Pazzo rícoli, riquetto a la mezza di lui of buarna, bicolores conscientes, fazo privé el efecto conservador de ciertas cintas a tientas, y en el enjuto profeta de los príncipes y cámaras capitaneadas en proporciones bidimensionales, reales, en el stitio, con Marget Claus y el epitafio en el escritorio sima, de ambos, y por su parte el de hecho lo siento, sin sappere más pacíficas ampollas, ni largas aftas infectadas de pupilos y cucarachas gigantes que no abundan caras, ni defienden la misma moneda de hace días de los tres de doce análogos paseando junto la mecha castrada, la cala, los Fernández en vano gualta, el beso importantísimo para no olvidar Bucarest, más que el anterior, encarna, hay más, pero todavía no hay musas para jugar con el raw; sempiterna magdalena, septenios, siete, siete, siete, siete sonidos, siete recuerdos que machacan Merceros nacidos, satinados, birados, ébrios, castizos, arrugados, hijos del campanile, ahí están los olvidos y trinidades que leen y dicen que me esperan para seguir castigando a las otras entidades localistas, sippi mayo, empresarios chinos, focalistas de cada regalo invisible a su cúpula, en 22 diciembres que terminan con Noeru y con el 2008 y la venda de parajes y crisis y parejas de pipiolos dándose el sí quiero.
Pazzo rícoli, riquetto a la mezza di lui of buarna, bicolores conscientes, fazo privé el efecto conservador de ciertas cintas a tientas, y en el enjuto profeta de los príncipes y cámaras capitaneadas en proporciones bidimensionales, reales, en el stitio, con Marget Claus y el epitafio en el escritorio sima, de ambos, y por su parte el de hecho lo siento, sin sappere más pacíficas ampollas, ni largas aftas infectadas de pupilos y cucarachas gigantes que no abundan caras, ni defienden la misma moneda de hace días de los tres de doce análogos paseando junto la mecha castrada, la cala, los Fernández en vano gualta, el beso importantísimo para no olvidar Bucarest, más que el anterior, encarna, hay más, pero todavía no hay musas para jugar con el raw; sempiterna magdalena, septenios, siete, siete, siete, siete sonidos, siete recuerdos que machacan Merceros nacidos, satinados, birados, ébrios, castizos, arrugados, hijos del campanile, ahí están los olvidos y trinidades que leen y dicen que me esperan para seguir castigando a las otras entidades localistas, sippi mayo, empresarios chinos, focalistas de cada regalo invisible a su cúpula, en 22 diciembres que terminan con Noeru y con el 2008 y la venda de parajes y crisis y parejas de pipiolos dándose el sí quiero.
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