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Mostrando entradas de mayo, 2014

Dísmugo

Ádabo de lucré, de disimulo, de viernes, de diario sin jum, sin jueves estresados por la ambulancia en el podio, en el patio de muertos, en el alocado de hena contando uno por uno los puertomates del caudal, según la actividad atraída por cada artesanía de todo fallido, de la voz, de la original adicional de tren, de la confrontación entre algo suficiente como para no sostenerse en el hilo del peculiar dicho, casi de reapariencias aceptadas por parte de la definición de los vcotos del matrimonio como continuación de cada exafonía que se centra en los dos ilegales sin ficción del americano preferido de perfil, sin la presa del crepúsculo que continúan como el mismo final en la persia de caranea sin la información del preciso sinfín de mantecol, o en el caso del escénico que chafa los planes de platos y gustos de juguetes y gusanos del intestino del otorgado eclipse que se vende como otro pegaso influído por los reflujos de la manera de situar el misterio a la honda de la súbita notic

Ichicareca

 Entrega, teoría de fílias afusivas, de muestras de firmas de chacras del animal solitario de diosas y abejas de agujón de segundas sociedades y más que las ferias de colágeno y algo de grasa saturada para pensar en la única amante seria sin dildo, sin sólo un bombón de sexo, de plazas detrás del rendimiento de la escena del futuro esperando el coito definitivo con caviar y el físico en la otra cara del plato, asociado con el antiguo suicidio de menos protagonistas estudiantes de mujeres comparadas con la que aún no sale en el primer puesto del billar sin la posición para campeonar las formas de tirar flores y adicción de versiones para asegurar la continuidad y las seriedades del deber en la yerba, o quizás la última rendición de tormentas y bandas de daños para volver a recordar la enésima soledad sin la rosa ni los hijos partidos por la mitad por la fea estrategia de revivir el teteo de la giganta engañosa e ilusoria, más fornicadora de cerebros que una música eléctrica de guit

Turtro

Verismo, cabezón de carretera, del de vender vientos y cuentos como felices cupos de loto sin las tres hojas de cabida en las típicas tiras de doble tres, menos emancipadas para anticipar con los puntos capitales y los pocos recuerdos de losss;....septenios en bancos para el nuevo blanco acampanando las tierras del actual tierno sin comprometer las cuatro tierras ahogadas en las pocas notas de humor y opresión contra el telón de terciopelo que manifiesta ortodoxos favorables al integrado braque a tres paisajes cofundadores del inventario apuntando en el pombo biógrafo del envidiable urdido en el compromiso de la trama del vértigo de piezas clásicas hermanas del precio de preciosas piedras de viselados  tiempos de actuación menores al fino módulo de otra nada, en primera novela negra del lado chirido, que dedica la pérdida por mantener las aguardientes catapultas de fierro y litrín y más mirávalas de una futurible tienda de relaciones y piquines asociados ckn el fracaso más individua

Orodatair

Dátem, o cuatro mearis de poco, del pamplí, crudo y chocón de entre hojas y cables y por delante jarandillas por la picota del parador, o del silencio de las encinas que impresionan la vista, las tortillas de accesión al pedido del paseíto en góndola por la imaginación del sedero de pasos y datos y algunas visitas entre las tardes y las amapolas virtuales, verborreos de sangre y agua de linfa y coco y beta y alfafeto, o con todas las calles cerradas de los barrios de las letras y diógenes de humo y tafetán para amortiguar las dos semejantes de buenas agencias, hasta el como si fueran cinco requisitos para el réquiem de otra separadora del orden, independiente de la táctica de armas y lados esbozados de fondo de la mácarca directa del bufón de pino estrecho, viejo, cordo, sin la duda de la aceptación de cada culo de noé, o de la hippie que euiere la tal gorda, del puré asalmorejado sin la gana de conseguir la enterada nupcia de entre vuelos y franquicias planas, sin la esepé de sútra

Cartapacio

Catrepá, o despacio, la carta, la despedida del fiel, del perro faldero, del verdis inestable, desconectado, partido en cuatromurmullos y juergas en jerga para recordar, para pensar mirando la tranquilidad del estrambótico sentir bajo el vigía de la droga tipográfica cultivada en la pasión, igual que los ángeles locos de sexo e igual que tantas tonalidades de libre y retener las cuánticas vergas de las dos carpetas que desgarran el tabaco respirado por la elevación del karma, de aquella simpleza bajada que insiste en disfrutar del carrerillo del cabo, del métre mujer y soñada serenata de soltera esperanza sin el okey que agranda el frío de teledirigidos cinturones que avanzan hacia el hueco que vaga sobre el pussy plancha volviendo con torpe luz de querer las horas del bicho, los llantos de formatear las retinas suicidas todavía en construcción para cruzar la cazuela detres gurrumines repudiados del fuego que cuenta clonazepán y capicúa del acreedor de cristal y el lecho subiendo a l

Oxímoron

Hábeas, custodiando como la pegada de siendo el prende o las tragamonedas del ahorro, del epleto para entablar con las tantas cuesztiones de bloqueos y oxígeno con cientos de murales para plantación en los dos púrpuras de gotero como adorno, como cama para adornar el ratito a tientas, los segundos al umbral de las peleas de pareja sin los pajeros palos de gallo y puñados, de pies a follar las porras para veces y ladridos del mamar con libres hacia las causas que ayudan a crecer con la evolución de un sinfín de selectas carnes sin el bazo de avanzadillas para afinitar el cuarterucho de tres balas del calibre de una mosca sin el álter de locura que impregna el extraño ahora de las víctimas que luchan por el dios de la enferma faceta cotidiana que numeran la corta flacidez del aliciente para saber el torino del principio que fomenta casi caras de agarrar la araca del pánico a que se reproduzca la voz en la fotografía de la entereza del denso despertar en el eden del dolor y la rúfiga qu

Cianosis

Solamente oídos cian, las periódicas de gritos y tantísimas encarnadas en las furtivas que ruedan como el eje de la ocasión que nota hacerlo reconvertido en niebla y palabras huecas como abubillas rotas, de falta de plata y bocas de feria, de ira y mar y más precios en las vistas para agraciar el gesto de comprender la transformación del aspecto de dicotomías y líderes para mentir cada justificación al ninguneo del cubil que rehace el establecer el gélido de compaartimentos de yogures y voces del ambiente, del agónico no, que habla por si solo cada vez que intentan crucificar más diurnas ideas del papel de las letras que llegan para alzar los legados del hinchado sol que acompaña al desdibujado alimento de las contras compuestas de ventilación y cartas que engañan agazapando las escenas estrechas y trizas de lejos, de otra plasmada en la mitad del hiel de la linfa, de huidas en evolución del páramo superado en las películas de animales huérfanos y monos y grotescas arañas de prevalec

Pamporcino

Pampor, de rigores y viriles al poner más convención de citar autores y ejercicios, de buscar la raza de la sinceridad sin estómago que vende monopolios de porcinicas y porciones de modos, de tiernos pensamientos entre babas y traseros de moda, como el de la xilografía de diesnos y versiones afrancesadas del inacabado digáis como adelanto del arponeado que desenpolva transtornos y hadas de tanís para los mismos colgarés de la caseta de cada enlace, de cada fiebre tierna para llenar otra vez el vacío de la autocomplacencia que deprime el asta del mapa, de la multitud de ideas seniles de las decisiones fuertes en la vista del interés social, del color a lo real que abre un sondoso objetivo de retorcer el olvido, la fe ciega en la cuarta salud vaguna que impregna el ere del revolver que suena con la vesícula en la otra parte de la flecha, acompañada del dentro, de pocos exteriores que inundan las partes revestidas de vino y amor artístico, soplado por el halo de felicitaciones y café co

Fronteras de leda

Testino, tíndar menos de la roa en la rúa del tiempo, de la frontera de otro fútbol de poetas en prosa, sugerente, endiablado por el retablo del conocimiento, y otra alma de un rebelde partido sin goles ni semanas ni postres para empezar a redondear el rápido contraste de sátiras contagiosas en las afrentosas y nórdicas erráticas por las duras, que pululan por el hereje avanzado, con el polvo en la colita, en las braguetas de otra calle de tímidos intentos de desbancar, de recordar los meses interminables de difamantes siempres, del disfraz equivalente al potro, a la particular del cero a cero encerado con serpientes e inmovilistas de hasta otro rehén de la orden del concedido número de la blanca anacrónica y más bien anacoreta por las apagadas de erres del fabulador, o de la silla turca que espera volver a nacer de un buen botón de nuevos nudos y recibiendo las fantasías bien jugadas por las atrevidas milsivas de fusiles que señalan los maisales y antojos de tocar los lares, de pen

Nelumbo

Nulu soltero, casco de montajes calcos al nel nervioso, a la sácara del banco corrido hacia el plato de los picores del pintoresco entrante de cúmulos de cunilingus pensantes para penalizar los privatizados tronos del momento que guarda el tampoco de campanas y gordas tendencias de enamorar el encima del destino puesto en la ciruela del máximo tempus de demás para reír y despotricar de los esfuerzos predibujados a mano alzada con rotring y reojos de añadir la pizca de patas y menos fogones que los nuevos de la consultoría de aromas y masas madre para los tres cocos de hojaldre horneados con cada uso de las denominaciones cargadas de cartas de semen y poluciones de caballo como eyaculando en el enchufe de las ladillas en las nóminas con telarañas y condes y duaues y tangas ajustados y duros qud no se llevan a la bacala del pleno en las típicas terrazas del hosting de otro quehacer de quejas sin la opinión de la lluvia de noche que sobreexcita la ebullición con la ansiedad de las ide

Adarme

Adará, música, menos idos de horas extras y mudas y palmáres de pelambres y leche con más de tres poles y cuerpos entrando cadavéricos en cada porción de la detallada porcelana sin tres parcelas de delmas en plena adrenalina que cae y se cocina con la autosuficiencia del soneto de la sirena nacional del prospecto que dibuja con los textos de la fiable guita que endereza el cuadro característico del chef, del estigma desactivado del virgen que da pie a dos planteamientos sin buscar vínculos hermanos para la par de partes y rólex en el otro incontestable como orgías de desvordar coyundas y carreras y tormentas entre cromáticos espacios de estaciones y vicios vivenciales del conjunto de cuerdas y mágia que va objetivando bandalismos y cañas de casi cada indarte que mueve el fango en la interacción del subordinado colector de sierras y desmadradas en pos de columpios y mejoras para dejar el ancestral en la coma de la misma cara, la imitada copla en colas e imitaciones del límite como loc

Bodoque

Fómoco de supremacía, de torso, de terso, de cutis y conchas y dones de boqué encalzados con la ensolapada miseria del escuchar las añoradas críticas del mientras, pequeñas palabras de acúmulos y yesos de las mismas sin testamento ni una cama para capacitar los brotes de conciencia lleno de muros que parecen memorias asustadizas, deslizadas en goteos del hogar de limpiezas y distancias en un par de corpus sin fiestas ni sexo cronista hablando de las demás bombachas, o si las encargadas del club huelen a tapa campeona, invisible como el premio de cuatro forúnculos como tapadera de egotecas feroces y rebaños de números y firmas de moda y tildes y luego otro tesauro para mamar con la bailada ojeda de jotes y hagos y mirandillas por la curva de honor con el papel decisivo que acredita la hora y el segundo de desaparecer con el pi electrónico en la punta del vértigo propio, extenso cacho de excepción, de miembro, de bilis, de la nave deslizada en las sombras del fumeiro que se cuece al ba

Epistaxis

Sublime queque, refrigerador o hemorragia al horno, al pateo, al plomo paleo con el gota a gota de colorante rojo, menor, del tutém para la decoración del aproximadamente en el derecho de consternar otra vía fea para quemar más canciones eternas y dísculos, añejos de consciencia que encarga algo de pie, natural como el cuadro de respirar medias toxinas paralizadas por fechas, o casi chocolate con juncos de cristalinas galletas de bebé y casi otra voz que recuerda la otra trayectoria del poco de todo que alimenta la ídola aliena al vocal de la estatua cernida al hongo que conlleva los atascos periféricos del perfecto chequeo del sutil lugar de madrigueras y coartadas que encuentran el génesis del dos, o en el año del felino, o en las sangrientas traducciones que emocionan el sube y baja de los treinta días del distendido cambio en general que se enciende como otra mecha del bigote falso de sixa para comprar el boleto para el infinito, para ver el loto lejos del cartel fatal que sorpre

Cibario

Llantas a cada confiable, con cuerda y muelle latable en las de dos, o luces de retroceso, de historia con la camaleónica y desmoronada fingida hacia el puñal de la neblina para ocultar las notas y desganas rojas de los gestos de confianza con olor a iglesia, ahora cine sin las vallas de publicidad de pueblos y otro ruín estado a diario del también, que presenta el pienso, la decepción de las resbaladas gotas de tortillas y enteras lenguas blancas y enteros que encienden una amarilla para presenciar cualquier rastro de bases de inmensos párrafos de irrelevantes manchas de tinta y grasa de la enorme publicidad del raro almuerzo rural, o las de rótulos o catalanas rotuladas con dilataciones de números pi para saber el sueño que abarca cada costado del extraño, rebelde, por nada del memoriado sobre la fe y la máxima atractiva para las trampas del indicio, alrededor de los sostentos y recordados a los alfiges de colocha de pedales pequeños y pedacitos de la nada en manillas y magamentos