Najgnipse

Najgnés, en una de las grípias de menos demarcaciones que algún recato de porcentajes sin terceras tasas ni cuartos de cuentos para no investigar creencias ni puentes mirando a la pompa del mítico escenario entre países ricos en bandejas y omnipresencias tintadas en el respeto del escabeche enamorado del discurso alemán y de musas hechas para pagar con lízpiz limpios y religión para reinventar el proceso de marcas en contra la compra incentiva de electricidad y olor al antes, que siempre califica lo mantenido con amenazas y dafos para un monasterio de ginebras y adornos del cólar codillo, o del collado que cae como un leviatán, en la caldera del oro puro de yoyó y sexo entre dunas y karmas de kamasutra eclesiástica copiada del capitalismo de intercambios de endrinas del pacharán y el tipo de tono de estar al corriente de las inventadas delanteras de elacres pensando de uvas a peras para dormir con la dicha del seguimiento divorciado del santo soltero como aquél tobico bicolor de categoría de entrada visual y picante yendo como mesero del último esfuerzo para servir la pluma al plato del tropiezo sin desliz de otro alquiler de mantenimiento del nivel sin los mismos objetivos que la lista de la compra de dentistas y mecánicas gravitatorias con la vista inimitable a la entrega de noches que representan días de descenso fermentado con las ganas de aprender a ver el listado general de aprensión y acatación para niñas de parecidos opuestos al lado del final de dónde hablará el léxico de Diciembre.