos y muertos de hambre solamente con nutell, ni quiero saberlo, notregale vitaminizado que no engorda en tujo, manteca, ajo, perejil bien pasadito por cada pensamiento persiana, el reservado que no se acuerda de lo más sencillo, como se ve, el plomo que vemos del misterio, del tiempo aquél anteañero, antequerano por el peso de imágenes sin saber hacia dónde ni cuando hay que pedir la nómina adecuada o la comida con los años de calabaza y choco sans adieu y coco de mazapán de cada interior periodístico, foto de agosto, severamente grapada en segundos restantesy deseos de cartas fictic, por ninguna parte de la maison de sus contundentes ilusorias primeras en advertir lo cual

Hasta ayer

Hasta ayer eran serpientes y novelas finalistas de premios Lawrance que empezaban a sorprender a Turning y los especulistas como figuras humanas, oscuras, verdes, cyan, un docente certero, una crítica, un delirio, un verdadero hilo fotográfico de archivo y tamaño aleatorios, al sur de ese punto bajando lo que sea y no sale ni se mete entero, lluvioso, lubricado en el manos libres o en cualquier futuro que mira de reojo atento a la jugarreta con unos cuantos lingotes y procesos de fragmentos al trabajar abrazado sin conexión y sin volubles leídos del abate, pared a gatas, impostura abreviada o pototó para los amigos capitalistas por el periódico il píccolo sin serenatas malentendidas y frustrantes como un ser amasijado de blandos senos viriles hiperconsumistas, y nenos con todo un sujeto unitario forzosamente volcado a devolver la espada de dos toreos, una especie de cante hondo, relativamente misógino a medio camino del océano polar sin mucho sabor de dudas y gentes entreabiertas de pi

Minoestroesme

Bulle, teclea las noches después de ángeles y demonios para el fondo del ser; una galería que no desiste de la novela en medio del silencio obsoleto, conceptual, incívilo, pianista, retratista, frenéticamente estresado de testimonios menores y chasquidos de la unidad clandestina o del cristo de la pasión de sinopsis a las calles de la verdad desde las alturas del amante atado del mal gusto para voces que bajan a querer decir andanzas bajo la luz del grifo y cacahuetes hablando con todo tipo de pastillas y estancias por el hilo del colchon ahumado del cumparsín, de dos alrededor firmamente cerradas, clavadas de capa, por encima del pijama asimétrico, todavía sin decir los neones anegados de deseo, de tejos presentes escritos sin prisas ni amores pendejos, pasines, cueros caídos, caras, relatos íntimos clásicos para la cena y factotum del a posteriori de los postres y bananas y manzanas buscando Venice y todos los ismos mismamente con un ceirto grado de ansiedad, pequeñísimo pensamiento

Búhostuezios Buelios

Recuerda Gurina, su salvación, su tono de voz, que si un lápiz, que si una goma a la derecha comercial, inigualable, bombones belgas, búhostuezios buelios explorando el bois del sastre jorobado, adieu querida y bienaventurada nay, falta una hija, y padrinos para la criatura y rebeldías, trabajos, sexos, masturbaciones, la princesa bellísima, dormida, en forma de bolita de coco con miñones del maharajá para la ruta calculada y sueños para la salud delicada día y noche, vendiendo humo y cenas y contextos extraños, fondos, aunque sea libremente homelands, o cualquier mp3 sin grabadora tibetana, yaciendo al público directamente, zasca, sin cuajar varias biografias de substancias raras llenas de diazepanes casi parecidos al objetivo de la cam crice empeñada en la propia salud borrada en gran parte por pijinhas y caipirinhas dulces sin mojitos llenos de baches y paraísos tras repetidos intentos de ocupar el lugar que constituye las cinco y cuarto y gesticulaciones y grutas y gritos de fanáti

Keinjapoltin

Bisuco liquoro, un bocado de piesche tan exquisito como la langosta o cualquier paladar una vez obtenido en beer moluscoide y perversamente poca cosa antes que pueda abrir del todo el fuerte licor y las recetas pegadas con goma venenosa antes de la horamás importante en el sentido estético de la teórica comiendo millones de ostras y sakanas al baño maría por fuertes gustos sin culottes susodichos una vez terminado s los dúctiles, mofletes, brownies y la mezcla de hierba de pasto con tres tazas de leche, mantequilla, harina, media cucharadita de sal estéril con restos de concha, aros y bastones humeantes, galletas saladas, frágiles, cajas de cerillas para fabricar bombardeos y divinos estofados a la canela en polvo, arroz, maizena, gourmets, ostras a la mente del ojo; no es aquello, la voz de hoy acusada más triste que de normal, la barca con un balazo en la cabeza como en la ópera y Pancho Villa y los medios quitándose la ropa en la proa privada de la bahía y los miedos del amanecer qu

Chajá de payasandú

Sereales, arina normal, ortografía de la compra desesperada, encefalitis paralizado en la prisa para abandonar el discóbulode clames; permítense mantener las apariencias de pugnaciones taciturnas, panzudas, y aún no liberadas de sus cáscaras de babas editadas, bebés, bebés muy deseados y babas y encarnaciones, acción de gracias, adultos momentos de delirios, y ninguno conociendo a todos sus nietos y biznietos en cualquier chajá de paysandú sin estrenar en barras oxidadas de forte fiatartone a trocitos de zinc blindado a rayas sobre el terreno déspota de ambiguedades distintas, pendientes de si llegan mensajes o llamadas esperanzadoras del esperma irreal y hechos intermedios de disfunciones emocionales en los meses previos al crack para pasar y comprar estancias, hoteles, y hacer de motor de la economía, congelar sueldos y etcéteras de átomos y lástimas por todas las carnes y las panzas de cuatro meses y medio sin tipos de interés indubitable, flamante para empezar, digamos, que no term

Últimos pronopios

Bajo otro tema que acumula y como más espaldas blancas, más de dos sexos que pasean la mirada y ensayan cuentos para vos, muchas veces sin sufrir cartas difíciles no tan vigiladas solo para recibir las vuestras excusas y terceras acá, para salir del paso y siempre pensar en lo mismo, otro cásting y culpas, y gases, sólo un criado, no, sólo una parte, una carta al círculo al palauet de las mil formas, otra carta al palauet de...y poner un simple momento encima de la campana , párking arbolado, prados, mozos, lichís, café del viaje, este horrible texto que utiliza de nuevo retóricas y acuarios que definen reposeras, fuelles poco a poco estupefactos, pensando en descansar unos días y preparar direcciones opuestas a veinte praderos y poca paja más que por el momento encalla las miles de acumulaciones vip del disseny del próximo lunes 27 del mes diez del año de la catapúm mirada por otros años y días acumulados de poco trabajo y depresiones que bajan a por el cacaolat y hablan con lembranç

Manconia

Éser da ria vueia jalonados en cada mesilla y parte del juego sin la menor sensatez de sospechas y barriles, gafas de montura negra, nueve meses y cada uno de los pocos que faltan para levantar eso a las diez y emitir resúmenes concretos, espécies de sustitutivos metafóricos en plena campaña por el ascenso de los setenta, algo así, una de estas frases que tienen como único objeto maestre, en cambio dos fuera de la idea del desenlace de mil individuos que buscan las muñecas hinchables, alegremente con otras cosas, regresos, encuentros, tipos de sueños, maravillas tras lucirse sin aire ni fiebre moral propia de los panties impresos en una delantera rubia, sensacionalista, contra el stoke del ser aficionado a asfixiarse con la misma, y buscar resultados después de la manconia ocurrida en uno más al primer palo o con un tiro lejano prácticamente desaparecido, egoísta de otra noche de mojitos informales de corintios y cortisona por completo; y tocando goldenbrown para salir del suero y las

Magma

Continúa el silencio ocultando las voces de Abril, más o menos de mediados de magma yu de que es a ella que necesita la bestia; el benigno salvador a descargar este pesto que tanto retiene diazepanes, rutas, fuerzas de la tormenta, el interior de la cabina, impunidades, magmas de polvo uniforme gris con un cuatro tatuado en la espaldinha prolongada de la americana aterciopelada, picoteada por el labio húmedo comiendo carne de pájaro con cereales y gotitas de flujo verbal envuelto de su hajra; rápidamente un mensaje, dos, tropocientos más, una mosca que vuela entretenida por el olor de su bombacha sin lavar, magma, de la cabina, informes, astronaves, vos que no llegás y yo delimitoe s espacio terrenal, lo beso por ti, lo masturbo más confuso en visiones delicadas que dudan de la supervivencia y surjan roces de cortijos almerienses y blandas pantuflas inconscientes de la vie, cenizas ardientes, tenso silencio vibrando en el aire con un único vibrador gigante en forma de adiestrado mendig

Piu por ejemplo

Alcachofas del carrefour plantan y se tienen por perdidas con las alcachofas y las mangas arrugaditas de yogurt y partners y ladrillos y bolsas de papitas negras con magoyas ejecutivas y ruiditos molestos y toses imposibles y tres mil y pico que dejan los segundos en blanco y ríen como monstruos y jetas de últimos tragos con juguillo azulado y vuelven a pasar diez segundos con pin de monigote bicho-palo y el zoom que vuelve en tercera para el paseo de la alfombra y el esque del tipo famoso, cultural, sin mucho sentido amable, sin test, sin tetas de agua ni chocos ni preguntarse qué pasa; más sin sentido no, no toca, fríe canciones chorras, se delata mugriento que todavía no toca en la paz para rato, por su basto tesco en secos, luego hace falta unirse al laberinto, al destino confeccionado para jugar al azar y cruzar las manos y dedos y marionetas dobladas sin cuello ni cutis ni el piu de la 186.

Se olvida, lo olvidan

Recorre, significa, no es nuevo, trata de desdeñar algo que ya existe cuando caen chuzos en medio metro, cuando olvidan las cartas y los párpados en cáscaras vuelven a olvidar y no recuerdan el paso por...todo suena a lo mismo, bla bla bla...razones que se quedan colgando para envolver los pensamientos escribanos del miedo marchitado en cada locura del vaivén, al puntito negro que se supone que es la cámara de sopetón sin el Raw ni bebidas energéticas ni puntas tomadas, ni casi parte del alimento, del vicio incontrolable, pelaje, totalmente mantenido hasta del antojo mayor y berrinches en la estantería de cada rincón y cada recuerdo por el entonces presente simple que imparte la preferida, este buzón en estos tiempos revueltos, del titubeo al inicio real de quedarse en este caso con el resumen augurado, y transpiren sus cuerpos y sus voces resuenen al olvido del fin en público hasta la fecha mixta, exactamente igual para tamaña causa....consumismo que actúa como adolecentes de la resis

Pija dura en saque lateral

Supongo que nada, a dicho de hoy, a fecha de ayer o de mañana, ni se sabe el monitor, ni salen las cosas recontando el autor y retomando el rumbo de las lecturas rápidas en tanto saca el crápula del veinte o del Juan Miguel, no sé de cuál me hablas como derecho inalienable, con la dirección de mostrar lo que se acaba por una sucesión de corredores desnudos y maquillados de acuerdo con la importancia de cada salida negra, obligada a favorecer y a formar filas con proceso psíquico contrastado con el exilio y la incertidumbre de haverse quedado en blanco tras el último siete más, no caigas taxi, no caigas, enjuaga una primavera cualquiera ni a favortitismos con todos englobados a cómputo de cada plática sin motivo, de cada voz, de cada rinoceronte, de cada girafa con cuello corto, de cada hipopótamo, de cada idea absurda que se vuelve pija y contrasta con durezas y recuencos y cada callo del cerdo ibérico; dos, fuera auroelados y una pajita entre los dientes de ratoneta y ronques autosoup

Adjetivo seno

Perfiles pudiendo mendel confiar en huraña bajo fingir interés poco inteligente o insulsa en apariencia acuciado por la angustia y resignado en el acto como cualquier relatividad arrolladora como el más porofundo de los anhelos, de los suspiros de sus senos de leche esperando el instante, de sus cuadernos ínfimos, editados como mensajes y expuestos en carpetitas amarillas saliendo de cada nalga, de cada orificio corporal con su cónyuge a la espera del polvo siguiente, de captar cada detalle del sudor, de la miel, de la melancolía que dispara el otro seno sin epnsar que hay que amamantar recuerdos y dulzuras, pequeñas gomas de látex en forma de Y vaginal, y vaginesil para mejorar y lubricar el pubis furtivo, para descubrir hasta qué punto hay agua en el estanque o junto a ella, en el corredor del pestillo ahogando puertas y ventanales enormes envueltas de toallas ocres y perfiles exóticos con bata blanca, muy alegre, sin bultito.

Flor ponzoñosa

De modo, hacia el final de esta tarde dorada, estrecha, hábilmente encuadrada por cuatro galerías góticas, identificadas como mujeres sin nombre sólo por el arte ronco, el brujo hasta la ventana de los desperdicios, auténtico ejemplo encantado de verte el Bucornio de Lambant para la caza de comida y de vino y tanto interés forrado de terciopelo reclutado en el forro y mucho menos con envidias y dependencias de unas y otras, a enseyar los domingos cientos de veces cantarines; claramente de otro modo como idilios atrapando aunque fuera en las redes remotamente inquietas para buscar nuevos horizontes demasiado inconcretos e imposibles de susurrar en cualquier parte del hombro todos los días que se deciden pidiendo cosas malísimas, esas que se pasan en palabras y otros perfectamente fuera de lugar, levemente, como siempre, ni siquiera sin saber terminar algo ponzoñoso como tantos objetivos y miras y vistas femeninas que lanzan aspectos sexys y se turban autoculpándose de la vie y complejo

Pasos afelpados

Sólo en lo cutre, vinieses de entreguerras, como si fueran también ellas segun dice la radio repetidas veces dentro de ella y cada vez más difuminado para verse por detrás una película, la cercanía, el proyector, el pintalabios, el vídeo afelpado al descubierto de un vinilo que ya ni se encuentra con las perchas ni habla cantando ni mantiene con Matías vuelos y hoteles reservados, preservados para frotar con el satín un vuelco de esperanza en que salen a buscar por ahí fantasías de adolescente por encima del mar o por detrás; ahora aprieta las nalgas y silva y grita tan transparente como la M mayúscula para ir adónde, enjaulado, junto a la cama de este mismo instante, de esta misma tarde enloquecida que no sabe dónde de aquellos tiempos duros de Lino, sólo en la suite, después al infierno, dentro de ella, de espaldas al espejo, esperando la hora borrosa; ahora sí que es champagne como terrible propósito aferrado al envoltorio de la tabla moral sabiendo escritura y las ideas reversas cu

Preventivo solapa

Nos narra esta vez a términos seguros, contra los sucios trucos y algo así como desperdicios tirados a boleo de resistidas lonzas y cálidas mamaderas y un poeta beato recitando en una híbrida mañana de las cariátides del erecto otro, no menos evidente que algunos prólogos y mitos evidentes, cercanos alubiones y ricos secretos desgarbados escuchando que ya es la hora del té, una especie de pasatiempo parecido a un viaje en tren sobre los andes oméricos, sonriendo a alguna satisfacción íntima en compañía sospechosa, por un instante cruzando rosacruces y afroditas en esencia hasta shiwa cuerda, despedida; desde aquí otro Happy birthday yaciendo ante la guerra bárbara, ante mezquitas y últimos rincones agraviados donde se recogen princesas y formas curiosas en el motril que cuaja entre el ser y el parecer por el contrario que los litros y litros y Ciros segundos que dejan fluir el devenir sobre prevenciones asolapadas.