
Ayer no es hoy, cadáver, quiero ser dos y no uno solo, gracias, los mios se preguntan que estaré pensando, solo la verga llorona, la hija, diez pesos en la máquina de gomitas, mermo después y ahora sigo donde mismo, como vuelta del lapsus como aquel lugar donde vive dracula o la muñeca pepa, y siempre esperando el magmatario frasquito íbsico y herejes de pie, kaiferos de fierro; el por ahora no sale, no quiere llamarlo destino, así, de pronto recae, sin hache, ni entonces una mancha ortográfica que me sostenta, unas cuantas palabras que se refieren a mi estado mancillado, asfixias preciadas en dias recientes, factores, sin embargos, capitulos, la cual briémosle un crédito resuelto en unas cuantas líneas, contador, esisos, huktu, sentir rica, traspapelada víscera, esa apatía de siempre, deus ex machia, deus dos sexografías dasega, saturado a destiempo, pavone donde reina, y no uno solo, gracias, valvídias e inocencias agrietadas, recuerdos, delirios carcomidos, y que me pidas que deje de llorar sábanas de neón casi vintage; creer, caer y volver de los pocos besos desubicados, ahora vos escribís, dirás algo como esto, vos montando tus showcitos, novios no; suenan casas tontas, adversas, herferfegas, fenfeni en la congoja virtuosa, en los lados, en el resto calamuchita paglia entreveró, y lo escucha además de quererlo el resto convertido por propia verbenada gemela, y todo lo demás también, el resto, toda la tarde, las siete.
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