Dejaron todo anotado menos el café, el white wine servido con una botellita blanca repleta de acciones innecesarias e incomprensibles. Era bueno, un poco picante para mi gusto, pero no era de la marca del carnero, ni de los sabios profetas que maravillosamente no ocultaban su grial, ni sus perversas tradiciones ocultas entre sus deseos frustrados sin importancia con el punto de mira lejos, en un lugar desconocido, donde otras interesantes marcas de la vieja escuela japonesa.
Estamos a medio camino, ya queda menos para llegar al destino solicitado por las traducciones divorciadas y el vino sigue igual de rico, como el primer sorbo, pero se acaba. Do you want some wine? No, prefiero terminarme el nescafé descafeinatto y el apple juice de la chica de los zapatos de oro.
Estamos a medio camino, ya queda menos para llegar al destino solicitado por las traducciones divorciadas y el vino sigue igual de rico, como el primer sorbo, pero se acaba. Do you want some wine? No, prefiero terminarme el nescafé descafeinatto y el apple juice de la chica de los zapatos de oro.
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