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Mostrando entradas de mayo, 2015

Kriegspiel

Volcé, secuestros que miran las mitades de algo que no cumple ni pasa por el chamuyero para no parar de extrañar las palabras de amor y los gestos de sexo y fornicaciones encerados con el moobing del paro, del copete acompañado de la vuelta de esta larga amistad difícil de masturbar con los segundos de anteayer, o de dos meses, o del recuerdo siempre abierto por los centímetros de rotación inmóvil del anteayer que ya no es hoy ni será el simple movimiento del hospital con alejandras y estrés de la desaparecida falsa y entrecomillada amante extra, o toda contada a través del espaciado demasiado despreciado como el cronológico peluco de beyound que aparece dormido después de la más larga damnificación que fuma ramitas de alelí con un poco de harinilla blanda en la punta del cáñamo de mantenimiento que directamente le saca el sonido al mismo reaccionar con la recontar encima del físico, del pene de lobo haciendo forma de cebadísima pistola de agua y vidrio hipnotizado en el pasado y com

Pañal y pelela

Aborta un pegar, contando la gertruación de cada debido como tertuliana de hogares con continuación de algo que emula la tendencia repetitiva disparatado del susodicho con gestos de elvis redirigidos por otro asistema que marca endeudamientos de cuatro pelelas interbancarias en un impresionante período de liquidez y más seguros de fondos de pensiones y sanelas o fondos para productos del bombo que quiere regalar una eterna vida de pañal rápido y más pañales para intercambiar en las parras de meji o cualquier biografía que no moja por un futuro, por las obvias razones de razonamiento con las especies de bítura, de dodot, de tómbola llevada al reído con extras narcisistas en correr para compaginar y coleccionar publicidad como imagen para el chip de un abrazafarolas de embuste, de eslálom, de estadas encerradas en los máximos objetivos limpios de terceros retoños o cuartas carreras hacia otro destino diferente de los emirates para planificar la inmediatez o los cuatro resoplos de las j

Siruposo

Sirupsas, bacantes de sentir levantar el ritmo, los dibujos del esperma en escala, en el ejercicio de dar con la tristeza en el mudo, en los plurales de otro toque, para mirar el morbo del protocolo sin chascarrillos de la flema vigilando el momento hablando de la desaprobada del escritor de bazofías y revistas guarras más sólidas que brillantes en las salsas de conciencia conseguida con las misiones de confusión con sobrecargas para las palabras para borrar la agitación volando en el tembleque de la bestia negra como colofón de fiambres i reinados de algo que no se concentra con los décoros del afrodisíaco en forma de láser de manjar y emprendedor de culos y beefs de compresas y vichy como extraescolares de competición como físicos y mundos que se dictan como sorpresas, o el sentido del valantine de benadett o roturas de consumo de canciones e hijos de tiéboudienne como casadas en meple para los moralistas de intensas o estruendos o más ciclos virtuosos que escasean con la piel que

Iktsurapok

Nunca botón opaco del momento con el lambaré invernando con el aperitivo inventado para el lugar amateur de cada recopilación de distopía como oportunidades que salen y se encuentran con las terceras mestías del término perpetrado con algo de yomenié en los relatos de hadas y más culos de cuerdas meseras, de gánglios rubios que duermen con la muerte de cada sentimiento en boca del manual de la llave ajena que jacta la otra repetición del más puro caqueo del coco, como un mundo de apoyo, poder recompensado con lobos y más mariscos o fuertes picores de hay veces, de manos y trajes por ver si el próximo orgasmo será con la definitiva que esquematiza como escarabajo o mosquito de más prioridad que directamente las formas de aquellas madrugadas que no duermen con igual intensidad que cuandohay sueños eróticos y intensos con un futuro que asusta, como cada demencia de desacuerdos en intensidad para no perder la obsesión, la mujer de hierba y noches de poca cosa, como había resonado el resg

Ghiqq

Inexiste, y la lluvia, y los ramos, y los qués, y otro amanecer sin el sueño de cuadromagia, de cuatro corrientes y lirios de miashma y ferrón de arciello esperando el trazo de difusos visores efímeros y visionetas y furgones de esparto, siempre con los cándidos renaceres de daltónicos y enanos cuerpos de cuervo mandarín sin ensanches de costura sea cuyo árido del tal vez de la vergüenza en el tema amor de sombra o sexo en flor como se desee citar con la bebida de citronella árida a dos pasos de la noche del ochenta y siete si se sabe refugiar en esta fecha, o los dedos para orgasmos aparte de la voz borrada exclamando la próxima y apurada declamación de detrás hacia la lejanía de la inmadurez que interfiere el respirar más cortante que el ferne del celán, o como targeta de embarque estancada en la vida ya fugada y nombrada inaprensible como significado del medio guacamayo hacia el hazme que dibuja la concha en la afasia de decrecer en los silencios femeninos de tinta invisible y tan

Camapotoniliztli

No es necesario el motor más fuerte para campoamador, del nido fiero de emergencias para encajar las alabanzas y caricias de la palabra pequeña como atuendos, ni tan la mojada de fondo como otro espiral hípico, como en un pelo de movimientos y silencios para salivar el vicio del verbo u otro encierre de énfasis de revivir la humedad central de cada anonimato para pretender convertir el cropán en vistas, y si es así la peste a falso, a gasto, a púrria de seno, de los mil pichones como para llorar y tragar diazepan y dormir, y redactar las memorias, los algos de carnaval para cuando jalan menos de la acción remuestreada para remasterizar el ansia y la rola de las reinas, testigos, cenicientos y el músculo faltón de otro adiós por tradición viva de algún extraño y conciso condimento de deudas y desnudos acabados en canís, en las virtuales que suceden a menudo con las impedidas sugerencias que nacen del desarrollo de las copias patológicas; las del deber, las del pensar en pena y lienzo

Umjayanipxitütuwa

Redoblados conocidos, o puro arsenal de relevancias viciosas como fríos golpes de la vida, del algo que titubea, del capuchino como sede de genéricos, o adoios, o camaleones sin la fragancia de Paulina, de una pública de medio quilo de eslora como cualquier chupeteo de frases de despedida o revocos, o el gonding en otros idiomas inintelegibles que lo escriben como de payaso heterodoxo muy blanco sin el nimbo de leda o de quién hablaba de los límites sin parecer el opresivo pronto de los años sedentarios que malbaratan los pensamientos para no optar en el perverso vermut de pureza precisa que corre por el apenas aparato de eso, y pochetas y fricción de fijaciones y silencios preguntando por la región precipitada de lo único que olvida cruelmente y lejano con la congoja alargada para esperar el respiro, en efecto de aire o mnemotécntocs lugares de adivinar pequeños rétenos de afanes y fantásticas prefiguraciones de entender la envejecida y malgastada esfera de estrechez de miras o espí

Litost

Faltan verdaderas demostraciones de crímenes, de los fallos en contra, de la moda sutil, como un frágil y firme anteviento de otra paralizada estupidez, de otra cabecera de cuadro sin encender el tintero de gládulas infinitas de linfas infatigables como de nube de feria, hagarrada en el humo para el mientras de cada inclemencia del catalino, del litost que cuesta parir con la parte del gato y la otra parte de los recuerdos de cada perrito común con la forma curvada de retablo feo y medio podrido por las balas de una orquestra de orión sin sepúlveda ni pretextos fríos que queman otros temas de piropos y todo lo que no se ve igual por menos dinero, o por aplausos de la imaginación que no concentra el beso hacia el universo, hacia cada conferencia del copete como ban, como miradas pactadas hacia la seciedad registradora de las playas de horchata diciendo el definitivo de otro arte y tintas de un aire como para espejar el aprendizaje que acarrea el nivel energético que ya no comunica sie

Olfrygt

Enjuicios de situación como obstáculos, como motivos para seguir con las expertas tradiciones de paso, de fríos de terceros y fallos con lágrimas para rebasar y esquivar como baches, como otro porqué sin ninjas ni cuartos cuerdos conscientes del legado que mueve como ayer, o como los dedos penetrando por libre que envidia la cama costando el sueño de colocar especies o algo de definición por postales interiores con ojos abiertos cantando en los bastos aunque diciendo la razón enamorada del ministerio en salsa fina, acerca del conrrijo, con la falta de enes y hambre de sexo y sombreritos sin dientes injustos que desarman las enormes metralletas de los piratas viscerales con jocosas pérdidas que repiten después de tantos orgullos con corazón muerto para volver a equilibrar costumbres puliendo la electricidad adaptada al éxito de como volver a vincular quizás alargando el consenso que caracteriza dejando de sentir la marcha que en su día lo veía todo bonito pero ahora cambia al recono

Gumusservi

Apela, y redime para anotar libertad de movimientos, de explicaciones, de gamuzas para vacantes ilimitadas, asistidas con un nuevo arancel dictado de rabia y fierro de lo que habría podido ser en el escarbado servicio de olvidar la pura alimentación de la purga para estudiar actuación para más clases atentas en el rápido fulgurio de abrir la soledad forjada en andar para el rol que se releva entre el fin y el comienzo del maleducado temperamento para fines de forjar el unipersonal autor que fuerza espacios casi sin sólido de derrotado espacio entre rutinas y lugares para el rol de criticar el código infantil, las varias posadas de acercamiento sin precio de vacantes de agosto en torno a la teatralidad del viejo verde arpogón durante la vuelta a la travesía del proyecto sin la moraleja de contar los cuernos representados alrededor del juego de picar cada ducados en la caducidad de otro menos auténtico migro de trágicos matrimonios de interior sin conocer otro arrojo femenino por la ve

Zgriób

Quisiera entender secundarias decisiones, o morocas de información más alto que las mil espinas infundadas en pura cafeína como diccionarios ofuscados retornando al día del delito, o Lara, chiquita, añadiendo el cargo para las enseñanzas que ignoran el destino, los importantes borrachos de zírgob en celo, en conocer más departamentos donde conversan con los criollos de guama para conformar la mística ratificación como paloáltico para otro mango que amolda amagos entre giros hincando especialmente el curandero de recetas inventadas para anticipar otro vozarrón de apogeos y mismas vías heroicas y platilleras resistentes al crudo inútil que supone un choque en las dulces cuerdas del silencio político, sin alcanzar el discernir del máximo cansancio como sensación de cretonas y sacerdotes y secreciones de cuatro bultos asesorando aquella brillante pregunta hacia el portal de fuerzas liberadas para la otra colecta inmediata del paisaje y azafeos y extremos y bucetas de colgar de quejadera

Ya'aburnee

Defuncionó la disyunción del suspiro de erección como bajando para terminar hablando con la testosterona y otra chica de escritorio a la que olfatear el banco, el pussy que intenta ser líder otra vez y confesar los margots entre lobos y castillos difíciles de definir con cada besar demasiado largo para el pico medio mayor para servir un adormilado cántico de reuniones para instruir inversas y sobresaltos y atracones de escritura, de un amor que suplica abrazos de sangre, de canguros como médiums del sexo, de la elegancia adelantada, del vivido incomprensible hecho arte del boca abajo, con la idea general de reservar el miedo que vuelve a abrir las pocas posibilidades de dejar las ansias, los tiempos de espera como el anteayer, como la sola úlcera de cerebro y corazón, sobretodo de lo último medio difunto en las partes de pega que arranca según la cita de cenas como sardinas en medio  de la hora punta que pide dividir las apretujadas para replantear la soltería, o el sueño de cambiar

Dalve

Avales de más; de diez, de da, o para ella, contada sin perdonar la gamda gedan, la gamba de crudités, de especies y bulas de diez, o los más, o las palabras que no salen para empujar los ícaros, las letras de mantecol que abruman para taponar labios de cerumen de galletita contagiada con jugo de colocado marengo y bis, a dalve, al repetir camila y zangloteo, otro hasta que se empieza a abrir el zas del hambre de grillos y marionetas como anacoretas y nostalgias de mal gusto, de vuelta de la íntima ansiedad como de tesoro, de maderas y concordanzas por estampar el más exitoso mensaje de jugar por el dinero no envejecido, parado en el vulgar veremos chusmeándolo todo con la verema entre cejas, entre tetillas de rata y alfafetoproteínas preocupadas por si vuelven a estallar frente al usuario mental sin poder de queja y mentis de pasadas a trapo o a favor del waffle labable, con el mero gusto de plástico y canela que viaja hasta los cotonetes del nuevo paladar para la próxima lasaña h

Mindfulness

Fueron ouroboros, los mismos que el nervio que deshace, desgastando cualquier constante capituloide de traseros transeúntes de gases de impaciencia, para no demorar lo sobrenatural que sobresale del tono, del ritmo que agrada al dealer bailado, al corredor ahora ya viejo, en el parir de la armonía del caparazón cruel sin reserva para el monólogo fundido en dos catálogos para la jungla del papel, en ayunas de las grúas, de los calzones del lavamanos entrando en la seis del pastizal, oliendo a perfume y a detalles del dodge de la historieta de fecundar la cruz del sur que no se despide del destierro casual, oscuro, bombeando hacia un poema del Cid, hacia la cardeña, de un árbol bienhadado a las capas hablando del gran deseo que no se concede por el miedo de volver a mandar inútil con el arcano del típico ventisco en estadía, en las sinagogas en ocasiones múltiples en soledad y pozo que trata el extracto habilitado en un lector apócrifo de jardín de infantes e infierno que se cambia a m

Material para dos contras

Delirios dondequiera, doquier, tras balzac de extensas citas que no llevan al canto del rey de los montes en tiempos peores que no perdonan la imperfección del cuidado en oscuras desmenuzando pollo a la brasa con papas paja y bifes en bipedestación, o hasta la grácil garcía manchada con delícias de semen sin material, sin las dos bombas para meter en el sabor del café azorado, sin el auténtico sabor a manchado decibelio de esperanza como fantasmas y púdicos públicos desfallecientes como escuelas a la deriva, a la caucásea renunciada con cada quebrada infracción del estupor limpio y dormido, soñando con fuegos artificiales en la casa de verano, de los planes de la matriarca en o tímori que cae a algo de la línea del cauce de otro golpeado lenguaje por menos inútiles compases de diapasón en la prisión de la marca para adornar el material del hábito de las dos naturalezas más puestas en banda que las reculadas interiores de liñares, o de revistas de hojaldre y mantecol, y dunas, gemoetr

Amarena

Acojona fijada en la cama, amortajada como una reina de corazones acampanada mientras piensa en la imaginación del aire distanciado de la cruz, que nombra el ronroneo y la rápida pulpa de colombianitas casi mayores de aguas sin las dientes de sondosos ochenta y quintos como adentrándose en la otra terapia de atracción y puertos que tardan en abarcar la molestia, las náuseas, los quilos de amor que ya no trabajan para seducir convivencias en soloel reciente plan separado del mundo, de caídas creídas en la intimidad de un flashback que coloca cada jadeo que reacciona pasadamente en las tasadas arquitecturas del sonrojo siendo dos minutos de lecherada con fresas hasta no decir las ironías a la calza, a mirar el borrón que recalca el total de voces del rato acostumbrado a remar justo como los besos al satín, al tono del poco dulce, sin cuidar la inclinación del árido de clase, del ísculo opuesto al segundo sendero de hierro, pasando gigantes, verdes de menjuí, de casi manjares para otr

Zum mitnehmen

Mit, el cuando, las machacadas nupcias de noche, como cuatro flores de arco iris que vuelven a vencer como credenciales, como virundelas y viruelas de reja alavesa de cuerpo, de racha en estado repetitivo llevando la calabrese adelantada con más pastel para llevar en los poros del capitulado juego de enaguas como costras y construcciones que encarnan ejes de resquicios, de restos de palacios con proyeccionista sin ser espectador de ojos, de silencios, de segundos como abiertos a nada menos, a parar la puntualidad de la prisa permanente que exhibe premisas a patadas y menos castizos de poder, de cada milanesa y morro de cer, de eróticas implantaciones especulativas y un poco del sistema casi presidiario que biparte las secuelas de calurosos precios low cost para amamantar cables y virumblés de cine negro muy similar al precioso frontón de la apantallada esfinge de olor a bescambios deconstruidos con cedaceros blancos, mitad amantecados con la parte supertor artesonada con azulejos de

Láxlas

Prexebán, o bienmesabe de laxalás en cualquier de los acordes de algo para leopardi, para las desviaciones de celso, de la oreja del celo que ya no opina como las benzodiazepinas sin pócimas del relatado crudo, del solo que ataca las aradecidas infamias del laxante de estómago y bilis, y algo que derrumba el abatir simple, pintado entre paredes, entre discos, entre vaginas y retroperitoneos ya muy tocados por el número de epitafios cantados por el momento de la máscara de gusano llorando como para huir cansado, sin compartir el sueño con los vomotivos ogros, cerca de la capacidad del secano oriente a los prospectos de otro hobby como opción de tranquilizar el taquicárdico viento sin ticket sensual, o para alcanzar el umeboshi, el limbo del motorino decir, como combinación del teconte de la estación, o la baltanás de la próxima cita calculada para la pintura del trazo que confía en la magnífica cachonda, de cara a cámara, al bien del sicomoro hundido al particular comunicado inagura