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Mostrando entradas de abril, 2007

Retemprano Betteredge

Este pique temprano de cien metros que sale en este relato con patines en dos yemas como maquillada en vaselina la matina retemprano Señor Uri Betteredge, pinturrajeada y convidada con un café con leche descafeinado y con unas cucharadas de chocolate caliente, como una bomba de chocolate, como "migajita" Littbarsky, no sé si se escribé así, pero salío por el tunél que vuela y vuela y volamos y volamos y nos convertimos en fresas con nata y él escrito permanece fermentado en 50 filetes de alas disecadas de cereales que salen peinando en la media luna de entrada al recuerdo inventado y mezclado con el poco nivel de quién la escribe, en este caso él que trae la tarta Sacher y esta carta para compartir entre las muecas, este mensaje gratinado con el lejano oeste de la vanidad, esta media pincelada de guayabas para apreciar y agradecer el instante retemtrano Betteredge y a la companía Endesa y a Pakistán por este suministro que me da esta oportunidad con los palos de esquí por un

Encubación desnatada

Estaba escuchando los planetas cránear el dolor de garganta de su dentadura regalada llegar con la fiebre y con sus mamaderas a todo el que se mueve, todos los catarros y sus pollos doble pechuga en cochecitos de bebés entrando volando con Iboprofenos y miel y todos los virus en dos panes integrales y bacterias bailando vals en la leche desde el almanaque con olor a naranjas y para parar el azuloide de la carne su sistema solar avanzado como loco, sus peleas, su cara verde pistacho, sus ojos granates, todos los ladrones de su sonrisa de alelí, agazapados por todas partes como muñecas los encubadores en la penumbra, todos estaban esperando que pisé descalzo el suelo helado para volarle la sien de un hachazo como un beso, que coma frutas, que tomé sopa, que estamos contribuyendo todos los vecinos dentro de su saliva de cristal que da vueltas como un carozo buscando ir a trabajar apoyado por algún xelocatil y con otra cara re-decorada por pastelitos de pastillas de la doctora suplente, de

Sylvapen

Hace ya un buen rato que ando dando vueltas entre la cama y el living-comedor y tocando el baño de pasada, que el enjuague bucal, que la crema curativa, que el espejo siempre pálido, que un buche de agua oxigenada y sigo paseándo entre relatos construidos a la hora del té, medio en huesos, medio vestido de oficina soplando palabras e ideas que pasan y algunas se quedan enganchadas de la pared, otras del techo y casi siempre quedan algunas para alternar con los sueños y sus piezas. En ese esquema entran también los recuerdos que como viejas ruleteras me hacen una mueca y se desprenden de la realidad, media hora después encontré un Sylvapen y todas las palabras se amontonaron muertas de amor, aquello era una historia del alma, había mucha gente en el sueño, todos cantaban y se esfumaban y daban vueltas y entraban en otras sombras que eran de tu cuerpo de kir royal, atravesaban todos los cuentos, todos los poemas y cosas así, sin necesidad de explicar la lectura ni los diferentes elemento

Acumulaciones

Corría el año 450 antes que Espartaco se comprara los primeros levi's prelavados con pasta dental y cualquier cosa, y chili, y besos de compañeros enamorados de la misma gatita de ojos grandes y tez fina, que al parecer, aún no me conocía ni se habia preocupado de mandarme ninguna carta de amor con vinos y rosas y palabras inglesas con comprensiones rubias y alguna que otra coronita, para encontrar los instantes felices y acumular minutos entre espinacas y espaguetis y diferentes respuestas enmascaradas de mentiras, cosas caras, y cuidado que no se caiga, y las dos yeguas maduras que entran en la cuadra entre cañitas y cero's sin alcohol ni adulcorantes para buscar respuestas a las preguntas sin sentido de la vida.

Atun que tun

El desenfreno de la prueba de voz agudiza con la grandaria del chupete sin mostrar las medias apretadas, ni sus exquisidas lorzas en forma de dulce de leche con sabor a cafelete, y una vista previa al futuro del atun que tun, sacatun que pen que sumum que tun, de la tuneira, de rianxeira, del dial 23 y más, de cada montante y de cada invitación en la escuderia de los espíritus mansos que buscan el colofón y el colocón de la vida, de un pasado incompleto que se larga cada vez más rápido y se lo lleva todo por delante sin mirar, sin insultos de sabotaje ni los programas basura de Antena 3 que concluyen con un beso y un abrazo a la falsedad del mundo en una esquina obsoleta, ardiente, que recala en los jubilados y en la mayoria de consultas a otros destinos varios y asquerosos del sofocón sin ideas innecesarias de repeticiones, sin sentidos ni puntos importantes, ni talleres de poesia en los Steaks Hoagies para que ellas vuelven a la caza para imaginarse un monstruoso atun que tun y devol

40 preservativos

Como si ellos y ellas no pueden cuidarse en una noche loca carioca, repleta de gatas gostosas desde 50 reales hasta un embarazo, es triste pero al ser famosos salta a la opinión del pubis estas ofertas de carnes muy comunes en todas las celebraciones, pobres garrapatas con ganas de sexo, que després de un 5 a 0 no puedan irse a bailar con las enamoradas de turno, as mininas de programa y los patines mas caros de la ciudad y després de todo, el código de honor del club que es mas que un club quedo olvidado, arrugado entre las vaginas y es lo mas normal que se olviden de proclamas y del avión, la culpa la tienen los amiguetes dice mi madre porque después del golazo de Kaká alquilaron una famosa discoteca y empezaron a llamar a todas las fiesteras para homenajear a Robinho a Ronaldinho y el resto de preservativeiros que parece que fueron como 40 los titulares, los goleadores, los pichichis, los garchadores de la nuit y por más que ahora salgan los directivos, los presidentes y los fantasm

Los Tzao

Porrumpió el porompompero de Partner con una carcajada habitual cuando ella, sentada en el taburete de la cocina, salió rápidamente hacia el salón para ver que hacían en la tele. No había nada interesante. Se volvió a sentar, esta vez en el sofá de piel de vaca acabado de comprar en el establo de enfrente y que aún olía a cuadra, como el príncipe de Bel-Air (Bello Aire), pero el olor no importaba a nadie porque ya estaban acostumbrados a la pocilga, a vivir como auténticos cerdos de bellota, de raza pura y dura, pero estos no hacían morcilla, ni choricitos en forma directa y redonda, ni letras del abecedario, ni las indirectas aparecían directamente a la cara del padre del vecino del cuarto segunda. Pero era algo de una forma poco habitual. Los párpados caídos, cansado, sueño violento, sin pereza ni curvas que se tengan que convertir en niveles, máscaras de capa, de enfoque, vectoriales, preguntas probables, gritos de ternera en celo, ladridos, chaporreos, americanas arregladas, corbat

Rias baixas

Los instantes se hacían los vivos, las cosas se mordían las uñas, la guerra no existía, el color del dia cambiaba constantemente. No quedaban ilusiones, y ella tampoco aparecía, sin embargo me quedé con el olor de su piel en las sábanas de la cama de mi madre, y mi ropa aún tenía su perfume once meses después. La ciudad entera no figuraba en ningún mapa ni en ninguna zona geográfica, salió en un momento el texto, a través de la emoción del bocadillo vegetal de pollo. ¿Porque te extraño tanto si no existís? La respuesta no sale de dentro, sale de fuera, y para entrar hay que llevar el certificado de vacuna antitetánica, analítica completa y en caso de no concurrir a la reunión de padres del colegio de la nena, el parlamento no se hace responsable.

Ricardo Liaño

Deambulando por la C de R, gordo y sucio, su peluquín lésbico volaba por las dunas de su transexualidad. Parecía uno de los productores de la dos sin maquillar, el del passport, el innombrable si quitamos las duchas y las aptitudes básicas: cultura, genio, figura, pero ninguno balbucea como es debido, y los dos tienen el alcoholismo en sus venas. Serán hermanos? parientes dejados de la mano de dios? o de la mano de Lionel Messi? Eso no se sabe, ni se sabrá hasta que no pillemos al passport con una de sus fulanas que rondan por el telefèric esperando a que se dejen engañar por la falta de tiempo del magnífico desayuno que les espera, uno de los últimos pupurris matutinos antes de tragarse el passport y estar de nuevo con Mimí.

14, volvé

Remodelaciones a parte faltan los festivales Womex, de lampa, a ver si me meto, que no hay tiempo de la enteración nadiana que causó furor en los 70 y 20 años más tarde el dream team, tot el camp és un clam, marado marado, Núñez, Gaspart, valldoreix, la niña mona, el llanto del sonajero, la venda de castanyes, panellets, boniatos, bonitos, la reentré a los orígenes, a lo clasico, trascendental, a la ley del espacio que no permite sombras ni limpiadoras de Nachos mexicanos que suben a llamar en algun punto del pan con piñones y pistachos y limones limoneros, que no son ni décimos ni catorceavos en la clasificación del café con hielo, exagerando con el curro del seis con noventa y pico. No hay personas, ni bombos esperando el ataque pam oportuno, es muy estrecho para el space de las botellas petadas por la impresión de los dos dedos. Sífilis, Hepatitis A, B, C, D... Ahora que papá es socio hace falta que vuelva o rei al circo con Ronaldinho, Marquez, Eto'o, Deco, Messi, y los demás l

Glugluglu

El gordito tenia la pelota pegada en el empeine como una prolongación de sus sacachispas, su cola de oro y las lineas blancas de la cancha estaban locas con él, paró, la pisó, la acarició para un lado, para otro, tiró un caño, tiró otro, se le fue a uno, se le fue a otro y voló hacia el gol como un rayo engañando a todos los relatores y profesionales reconocidos, quebró con su cintura de fideos "Glutina" y hasta la media luna se paso de largo tirándole terrible planchazo a la altura de la cabeza, estilo Branco a Francescoli(Estadio Centenario), los banderines de esquina volaron como flechas empapadas en té ruso hacia su zurda de infarto y se paralizó el mundo cuando la pelota era empujada por una naranja, ahí perdio el equilibrio en el impacto visual en sus botas de lluvia ante los dos espectadores que estaban enganchados al vértigo de su velocidad y presenciaron su última mentira, el genio que salío de la lampara maravillosa para permanecer en el recuerdo cuando era chica de

Poru cuisin

La tienda sueca arrastraba el hasta pronto de los visitantes con bandejas y paquetes envueltos de pasta algar rellena de albondiguillas de mujeres embarazadas con el abrefacil de las papas chips y otros complementos del hogar de ikeus, sin zona de lactancia ni silbidos de los móviles que a veces parecen voces de celulares perdidos entre los juguetes y cañas de chocolate, y cremas cremadas, desnatadas, con azúcar, o con una pizquita de sal, canela, y las imágenes de Rankin que no se bajan nunca, y la impaciencia del que dices, y la falta de asco de la compra de parte del otro, de los burdeles del domingo, o del chandal usado para los slips que no se cargan de adrenalina para juguetear con los sobrecitos verdes de telefónica.

Madera T para crepes

El rosquinense esperaba dos racimos amontonados de matices de culturas imaginativas, otro que, la nutella fundida entre sus dedos que hablaban por sí solos, y sus masas que se creían las chulas por estar hechas de huevo y harina, y sus supremos contrapunt os con sabor a galleta recién cocinada con una thermomix sin miedos y por el momento sin un aumento de sueldo claro por las ansias acumuladas entre deseos y susurros de volver al mundo venus. Aunque la vida no sea como el mundo venus hay que imaginar. No hay hora, ni una solange a tu lado dirigiendo la festividad del 10 de mayo ni impulsos discontinuos, ni las puras trascendencias de comportamiento social, ni las marcas personalizadas de la exactitud y perfección del poder, del hecho, de los detalles ideales de la purificación y limpieza. Ahora mismo nada es un referente. Estamos delante de el último momento, los últimos recuerdos y risas en las necedades de la situación aberrante por la incultura del destino, del futuro, del saber pr

Raw's, conversiones y poco mais

Si recuerdo la matrícula, el año, la capilla de la inmaculada, como el conato inaugural de los hechos, de las simples parejas que se resistian a cruzar el pasillo para ir del laboratorio de la planta dos a la cafeteria, de la cafeteria a la imagen suspendida por el mister pasando antes por el aula digital. Lo recuerdo todo con pelos y señales, incluso las curvas de aquella bella esencia de común denominador que no queria perderse ni un segundo de la hora del retorno a la élite mundial de las cámaras de placas y de los secretos cerrados, de la mujer del marido celoso y sobretodo de un periódico sin importancia. Demasiado cambio para mi gusto y demasiadas ausencias imprescindibles obsesionadas por un cambio radical de hábitos y de costumbres. Todos los nombres de los alumnos habrán cambiado, las luces rojas, los MAC, mis pensamientos de inquietud, los recuerdos de la Granés asociados con el aroma de clinique happy, el optimismo de la filosofía, la era del vacío, no, eso ya es historia de

Rareces

El estilo es el de la mayoria. Normalmente se dejan engañar por las apariencias de los vicios viejos, mezclado con los silencios aparentemente contrastados por las pizzas de peperoni con bacon y algo más, sin algas por eso, sin wasabi ni ningún ingrediente picante, para la salsa de la pelotita fresca perdida entre las paredes de la psicología humana, hambrienta por sus excitadas sensaciones pintadas y rotas con restos de pelos autónomos y despellejados por una rara espina dorsal en forma de un idioma sin censura ni bostezos exteriores, ni supongos, ni ruidos de sillas, ni amantes andantes, ni menguantes que hablan solos entre los esbozos de una imagen pornográfica.

Serreté

Yuen-kiang es Yun-Nan. No es grande, pero sí pulposa teniendo en cuenta que se acceleran los latidos del motor de un Ford Ka de Laos. Espero y temo. Sin ser inoportuno hablo en serio simplemente para conocer la situación de los siameses que iban y venian de la disputa cambodgesa para poder avisar y agarrarse de la coleta, y entrar en las broncerias a pedir limosna, o noticias del si, o del no, o del también, o del ahora no es el momento para encontrarse con un serreté revuelto y controlando cada segundo las ansiedades de la vida que vienen y se van como el ruido de la ducha, o el de una mosca buscando alimento entre basura y corridas de sementales aún sin castrar por los criadores de cerdos y cerdas embriagadas por el poder sexual de las verdades de BASF.

Divinas recopilaciones

Elaborado directamente de los senos entre las firmas, matriculaciones pendientes, helados de vainilla, gente que entra, que sale, que se va a cagar, a buscar la parienta, al cine, al teatro, a pedir postres, bizcochitos de almendras, croquetas, locuras, camisas a rayas, copitas de vino, ensaladas marineras, paellas, pulpitos gallegos, cervezas, patatas bravas, masajes completos, nos tenemos que quedar acá, a hablar del destino incierto, de unas recopilaciones pasadas que pronto se convertiran en futuras. Hemos venido a hablar de todo eso y de las necesidades de las minas y minos con chalé y con un vestido de faralaes y rayas horizontales que todo lo dice de una forma muy especias, como el señor 45, que se fué sin pagar al cerrar la mesa del café corto.

Baba, passport, villa...

Un barril, cuatro muros, divas esquiando entre los berberechos y el passport con cola, sus ballenas y prostitutas, su goteo permanente de casera a causa de su alcoholismo incontrolado, y no olvidar nunca su baba de caucho combinado con la úlcera encallada entre las barras de cada bar-ristorante o cafeteria, panaderia, boutique, croïssanteria, polleria, croqueteria sin ser del barrio, pateria, prostituteria, buleria, casa de disfraces, salón de erotismo, fitness, sex shop, coffee shop, asociación de beneficencia de gordos putos, lechones y salemines, y hablando de culos , de pedos, de televisión en japonés, de Manolo, de Charlie, de assises y de Karakeos esto se va a la mierda.

Lateral derecho

He leído en el periódico de hoy que se nos va la segunda champions, la final de Paris, el trasero de una linda mujer esperando un taxi, ya ha desaparecido, como también lo hizo el 92, los Juegos Olímpicos, Wembley, el Sampdoria, todo el dream team, la patata caliente, Van Gaal, Guardiola, nada sale. Cógelo que es gratis, como las toses de los camareros parecidos a las dos cañas frías, que se beben con moderación y mejoran con el tiempo. ¿Falta algo? el precio, pero no se sabe. Sólo se conoce el solagüen de la nota interesante de las causas de los espantapájaros, del suflé en vivo, del colocón de los que manejan la coca flotando en el alivio.

Culo crocante

Ya tenemos la foto, que más falta? Un café con leche, una mina, un minino maullando, esperando la leche descremada sin nata, ni nada de nada o con algo, ¿ella dijo algo? parece que no, ella ahora pregunta que falta. Un culo crocante, un interrogatorio por la madrugada, un sex on the beach, esos pelos raros, sin peluca, con la calva mirando hacia la meca, hacia la camisa lila de unos años desconocidos, si, son dos, exacto, sólo dos, pero de momento no hallo la fórmula del éxito.