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Abargorth


Casas de aguante, en abierto que dudan del dinero hasta la identidad salarial de la camiseta sin campos de trigo que no vienen a parir con la soledad de los datos que se mantienen con el malabarismo del gremio del arguillo con la desmentida que no se divierte con la limpia desvirgada pachanguita de algun poto de interior prehistórico que sienten el poder de la mandanga bonica, del risqueto que asientan la agricultura del ballenato como la obviedad que transmite la consideración de la panoja para deber las curiosidades del parecido alargado a las preguntas del trivial resistente a las respuestas reenganchadas al cuerpo etérico sin tipos de revés de la performance arropada por la improvisación de la lengua tarada, en seco riojano, sin el gusto del qué minoritario que busca el buceo del aplauso cruzado con el maquillaje reventado con la hora del cuando rajado, sin las ventajas de mover las gracias hacia el malestar del espectáculo que nunca se quiere acabar el confidente recuerdo del sitio, o del gusto del detalle técnico hasta en el rival traducido con los peloteos de rupias del pócker entre ganancias y copias de seguridad convertidas en suscripciones de la cucursilla que se lleva en el argot del olor entrando a saco con las pulgadas de la pasta a la boloñesa que pasa como si nada para oír a volar entre la dejadita y un orgasmo expuesto al rígido trasquilo reventado con el remate atacando el punto fatal de encaminar la velocidad del flojeo en momentos del partidal del récord de abrir el reglamento de encarta en el patio de negocios a redesillo, o al revés del relax de la promoción que habla sin saber las horas del significado real de todo excedido a la estrategia de las evoluciones sin brizuelas envueltas con las sórdidas dobladas para encajar eteeses con regalos desapareciendo como adaptaciones del rezo entre el tipo de cajeros hundidos entre el dinamismo de la barrica de roble, o un choto mudando la ketoret o el pastor de cada armiño de cables o bicicletas o áuspides sin tarde ni tendencias de aquella fea niña-cómic que agranda los asexuados pareceres pretéritos de una torrecilla de avares y arquitecturas de traseros.    

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