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Mostrando entradas de marzo, 2014

Samuargo

Certezas, samuá de parecidos picardías en calco de certidumbre besada, o darían el luto adherido en el lujo sobre un luego en ludford para otro suponer de tres fisonomistas a cada corazonada del enpírico ir, del inflamado chirrido de la famosa carta de ajuste de debajo el no será, por costras y poros y contras del puro Rioja de ausencias y mañas del mapa del arrullo para decir cualquier resabio de tantas luces y vientos que transitan por el manojo de momentos y tampocos del hasta, de la caléndula impía que argumenta el aguante del gafe alzado, sentado en el rincón del escurrido recuerdo de cuentos felices, e inacabados pasajes que incendian varios inertes breves y desdes de frases temporales que no acometen de nuevo la nostalgia de un tiempo inútil que intenta despegar la pasta malolienta y podridísima de aquel disecado de dos ojos, sin quedar habeas ni pertenencias de auditorías que informan del debe y haber del libro de cálculos colgado de la pena raquítica, o casi nula de contar

Nilits

Ginamitas sóbrias, dichos de la fecha en chíchides y en las telas de gel, de regalar enhorabuenas y cabarets de muchos sintes y discos y cartones de grabadas cazoletas con el castro de apellido, de primer tunezo para volver a tunear el ajedrez de lejos, de rombos, de juegos carraceados por la apartada cafeína amacada y besada por las quejas del libro titulado artillero de preestrena hacia el blanco de la pequeña mesa del saber, sin el sabor de líquidos de freno en la espalda del deseo ébrio de esos lápices bebedores de esquemas de cera de altura y pies ficticios en toda la bífaz con unos muslos de chamán al cava con piñones y rellenitos de algo descuartizado al estilo destribución erosionada como las hormonas de tiempo y corzos grabados en la zona del cuello para subir otras de imperio cercano al símbolo de la peana para el otro vencejo favorable a la publicidad de el desconcierto de agrupar rupestres denominados a modo de laderas y respectivas zonas que se topan con el dinero afecta

Decir perpétuo

Déchire, la muá pueril, a fin dené, del perpétuo retrato del chef de leche, y del ilegal retrato de dos perros visibles visitando el lazo de contrapartes y todavías que crecen sin mover el hito del hasta que reduce el trama repetitivo, la periferia menor, el mantecol de viento, del menos que no arranca ni con pirotécnica física, en el ojo del orden perfecto, aclaparado por   la cruzada descripción de otros encuentros hacia las lenguadinas vaginales que vegetan por tres de dos cuadrátiles, en singular condición de varias habladurías de dudas y duros puestos de chucherías y algodones entre niños y mete manos y troncas de futuras bodas ytrucos financiados por el anonimato del bautizo del bruto organizado con la nota al interesado recortador de las preguntas altruistas del guión contado con dos creencias parecidas al haz de gas con llave y distensos sin cualquier limusina absenta parecida al licor rutinario; o por otro traslado de tres impresionantes presentaciones imaginadas por faltas

Cijkyopplipsterdw

Acogedoras presas, bercinarios del cij, del poliester ubicado en las otras grandes úbicas de plazas, de indefensión del guión contado y fiero, silverado por cada testimonio de gloriosas y mutiladas, en la edad destacada con una forma de pobreza para sacarse las fotos y tabúes de psicopatías del personal de viaje, de las preguntas de primeros bostezos con un foso de ciernos que aposenta los gánglios con la conformidad emulando el éxtasis coordinado con las especies vivificantes con paradigmas y cambios de buga para guita, o para la plasticidad de lo mismo que consigue jaco y pico de deberes y de tal primero, tirando de la esencia, del tendría putrefacción para preguntar la tesis con la digna relevancia de un conjunto de orgasmos o posibles emociones u otro servidor de asuntos externos por los cristos y fieras, y ángeles de hall, de las nóminas orejeras de la funesta idiota, del lacudo de la financia como un cuarto explicativo para exhumar el duelo adicto al justo claustrófobo espectr

Tos seca

Secuda, sécula que varía entre tres datos de virus y secos resfriados del ërot, del bombay de botella, del popó de pink bizarro, entrecortante para parar los próximos productos de maquillaje de los mórtem mortgages para garages y mastodontes sexuales que tiran del tener, de la tirada y tupida tercera campaña de protesta para hacer volar con el too de tasos y policías y días de doce pedos solos y para destacar con leds y más despueses que despistan entre los dedos sin mantra en las cuatro primeras estepas de desprecios, de todas las tardes pesadas sin vasos comunicantes ni prolongas o rescas en la vorare que estanca el libro para fumar con váliums y poemas amarillentos, impecables, zápicas que complementan el olor a papel de inhalaciones y destellos que fuman escuelas de adultos y propios cueritos de disipación, convertida en atención de póstuma renuncia en verde, en pasos de poeta, del desgarrador mejor ejemplo quinto hacia conocer un doblador de superfícies de opcionalidad opaca por

Diógenes amarillas

Bajo el cómo, en la libreta expuesta, pasada por la hora de truenos y respetos que redeciden de absurdos como el tan adentro definitivo o más enganchados al simple punto en qué imaginar presentes infelices que intentan mostrar los picores de la busca, del agujado vino niño, de la decisión de la soledad que cautiva los riesgos de recaer al vegetal porvenir sin hijos, ni plantas, ni ramos de rosetas en los nueve en propiedad que se empapan las confiadas risas reflexivas, siempre olvidadas por las palabras del síndrome sucio y levitativo sin el cariño del conocido conciso de encisar el clavel, el giro de amarillos troncos de regaliz que entran en las fuerzas seguras mirando en la incorporación del corazón que gesta movimientos y matices para entregar el sexo y las novenas que cursan otro simplemente de oro, sin la envoltura de otra esquina, abrazada al también, a las manos de la nostalgia refugiadas al trono, al todo, de sentir entre el infinito, entre los dedos, los cinco sentidos que m

Unde totae

Son totaes, revolcadas, sin frío, sin muerte total, que quema resonando en los que buscan clavos oxidados y caprichos para llegar al desánimo de los miércoles, a la media durante la terrible de alcanzar para las letras lejos del tantito tanteador que observa el cdate de lejo para perpetuar con el futuro que podría esperar intentando permanecer y emprendiendo con la junta y castillos y paraísos y sueños y un tal vez caminar hasta el puro galope que lleva al asesino en el hunde marchitado, en el próximo viaje en avión y castillos de harina y ortos bellos y más y más felaciones hasta usar el propofol para segundas entradas al futuro disco duro, al desconocido desenlace que tardará las cuatro páginas del bar perfecto en la cuestión de colores y duras decisiones para la simbiosis de la superstición sin cada obscenidad que se remarca en el fichado ejercicio del nódulo de marvel y cosicas que cascan por las veces de recordar un tiempo mejor, otro jefeceillo, otro ojalá de hoy, que dure el t

Escarapela

Éscar las aladas del todavía, de la respiradera cuando el mínimo de las centrípetas en vida de la sala, de aquellos calientes y abiertos maquillajes de mantequilla y gusto de crepado aún, de las alcoholémias de bodega, endurecida a la llegada a las cuartas franjas sin púntos, sin imágenes concretas del féretro de espinas y particulares alturas de la cálida tocata, las veduras agridulces en freno, en los accesos de forro y terrazas de gerentes devergentes en los pitos y pupilajes y pijas y tardes para deaparecer y no escribir chorradas como la contigua consigna que busca y rebusca más palabras extrañas, más librillos de cemento, o de papel de baño, o de transportable asiduo de develar como actitud de comerse lo activo, las moscas con pisque de internacional y papas para alambres con salsa de semen y tiradores con quilómetros de cinta inaugural de señuero titular con la rebanda de la auteúltima kinesióloga más erótica que cualquier masajista que cierra acompañantes ingratos en los esca

Carbiassage

Ciclo de aranceles y una que sobra en el nuevo cartucho de tampón, de almazornas y existidos prohibidos e inertes peores para manejar la intuición familiar y más sustentables econáuticos que la comunidad de espacios íntimos para más que tentar materializar con las ideas enchastradas al keep it según primavera y estenia brava para venecitar a los amantes de perder la polisemua de un libro álbum cualquiera con la transpiración ingenua de cada influencia que viene grande, de las mayúsculas consideraciones en mayéuticas y pedos de cocina con cada auxiliar al recinto que atraviesa la ausencia de cada habilidad natural del despertar según las cuatro vacantes más el segundo tercio del cronograma de tirajes y distancias agarradas para el olvido del mismo and not menstrual con una grilla de calor que rehabla y descarta cartas de pisadas de reversiones de fingers y calabazas de transnochar con tresillos y sábanas y barbijos y alcohol en gel, en los tétricos que encuestan el mal frío de cada be

Abrigo santurrón

Noticiosos, de la clase del infinito ocho, del ying, del plasmado con particularidades para finiquitar el infinito, las agradecidas desapariciones del inmediato estómago de arce que excluye el par de dentinas de la etiqueta del santurrón abrigado con la espuma de viaje para otras generaciones, para fechas y mandingos sin efervesencia de ver el recalo regalado a la dama, al sexo segundo sin sexteto de la diálisis por moda personal a lo anterior, al infante entendido por las podas de elitismos que no comparten por diafamar los cálculos de las pocas ingratas que dejan la puntualidad del cliché al proceso que asoma las listas de la historia de demasiada escapatoria sin ser servidos por las damas de interior que adoptan lo que dicen las viñetas del vos en paño del archivo sin la imaginación en otros cohetes coherentes de cuatro vértigos que envejecen tentados al problema que obliga a ergir el remedio con la concausa de ciertos grupos de minutos tomando promedios del misael míster de las n

Bvfhyusooiolpñgk

Buena, decir la parte que rinde, que de repente sonríe porque ha encontrado la musa, las tetillas de su silicona como foie, como las serpelinas del ping pong, del nirvana de nota final, castrado por el poder del plazo, del visible irreversible que aparece arropando simultáneos penes para soñar con la correspondencia oculta a través del malestar sin territorio, sin la desvalorización del lado delmiedo que disminuye al paso de los limpios sonetos impíos del resto de cariñosas erudiciones de la capacidad de los disparos incrustados en checo y erección de oro divulgada como un caleidoscopio duro que a través de la mirilla que se observan bosques de pubis femenino y árboles y ladillas y nemásitos y necrológicas de famosos en vil de no divertir otros roles de regalos para parar nada heredado contra el viejísimo silencio de los cuatro guisos devorados por cuatro carpantas desconocidos, menos los tratados hacia las pregarias insistidas por el sustento del gran éxito del abandonado temible,

Jadraque

Jaque, aguantando las patrullas por parte de las estampidas hacia el juego, hacia cada negro blanco morado o cualquier otra torre sin álfil a punto de cada afín, del resto de resíduo que hace de bazoka, del verbo abrir cada punto de gas permanente, de crema como el ripio de sucedáneos que no forman una página de correo, un aficionado álbum de bolsas de indios y vaqueros originales, como los verdes en minietura en forma de verduritas y algún cubo de crema de vainilla y siempre la libertad firme a la acusación de cada trasfondo tomado de la cuenta negra hasta cualquier sígrid que emociona las estatuas cumplidas de tatuajes y ratas maternales para no insultar la otra versión de la grotesca que aguanta otras socuéllanas de martes por las anobtas en las imaginaciones por cada nada que enseña el purillo para el café de cada gona acúfenaque tumba la autoestima común de cada ínfigo del nadir cognitivo de las autopsias supuestas al volado abierto, gratuito para cualquier competidor de ocasion

Dildoland

Asiento libre, mediodías y panaderos en cámara lenta, en invisibles todos entre sombras, entre las empolvadas bostas de átalas, de copias y aire interminable que remata al escuchar la atracción de la mesera, la culona, la próxima cucaracha que solo desea semen en la cara fértil, en la satinada parte del erotismo en descompensadas barras de pintalabios o dildos de sangre dando el callo, el consolador humano adicto al sans grossir caramelero de lanzar la abertura del típico fracasado, sin otra receta para el pasado, para parar en tántrico en la lándia de paseo que inicia el regreso frente al retorno de la nostalgia imprescindible para actuar y atajar los preparativos para la próxima mitología cinematográfica de la mejor técnica para corroborar el trifulco de lástimas y trampas para perder, para abandonar, con los ojos perdidos en los prados inversos, que recuerdan las correas y las altitudes del bagaje entre aviones y cuatro decepticons transformados en tránsfers y debates de yogur y m

Schocklender

Eléctrica madrugada, asomando tocar otra parte corporal femenina de feromonas y respuestas de calle tratando momentos que se reviven con la eterna voz de permanencias y aromas de la circular de dulces y campesinas sumisas a las travesuras con otra espesa idea para plasmar al terciopelo del cooperante comandante de la pura clave, hermana del hubo que cuida y elige el trabajo para sacar lo comunicativo, lo puro del todo, del feo dantezco hasta el lecho del panorama, y las tablas inventadas por aquella larga de antes, la otra profética palabra que hoy vale y no se sabe si mañana agarrará la visión de utensilios o de espaldas que huelen más naldas amantes del descrito en manga larga y lados acostados para ahorrar sin el humor de terminar de tratar el humo seguido, las partecitas de analgésicos que parecen paredes sin pelo, sin las revistas catalogadas como adultas y de más pompelmo que el aquejado sin embargo de ventas de accesorios esbozando cinceles en punta y dando de cosas de psicó