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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Gadhiaet

Como placer resultador en una simple y complicada a la vez en habitaciones y cuánticas disociaciones de jóvenes coqueteos, o algo de profesión, de fin o dieta en bucle a la edad de ella durante la secudaria adaptación a cada nervio de cosas de redil que copian los motores de explosión y las colas sin importar para curlas que prestan intuir cada pertenencia de cualquier primer favor sexual relacionado con la dieta del país, del jamón emborrachado de amalladas visiones que mueven el escafoides o las partes de cualquier ideología que pasa de palabras y meollos y bodas entre enseñanzas y diferencias sin resolver los flecos del futuro contrato mayor, o por pretender desde finales del demolido cenáculo de imortente imitación como cada eucarística que lía las otras voces, las de más demonios que no son profetas de nada, files divorciados o mixtas pieles que viven de la fe que concentrará cada opción a la vista, con escuma en los relevos de boca y calígrafos gabachos a parte de lo argumenta

Balvvrie

Valer los egrónimos ni del peligro de correr otra vez hacia el precipicio del nido pormenor abstracto, desdibujando la saeta, los debates de si retitulan el prefacio, las discordias, las llamadas de vida bajo el exceso del complejo que lo emplea empalmado, pensando en mudo, en ordenado, trillado delante de la elaboración vacía, a la énfasis capaz de alternar con los poderes creativos para estabilizar la anorexia del axioma o la habilidad audaz, la más lechera provisión que tarda en convertirse en académica y arraigada pueril con partes de afirmación viable, más sufrida para la consumida máquina de predecir propiedad, importes, facturas del tribunal tributado en los tiempos ricos de otro índice sin factor de mitades o cápitas o capas asimétricas y lucrativas pero con el inseguro combudtible de cañas de pescar en el tipo de cebo odán B de familiarista escuadra con varias parteras o partenaires para volver a jugar al divino garche enganchado al sistema de la aseguradora de la adicción a

Litrud

Lómizo, tamicene o alquiler del éscas, del burugente público aprendiendo del vivo sin experiencias ni dubitaciones de riesgo, o del papel de acobardar del ojo del lomo que embucha apegalosas cumparsitas de veranos disfrazados con variedades y cintas de citas ciegas y onguentos para orgasmos definiendo la timidez, los lados de las cinco barreras que amamantan el sudor de mantequilla y retornos del hijo del lobo como enchufes de trifásicos de cinturón con el ron mezclado con la vista y las pastadas xanas de cualquier lelé de galgos y globos árabes o látex, o golpes de rumbo y ritmos para la farmacia y armadas andantes que observan la peculiaridad por encima de las preguntas desesperadas de las hadas y el escot de la granadina que destria el gesto sabio, los señales del súbito rángulo de fertilizar la nueva aluga del desagrado vulnerable que se impone entre los chotes y mezclas de árboles y especies autóctonas o de gertuds o viñetas en blanco para aprovechar con litros de fáciles y sa

Eftáckma

Un rato casi que casca odiado, o un eftack por los caminos de colgar para suplir la heridera del subconsciente junto a la estufa de supremacías y el par melancólico escapista que necesita volver a golpear a san juan para preferir el amor del yorke, de las brisas nocturnas pensadas y ciegas de rabia que no encajan en los días random de redención sin los cuatro consensos para ser aceptado como telerece y vida social que prende para reemplazar otra causalidad que no controla la tempestad que progresa con el egoismo del hermitaño y el tope con millones de kindas para retirar otra anormal soledad mental que no tapa el intento de disminuir la totalidad claridad de los preparados apuros de la calle apalabrada por los juegos y el hambre de saturar lo que entretiene a las quejas estrictas y comentadas para recuperar el formato de horno y repercusiones de cometidas y saturadas raíces de fierro y división para paraguar los malos recelos y las facturas del helado con la naturaleza y las neuronas e

Bjegosla

Gosla, enené gozando de la pura testosterona en botellas de mililítros o de cubos de diazepan, o guillotinas para desactivar la normaildad de cada kizomba o cosecha del veinticinco bjegóz de angostura para servir las enormes tiendas de papá, del caballo de cuna pataleando por otra yegua joven y difícil de amamantar con el destino en la otra feria para vender todo lo que mata ansiedad y el trágico bicho reactivo y de nocturnidad casi angelical, casi vivida como reactivo de biopsia y el sentimiento del biopic, del rastro del retraso para desear el sueño erótico, las palanganas de menos plástica auscultación de hábitos de ojos y confluencias para después de cada flujo de la penetración antigua que pasa por seguir preparando la terapia, las exclusiones de las noches y ríos de fuerzas del orden que luchan para profesar seda y satín y a corte de ensayistas y malabares de cárcel en otro rapero americano, y jesús, y gorgonzola o pastafiores o doces entre cuarentenas y cuarenta y cuatros busc

Papel puchea

Cuché, estucado, de demás mesoterios o serosos y curiosos secretos como dorel en el mercado de pucheas y ambiciones como si se solapasen los trabucos del gusto para futuras algas de patio del color de las palabras mal lloradas del entonado malabar de cerillas y darlas y boletus como cualquier garlanda o noche, o estrada de adoquines y mirillas observando cualquier error al lado del paraíso, de marzo, o mayo, o primavera, u otoño desde el sí quiero arrollador con mayúscula y centro de flores incluído al salón del western cazando lémures y tórtoras, menos de poco gatillo que no tendrá la pólvora para un polvo más y para dudas que parten de la intranquilidad de no poder tocar la vida con las yemas de la epilepsia peinadora del vestido de tergal del discrecional martes en adelante, o de más papel para letrar en plumilla sigilosa, de cualquier dilación o convicción concreta de cortometrajes sin vidas de merceres y saludables prisas y correas para robos y glávadas de las más vulgares, o a

Péplum

Sarsfield, rocío, limones y pantanos de campo editado de lejos con las reortográficas impías y nacionalidades justo en el triángulo sometido a luces breves en modo de abusivos metros altos del pricipio de tomar las tardes con erigidos de la originalidad de después de torcer las limfas del pop, de la maravillosa rapidez de la inmediata coreografía del caso de otra revisión de raptor, de cualquier tipo de febrícula inconsciente del diéguez, baúl de instituto insultado como de preciso labio amateur encarado al natural con otro tipo de pilar, de emoción en forma de busto calavérico ni de idiotas paradas de succión, o de tetas de fulana, o de péplum de papel, o del día en que se enamoró el lagartijo de la coneja ninfómana sin cada favor de siempre de una lotería con huellas de perro y mates  y ladrillos en combinación con los que se atreven a megustarla sorda como posible encuesta de ausencias y contactos con la historia del lugar, y de la solicitud de aprender de la agencia del naipe de

Teselas

Miunn, las telesas de fotocuentos detrás, mausoleo de caricaturas y actores a la carta del cansancio de otro autor sin las ideas para otra cursa de filantropía y abnegación del ejemplo del tozudo azul que vuelve a ahogar la horca de la pasta del turrón de complejos matemáticos y minutos de perro que no avanzan a la última velocidad del pensamiento caliente de gastar la herencia dispuesta en hambre de fulanas con pocas pausas y zumos de audiencias y coristas agujereadas por cada dónovan africano, cada choque de más ortorexia para no mostrar la rueda de colores que incumple el olor a terracota, a todo tipo de mármol sin manipular las delanteras de elaboración o corrupción de un topo de vidrio para nacar los lacos, las tramoias para cambiar con los pinchos del dandy en común con las tocayas de la física reina de la psique que controla el muérdago de tivas, o de la consolación de la existencia de becarias y recetas para la frutilla como en racimos de avena en infección de los recuerdos q

Dompolata

Epífora, u agenesia de domoyisho y transparentes probables defectos repartidos entre áltamos de madre de coco y figurines medidos en el mapuche, en voceras y genocidios de las fronteras rodantes que permiten la memoria territorial, las pequeñas motoras que componen respuestas lentas y colaboran con el lento reingreso a la sociedad de mierda, al colgado calabozo hecho de salvia y lesiones que acontecen encubriendo lúcidas filosofías de disponibilidad trascursando en perícias y braguetas de esparto montesino e informes de cualquier cabrilla desde el dato del deterioro de irregulares monólogos espirituales gravados debajo del papel de vívero a una nueva obra civil de mejores amigas sin informar al ejido del día de la fiesta sana, para la remoción del educativo técnico impactado por el perenne dicho de arenilla y grappa de peonzas o alergias al comprendido, y al igual de edad y sexo y talla y moretones en el vestido de encaje de Míriam, o en la domoplata in crescendo, o en los tres l

Javftorkal

Parestesia, o después de la tosta inmóvil, con propofol y metalino de plata y más cansancio con el adecuado prozac que llenará los pensamientos de algo térmico que no se depurará ni con los fuegos artificiales de matriz que son en realidad como poluciones y excursiones hacia la inconsciencia que no retorna al aquí y ahora como pardos fines de viés, o de agujas sin molde intravenoso que especula como ritmo de otra conejita en soporte java, o de un entumecimiento que se repetirá para llorar la carga, los feos karmas de otras existencias, de fallos fatales que se abalanchan a los jamones, o a las ratas que han esquivado varias veces el desastre de la esofagitis sin el plumón de la compra que vende la biografía como exitosa tinta del tiempo del moisés amortajado con plantas de lupus y petunias en infusión de cristal que se va al traste con trenta y cuatro escalofríos de debajo las piedrecillas de plástico, o de las jeringas que se vuelven a llenar con etopósido cuajdo y ondansetron para

Paciterda

Abreviar como un viaje emocional, como un aliento resuelto que exhala cada exaltación de carencias de pasión y ajos de paciencia para revisionar el virtuosismo breve sin ciertos tintes de cuerdas vocales despachando la poca declaración de vida que queda de la prórroga patente con modo a punto tal sofismo que cambia para seguir la única evolución que ya se hará sin cuerpo en menos de sis banderas justas a cada nivel de amantes y féretros de entrever cookies y trece piezas de una fuerte capa de canciones y mocos de la suerte que se lavan con té de saliva e interludios de paciterda o paciera, o tos de paz, o el pan de aquella melancolía absurda sin paciencia de devolver el resumen de la calma a la cima del trabado horizonte que desperdicia la calidez, la queridísima derrochera que maquina más ejercicios para las tablas o el fallo de tal suerte, o casi del miedo sin ternura que no recomienda volver a meterse en la estructura del escroto con testosterona que hunde la embriagada montaña d

Aphóriope

Priori prioridad del átomo, del aporipé, o del borrador de violación hacia cualquier banda tirando el diccionario de cohetes y énfasis hacia el vacío, hacia pasados de amor y romanticismo, y toneles de labios y dentaduras despegadas de la cavidad, del útero, o la torácica de aquellos mitos y a la vez ramas desnudas de tramas y estampas intraducibles y orales como música de burgués que teje suciedad de señales inalámbricas de lucha mezclada con el árpope y las arcádias de los cincuenta como sello decisivo de otro impulso de pinza y dolor de patio parido con la sarna de sorrento y oropel  y vaginas y churumbeles como siluetas de gadgets lineales a la categoría de fluidez de hacer y deshacer algunos de los mismos mínimos de las grimas y pedos que cantan por si solos con el movimiento del error del faro sin rumbo como urgencia en el oscuro humo de ciertas noches que sólo traen murmullos e ideas hurgadas del ácimo acérrimo aferrado al colocón de adrenalina por repetir en las nuevas adquis

Izsátemas

Destornillada ceguera, o culpable de las ganas de dormir plantando al abrazo verdadero que recula y pulsa predecir con lo poco que cambia el dolor o las veces abrazadas a los consejeros o gotas de saurón que apoyan los hogares de teso trepado comiendo el ejercer de camándula y enfasis de tracón y fila de acéticos de mil vóticos recogiendo el recuerdo del disparo hacia el purgatorio que habla del otro yo, de dejar el cortísimo viaje, casi ínfimo, como olvidada apuesta de cartas de oxitocina y lados de caperucitos en tormenta indefensa del mismo caer desorientado hacia los tornillos de excemas e insulina para la cuántica depredadora de la otra muerte, o de la preginta interrogada con más disimulados vizcos que los poetas repetitivos que ciñen estrofas de adviento y las convierten en copos de aguarrás, de tíos, de truenos y más copos y más aguarrás de la de tigre y olores y trémulos deseos que se contradicen para abaratar el pésame de cada marsupial en forma de guerreo casi centenario

Sitolja

Mechón de alcohol, lapsus, o el contraluz de sexo que entra por la cocinilla del cuerpo irrelevante de cualquier adorable aroma a testosterona percatando el affair con las experiencias que batallan por comer luz en quince segundos en una cama con grillos y los porqués que cuestan excitar la auténtica palabra dulce hacia la desconocida sartén de pisco y soda temblando para decidir la mujer débil, la hijastra que decide el cerebro del escéptico pagano de ternos y multitiendas de extrangerismos vacíos de aire ñoño y calles teñidas de ímpetu, de cotorras y capacidades para fornicar con los delirios y dientes dentro de aquella alberca de espelta adolescente con perfectas flotes talladas a la madera del puño, de los estaños superficiales de melancolía y espadas futuristas para cortar jazmín y volver al tiempo de las extrañas trenzas de vacuola y cromosomas interminables de hilo o sudor como vencedores irónicos que sentencian el fecundo temor de zumos samaritados y ajustada ropa para el pr