
Tampoco es cuestión de poner las agallas sobre la mesa, sobre el médico conductor de títulos y titubeos integristas en un 54% de la historia empresarial en carne y grandes fiscalías de compra-venta, hipotecas basura, siqueiros, sicarios, alarmas, rolex, muebles, cuatro paredes ignorantes, por ahora no, tened algun día para Pamesa y Pedro Tomás aparte de la actual directiva direccionada hacia el contratiempo de la semana anterior, de la mayoría azteca para un partido Le Mans y fármacos para disfunciones y temblores sancionadores, restaurantes, domas, cuatro hermanos de paredes de leche, más préstamos antiguos, bancos relajados, rebajados un 4% en el otro bando de ahorros a la que había ido la hache intercalada Fortmann y cuartas páginas sin códigos ni lembranças a la vida de cada proceso febril, y la desinformación sepia sin ser moral en lo mínimo aspirante a dejar la huella y los pedos a la vida de cada ser máxima, mentadas al delito, presunto, falso, a cada delirio, a cada palabra suelta, a cada lembrança karakeosiana, a cada mantecol concejal, a cada Uruguayo del pueblo, a cada Ázzur Ararat, a mi, a betteredge, el gran clásico que tiñe depresiones de sonrisas y agradece a Rudolf por la vida, por lo lógico, por Perales y el abuelo Tintón, por dos.
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