Últimamente empezamos así, nos encontramos por pura casualidad y la casualidad no existe, no entiende nada, no le gusta nada, ni van las cosas, ni el trip, ni el trap, ni la troupe, ni el gusto de la cocaína en el tortillón con brie y chorizo. A veces, en cambio, últimamente se destapan, ahora viene el momento; ahora se abre la tortilla y asoma un pezoncito rojo, colorado, con olor a estofado, ribera del duero. Últimamente lo tiene, no lo busca, está presente entre los silencios y
las almas perdidas con peluca negra, sucia, morosa, marosa, asquerosamente preciosa, llena de pussss.

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