Coyunda igualitaria, arata ararat floral e, en, atras burlas de cuero, el interior del traje chaqueta, de frotar con el alcatraz y la entrevista y la certeza de cualquier excusa preatavia al anclar coyundas y consultas adultas de soledad en la espera de agradecer y agracecer y parar la bola de las ideas del acontecimiento, del mito de er, errando sin la seguridad retratada, y la inseguridad que vuelve para poner el play y pasar del vigor de los derechos pelados ante ellos y mangas y autobombos y la cronica del desamparo doliente, y cada real, inerte, extraño, efímero amador martínez, coyundas aratá y la sopa instantánea sintiendo a la verga pendeja de tu flaca de satín, o el típico pues total del eso es algo amargo; placards, cómodas, cajones, profundas broncas para vivir de forma digna, y anunciar las cárcatas en el futbol y rótulos en neón y castigos, unas líneas de fiebre en la poca esperanza con palabra para mantener las correctas charlas con el correcto ego si leve elegancia frena canciones y haikus y fuentes frente al mar y mieses y zarzas y ensaladas espesas, sinó bravones e milongas mon beáu y la mayoría isasí de novias y sus creadores como perros sandwich abrecaminos procurando algo helado en silencio y esclavas adictas al miamense en pompa y locríos aturdidos sin reconocer lo desaparecido por una frase suelta, de algo bipolar, cambiando de tema para levantarme pese la sonrisa del giocco del orto jefecillo que si porrompe anaranjado el cuán coyunda como un niño esperando la llamada erótica, el bigolés sobre tí, diariamente, tal clavo resoplidito, tal miedo, tal niño.
Coyunda igualitaria, arata ararat floral e, en, atras burlas de cuero, el interior del traje chaqueta, de frotar con el alcatraz y la entrevista y la certeza de cualquier excusa preatavia al anclar coyundas y consultas adultas de soledad en la espera de agradecer y agracecer y parar la bola de las ideas del acontecimiento, del mito de er, errando sin la seguridad retratada, y la inseguridad que vuelve para poner el play y pasar del vigor de los derechos pelados ante ellos y mangas y autobombos y la cronica del desamparo doliente, y cada real, inerte, extraño, efímero amador martínez, coyundas aratá y la sopa instantánea sintiendo a la verga pendeja de tu flaca de satín, o el típico pues total del eso es algo amargo; placards, cómodas, cajones, profundas broncas para vivir de forma digna, y anunciar las cárcatas en el futbol y rótulos en neón y castigos, unas líneas de fiebre en la poca esperanza con palabra para mantener las correctas charlas con el correcto ego si leve elegancia frena canciones y haikus y fuentes frente al mar y mieses y zarzas y ensaladas espesas, sinó bravones e milongas mon beáu y la mayoría isasí de novias y sus creadores como perros sandwich abrecaminos procurando algo helado en silencio y esclavas adictas al miamense en pompa y locríos aturdidos sin reconocer lo desaparecido por una frase suelta, de algo bipolar, cambiando de tema para levantarme pese la sonrisa del giocco del orto jefecillo que si porrompe anaranjado el cuán coyunda como un niño esperando la llamada erótica, el bigolés sobre tí, diariamente, tal clavo resoplidito, tal miedo, tal niño.
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