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Luz parásita

Siembra perder reflejos, los álgidos algos parásitos que succionan meublés, y escurren para no más sobresaltos con diazepan y picores trémulos e hinchazones para la pulga, para la puesta en erección como en frío, como en malabares de tres pies y treinta y cuatro centímetros de eslora en más del fármaco súbito de domingos, o recogidas como destacables grimas de eruditos desde dentro las vanidades con varios ejes desintoxicados en bosques de mil petunias y menos rosales rojos que de terciopelo anaranjado, como herido de tildar, de celebrar ritos y raciocinios inteligentes para volver a relacionar las partes con las flores del parto y los emotios para palpar el hemorgrama, el continuado mirón, la salsa del asado, del vilo de osotónicas de cuatro merceditas para la nación deaquella media hora idiota rumbo al fin, a las de nadas de los dueños que pisan la prisa hacia el favor pegado a la revolución obsoleta, sin las baterías de la guerra agronómica de exigir lo mejor para volver a patentar el vuelo hacia más compañías acaparadoras por la seguridad otorgada para atacar el gran palo, los defraudadores que seguirán sentenciando el ataque del agua al cuello, de los mónumes monetarios, de los agotados significados para volver al caso, a las paredes abiertas, conscientes al cambio parecido a la membrana de una retina ya madura sin esquizofrenias de antes, o de vidas paralelas, o anuncios de más zulas o aulas contra condiciones de inestabilidad que enseña a esperar, a morder el risueño, los aliados que profanan el rato, las ordenadas pagas del lado de la ley, hacia unos brillos, unos puntos resultantes del deporte, del amor hacia la parásita imaginada, muy imaginada, pero sin luz propia ni lixus que reemplazan a las cábimas, a la adecuada conformidad respecto a la vocera que evalúa el lapso en concurso de caras y ad honoren determinado para renovar honores y difíciles pensamientos y paracaídas para la gestión de una definida y futura família para tumbar el rato de salud en un discurso, en los mensajes traducidos con la máxima, las asfaltadas prioridades que presupuestan el pánico hacia la insurreccional.

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