Chiodo, chotto, poquísimo M40 de tal intruso maomet uskut, silencio de una ojeada, nadie en general y en concreto moito absurdo; ostajes, narices narigudas naripondias flotantes en lona y lana obscurida por la tala cubierta de trapos y pulmones en un inspiro del instante que disfruta del capitán y se mueve para mudarse al otro piso, al otro parquete con facilidad desde su metro cuarenta hasta su laguna de avena al revés, con doble estrajo de estropajo para ver los minutos, en concreto veinte, las obras de la cocina, las causas, el juramento de darling pee, los bistecs y milanesas con condones arrugaditos y lindares y divanes del dolor para sentarse y comer higos con noises para despertar con Sor Milady en el convento sopporte plus con pequeñas harpías y náuseas y benedettas bailando al batallón bergante, entrabierto, continuo de polvetes para dar miserables y entendimientos más allá de fugas y sonrisas xixinas dans la cave al segundo piso menteur, sin soportar aquellas veces pesadas, impuestas por el delirio claro sin irrumpir gotas de sudor de cabra bastarda en un circulito enano nani d'oro.
Chiodo, chotto, poquísimo M40 de tal intruso maomet uskut, silencio de una ojeada, nadie en general y en concreto moito absurdo; ostajes, narices narigudas naripondias flotantes en lona y lana obscurida por la tala cubierta de trapos y pulmones en un inspiro del instante que disfruta del capitán y se mueve para mudarse al otro piso, al otro parquete con facilidad desde su metro cuarenta hasta su laguna de avena al revés, con doble estrajo de estropajo para ver los minutos, en concreto veinte, las obras de la cocina, las causas, el juramento de darling pee, los bistecs y milanesas con condones arrugaditos y lindares y divanes del dolor para sentarse y comer higos con noises para despertar con Sor Milady en el convento sopporte plus con pequeñas harpías y náuseas y benedettas bailando al batallón bergante, entrabierto, continuo de polvetes para dar miserables y entendimientos más allá de fugas y sonrisas xixinas dans la cave al segundo piso menteur, sin soportar aquellas veces pesadas, impuestas por el delirio claro sin irrumpir gotas de sudor de cabra bastarda en un circulito enano nani d'oro.
Comentarios