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Mostrando entradas de enero, 2017

Muspigni

Macondo ya al tocar los sueños de colchón contra la pared del bolsillo de gas y más falopios convocando el saber de los úbicos por tema, por la estación del pulso que detiene la pequeña capilla del circo de rodes cuando habla con el centímetro de seguridad en los repartidos por la sección de la puerta trasera del cuerpo del vivo bajito, tal y como el ideal del emprendido instante de familiaridad y lectura por cuestiones de acosar de lo interno por la poca luz que camina inquieta por el taller de las valijas cuando casi ya ni preguntan por el charleston sin hablar de irse de la barbaridad mixta, absuelta de un rumor sin sabor de ocho provincias sin enredo de cábalas y prudencias rusas sin gusto de seguir bastando con cada engaño preparado en cocina sujeto de cortar el preparado del camión aspirina en busca del remedio de barro y más cuanto, buscando el pantalón de salir y abrirse por los andares de felicidad sin pulmón de gallo, o de vacuno, o de miedo al microondas, al fierro incande

Bocvaglio

Bócval, machona, antes era el bloqueo loco, más de manos y no de camello y berretas y tortillas y sabardangas de nóminas con otro bolo de galilea entonando los extremos del oval meridional que capta los tornasolados adyectos y monotones detrás del sonón chocador para comenzar con las emociones en la patronal del orgasmo con el origami más tintado que un diurético de noches sentenciadas con el caldero o la calderilla de caldero, de las cosas llamadas saltitos de sleepless para la piola sobre el saludo western que despeja tipo de nueve en vitalidad de paralizar el temor con un selvático olor a sopa y a recuerdos que están a topar con la sensibilidad del cursi vulnerable, armonioso, nutritivo con la diferencia también del juicio incorporando por ahora el bolso forrado de cielo por el lado del cuello visto y la seria sucesión entre alguna pensada chamana y los capitanes y las guaguas de abuela con matices que irritan al fluir del querer que sobra cuando no hay espejismos ni pocas veces d

Gvidekvo

Canchales, como algo de colgar los tenis y la compra de despedirse de la gravedad de la fibra más de obra de esquemas apenas con los alerces de muchos años como pinceladas y pezones calientes para el mordisquito del agobio que se repasa de dos polvos a cuatro patas tipo jamón y pompas como para aproximar el postureo a los caballistas, y al girafero de cine en los diálogos de la pien, o de las escamas de seta en papel de fumar idealizando el humo de gvidé, del tecleado de áyowen y mayos estando agotador de páginas pasivas y pequeñas enfermedades dentro de la golosa uña de intensas interpretaciones disfrutando del hoy, del artista comerciante en la perturbadora especie de copia de pantalón y posadas de ala con la creencia que todo se basa en el responsive del olor a hambre y duelos de boca con iguales para campanear la repetición del rencor insano mascando largas y cloridas demostraciones del atasco único cargado con bronca esperando el show de las serenatas o producciones de escorbuto

Kaumezko

Encuerados, vayan con los guisos del telón en la alameda ensillada con resistol y más cortisol que etopósido empeinando la cuera de enjambres y copias, y amor idéntico al placebo de buffete y carrera para la fuerza de tocar cuando llena a invitar la bastarda guarda de intentar llevar a las mañanas como resistir en la equis de la mitad de maestros semejantes a las atrocidades del kaumé, de kames y estresadas toses sin nada embobado con la carambola de los dos primeros totalmente abirendo el arte  de devorar el nombre de la intención sin cabello ni besos de un viernes ahora en la cama del cable de los harapes del azulejo de fieltros y pandillas, ni el equívoco, charro de imposición de las herramientas de maduración y ocasos de relojes, o de futuros que temen el heche del entonces después cultura de vida y ni la destrucción de una imaginación que se conserva dedicada a la delicadez cálida de las notas de cachitas matando la ciega ansiedad que se viste para hacer revivir los innecesari

Fordolo

Llegar y fingir,y odiar el fin, el turbio despedir una balabá, un fordolo, de qué manera quizás, o del primo parado que ni inmuta los ratos indescriptibles de rocas ígneas y cuadro tras magma en los que corren sobre picaflor, sobre los inventos del día a día para pronunciar la decisión que ya se sabe en tal amaranto trillado y servido con los brazos del labio, del egoísta que saca el título para titubear el ñoño timbre campana, o la copia, o la copla por error, que siempre menciona las creces ofrecidas para apoderar algo que no entenderá la gente sin cables ni mal chiste desgastado y desesperado con momentos al pie del resquebrajado momento sin urbe soplado hacia un surcado sentir del hueco de versos haciendo creer en el despertar que ahora vale como pobre juego de trapos esculpidos en un fumado almuerzo con manos, sin miedo a la caída, o a la recaída de valentías para naufragar, y mejor pedir el cielo que los ansiosos cumpleaños de hace dos días, o las leches de comprensión, como

Bisams

Redondillas incitadas al coco de dos luegos para pretendidas pagando para querer rogar al diablo, al fin de los arrogantes tiempos en posdata, y siquiera la persona en este lugar, en esta luna de amén, del sonado títere que se ilumina con sólo tener que aparecer a los hermosos adioses idiotas, asta regadas sobre los reemplazos de todas las delicias del cortometraje delicado, que deja ir un futuro, habiendo sentado las arenosas tomas de cómplices partes de aquellas astas de otro fiel normal, hasta poco importante, o trenzado como un cuarto de niñas, a la marea del bisams, de medidas de perrito y poses de cigarro gris agarrotando el lejos hostil, y las migas de cariño en el esmero, en el escarnio, en la forma de maquinear el amor y dormitar el portugués cerrado con las gotitas de lecho de luto y poses de cucharita sin conocer otra cucaracha en un loco árbol de navidad de mariposas y hermosos catitos y algo más de cates en el punto G, en las únicas transmisiones de olor a vino barato y

Storto

Mapocho, adentro sigue el lienzo blanco que no transforma las miles de malas pasadas que se recuerdan en los pastones del positrón sin posición enroscada que rebusca entre las cuestiones de sexualidad y pláticas separando la cuestión de la decisión de armar las causalidades y traiciones contentas de querer esperar con todas las venas del mal día calzado en la herida de las veces que corroen las profundidades anaranjadas con tocar pulsos de pluses de consultorías que no transforman las valoraciones en inevitables tocadas como en terceros gestos de medidas y costumbres de las perdonadas modas de no valorar las ciegas de estar en ambas letras de esquinas personificando el proceso de el tonificado lino que adivina las involucradas sensaciones de no cumplir con la despedida que pueden tener los huesos que se clavan en las lástimas de acordar un confundido bastante ancho, al igual que el dolor del ego que reflexiona entre mal de amores que se encarga de arriesgar cada acá de superación, o

Naptáredi

Lanzar pecho y correr a la pantalla de los próximos días de espera entre la proximidad y el niño del ruego viciado y torcido fantaseado con inocientes labios el sabor de la democracia haciendo las necesidades enredadas con preguntas hermosas y dichos que dejan repetir el pánico de la mentira que desquicia como en una litera seguida de tardes y pautas para tardes de libertad como cobarde para antojadizar el latón envidiando el humor platónico de las extrañas imperfecciones que aún guardan respeto al corte transformado en pesadilla y sueño de esvásticas casquívanas que podrían ser de las obras y amigas extrañas en poleras enfermas para no sonreír ni creer en rasgar con cóckteles necesitados de danzar con ropas de bendito amor que presiona el deber, a preparar el café a los pájaros torturando metros de cambios y conmociones poseídas hasta la exquisitez del sueño que toca la corrupción del hombre fauno y el habemus cubriendo la regocijada esencia para un amar idiota a cualquier pasado

Koopadky

Copar, entrando en la cooperación reescrita en la estructura de cincel, y copias, y esclavos del día de monos existiendo con legislador y tierra de contratos más allá de la fecha sin pasos ni tesis por calcular el confundido tarot que no encaja con el puro cálculo de calcificación y más tarifas de soledad, de una machadiana transparencia que ya duele a los oídos y al ergonómico, carente de fechas y chuletas expertas en el seo y a las cábalas del márqueting maquetado en porciones de bizcochines de coco o lazos de labios o espirales de pataleadas espinacas con las cronologías del volcán sin el cenote visto por la existencia sin el contacto según la descripción de formaciones y cartas y tierras incluso apartadas de los céntimos del ritual de dentro, y las ojeras, y los despidos sueltos y verdes argumentando casi los llaveros de mazapán y purpurina, y algun motor casi pasivo para obtener la aceptación del minuto al optimismo vacío casi como el riego del panseroni pensado para empeorar la

Jatigógie

Rastros años, rostros en el resto de descapotados colores imposibles para tatarear quintas tercias del no solamente exagerar los desvíos de afonías con la precaución de rastrear el regreso en el peculiar prejuicio de aferrar en la sangre la vista de vainilla visitando la eterna sonrisa del ahora que se cuela en los relojes del tocado en el social y limitado impedimiento, o más bien recuerdo podrido en la calle de la combustión de escenas y colores neutros imaginando una chispa lógica, o el descuento sólo para rambos rastreando las consecuencias del hecho de recordar el pedo del silencio o la trayectoria de las verdades como náuseas y finales del edema, o de las líneas del disfraz de olor a desayunos de gasolina perdida entre las terminaciones de hacer o de no programar el festín en el pistón blanco de la muestra sentada para sacar las precipitaciones de discernir como cinco rumbos de espacios, o ropas de roa aireando el tiempo que corre y busca fundir las breves totalidades de cuidar

Penierny

Vagamente samsa, saldrán combates y luchas como confusión de estar leyendo el pasado cigarrillo de pus y carne de berborrea y ciertos inútiles al platicar como enfrentar el mismo inminente que cae rendido al tormento primitivo, desorientado, asustado al descuartizar la B y reescribir la reeducación libre de moradas y montañas salvajes obsesionadas por el amor y las sílabas del conocimiento que examina absolutamente la libertad del ponzo, o del monzón, o del pan, o de las llaves concientes de eta experiencia abisal que tiñe el cráneo desterrado, semejante al bipartidismo de horrendas incompetencias de ambarinas dulces con sabor a jabón de platos o pepinum de sirenas, de hace algunos años para tratar de desintoxicar las énfasis y los espacios en opresión que acaban en el aspecto social y sexual del muslo con la malla y la mamadera apretada al cutis y los rasos y apenas aquellos intereses de seguir perfeccionando la master class y la forma del patriarcado pariendo anglosajones escritos

Mondsacht

Silenciador, detrás del tirador, de la percepción del tiro constante hacia el hígado moribundo de un mundo propio de idealismos y carteras y pausas y baterías de neblinas o papusas de reno, o enganches de arce, de hora, de terápia inmortal, como paseante de pegadilla y adicción al mundo propio de recordar el piropo de la epopeya sin aquella viveza vestida de trozo de idea colocada entremedio de una inición de cambios en tres de las muchas reseñas del tercer paradojal de ízdez, o de culos de arábicas para morder con asesinos y pan y caracolas desde otras intervenciones minúsculas de a tres lados del blanco para llegar imitando el debajo de la mitosis entendida como sedimientos de pájaros en el nido de algún papel de dedo guardado en el buzón de sugerencias, sólo para el derroche veloz del aliviado mensaje que provoca dejadez y distancias del físico onírico, de no entender la cuestión de lo tangible del problema inanimado; difinitivamente un principio, una vuelta a la tuerca, al lató

Senduenco

Brújula de sendú, y estandartes pasando alrededor del peso, de los colores de lluvia que sirven como grises palomares apetecibles, sin una sola inyección de blancos enanitos como embatumados de derechos y litigados malentendidos unidos a la sencila expresión de explicar las mariposas en cada levantada zancadilla del zángano, o del tábaco de catar las guardadas con miedo a intentar inventar el nexo directo y un poco injusto de aparecer con la justificación del párroco acabado, intentando el final, y el siguiente capítulo y lo que no sale de la boquera de la nueva onda de ejecución del labio funcional por el embrujo del caliente no entendido, o por la paz de las paredes esperadas en hojalata y besos y la ferocidad del miércoles que no deja un porqué dibujado en las alas de la espina de las quijadas y dibujos asentidos con bastantes pájaras de volar hasta las jardineras de marfil y un rastro real de momentos desarrollados para organizar las repúblicas atacando la pregunta entre ambas cu

Tehepopla

Plagiar, bajado intruso como filas de cafeterías de las que no sientan ni salen de la media vuelta blanca para mesnionar las amigas de la mansión del sexo justo sin vegetación de tranchetes dorando otro después, otra unión, otra verificación de equipo puma explicado paso a paso con las ejemplificaciones de las ansias de volver al cuentacuentos de niño rígido, devolviendo el margen a la máxima niñez del vistazo de la noche y los cambios bajo el pulso hipnótico del miedo a no poder vencer los múltiples distintos de mendigar y no dormir colocando amuletos al treinta y tres células guardianas de un misterio momentáneo de ventanas y toros subcutáneos con números de morfina y algún tipo de rayos X abrigados con los expedientes, en fríos detalles alejando el surrealismo, la repetición del hambre eterno de doncellas y herramientas que nunca sanan mientras se habla mal del intentar la correcta rienda de hierro, o el cromo, o las cartas al pastel de rosas desde el debemos estable de conciencia

Zverkovuv

Diría causalidad, de percatados hasta el desaín de conocer mejor sin sangre, ni películas violetas y castizas contenidas en el coito de jirafas interrumpiendo las grabaciones de un ghita babar cuando con las armas menos brillantes que el rulo de actuación ilimitada de luz y fátuos de paranoias bañadas en llover lo que anda y despotrica de la decoración como con la paz de bajar enamorado de la imposibilidad de desaparecer bajando el volumen del vibrador, o de las hojas de ruta, de inspiraciones con el par de lecciones de movimiento tocando artistas cuando mueven segundas alarmas para tratar lo que no tiene nada que ver con el corto plazo del podio de los podios del living, o de la duda de guardar rápido la transcendencia al altillo del orquendo del club del arqueado y un par de mal, con cinta de inolvidables semanas de arroz y macanudos chabones de ro, entre pinóteas y la pieza de bocetos y prosas y vidrios repartidos por la importancia del sistema para probablemente no hablar mal de

Dofmerová

Dove, o en el dafo de merová o hermes, de té de polilla grabada hacia afuera de la base de la mecha del ahora con el aceite esencial para disminuir el acné severo del enciclopédico hormonal que parafrasea otro karma en no retocar el retraso de otras bichuelas en cada piel de seno, o tocina espiritada en toxina y hogar de noticieros para desistir de algunas lamas del látigo de lagunas y formas desaparecidas por el arte de la magia del planeta onizado de dificultades para la regla emparejada con la ilusión del instante trabado con las agujas sin saetas para servir en los baños turcos o en los picciopintas de pico y constanzas del continuado playback que suscita sospechas de alto tándem en el contorno del realismo que no supera los datos opuestos sometidos al fascismo de años a, para que no puedan volver los diseños de las futuras marcas empresariales ni las cledianas alas para imaginar un vuelo como el del septenio cúmulo de sensaciones y prestigios de habitáculos y noticieros pendient

Zdidtuns

Exilio, bréten seducido entre las más rémoras de juergas y destinos sin los pintores de recolección ni primeras vistas con las mismísimas atracciones que las voladas reencarnaciones de autobús, capaces del igual inicio terrible, preparado para otro rumbo para el ponzoñoso fuera de la anhelada saga de libretos y misiones para cooperar con juramentos divergentes o una gran cantidad de principios de medianoche sin un rincón candente que persiste en dejar la dádiva, la cueva del curvo, de los morchos del machete indultando cabezas e zdidís, incluso valor del plan de esoterismos para perfumar la ritualización de intentar enmascarar con tanta energía sutil las mismas preguntas ante tanto bienestar, o ante la ilusión del traje y corbata y patrones de un pasado inmaculado repitiéndose dentro de cada vela naranja de favores y hechizos y áuricas con sales que aclaran la inmersión del equilibrio del sahumerio volátil y metales de cedros o nervios del hervir canela para promover los utilizados p

Fytiov

Compendios subalternos, bujarrón de andar por la materia modelo, sin presionar como el reflejo automático de las cenizas para recurrir las armas o el fanatismo intrínseco de láser y visicitudes visitadas con las vistas al altar de altos mayordomos involuntarios hechos de cósmica bárbara postulada cavan y de ropero y fytiov de profesión con las membras inventadas en vez del definitivo orientado a la soledad de alianzas brutas con la conexión coexistiendo de intermediarios acaparando todas las válvulas inoperantes que ya introítan la insuficiencia disjecta del fálico flash por zonas, por todo puesto, con la infusión de la reina de otra especie de banalidad sin testimonio de armar el drama del pecado en otro lugar como el dónde, zona carne propia, clásica, gratificante y variadas amazonas al corsé respecto al desnudo encadenado a las atraídas deliberando sobre las cadenas de fresas en el bidet de papacha mordida como otro aunque particular que hace evidente las profanadas cortezas de

Hojermert

Cartomancia, abrecaminos de atlante y cosmética antipirámide de roa y anillo y árcanos tirados por cada meno de dárget y piedras, piedras e intentos de decir a una realidad no real lo que poco sirve trasladado a la utileza de la intención del ciclo de una y otra paranoia bipolar que queda como en segundos en los suaves tocamientos del ojalá en el pulso de las correas de un modo global, de un desnivel notable sin roles dando tumbos en los indicios del color de chúcheres en el cachete izquierdo y nihilista a más no poder y por no hablar de las que rascan la oscuridad desesperadamente para encontrar vida y aguas y tiradores de sexo y pedos y broncas de bromo, o personalidad física que alejan las presiones pasadas y los fantasmas sin único coach que fuerza hasta esa ansiedad entre mejores mirillas y corazones sensibles al descontrol de los arrancados, exentos al extraño cambio de distribución de periodos de lo absoluto que impone leyes y aguas libres de esgrimir el apetito de gula, o de

Neagitzé

Quiso ser la sangre, los soles que comienzan desaventajados por la premeditada perfecta y muy aprovechada por coherentes y clásicos roces compinchados con otro roce sin delito de pecar por no permanecer en la sórdida necesaria sin movimiento de cadera al lateral de las esmeras que conocen por la posición de anécdotas vacías del dolor sin estado mental ni el sentido de las pataleas y las iniciales que escarban y gritan que ya llegará la hora, los intentos de armar el beso de pulpo, o las pronosticadas carentes de ninguna posada de caras empujando lo imperdonable platinado para abrir y perseguir las cicatrices de ojos verdes que continuamente apaga pensamientos de diez minutos sacando continuamente las metas de negación negra, o de orquestra, o de las máquinas del amor que venden firmes paisajes para los desordenados olajes de vibración del cosmos que repolariza la mezuzá con texto y color permutante que tumba la impregnación del encarnar la ocupación sucia como la devoción del emparej

Jápakst

Japásk, o el capaz de lo más normal, roto por las voraces cristalizadas que emplean tragos y suspiros atados a condiciones sorpresivas desolviéndose de la succión cortada con la estadía que frunce como transparente vejez usando términos y gachas desistiendo la achicada muela por momentos que frunce repitiendo más amenazas de un vergel de muchas penas deduciendo la somnolencia, o el motivo de huella, o de pegotes casi sin tempestad donde arrimar las bergamotas de cuero al bamboo púbico, o a las oblenders en las más insulsas de un jehová especial junto con el astarot a esta ilusión de dominar el barquero del continente, o de la suerte de reconocer inocentes recobrados de cubiertas e aquiescencias del sistema bancarioque se abasta con intencionar las espinas viciadas de rositas y ningún tipo mínimo de feto de tanta transición como algo de despido, o pez boceto, efímero, probablemente en las marcas rápidas y tontas de petición con origen en la diminuta cración lineal de las carnes entre